Venezuela El espejo | La disyuntiva: diálogo o violencia

El gobierno de Maduro, y el chavismo, tienen una solidez proveniente de las fuerzas sociales que los apoyan y de una organización de la que carece la oposición
1 Les consta a los lectores de esta columna -y a la audiencia de mi programa de televisión- mi tenaz actitud en defensa del diálogo. No he vacilado en explicar, en distintas oportunidades, que constituye la única opción que garantiza la salida pacífica a la crisis. En señalar sus bondades y en recomendar a los factores involucrados en la contienda política la necesidad de recurrir a él. Pero lo cierto es que tengo la impresión de que resulta inútil persistir en el planteamiento, lo cual no significa renunciar a esa política. En el fondo, es la única racional. La que preserva al país de caer en el caos.
2 Pero hay factores que no lo ven así. Unos porque consideran que se trata de una trampa. Del recurso al cual apela un gobierno que tiene los días contados y que, por tanto, no hay que darle tregua. Esta opinión corresponde con una evaluación equivocada. El gobierno de Maduro, y el chavismo, tienen una solidez proveniente de las fuerzas sociales que los apoyan y de una organización de la que carece la oposición. Esto no significa que la oposición carezca de fuerza, mas es indudable que se trata de una masa susceptible de cambios y no sustentada en la estructura partidista que dice representarla. Los datos de las encuestas lo confirman. Me cuento entre los que consideran que la votación de las parlamentarias del 6 de diciembre de 2015, que favoreció a la oposición, ni remotamente se repetiría en las actuales circunstancias.
3 Otros estiman que el diálogo es una perdedera de tiempo. De esta visión participan no solo dirigentes opositores sino también chavistas. Suelen recurrir a un pragmatismo que oscurece la perspectiva y remite a una praxis aventurera. Algunos creen que el país está condenado a resolver sus problemas a través de la violencia, y esa temeraria apreciación de la realidad determina que Venezuela se hunda en una lucha fratricida. En fin, a la hora de establecer responsabilidades porque el diálogo no se efectúe, hay que decir que este no se da porque la oposición lo excluye de sus planes. Claro que al chavismo le conviene el diálogo, bien porque cree en él o por razones estratégicas. Mientras, la oposición centra su objetivo en el derrocamiento de Maduro. Su intención no contempla otra posibilidad. Se siente insegura en alcanzar ese logro si le abre la puerta al diálogo y por consiguiente se atrinchera en una actitud que tiene pleno apoyo en la Casa Blanca, la OEA almagrista y la derecha de la región. Cree que con esa solidaridad, y extremando la violencia -en alianza con elementos terroristas-, podrá tener éxito.
4 Pero el cálculo es equivocado. Desprecia a Maduro, a la capacidad que este ha demostrado para sortear situaciones críticas durante cuatro años. Desprecia al chavismo, el movimiento con más implantación popular de Latinoamérica. Desprecia a la Fanb, leal a la Constitución y al proyecto bolivariano, resteada con las instituciones en el marco de una nueva doctrina militar basada en la unión pueblo/Fanb. En ese conjunto de factores descansa la respuesta al golpismo. Lo que explica el fracaso de la política de calle opositora que deviene en terrorismo. A su aislamiento. Pero estas consideraciones no pasan por la mente de aquellos que actúan embriagados de arrogancia y desprecio.
LABERINTO
La decisión del presidente Maduro de convocar a una Constituyente es la salida jurídica a la crisis, como lo prevén los artículos 347, 348 y 349 de la Carta Magna. Ahora se abre el debate fuera de la charca en que estaba ubicado…
Hay quienes consideran que el retiro de Venezuela de la OEA fue un error. Yo creo lo contrario -mucho más después de la creación de la Celac. Permanecer en ese organismo regional fue una equivocación. El gobierno bolivariano y el chavismo tienen una posición ideológica y política diferente a la que representa la concepción panamericanista que la rige. La sola circunstancia de que la OEA funcione en Washington, el tutelaje que representa esta ubicación, más su historial vergonzoso, son factores suficientes para estar conscientes de que, tarde o temprano, coexistir en ese ambiente contaminado por el imperio y sus adláteres haría crisis en cualquier momento. En el caso de nuestra decisión en este momento no podía ser peor. Lo hacemos en una etapa de reflujo político en la región; cuando la correlación de fuerzas cambió en el organismo y la decisión que adoptamos no podía ser otra, porque nos estaban rebanando el inefable Almagro -instrumento de la Casa Blanca- y el clan de los cipayos integrado por los gobiernos de México, Colombia, Argentina, Brasil, Chile, Perú…
Entiendo el fervor patriótico con que el pueblo venezolano, y otros pueblos latinoamericanos, acogieron la noticia. No dudo de la pertinencia de la decisión, pero estimo que a la hora de decidir sobre temas delicados hay que tener plena conciencia de las circunstancias en que se hace. Por tanto, me pregunto: ¿en cuántos otros asuntos trascendentales estamos en mora?…
Otro asunto: en el mensaje de ciertos dirigentes de la MUD se ha puesto de moda la amenaza, abierta o velada, a los chavistas. Se anuncia que cuando se produzca el derrocamiento de Maduro -quien tiene un récord de pronósticos lúgubres-, la furia de los opositores se desatará sobre ellos con asesinatos, prisiones, agresiones a familiares y amigos. En el lenguaje popular usamos el refrán “perro que late no muerde”. Pero como quiero mucho a los perros considero que hay seres humanos capaces de ladrar y morder al mismo tiempo. En el país tenemos la experiencia del 11 de abril de 2002. Cuando fue derrocado Chávez -por los mismos que tratan de hacer algo similar con Maduro-, en las barriadas populares muchos chavistas fueron perseguidos, asesinados, lesionados, sus casas asaltadas y maltratadas sus familias. Lo cierto es que hay canallas aguardando para provocar un baño de sangre en el país. Lo divulgan a través de las redes y en sus discursos, sembrando entre sus partidarios un oscuro sentimiento de venganza…
Ahora bien, ¿no toman conciencia esos cultores del odio de los peligros de este mensaje? En los acontecimientos de 2002 la situación se dio vuelta rápidamente. Los fugaces vencedores -durante pocas horas- vivieron el miedo de la incertidumbre sobre lo que les iba a pasar cuando el pueblo y la Fuerza Armada derrotaron a los traidores y llevaron a Chávez de nuevo a Miraflores. Pero el pavor que los embargaba se les pasó cuando constataron que el chavismo actuaba de manera diferente: ninguno fue agredido y se les respetaron todos sus derechos…
Recomendación para antichavistas delirantes: dejen de amenazar porque pierden el tiempo. Actúen con serenidad, porque es lo que reclama la gente en la calle. No abusen del lenguaje estridente y macabro, porque si en el país se presenta una situación límite, en la que haya que dirimir las diferencias a través de la violencia -debido a que la oposición rechazó el diálogo-, no duden que la pelea será peleando. No la tienen fácil. Y me atrevo a pronosticar que los que más gritan y amenazan serán los primeros en poner los pies en polvorosa…
La MUD -y la oposición en general- está a punto de estallar como una granada fragmentaria. Está de a toque. Y no lo digo por ciertas conversaciones que han trascendido en estos días, sino porque una vez más la violencia logra su efecto letal. El mismo de la guarimba del año 2014: aislar a la oposición…
La madre de las marchas fue la movilización el 1° de mayo de los trabajadores y del pueblo socialista. Una contundente advertencia a la derecha golpista, la cual persiste en su plan de acabar con el régimen constitucional por la vía del terrorismo.

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