CRISIS POLITICA o TERREMOTO en TUNEZ
“Soy de la raza de los guerreros.
Pueden matarme pero jamás callarme. Prefiere morir por mis ideas antes que por
cansancio o vejez”
–Chokri Belaid, mártir, 6
febrero 2013
Vivimos en Túnez un
momento culminante de una crisis política crónica luego de las elecciones del
23 de octubre 2011, primeras elecciones desde la independencia formal de 1956 con
cierto grado de transparencia y participación espontanea aunque fuera cortado a
mitad el número de electores. Hoy, la crisis se intensifica al máximo a raíz
del martirio del Compañero Choukri Belaid: su lucha heroica se extendió aún
después de su asesinato. El es de la raza de patriota con dignidad e integridad
personal, vive y vivirá siempre por la fortaleza encarnada de sus ideas. Sabía
que su vida estaba en peligro, recibió varias amenazas. Sin embargo dijo él
mismo poco antes de la tragedia: “Pueden matarme pero jamás callarme”. Veamos ahora en qué medida la
crisis política continua se basa en una desviación y engaño de la intención política
de la mayoría de los votantes.
El objetivo
esencial y declarado de aquellas elecciones era poner en pie una asamblea
constituyente la cual debía nombrar un gobierno provisional mientras esté
redactando en el plazo máximo de un año la nueva constitución y preparar
las elecciones para la segunda república.
Esto significaba administrar un gobierno provisional a la vez mantener
la unidad nacional surgida a raíz de la insurrección del 14 de enero 2011 con
sus objetivos fundamentales de: “Trabajo,
libertad y dignidad nacional”. Sin embargo, a los pocos días de la fiesta
electoral, con la sorpresa y la indignación general, el movimiento islamista Enahdha
–ganador de una fuerte minoría y no mayoritario- irrumpió brutalmente en la
escena nacional con odio y violencia encargando sus milicias salafistas para
dividir al pueblo tunecino entre “buenos” musulmanes, otros “malos” por
reeducar con la “charia” y laicos por liquidar! Su contraparte de la Hermandad
Musulmana están realizando los mismos crímenes en Egipto.
A la vez, en Túnez,
país con antigua tradición de tolerancia y convivencia, abierto al conocimiento,
el intercambio cultural y los idiomas, urbano en gran parte, se oyeron gritos
indecentes y hasta criminales por parte de esas milicias salafistas denigrando
a “los judíos”, nuestros compatriotas y parte de nuestro pueblo originario, a los
“no-creyentes” y “laicos”, hasta tal punto que nos preguntamos “¿de dónde sale
ésta turba?” con sus largas barbas y su ridícula ropa colgando al estilo seudo afgano,
modalidades ajenas por completo a nuestra cultura y tradiciones. A la vez,
estos misóginas se lanzaron primero y con impunidad contra las mujeres para
tapar su cuerpo con velo, incluso a las niñas! Estas agresiones brutales y
tempranas a poco tiempo de las elecciones han sorprendido y casi traumatizado
la población, la cual reaccionó en varias ocasiones con protestas masivas en
las calles y marchas a menudo atacadas también por esas milicias.
En ausencia de
fuerzas populares organizadas --producto de varias décadas de represión férrea por
décadas de dictadura con desapariciones, encarcelamiento por varios años de la
resistencia en filas de la izquierda, destierro de miles de militantes, siendo
entonces esa dictadura apoyada por gobiernos occidentales--, el movimiento
islamista Enahdha (inicialmente fomentado por la propio dictadura como escudo
contra la izquierda) había infiltrado sus células clandestinas en medio de las
capas populares pobres y más aún luego de la insurrección, con apoyo masivo técnico-financiero
de las fuerzas imperiales (USA/OTAN) así como autocracias del Medio Oriente
(Qatar, Saudita). Este movimiento religioso conservador travestido
recientemente en “político moderado”, ha abusado de una supuesta imagen de
gente religiosa y “limpia” en contraste con los desprestigiados y corruptos agentes
de los dos regímenes anteriores, para atraer el voto de un 20% (1 de cada 5) del
electorado, siendo la mitad del electorado ausente por no haber sido inscrito a
tiempo. En definitiva, los votantes a
favor de Enahdha provienen en una mínima parte de algunos empresarios y
burócratas oportunistas pero en su mayoría de las capas más pobres en
periferias urbanas y regiones abandonadas (entre convencidos y otros traídos en
camiones y buses, con soborno de dinero y promesas milagrosas). Hoy muchos de
ellos perdieron sus ilusiones. Entre estos votantes, los marginalizados por
regímenes anteriores viven en un país donde precisamente uno de cada cinco
ciudadanos es analfabeto. Por eso, la base de Enahdha se ha extendido en esa
población marginalizada, analfabeta. Enahdha no ha hecho esfuerzo alguno para
alfabetizar a estos seguidores ciegos, precisamente para seguir aprovechándose
de su ceguera. Enahdha ha sido incapaz de aglutinar fuerzas sociales de los trabajadores
organizados, de la inmensa mayoría del estudiantado, de las mujeres y la
juventud despiertas y de la clase media capitalina y regional. Este voto
relativo sin embargo permitió a Enahdha
ganar 89 de los 217 escaños en la asamblea constituyente (AC). Luego, con el
apoyo de dos menores formaciones políticas oportunistas “socialdemócratas”,
Enahdha pretendió dominar el juego político con una mayoría ficticia parlamentaria.
Esta burda falsificación de la intención del voto popular, hoy se paga con un
desprestigio de Enahdha. De hecho, repetimos, éste pueblo no había entregado un
mandato en delegación para un juego de tipo parlamentario europeo con la
relación de fuerza entre una mayoría islamista dominante en la AC, encargada
del gobierno y una minoría opositora sin dientes. Esta maniobra partidista y
politiquera barata está a la raíz de la crisis política continua en Túnez. Es
así también como la población se ha cansado del espectáculo lamentable de la AC
y de los partidos en general. Cansada pero no desmovilizada, diría más bien está
todavía más politizada aún. Más preocupada todavía por el destino de la Patria.
Hoy, como ayer en argentina, se oye de nuevo un lema de la insurrección:
“Que se vayan todos!”
Partiendo de una
posición de fuerza con sus apoyos occidentales y orientales, Enahdha pretendió
recuperar y apropiarse de los frutos de una insurrección popular pacifica y
victoriosa sin haber participado en ningún momento a la misma. De hecho Enahdha
ha secuestrado el poder y declara con arrogancia que no dejará el poder.
En un año y medio en el gobierno provisional sin límite de tiempo para su
mandato, algo totalmente inusitado en regímenes parlamentarios, sus ministros
han fallado, demostrando una obvia incompetencia y una ausencia del sentido del
Estado. Los bloqueos en la AC en estériles discusiones parlamentaristas sin fin,
provocados por el bloque islamista y sus aliados, al demorar adrede la
redacción de la nueva constitución, le estaba dando tiempo a Enahdha para
infiltrarse desde arriba hacia abajo del aparato del Estado y las empresas
estatales a través de todo el país.
Mientras tanto, sus brazos armados salafistas
y una nueva agrupación de delincuentes autonombrados abusivamente “Liga de defensa de la
revolución”, a los cuales se le ha otorgado una licencia oficial de ¡ONG! no
han dejado de crear disturbios, agresiones físicas contra mujeres, periodistas,
intelectuales, artistas, universitarios, estudiantes, oficinas y sitios de la
UGTT y sus miembros, personalidades públicas democráticas, manifestantes hombres
y mujeres en marchas multitudinarias en las ciudades. A la vez, se han lanzado
en destruir mausoleos de gran respeto del pueblo (zaouya), vandalizando más de 80 antiguas tumbas de personas
venerables de gran dignidad entre el pueblo, algo así como santos –al igual que
las hordas de Al Qaeda en Mali. Estas acciones a diario a través del país
benefician de impunidad por parte del gobierno islamista, la policía y por
supuesto van escalando. Sirven para desviar la atención del pueblo de las
evidentes carencias del gobierno provisional, creando artificiales “eventos”
diarios que tienden en difundir miedo e inseguridad, malos sociales de los cuales
el pueblo se había liberado con el triunfo de la insurrección cuando perdimos
el miedo. Era como reactivar el terror del pasado régimen. En las mezquitas,
líderes religiosos salafistas llaman con total impunidad a matar gente, con
nombre y apellido, entre los cuales el nombre de nuestro compañero y hoy
mártir, Choukri Belaid.
Subiendo la escala
del crimen, las milicias fascistas, brazo armado de Enahdha, pasaron al capítulo
desconocido hasta ahora en Túnez: el asesinato político. Publican en Facebook
listas de personas por asesinar, indicando su dirección y teléfono. Este
fenómeno no se conocía en Túnez ni siquiera en tiempos de dictadura. Sólo hubo
en 1954 antes de la independencia el horrible asesinato del muy querido Farhat
Hached, fundador del sindicato UGTT y luchador patriota a favor de la
independencia. Fue vil y cobardemente asesinado por una milicia fascista de la
policía colonial francesa, “La main rouge”.
Era en Túnez pero sangre tunecina derramada por fuerzas coloniales extranjeras.
Aquello quedó como un profundo trauma en la memoria y la conciencia nacional. Hace
pocos meses, en la ciudad sureña de Tataouine, las milicias de la “liga” han
linchado públicamente y mataron a golpe un dirigente político de una nueva
agrupación, ‘Nidâ Túnez”, de centro-derecha. Fue la primera baja. Contrariamente
al informe de los médicos legistas declarando la causa de muerte por
instrumentos contundentes, el ministro del interior declaró que ese militante
murió por un infarto cardiaco!
Recién, nos
enteramos con mayor inquietud aún de la presencia de una célula secreta
en el seno del ministerio del interior organizada por un conocido antiguo jefe
terrorista islamista, célula al mando directo desde afuera del ministerio del
jefe de Enahdha, Ghanouchi. Existen fuertes presunciones y testimonios
fidedignos de que ésta célula terrorista estaría involucrada entre mandantes y
ejecutores del vil asesinato de nuestro compañero Choukri Belaid, dirigente de
un partido marxista y co-fundador del frente unido de la izquierda, el Frente
Popular. Luego de casi dos semanas, el ministerio del interior no ha hecho aún
declaración inicial alguna en relación con la investigación conjunta en curso de
la justicia y la policía, lo cual acrecenta el resentimiento popular y la
sospecha de borrar huellas. Hay más información acerca de elementos con nombre
propio y pasado terrorista de Enahdha infiltrados en varios ministerios. La última
noticia indica una verdadera desagregación del ministerio del interior entre al
menos tres partes en conflicto abierto: los del régimen derrocado, los nuevos
leales a Enahdha y su ministro y los “independientes” aglomerados en un nuevo
sindicato a favor de la creación de una verdadera policía republicana que
obedece a la legalidad y no al dedillo del gobierno de turno.
Del mismo modo, la
tragedia del martirio de Choukri está provocando un terremoto con serias
sacudidas repetidas dentro de partidos políticos de derecha y del centro con
deserciones, incluyendo una fractura en el seno de Enahdha y sus raquíticos
aliados socialdemócratas.
La fecha del 6 de
febrero último, día del vil asesinato, sigue viva en la conciencia diaria del
pueblo, a la vez persigue cual un terrible fantasma a los enemigos de la
Patria. Un millón y medio de ciudadan@s de todas edades participaron en
el sepelio en la capital, además de otros millones a través del país ocupando las
calles, simbólicamente, y otros tantos televidentes en su casa, siendo un día
frio y lluvioso. En la misma tarde de ese fatídico día 6, estando el país en
duelo nacional, el Primer Ministro Hamadi Jbalí, anunció con tono dramático su
decisión para reorganizar en profundidad su gobierno en base a elementos
independientes de todo partido político, lo que llamó un gobierno de
tecnócratas. Dijo que decidió solo sin consultar su partido Enahdha, el cual
desencadenó públicamente una fuerte reprobación en contra de Jbali. Desde
entonces, Enahdha por boca de su jefe Ghanouchi no ha dejado de oponerse a
Jbali, siendo éste ultimo secretario general de Enahdha, atacándolo en
discursos, en nombre de una “legitimidad” de los islamistas a través de las
urnas –obviando el hecho de que había caducado el mandato de un año del pueblo
desde el 23 de octubre pasado, sin que se haya producido la nueva constitución
y tampoco se han preparado las elecciones.
Todavía fuerte de
una mayoría relativa en la AC, Enahdha ha tratado de mantener la iniciativa del
juego político, lo que en otros términos evidencia su responsabilidad en la
parálisis política, la crisis continua y por ende el secuestro del país. De hecho, la decisión de Jbali lo sitúa como
elemento moderado dentro de su partido sino incluso marginal o hasta como
jugador político independiente al darse una misión de “salvador” del país. En realidad, nos encontramos con un país más
dividido aún, con una polarización de fuerzas por una parte entre una extrema
derecha islamista sin futuro, en plena bancarrota y con desprendimiento de su
ala moderada; por otra parte una fuerza al centro que está aglutinando cada día
más seguidores con afán de salir de la crisis y volver a ver el país con su
imagen tradicional, tolerante y pacifica buscando la línea mediana para
sobrevivir y superar la tormenta. A la izquierda, se sitúa desde hace poco el
conjunto de pequeñas fuerzas duramente reprimidas en el pasado bajo la
dictadura y que han sido unificadas en el Frente Popular, gran parte gracias a
los valerosos esfuerzos del Compañero Choukri Belaid. Con todo, el grueso de las fuerzas populares está
buscando el “centro” como refugio contra Enahdha y su caos. Con las
perspectivas electorales, lo mejor que pudiera hacer el Frente Popular seria
entrar en alianza electoral con el centro.
Esto sería una comprobación más de la división del tiempo histórico entre
antes y después del 6 de febrero. De esta forma, se esclarece el paisaje
político más aún con un polo patriótico versus Enahdha y su quimera de califato.
Perspectivas
Aparentemente, Jbali
también fue sacudido por el vil asesinato político de Belaid y se distanció de inmediato
de Enahdha acusada como mandante sino incluso ejecutora del crimen. Nada será
igual después del 6 de febrero. El país entero está profundamente traumatizado
y hasta en cierta ruptura con la clase política en su conjunto. Sin embargo, el
Frente Popular ha ganado más afiliados y simpatizantes; a la vez, mujeres y
jóvenes activos protagonistas de la insurrección popular están en plena faena
para organizarse en el seno de nuevos movimientos sociales. Son verdaderamente
el amanecer y la esperanza de un futuro político alternativo.
Fuera de las tactaciones
politiqueras actuales para formar un nuevo gobierno provisional “mixto” (políticos
y tecnócratas), con o sin Jbali a la cabeza, volvemos al punto de partida con las
tareas prioritarias que siguen siendo las mismas desde las elecciones del 23 de
octubre 2011, las cuales constituyen un objetivo continuamente defendido por el
Frente Popular y ahora con el consenso general, menos del lado islamista:
- Foro nacional inclusivo de todos los partidos y mayores organizaciones sociales para con urgencia y en pocos días alcanzar un denominador común en vista de una hoja de ruta (programa mínimo de prioridades para la salvación nacional) y un nuevo gobierno provisional de crisis. Esta idea había sido ya elaborada hace pocos meses por la Central de Trabajadores (UGTT) pero fue saboteada por Enahdha.
- 12 mayores puntos socioeconómicos y políticos de la hoja de ruta:
*
1- Determinar por la justicia quienes fueron ejecutores y mandantes del
asesinato del patriota Choukri Belaid. * 2- Luchar con eficiencia y
transparencia contra la violencia política, disolver la célula terrorista del
Ministerio del Interior, las milicias fascistas (Liga & Salafistas),
controlar los lideres islamistas en las mezquitas (predicadores de la
violencia). * 3- Darle atención médica
gratuita y apoyo social a los heridos por balas durante la insurrección
(abandonados desde hace dos años ya). * 4-Aportar soluciones en cierta medida
con urgencia al 20% de desempleados (un tercio de los cuales jóvenes con altos
grados académicos). * 5- Renegociar (al modo ecuatoriano) la deuda externa con
un moratorio. * 6- Luchar contra el alza abusiva de los precios de la canasta
básica, el desabastecimiento producto del acaparamiento y también de la exportación
ilegal hacia la frontera. * 7- Facilitar a los campesinos pequeños créditos
bancarios y abono (con precio casi inalcanzable en un país mayor productor de
fosfato de alta calidad!). * 8- Acelerar la redacción de la nueva constitución
con fecha precisa de entrega final para votación de los ¾ de l@s
asambleístas y/o vía referéndum popular. * 9- Restablecer la Comisión Nacional
Electoral (abusivamente disuelta por los islamistas!), la cual ésta vez debe
facilitar la inscripción a tiempo de todos los electores y decidir de la fecha
para las nuevas elecciones. * 10- Revisar los nombramientos abusivos e
impopulares de más de mil cuadros unos afilados otros simpatizantes de Enahdha impuestos
en las empresas y ramificaciones del aparato del Estado. * 11- Revisar las entregas solapadas de bienes
nacionales (empresas, tierras) a El Qatar y otros socios internacionales de
Enahdha. * 12- Organizar en un plazo no mayor de 15 días un nuevo gobierno
provisional de crisis que beneficia del consenso nacional, en el cual los
cargos de ministerios del interior, defensa, justicia, exterior y asuntos
religiosos no estén en manos de los islamistas de Enahdha sino personalidades
competentes independientes.
La
UGTT, el empresariado nacional y el conjunto de las fuerzas patrióticas con sus
diferentes tendencias políticas están a favor de esta hoja mínima de ruta. Enahdha
se opone. Todo deja pensar que los islamistas más conservadores (en abrumadora
mayoría dentro de Enahdha) harán el máximo para no perder la iniciativa y para imponer
sus intereses por encima a los del país. Está más que demostrado que Enahdha
por su rigidez, su arrogancia fortalecida por sus apoyos extranjeros y su
tendencia al extremo suicidaría, por su pasado violento de terrorismo
reactivado hoy, más aún cuando la mayoría del pueblo se está distanciando de
ella, todo indica que el movimiento de Enahdha ha fallado a la vez como
dirigente de gobierno, gerente administrativo y fuerza política. La divisa de
Enahdha es “Nosotros o el caos”. Una
divisa suicidaría. Han elegido el caos para con el terror y la violencia social
y política pretenden aferrarse en el poder cueste lo que cueste, con el sueño muy
quimérico de un día crear su “califato” en el seno de un amplio Gran Medio
Oriente –obviando o a despecho del hecho de que Túnez es un país africano! Y
como es de conocimiento general, ese Gran Medio Oriente es precisamente el plan
imperial.
Esto
nos lleva a la conclusión también de que a la luz de los últimos sucesos en
Túnez, la cobarde agresión de la OTAN contra el pueblo libio, el reciente
ataque contra Argelia, la doble agresión contra Mali, por integristas fascistas
y tropas neocoloniales francesas, nuestros pueblos africanos en lucha están decididos
a derrumbar este plan imperial que pretende imponernos un seudo “islam político
moderado” gerente y garante de sus intereses en el país y en la región.
Rashid SHERIF
Patriota Tunecino
Militante
Internacionalista
www.shaahidun.wordpress.com
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