Guatemala: De las fallas del ChixoyLEn esas profundas inequidades están las raíces de Barrondo.
Irma Alicia Velásquez Nimatuj
6 de agosto 2012
El periódico
El pueblo Poqomchi’ comparte con el mudo una hazaña digna de convertirse en una historia para ser llevada al cine. Un joven proveniente de una familia pobre de agricultores y albañiles, que subsisten en las montañas de Alta Verapaz, a más de 210 kilómetros de la capital, luego de una disciplinada y sabia estrategia obtiene la primera medalla olímpica para Guatemala, en una reñida competencia de marcha de 20 kilómetros.
Guatemala es un país de contrastes e ironías. De una de las áreas montañosas más imponentes del territorio nacional, pero donde la desnutrición infantil, el analfabetismo, la falta de empleo, subempleo y la extrema pobreza conforman una realidad histórica excluyente, que es una carga permanente sobre la mayoría de la población de la región. En donde solo existe un centro de salud tipo “A” para atender a 86 comunidades que componen el municipio de San Cristóbal Verapaz, donde el agua está permanentemente contaminada y escasa, y donde de 10 hogares, la mitad no posee servicio eléctrico y el sistema de alcantarillado es casi un lujo al que solo accede la población de la cabecera municipal, de allí, del corazón de la ruralidad indígena, se forma el atleta Erick Bernabé Barrondo García, nacido el 14 de junio de 1991, en la aldea Chiyuc.
A partir del pasado sábado, la aldea Chiyuc, del municipio de San Cristóbal, pasa a formar parte de los lugares referenciales del deporte mundial, gracias a la actuación de este joven marchista.
Contrario a lo ocurrido en enero de 2009, cuando el municipio ocupó las primeras planas mundiales, por un enorme derrumbe de más de 10 mil toneladas de tierra y roca de un cerro de la aldea Los Chorros, en el kilómetro 205, entre San Cristóbal Verapaz y Chicamán, Quiché, que soterró a un número de personas que nunca se determinó y a la fecha han sido las comunidades las que con su trabajo han habilitado ese paso.
En esas profundas inequidades y tragedias están las raíces de Erick Barrondo. De las fallas del Polochic y Chixoy emerge la fuerza de su paso y su coraje para convertirse en un ejemplo para la juventud. Felicidades a él, a sus padres Bernardo Barrondo y Wendy García, a su comunidad poqomchi’ y a su entrenador el cubano Rigoberto Medina.
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