v El
año 2017 reveló las crecientes contradicciones y tensiones del actual sistema
mundo, derivado del dominio global del capital, crisis económica y las disputas
por el control de los territorios de importancia estratégica. Rusia y China indudablemente fueron
protagonistas claves para preservar cierta estabilidad en este mundo multipolar,
amenazada por la pretensión imperial de viabilizar sus sueños de dominio de
amplio espectro.
v El
arribo del régimen trumpista viabiliza un nuevo ciclo de saqueo y despojo
oligárquicos con políticas de empobrecimiento, debilitamiento de políticas
sociales y desinversión en la clase trabajadora norteamericana, que afecta
especialmente a la población afrodescendiente, los migrantes, y quienes viven
de sus magros ingresos salariales. Quizás ningún presidente de este país ha
sido tan franco en manifestar su ignorancia, su xenofobia, su racismo, su
menosprecio de las mujeres y su afinidad con la supremacía blanca y pensamiento
cuasi neofascista. Trump añade un
ingrediente de riesgo para una ya inestable configuración global, dado que al actual régimen estadounidense le
importa muy poco el multilateralismo, las leyes internacionales, los derechos
humanos o la opinión de la comunidad internacional. Esto no constituye, como lo
plantean algunos, los fundamentos de una política de aislamiento, sino revelan el
descaro y la impunidad con que el imperio ha actuado históricamente; no
obstante, constituye un cambio de coyuntura global en el que se intensifican
los escenarios de riesgo, polarización e inestabilidad. Trump, rodeado de generales,
oligarcas y la ultraderecha, y enfrentado por el establishment demócrata por diferencias tácticas en el manejo de la
política interna y externa, cumple sin embargo a cabalidad los lineamientos del
complejo industrial militar que aspira a recuperar control e influencia
decisivo sobre América latina y el Caribe profundizando las atávicas políticas
intervencionistas y chantajistas; ampliar la caotización- destrucción de
Oriente Medio centrándose ahora en la desestabilización de Irán, y enfrentar la
alianza China-Rusa que en materia económica-financiera es considerado una
amenaza a sus intereses geoestratégicos de dominio global.
v Si
bien, en algunos temas la Unión Europea ha querido distanciarse de la política
internacional del régimen trumpista,(Cambio climático, UNESCO, Cuba, Palestina etc.),
en lo fundamental sigue subordinado a su perspectiva geoestratégica, y no
constituye un contrapeso significativo. El resurgimiento de los nacionalismos, el
cuestionamiento al modelo de la UE, el crecimiento de la ultraderecha y la
persistencia de una crisis económica que no parece tener posibilidades de
solución a corto plazo, sin que
emergiera una perspectiva distinta sobre el rol que la UE debe tener
globalmente, parece indicar pocos
cambios a corto plazo en su actuación en el escenario global. Son alentadoras
la emergencias de movimientos políticos como Podemos en España, Left Unity
en Gran Bretaña, La Francia Insumisa,
el Movimiento 5 Estrellas y Poder
para el Pueblo en Italia, entre otros, que surgen en respuesta a la crisis de
la socialdemocracia europea,vigorosas luchas de los movimientos sociales y tienen la oportunidad de iniciar un nuevo
ciclo de renovación en el pensamiento y práctica política de la izquierda
europea.
v A
pesar de importantes luchas que libraron los pueblos en el mundo entero,
motivadas por una heterogénea agenda de agravios causados por el actual
complejo sistema de dominación nacional-global, se constatan importantes retrocesos
en materia de derechos, el deterioro de los sistemas políticos democráticos, el
crecimiento de la desigualdad, la destrucción de los bienes naturales, así como el
empobrecimiento paulatina de las nuevas generaciones emergentes, aún en
los países económicamente más desarrollados. Las protestas en sus múltiples y
diversas formas no tienen la posibilidad
de revertir este sistema de dominación global-nacional, si no están sustentadas
en una estrategia política compleja y multi-escala que enfrenta los poderes,la
base filosófica fundacional del sistema existente y construye una alternativa radicalmente
distinta.
v La
ofensiva del capital contra el mundo del trabajo ha sido tan contundente que la
informalización de las relaciones de
trabajo, la sobreexplotación, las migraciones masivas, la precariedad e incertidumbre
han sido “ normalizadas” a tal grado que no se avizora dentro del marco del
modelo existente ninguna posibilidad, ni voluntad de solución de esta
problemática. El desempleo y la falta de perspectivas futuras, constituyen un
terreno fértil para el reclutamiento de un creciente número de personas que trabajan
para los capitales mafias, el crimen organizado, grupos mercenarios, ejércitos
privados al servicio de las grandes corporaciones internacionales, o de grupos terroristas
fundamentalistas o mesiánicos. Amplios territorios del mundo África, Asia, Oriente
Medio, América latina viven bajo el asedio de guerras patrocinadas por el imperio
o la violencia destructiva de estos grupos armados con un dramático saldo de destrucción de vidas,
millones de refugiados y desplazados y la destrucción de los tejidos socio-culturales. El capital en la actual fase
de acumulación florece en base a la depauperización de las masas, la mercantilización
de la vida y bienes naturales, así como las guerras, el negocio de la violencia,
y la destrucción de vidas y territorios. Constituyen parte de una misma trama sistémica.
v Las
grandes corporaciones mediáticas y sus agentes comunicacionales desplegados en
el mundo entero operan con cada vez mayor descaro, declarando la guerra contra
quienes critican el sistema global, al imperio o las transnacionales, censuran
realidades, inventan noticias, e inmersan a millones en sus tramas de
banalidad, superficialidad, o realidades paralelas. Se trata nada menos que de
un tejido de carácter dictatorial que no rinde cuentas a nadie y opera sin
controles, y que acciona mano a mano con las organizaciones de inteligencias y
espionaje global. Ambas constituyen una amenaza sin precedentes para quienes
luchan en contra del capitalismo, por la democracia, los DDHH y un orden
mundial distinto.
v En este contexto global sombrío es menester
reconocer explícitamente las victorias políticas de la Revolución Bolivariana
de Venezuela, que no solamente enfrentó exitosamente una trama golpista compleja,
multidimensional y global; derrotó políticamente a la oposición en tres
procesos electorales y desactivó a los grupos armados violentos; mantuvo la
inversión social en beneficio de la clase trabajadora a pesar de la guerra
económica; inició un proceso constituyente para profundizar el proceso
revolucionario e involucrar a la población en el debate y las propuestas; enfrentó con dignidad y derrotó la maniobra
conspirativa-golpista de la OEA, destacó
en el escenario internacional mediante una brillante diplomacia
bolivariana en el seno de la ONU, en el MNOAL, en la OPEP, en ALBA,CELAC, OEA y
en las relaciones bilaterales de importancia estratégica. Venezuela,
indudablemente, constituye un ejemplo a seguir, y demuestra lo que es posible
cuando haya una conducción política impecable, disciplina militante, claridad
estratégica y una base filosófica-política revolucionaria.
v Hubo
retrocesos significativos en el propósito de avanzar en la construcción de una
Patria Grande libre, soberana, equitativa, justa y revolucionaria. Si bien
Cuba, Bolivia, Ecuador, Venezuela, El Salvador, Nicaragua y en menor medida Uruguay
se mantuvieron como un bloque de izquierda-progresista del subcontinente, y se
destaca la actuación digna de los países del Caribe en la OEA frente a los planes
intervencionistas; hubo marcados retrocesos en materia de derechos humanos y
derechos económicos- sociales en Brasil y Argentina, y es previsible que sucede
lo mismo en Chile con la victoria electoral de Piñeiro; en tanto que México, Guatemala, Perú, Colombia y Paraguay
se subordinaron aun más a los directrices de Washington en actuaciones vergonzosas
de servilismo que no se había visto en la región en tiempos recientes. El nuevo
golpe de Estado, esta vez vía fraude electoral que se cometió en Honduras, sin
que América Latina de manera contundente se hubiera pronunciado en contra,
revela un cambio de correlación de fuerzas que benefician al intervencionismo
imperial, al saqueo transnacional, constituyen una amenaza directa para los
gobiernos progresistas, partidos de izquierda, movimientos sociales, y
postergan los avances en la integración horizontal y solidario que se planteaba
desde el ALBA o la integración más autónoma que se buscaba desde la CELAC.
v La
legitimación del descarado fraude electoral en Honduras (una nueva versión de
Autogolpe) por parte de los EEUU y la Unión Europea, acompañado del injustificado
silencio de la mayoría de los países latinoamericanos significa un nuevo
parteaguas para la región centroamericana. Ratifica el derecho al golpismo en
contra de proyectos políticos progresistas o de izquierda, constituye una
amenaza directa para Nicaragua y El Salvador, envalentona a la
ultraderecha,militares y la oligarquía rancia como la guatemalteca, significa
importantes retrocesos en materia de exigibilidad en derechos humanos,
institucionalidad democrática y justicia, y deja claro, que para la comunidad internacional
lo que sucede en esta región del mundo es de poca relevancia para sus fines
estratégicos. Indudablemente, desnuda la política de los EEUU hacia la región centroamericana
y evidencia su incoherencia entre su práctica y el discurso. Debería generar profundos cuestionamientos a
quienes aún creen que el imperio es un aliado para la lucha contra la
corrupción, el narcotráfico y la depuración de la clase política guatemalteca,
cuando en Honduras son precisamente estas fuerzas apoyados por EEUU que dieron
el Golpe. Este segundo golpe de Estado profundizará aún más las fisuras en el
sistema de dominación hondureño, radicalizará la oposición y enfrentará a un
pueblo cada vez más politizado y harto de un sistema que es opresivo, empobrece
y destruye la vida de la gente. La solidaridad de los pueblos latinoamericanos,
y especialmente centroamericanos con el pueblo hondureño es más necesario que
nunca, y constituye una responsabilidad política, ética y humana, individual y
colectiva.
v La
pérdida de derechos siempre es una tragedia, porque el proceso de reconstitución
es lento y mucho más complejo. Los retrocesos en materia de derechos,
conquistados en cruentas batallas de los movimientos y fuerzas progresistas,
obligan a construir un balance objetivo de los errores cometidos y
redefiniciones en las estrategias de las fuerzas socio-democráticas y de
izquierda. Exige una mejor comprensión
de los mecanismos de reproducción del sistema de dominación existente y el
diseño de estrategias adecuadas que los enfrentan en su complejidad en los
distintos ámbitos y niveles; demanda
mayor eficacia en la batalla ideológica política, requiere de la definición de
una estrategia política-organizativa que permita encausar la rebeldía de
nuestros pueblos hacia una nueva etapa revolucionaria, antiimperialista y
socialista. En el contexto mundo actual, en la que se agrede los pueblos sin
piedad, enfrentar al capital, a la política mercantilizada,al poder corporativo
y al imperialismo es una responsabilidad histórica que debe impulsarse sin
titubeos,pragmatismos políticos, ni fundamentalismos. Es finalmente el reto de
retomar el camino de una revolución mundial.
Lo expresado por Fidel, aquel 1
de mayo del 2000 en la Plaza de la Revolución, cobra más vigencia que nunca. “Revolución es sentido del
momento histórico; es cambiar todo lo que debe ser cambiado; es igualdad y
libertad plenas; es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos; es
emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos; es desafiar
poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional; es
defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio; es
modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo; es luchar con audacia,
inteligencia y realismo; es no mentir jamás ni violar principios éticos; es
convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la
fuerza de la verdad y las ideas[…].
Enero 2018
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