El FMI predice la vulnerabilidad de los bancos en los Estados Unidos y la Unión Europea al tiempo que permite el apalancamiento de la deuda insostenible, dice el economista Michael Hudson. Le entrevistó Kim Brown
KIM BROWN: Con lo peor de la gran recesión supuestamente superado, los analistas económicos siguen viendo signos de que no estamos todavía completamente fuera de peligro. Un nuevo informe publicado el miércoles por el Fondo Monetario Internacional muestra que algunos bancos de Estados Unidos y Europa quizás no sean lo suficientemente fuertes para sobrevivir a otro revés, incluso con ayuda estatal.
Se une a nosotros desde Nueva York Michael Hudson. Michael es Profesor e Investigador de Economía de la Universidad de Missouri, Kansas City. Su último libro es Matar al Anfitrión: Cómo los parásitos financieros y la servidumbre de la deuda destruye la economía global ( Killing the Host: How Financial Parasites and Debt Bondage Destroy the Global Economy). Michael, gracias de nuevo por estar con nosotros.
MICHAEL HUDSON: Me alegró de estar contigo. Pero el peligro no ha pasado.
BROWN: Está bien, entremos en ello. El informe del FMI sobre la estabilidad financiera dice que a pesar de que los bancos sean más fuertes ahora que antes de la crisis económica de 2007-2008, aproximadamente el veinticinco por ciento de los bancos de Estados Unidos y alrededor de un tercio de los bancos europeos son demasiado débiles, incluso para beneficiarse de un aumento potencial de las tasas de interés y de cualquier ayuda para la recuperación, si la economía mundial tomara un giro hacia abajo. Pero antes de entrar en cuestiones específicas acerca de la salud de los bancos, Michael, ¿actualmente estamos todavía en una recesión o estamos firmemente en una recuperación?
HUDSON: No estamos en una recuperación y no estamos realmente en una recesión tradicional. La gente piensa en un ciclo económico, que es un auge seguido de una recesión y luego los estabilizadores automáticos reactivan la economía. Pero esta vez no la podemos reactivar. La razón es que cada recuperación desde 1945 se ha iniciado con un nivel de deuda cada vez mayor. La deuda es tan alta ahora, que desde 2008 hemos estado en lo que yo llamo la deflación de la deuda. La gente tiene que pagar tanto dinero a los bancos que no tienen suficiente dinero para comprar los bienes y servicios que producen. Así que no hay demasiada inversión nueva, no hay nuevos puestos de trabajo (excepto los empleos de « servicios » de salario mínimo) los mercados se están reduciendo y la gente no puede pagar sus deudas. Así que muchas empresas no pueden pagar a sus bancos.
El producto de los bancos es la deuda. Tratan de decir a los clientes que "las deudas son buenas para usted", pero los clientes no pueden permitirse más deuda, así que no hay forma de que los bancos puedan continuar con su plan de negocios corriente. De hecho, no hay manera de que los bancos puedan cobrar todo lo que se les debe. Eso es lo que el FMI no sigue a través de su análisis diciendo: "Mira, los bancos están en la ruina porque el sistema financiero está en quiebra; y el sistema financiero está en quiebra porque la idea de intentar enriquecerse mediante el endeudamiento no funciona ".
Era un modelo falso. Así que, en realidad, estamos al final de un ciclo largo que se inició en 1945 alimentando a la economía con la deuda. No podremos salirnos de ello hasta que eliminemos las deudas. Pero eso es impensable para el FMI. No puede decir eso, porque se supone que representa los intereses de los bancos. Así pues, todo lo que el FMI puede hacer es retorcerse las manos por el hecho de que los bancos no van a ganar dinero, incluso si hay una recuperación.
Pero en realidad no hay una recuperación y no hay indicios de ella en el horizonte, porqué la gente tiene que pagar a los bancos. Es un círculo vicioso –o mas bien, una espiral descendente. Básicamente, los economistas del FMI se limitan a alzar los brazos admitiendo que no saben qué hacer, dados los límites de su visión restringida.
BROWN: Bueno, Michael, ayúdanos a entender por qué el crecimiento ha sido tan débil durante estos últimos ocho o seis años más o menos.
HUDSON: Si se toma el presupuesto medio familiar - lo he dicho muchas veces en tu programa - podemos ir a los números. Si tienes que pagar del cuarenta al cuarenta y tres por ciento de tus ingresos para la vivienda ; además, el quince por ciento de tu sueldo es retenido por la Seguridad Social ; tienes que pagar la atención médica ; tienes que pagar a los bancos tu deuda de la tarjeta de crédito ; préstamos estudiantiles. Después de esto te queda sólo un veinticinco o un treintaicinco por ciento, tal vez una tercera parte de tu salario para comprar bienes y servicios. Eso es todo.
El problema es que la manera de conseguir un trabajo es con una empresa que vende bienes y servicios. Las empresas no contratan porque los consumidores no tienen suficiente dinero para comprar los bienes y servicios.
Estamos en una deuda-deflación crónica. No hay manera de recuperarse a menos que se perdonen las deudas. Eso es básicamente lo que el FMI está dando a entender (de forma explicita en el caso de Grecia), pero no lo dice claramente porque eso no se puede decir, porque no se considera correcto.
BROWN: Michael, el titular de MarketWatch sobre este informe del FMI dice: “Olvidaros del ‘demasiado grande’ para caer. La gran preocupación son unos bancos demasiado débiles para sobrevivir”. Si los grandes bancos casi tumbaron el sistema financiero mundial ¿por qué unos bancos más débiles serian mejor para los consumidores?
HUDSON: Se trata de bancos especializados que hacen lo que los bancos solían hacer (antes de que el presidente Clinton suprimiera la ley Glass-Steagall en 1999). Los bancos pequeños que prestan a los consumidores están bien. La mayoría de los bancos - con el Deutsche Bank en la cumbre del espectro aquí - han decidido que no pueden continuar haciendo préstamos dinerarios, así que van al segundo plan de negocio: prestan dinero a los capitalistas de casino. Es decir, a gente que quiere jugar con derivados.
Un derivado es una apuesta sobre si una acción o un bono o un activo inmobiliario va a subir o a bajar. Hay un ganador y un perdedor. Es como una apuesta hípica. Ocurre que el mayor banco que ha prestado para este juego - no para la producción real, no para la inversión, únicamente para especular- ha sido el Deutsche Bank. Los prestatarios tomaron prestado del Deutsche Bank para jugar.
¿Cuál es la mejor apuesta del mundo en este momento? Es apostar a que las acciones del Deutsche Bank van a bajar. Los vendedores al descubierto han tomado prestado de sus bancos para apostar a que las acciones del Deutsche Bank van a bajar. Ahora se retuercen las manos diciendo: "¡Oh! los especuladores nos están matando". Pero es el Deutsche Bank y los demás bancos quienes están proporcionando el dinero a los especuladores para apostar con crédito.
BROWN: Michael, el informe del FMI dice que si, en la zona euro, los gobiernos pudieran ayudar a los bancos a deshacerse de sus préstamos malos, ello tendría un efecto positivo sobre el capital bancario. ¿Cuál sería el efecto sobre los consumidores de la economía de la UE, en general, si los bancos pudieran simplemente deshacerse de estos malos préstamos?
HUDSON: En realidad son simples matemáticas. Hay que abolir los planes de pensiones. Hay que suprimir el gasto social. Hay que subir los impuestos. Hay que hacer que por lo menos el cincuenta por ciento de la población europea emigre, ya sea a Rusia o a China. Debería haber hambre masiva. Muy simple. Ese es el precio que la zona euro piensa que vale la pena pagar. Es el precio que pensó que valía la pena que Grecia pagara. Para salvar a los bancos, toda la zona euro debería volverse como Grecia.
Hay que hacer que los gobiernos vendan la totalidad de sus propiedades públicas; vendan sus ferrocarriles, vendan su territorio público. En esencia hay que introducir el neo-feudalismo. Hay que retrasar el reloj de la historia miles de años atrás y reducir la población europea a la esclavitud de la deuda. Es una solución tan fácil como la que la Eurozona ha impuesto a Grecia. Y los líderes y los bancos urgen a los economistas responsables a que promuevan esta solución para la población en general.
BROWN: Hablemos de la otra pequeña parte de información dada a conocer por el FMI sobre la deuda. La deuda global ha llegado actualmente a cerca de ciento cincuenta y dos billones de dólares. Esto incluye la deuda pública, la deuda familiar, la deuda de las empresas no financieras. ¿Qué significa todo esto para la deuda del sistema financiero global y para la gente común, Michael?
HUDSON: Significa que la única manera en que la gente puede pagar la deuda es reduciendo drásticamente su nivel de vida. Esto significa que acepten convertir sus planes de pensiones de prestación definida (usted sabe lo que va a recibir) en "planes de aportación definida", en los que Ud. pone el dinero, pero no se sabe lo que tendrá al final.
Para salvar a los bancos de las pérdidas que acabarían con su valor neto hay que deshacerse de la Seguridad Social. Esto significa en esencia que hay que abolir el gobierno y dar su gestión al sistema bancario para que lo ejerza, con la idea de que el papel de los gobiernos es extraer ingresos de la economía para pagar a los tenedores de bonos y a los bancos.
Cuando se dice “pagar a los bancos” lo que realmente se quiere decir es pagar a los tenedores de acciones bancarias. Estos son, básicamente, el Uno por Ciento. Lo que se ve directamente en el informe del FMI, en este crecimiento de la deuda, es que el Uno por Ciento de la población posee unas tres cuartas partes de toda esta deuda. Esto significa que hay que elegir: o bien salvas la economía, o bien salvas al Uno por Ciento de la pérdida de un solo centavo.
Todos los gobiernos, desde la administración de Obama hasta Angela Merkel, la zona euro y el FMI se comprometieron a salvar a los bancos, no a la economía. Ningún precio es demasiado alto para intentar que el sistema financiero continúe funcionando algo más de tiempo. Pero finalmente no se puede salvarlo debido a que es una cuestión de matemáticas. Las deudas crecen y crecen. Y cuanto más crecen más se contrae la economía. Al reducir la economía, se reduce la capacidad de pagar las deudas, por lo que es una ilusión creer que el sistema puede ser salvado. La cuestión es ¿durante cuánto tiempo la gente va a estar dispuesta a vivir en esta ilusión?
BROWN: Esa era mi siguiente pregunta. No sólo cuanto tiempo la gente va a estar dispuesta a vivir en esta ilusión sino ¿cuánto tiempo podrá sostenerse aun esta ilusión antes de que veamos otro colapso de las economías en todo el mundo? ¿Es algo inminente, algo que simplemente deberíamos estar esperando que ocurra, para lo cual deberíamos prepararnos?
HUDSON: Todavía estamos en el colapso que comenzó después de 2008. No hay un nuevo colapso, no ha habido una recuperación. Los salarios del noventa y nueve por ciento han disminuido de manera constante desde el año 2008. Han disminuido especialmente para el veinticinco por ciento inferior de la población. Esto significa que han bajado especialmente para los negros y los hispanos y demás trabajadores de cuello azul. Su valor neto de hecho ha pasado a ser negativo y no tienen suficiente dinero para salir adelante.
De hecho, una de las grandes empresas de consultoría acaba de hacer un estudio de la “generación del milenio”. Ernst and Young hizo un estudio y resultó que el setenta y ocho por ciento de estos jóvenes están preocupados por no tener suficientes oportunidades de encontrar un trabajo bien pagado para poder devolver los préstamos estudiantiles. Un setenta y cuatro por ciento no puede pagar los servicios sanitarios si enferman. Un setenta y nueve por ciento no tiene suficiente dinero para vivir cuando se retiren. Así que, tenemos ya a toda una generación, no sólo aquí sino también en Europa, que no consigue obtener empleos bien remunerados. La única manera de que puedan vivir tal como se les prometió es tener padres lo suficientemente ricos para procurarles un fondo fiduciario.
BROWN: Hemos estado hablando con Michael Hudson. Michael es un Profesor e Investigador de Economía de la Universidad de Missouri, Kansas City. Su último libro es Matar al Anfitrión: Cómo los parásitos financieros y la servidumbre por la deuda destruye la economía global. Michael, dijiste que tenías otro libro a punto de salir ¿es cierto ?
HUDSON: Sí, a finales de este mes. Tendrá por título J is for Junk Economics. Es una revisión de por qué los economistas prometen que de alguna manera vamos a recuperarnos. Por qué esto es básicamente basura, y por qué hoy día, para ser economista debes participar en este cuento que de alguna manera podemos recuperarnos y seguir enriqueciendo a los bancos. Es un cuento. J is for Junk Economics trata de por qué no va a funcionar.
es profesor de investigación de la facultad de económicas de la Universidad de Missouri, Kansas City e investigador asociado del Instituto de Economía Levy. Su último libro es Killing the Host: How Financial Parasites and Debt Destroy the Global Economy. (“Matar al huésped: o cómo los parásitos financieros y la deuda destruyen la economía mundial”) que está publicado en formato digital por CounterPunch Books y en papel por Islet.
No hay comentarios:
Publicar un comentario