Existían expectativas de que China (Brics-Multipolar) pronto se perfilará como el principal miembro del Fondo Monetario Internacional (FMI), al participar con su moneda anclada en oro en los Derechos Especiales de Giro (DEG´s). China se transformaría eventualmente en el principal gestor para la recomposición del existente sistema bancario internacional. En este caso Shanghái y Hong Kong podrían sustituir a la City de Nueva York y la City de Londres como los principales centros financieros. El cambio en la decisión del banco londinense Rothschild (HSBC) de no trasladar sus oficinas centrales a Hong Kong y seguir en Londres, revela que los megabancos financieros globales de Wall Street/Londres y los Rothschilds en primera línea no lograron imponer su hegemonía en esta nueva fórmula. Shanghái y Hong Kong ya no participarían en la nueva moneda mundial. A raíz de ello Occidente no solo ha decidido confrontar con el Banco de Desarrollo de los Brics sino poner a la Unión Europea bajo máxima presión para alinearse con el estado global.
Al decidir mantenerse en Londres, el capital financiero globalizado juega las cartas contra el Brexit (la propuesta de Gran Bretaña de romper con la UE), pues si en el referéndum saliera un SÍ a la salida de la UE, se argumenta, el banco HSBC, con otros bancos de la City de Londres, no tendrían el acceso necesario a la Unión Europea si la última optaría por los BRICS. En tal caso el centro financiero de Londres se podría trasladar a Paris y Londres quedaría sin su centro financiero. En tal caso perdería su lugar de centro global de las finanzas y las “instituciones” y “prerrogativas” que construyo durante siglos que le “facilitan” ser para el capital financiero global su refugio seguro, desde donde operar con las cities financieras y bancos centrales, frente a las leyes e impuestos de los gobiernos de todo el mundo.
Por otro lado, la amenaza de cierre de fronteras dentro de la UE, frente a las olas migratorias por la guerras irregulares de la OTAN en medio oriente, busca la derogación del Tratado de Schengen de transito libre de personas en la UE, lo que implicaría una amenaza a la UE como unidad estatal continental. El mal arreglo con Turquía ha de prevenir la ola migratoria masiva de refugiados que provocarían la desintegración de la UE. De lograrlo frenar la migración masiva se complicaría la firma del Tratado Transatlántico de Comercio e Inversiones (TTIP).
Está muy claro que si Gran Bretaña sale de la UE, y la UE se consolida en su mirada hacia el Este, Londres queda por fuera de la UE y se aislaría la city. Esto permitiría una mejor articulación de la UE con los Brics y Francisco. Es posible que el presidente de EEUU Obama y el primer ministro de Gran Bretaña Cameron en persona están haciendo campaña para un NO al Brexit por temor a esta situación. Por el otro lado, Gran Bretaña al salir de la UE, podría fomentar el euroescepticismo en más países y desarticular la UE. Este escenario le conviene a Londres, porque debilita estratégicamente al Brics y porque le permite controlar a toda Europa desde las cities financieras de Londres-Paris-Frankfurt-Milán-Amsterdam-etc. El confuso escenario complica a los diferentes actores de la City apostar al Brexit o no.
El euroescepticismo que podrá alentar a más países de redefinir su relación con Bruselas pone en riesgo el tratado de Schengen. El tratado de transito libre fomenta la consolidación de la UE por eliminar las aduanas interiores y consolida el espacio común. El quiebre del tratado Schengen por cualquier acción adversa de Turquía y las migraciones provocadas por la OTAN de refugiados del “terrorismo” en Oriente Medio y África, hacen que cada nación de la UE levante muros y refuerce fronteras interiores rompiendo la UE. Lo anterior debilita la UE y favorece a Londres y Wall Street. Lograr la firma del TPP de EU es más factible con una UE débil para así subordinar a la “Gran Alemania” y todo lo que es la UE.
Por otro lado, Rusia y China junto con los países de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS) y los otros países de los BRICS en cualquier momento podrán poner en marcha su propia moneda, su propio Banco Mundial, su Fondo Monetario, su propio SWIFT, tarjeta de crédito y su propio sistema de internet con otras partes del mundo y por lo pronto con la UE. El objetivo principal es la integración de toda Eurasia para impulsar su propio sistema monetario y apuesta a que la UE podría ser parte del mismo. Solo así se entiende la política en torno a Ucrania, Siria, Irán y particularmente la presencia cada vez más agresiva de la OTAN en Europa del Este. En este marco, el capital financiero globalizado busca evitar bajo amenaza de guerra con Rusia que la UE se integre a este proyecto. Europa ha de mirar hacia el Oeste y no hacia el Este sostienen la City de Londres y Wall Street.
Para ello, el secretario General de la OTAN, Jens Stoltenberg, comunicó el 30 de mayo de 2016 que la OTAN aumentará su presencia militar en Polonia después de la próxima cumbre de la organización, que tendrá lugar en la capital polaca entre los próximos días 8 y 9 de julio. Afirmaba que “la cumbre de Varsovia va a ser un evento sin precedentes donde la OTAN va a tomar decisiones importantes para adaptarse a un nuevo entorno de seguridad”. (Vea, OTAN aumentará fuerza militar en Polonia tras cumbre julio; http://www.elconfidencial.com, 30 de mayo de 2016).
El Kremlin se opone enérgicamente a esta posibilidad, que ha calificado de amenaza directa. No es coincidencia que en las mismas fechas de las operaciones de la OTAN en el Mar Báltico, se lleva a cabo el Foro Económico Internacional de San Petersburgo inaugurado el 16 de junio. La cumbre que durará 3 días y en la que participa también el presidente Vladímir Putin, contará con la presencia de 10.000 empresarios, funcionarios y representantes de Gobiernos de unos 40 países. Igual que en otras ocasiones, los representantes oficiales de EE.UU. rechazaron participar e instaron a los empresarios de este país a abstenerse de acudir al Foro de San Petersburgo. El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, estará en el Foro el 16 de junio, menos de dos semanas antes de que comience la cumbre de la Unión Europea en la que se decidirá la prorrogación o no de las sanciones anti-rusas.
Pero no solo el Kremlin reacciona, también Bruselas y el Consejo Europeo están tomando acciones para ponerlo difícil a Polonia. Critican por segunda vez al gobierno polaco por la forma de nombrar los jueces de la Corte Constitucional, aludiendo que dicha corte estaría perdiendo su independencia. Asimismo externan su preocupación por la falta de libertad de prensa en el país. Ante la situación inconstitucional de Polonia, la Comisión Europea ha comenzado un procedimiento de derecho constitucional contra el país. Esta decisión es inaudita y en nuestra opinión tiene que ver con la invitación que Polonia ha hecho a la OTAN de instalar una gran base militar en su territorio. Es la primera vez que Bruselas hará uso de este procedimiento que está a su disposición. Si Polonia no reacciona de manera adecuada, Bruselas podrá insistir en que Polonia ajuste sus leyes controversiales poniendo para ello una fecha tope. Si el gobierno polaco no le da el seguimiento debido, el país podría perder (temporalmente) su derecho de voto en la Unión Europea.
En camino de crear el Estado global y ante los intentos fallidos de lograrlo, el capital financiero globalizado insiste no solo en asegurar que la Unión Europea no consolide su articulación hacía en Este y así mantener abiertas sus chances, sino la misma política la lleva sobre América del Sur en su avances sobre Argentina y Brasil, en jugadas de golpes “blandos” que provocan cambios de gobiernos, que se distancian de los Brics y se comportan como gobiernos pro-globalistas. El tiempo se está acortando para que se dé un colapso financiero y pronto China con los BRICS podrían llegar con su sistema monetario alterno. Con ello el cuadro geopolítico se torna cada día más tenso.
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