Tenemos mucho que agradecer al
presidente obrero Nicolás Maduro y el bravo pueblo revolucionario venezolano,
quienes con valentía, paciencia, e inclaudicable compromiso de defender y profundizar el
proceso revolucionario bolivariana, se enfrentan a la más feroz
agresión internacional, que tiene un único fin: derrotar a la
revolución, apropiarse de los bienes naturales y estratégicos, crear una narrativa que justifique ante la
ciudadanía mundial, una intervención militar que instaura una violenta
contrarrevolución, y enterrar la posibilidad a corto plazo que los pueblos del
mundo puedan avanzar por el camino de la liberación y autodeterminación.
Venezuela se sitúa hoy en el
centro de la batalla contra los poderes globales, el capital transnacional, el
imperio y sus súbditos regionales, en un contexto geoestratégico global de
profunda tensión, crisis y reacomodos, pero de profundización del modelo
hegemónico. La falta de correlación mundial de las fuerzas democráticas,
revolucionarias y emancipatorias para redireccionar el destino de la humanidad
hacia otro modelo, le otorga suficiente capacidad de maniobra a estos poderes
globales para dar pasos más contundentes en su afán de re-colonización de los
territorios estratégicos, la profundización de la explotación de la clase
trabajadora y el saqueo feroz de los bienes naturales.
La Revolución Bolivariana, por su
importancia simbólica, por su profundo carácter democrático, por los
significativos logros económicos sociales, por haberse convertido en el faro de
una nueva ola antiimperialista de la Patria Grande, y porque ha sabido
revitalizar el sueño de una nueva etapa de liberación de la nuestra América, es
considerado una amenaza directa para esta nueva etapa de dominación imperial.
Solo así se puede entender, la
complejidad y densidad de la estrategia de guerra permanente que se ha lanzado
contra el gobierno revolucionario de Nicolás Maduro. La escalada actual, en
respuesta a la decisión de impulsar una nueva constituyente que permitirá
profundizar el proceso revolucionario, potenciar el poder popular y derrotar
los intentos golpistas de la derecha, permite identificar con precisión los
actores y su modus operando, así como los planos tácticos de esta estrategia de
guerra no convencional.
Una y otra vez, los planes
golpistas e intervencionistas han sido derrotados, gracias a la sabía y
paciente conducción de Nicolás Maduro, la extraordinaria actuación de la
canciller de dignidad Delcy Rodríguez,
la capacidad política y organizativa de los militantes y del leal pueblo
revolucionario venezolano.
Durante esta ya prolongada batalla,
nutrida por la experiencia cubana y latinoamericana, la Revolución Bolivariana
nos aporta importantes aprendizajes, vitales para el nuevo ciclo de lucha
revolucionario de nuestra Patria Grande.
a) La
importancia del blindaje jurídico-político constitucional que imposibilita la pérdida
de derechos conquistados y dificulta que fuerzas de oposición al proceso
revolucionario puedan boicotear o revertir el proceso;
b) La movilización
permanente del pueblo en defensa del proceso revolucionario como parte de una
estrategia organizativa-política del pueblo convertido en sujeto de
transformación, emancipación y guardián
del proceso.
c) La creación de una
fuerza armada comprometida con la revolución, su base ideológica política y que
se convierta en un escudo protector ante la agresión interna y externa; una fuerza
armada no apolítica sino una parte consustancial del sujeto político revolucionario.
d) Una estrategia
internacional amplia, tácticamente flexible pero coherente con los principios
antiimperialistas, de la solidaridad activa y de la conformación de un mundo
multipolar, un despliegue político en los escenarios estratégicos internacionales
para crear muros de contención ante el
intervencionismo y agresiones imperiales.
e) La movilización
permanente de la solidaridad internacional en todos los espacios y medios posibles, para
romper el cerco informativo, movilizar
conciencias y soportes políticos.
f) El compartir los
aprendizajes de los logros y dificultades que se han enfrentado en la
construcción del proceso revolucionario, y su defensa ante la agresión internacional
y nacional.
g) El despliegue de la
estrategia de guerra no convencional contra Venezuela, enfrentado exitosamente
hasta el momento, nos ha permitido aproximarnos a como se opera la estrategia
de cuarta y quinta generación, nos permite comprender su complejidad y los
retos que enfrentamos para derrotarla ahora y en el futuro. Nos permite
prepararnos mejor
h) El permanente
intercambio con los movimientos sociales e intelectuales del mundo para
analizar determinados problemáticas, buscar soluciones y enfrentar los
profundos y enormes retos propios de un proceso revolucionario de esta
naturaleza.
Indudablemente, ante la amenaza de la re-colonización,
militarización y agresión internacional, los pueblos de nuestra Patria Grande no
solamente se erigen en defensa de la Revolución Bolivariana sino luchan incansablemente
por un porvenir distinto. Hoy por hoy, tenemos un enorme legado de aprendizajes.
·
Sabemos que dentro del
marco del capitalismo no hay salida y futuro para la humanidad, y que hoy como
nunca es necesario dar pasos claros y decididos hacia una nuevo modelo
civilizatorio.
· Sabemos que recuperar la
economía de las garras de las empresas transnacionales mediante proceso de
nacionalización, ensancha la soberanía y nutre los presupuestos nacionales en
pro de políticas de inversión social o desarrollo;
· Sabemos que la
socialización de los medios de producción, la diversificación productiva,
y hacer partícipe al pueblo en las
decisiones económicas, dignificando a los trabajadores, es un requisito clave
para combatir la desigualdad,la sobreexplotación y subordinación política a los
poderes oligárquicos.
· Sabemos que es necesario
crear poder popular territorial, la
autogestión productiva y alimentaria, la agroecología, abandonar el modelo
rentista y extractivista, así como crear circuitos productivos y de
comercialización horizontales populares desde abajo para desplazar a los
monopolios y las transnacionales.
· Sabemos que si es posible erradicar la pobreza, el
analfabetismo, las enfermedades prevenibles y mejorar las condiciones
materiales de nuestros pueblos mediante políticas sociales progresivas; y que
éstas deben estar acompañadas de poder real de decisión e intensas batallas
ideológicas –políticas.
·
Sabemos que existen
distintas formas y ámbitos donde impulsar las transformaciones, y estas se deben
combinar dialécticamente en torno a un objetivo común. Esto implica confrontar las
perspectivas cosificadas sobre el sujeto y la vía de la liberación o
emancipación social.
·
Sabemos que dentro de
marco de la democracia burguesa puedan existir
oportunidades para una transición reformista, pero éstas más temprano que tarde sucumben ante la capacidad de maniobra de la
clase dominante, si no se radicalizan dialécticamente las estrategias.
·
Sabemos que la
democracia no es una categoría cerrada, sino una permanente dinámica
socio-política que traslada y potencia el poder de participación y decisión de
los pueblos y debe desmontar las relaciones patriarcales, clasistas, racistas y
mercantilizadas.
Hemos aprendido que el sistema actual de
dominación es muy complejo y requiere un abordaje que corresponde a su nivel de
complejidad. Implica desconexión individual y colectivo de los mecanismos
reproductores de este sistema, sean en el ámbito ideológico, político,
económico o socio-cultural, subvirtiendo la hegemonía dominante en un
permanente proceso de de-construcción de
lo existente y re-construcción en dirección de las alternativas sistémicas. Hemos
entendido que la lucha por un nuevo modelo civilizatorio tiene que ser
necesariamente global y articulado, y que en esta dirección deben darse pasos
mucho más claros y contundentes.
El centro de la batalla por la Patria Grande y
la Humanidad entera, se concentra hoy en
la República Bolivariana de Venezuela, y los pueblos le decimos ¡Presentes compañeros
y compañeras! ¡Su lucha es nuestra lucha! ¡A Vencer y rendirnos Jamás!
Julio 2017
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