ENTREVISTA A BOGUSLAW ZIETEK -JAN MALEWSKI
26 de enero de 2015
Viento Sur
El pasado 17 de enero, las movilizaciones contra el cierre de 4 minas de carbón en Silesia y los despidos que implicaban terminó con la victoria de los trabajadores que lograron imponer al gobierno un giro de 180º. Para hablarnos de esta lucha, hemos entrevistado a Boguslaw Zietek, presidente del sindicato libre "Agosto-80" y miembro del Comité Intersindical de Huelga.
Tras diez días de huelga y movilización popular en la región industrial de Silesia, el gobierno de coalición PO-PSL de Ewa Kpacz/1ha dado el brazo a torcer. ¿Cuál fue el origen de esta lucha?
Boguslaw Zietek: A mediados de diciembre, el nuevo gobierno prometió consultar a los sindicatos mineros su programa de rescate para las minas, pero el 7 de enero Ewa Kopacz, la presidenta, anunció el cierre de 4 de ellas con los despidos que ello implicaba. Ese mismo día, las plantillas de esas 4 minas se declararon en huelga. Los mineros que se encontraron al fondo de la mina no salieron a la superficie al concluir su trabajo y ocuparon las galerías. En 24 horas las 4 minas estaban paralizadas.
Hace ya dos años que en Silesia creamos un Comité de huelga en el que participan los principales sindicatos -Solidarnosc, OPZZ, FZZ y Agosto-80. En esa época este Comité organizó con éxito una huelga general de advertencia. Desde entonces, esta coordinación ha estado en sordina pero no fue disuelta. De ahí que ahora tomara rápidamente la iniciativa de coordinar el movimiento y exigiera una reunión con el gobierno. Al mismo tiempo, otras minas empezaron a desarrollar iniciativas de solidaridad: los mineros seguían trabajando pero tras el trabajo se quedaban en las galerías de las minas dispuestos a ocuparlas en caso de que fuera necesario.
¿Cómo explicas que el gobierno decidiese adoptar una medida tan provocadora?
En primer lugar, porque tras lanzar una campaña propagandística hablando de los "increíbles beneficios" de los mineros, esperaba que éstos quedaran aislados en su lucha. En segundo lugar, el gobierno apostaba por la división entre los sindicatos y entre los trabajadores: sólo planteaba el cierre de 4 minas y pensaba que el resto no saldría en su defensa dado que, en ese caso, amenazaba que sería toda la compañía minera (KW), es decir 14 minas, las que habría que cerrar. O sea, amenazaba con destruir 47 000 puestos de trabajo. Nadie aceptó ese discurso. En tercer lugar, porque nadie en el gobierno previó semejante resistencia social. No han sido solo los mineros los que se han movilizado contra el gobierno, sino toda la sociedad. Una semana después de iniciar la movilización, las encuestas indicaban que el 68,5% de la población en todo el país apoyaba a los mineros y sólo el 15% consideraba que el gobierno tenía razón.
Así pues, se trataba de una verdadera movilización contra el gobierno…
¡Porque habíamos preservado el comité de huelga! No tardamos nada en organizar acciones de apoyo a los huelguistas. Y, lo que fue mejor, la gente también se movilizó espontáneamente organizando cortes de carretera, manifestaciones y marchas de protesta. En cada iniciativa había centenares e incluso miles de participantes; en general familiares, pero también gente que no lo era. Florecieron tiendas de campaña alrededor de las minas. No pasaba un día que no se desarrollara una acción. La manifestación más grande tuvo lugar en Byton: alrededor de 12 000 manifestantes, cuando en esa localidad no hay más que 2 000 mineros. El sindicato de enfermeras y comadronas (OZZPiP) de la región de Silesia también se sumó al movimiento, participando en los mítines y en las manifestaciones unitarias.
Desde el inicio, el Comité de Huelga organizó reuniones con los alcaldes en los que se acordó el apoyo mutuo. Es preciso señalar que la alcaldesa independiente de Ruda-Slaska, donde iban a cerrar la mina "Pokoj", fue elegida con el apoyo de los sindicatos de mineros, entre ellos Agosto 80-. En Gliwice, el alcalde independiente ya se había comprometido en otras ocasiones apoyando a la mina mediante la financiación del estudio de un plan alternativo. Hubo rumores de que el gobierno había elegido esas minas para castigar a la gente que había optado por elegir a alcaldes independientes… Pero incluso en los pueblos con alcalde del PO se adoptaron resoluciones contra el gobierno.
¿Qué efectos va a tener vuestra victoria?
La gente ha comprendido que luchando se puede ganar. Al principio la situación se anunciaba como que, al igual que con M Thatcher, el gobierno iba a quebrar a los mineros, pero al final ha sido el gobierno el que ha tenido que capitular, comprometiendo miles de millones de Zlotys para una verdadera reestructuración del sector. Esta experiencia permite que otros sectores comiencen a levantar cabeza y a replantear sus reivindicaciones. Ha cambiado el ambiente. Antes la gente decía que "la lucha no sirve para nada, siempre terminamos perdiendo" y ahora dice que vale la pena luchar, que la victoria es posible. También asistimos a un debilitamiento del gobierno y la división en su campo, así como al rechazo de los partidos, porque todos se han situado al margen del movimiento.
26/01/2015
Notas
1/ PO (Plataforma Cívica), partido de la actual presidenta y el PSL es el Partido Campesino
Entrevista que será publicada en el semanario L’anticapitaliste del NPA.
Traducción: VIENTO SUR
Tras diez días de huelga y movilización popular en la región industrial de Silesia, el gobierno de coalición PO-PSL de Ewa Kpacz/1ha dado el brazo a torcer. ¿Cuál fue el origen de esta lucha?
Boguslaw Zietek: A mediados de diciembre, el nuevo gobierno prometió consultar a los sindicatos mineros su programa de rescate para las minas, pero el 7 de enero Ewa Kopacz, la presidenta, anunció el cierre de 4 de ellas con los despidos que ello implicaba. Ese mismo día, las plantillas de esas 4 minas se declararon en huelga. Los mineros que se encontraron al fondo de la mina no salieron a la superficie al concluir su trabajo y ocuparon las galerías. En 24 horas las 4 minas estaban paralizadas.
Hace ya dos años que en Silesia creamos un Comité de huelga en el que participan los principales sindicatos -Solidarnosc, OPZZ, FZZ y Agosto-80. En esa época este Comité organizó con éxito una huelga general de advertencia. Desde entonces, esta coordinación ha estado en sordina pero no fue disuelta. De ahí que ahora tomara rápidamente la iniciativa de coordinar el movimiento y exigiera una reunión con el gobierno. Al mismo tiempo, otras minas empezaron a desarrollar iniciativas de solidaridad: los mineros seguían trabajando pero tras el trabajo se quedaban en las galerías de las minas dispuestos a ocuparlas en caso de que fuera necesario.
¿Cómo explicas que el gobierno decidiese adoptar una medida tan provocadora?
En primer lugar, porque tras lanzar una campaña propagandística hablando de los "increíbles beneficios" de los mineros, esperaba que éstos quedaran aislados en su lucha. En segundo lugar, el gobierno apostaba por la división entre los sindicatos y entre los trabajadores: sólo planteaba el cierre de 4 minas y pensaba que el resto no saldría en su defensa dado que, en ese caso, amenazaba que sería toda la compañía minera (KW), es decir 14 minas, las que habría que cerrar. O sea, amenazaba con destruir 47 000 puestos de trabajo. Nadie aceptó ese discurso. En tercer lugar, porque nadie en el gobierno previó semejante resistencia social. No han sido solo los mineros los que se han movilizado contra el gobierno, sino toda la sociedad. Una semana después de iniciar la movilización, las encuestas indicaban que el 68,5% de la población en todo el país apoyaba a los mineros y sólo el 15% consideraba que el gobierno tenía razón.
Así pues, se trataba de una verdadera movilización contra el gobierno…
¡Porque habíamos preservado el comité de huelga! No tardamos nada en organizar acciones de apoyo a los huelguistas. Y, lo que fue mejor, la gente también se movilizó espontáneamente organizando cortes de carretera, manifestaciones y marchas de protesta. En cada iniciativa había centenares e incluso miles de participantes; en general familiares, pero también gente que no lo era. Florecieron tiendas de campaña alrededor de las minas. No pasaba un día que no se desarrollara una acción. La manifestación más grande tuvo lugar en Byton: alrededor de 12 000 manifestantes, cuando en esa localidad no hay más que 2 000 mineros. El sindicato de enfermeras y comadronas (OZZPiP) de la región de Silesia también se sumó al movimiento, participando en los mítines y en las manifestaciones unitarias.
Desde el inicio, el Comité de Huelga organizó reuniones con los alcaldes en los que se acordó el apoyo mutuo. Es preciso señalar que la alcaldesa independiente de Ruda-Slaska, donde iban a cerrar la mina "Pokoj", fue elegida con el apoyo de los sindicatos de mineros, entre ellos Agosto 80-. En Gliwice, el alcalde independiente ya se había comprometido en otras ocasiones apoyando a la mina mediante la financiación del estudio de un plan alternativo. Hubo rumores de que el gobierno había elegido esas minas para castigar a la gente que había optado por elegir a alcaldes independientes… Pero incluso en los pueblos con alcalde del PO se adoptaron resoluciones contra el gobierno.
¿Qué efectos va a tener vuestra victoria?
La gente ha comprendido que luchando se puede ganar. Al principio la situación se anunciaba como que, al igual que con M Thatcher, el gobierno iba a quebrar a los mineros, pero al final ha sido el gobierno el que ha tenido que capitular, comprometiendo miles de millones de Zlotys para una verdadera reestructuración del sector. Esta experiencia permite que otros sectores comiencen a levantar cabeza y a replantear sus reivindicaciones. Ha cambiado el ambiente. Antes la gente decía que "la lucha no sirve para nada, siempre terminamos perdiendo" y ahora dice que vale la pena luchar, que la victoria es posible. También asistimos a un debilitamiento del gobierno y la división en su campo, así como al rechazo de los partidos, porque todos se han situado al margen del movimiento.
26/01/2015
Notas
1/ PO (Plataforma Cívica), partido de la actual presidenta y el PSL es el Partido Campesino
Entrevista que será publicada en el semanario L’anticapitaliste del NPA.
Traducción: VIENTO SUR
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