Daniel Pascual: "Tendría que recrearse todo el planteamiento del diálogo" 

La Hora,3 noviembre 2012


Daniel Pascual, dirigente indígena y campesino, opina sobre las fallas en el sistema de diálogo, la reticencia de los grupos de poder para discutir, y la desprotección y el racismo del Estado hacia las poblaciones más vulnerables.

El sector campesino ha señalado que el diálogo es la vía primordial para resolver la conflictividad. Según usted ¿Cuál debería ser el mecanismo para que pueda existir un diálogo adecuado y qué particularidades deben existir en ese mecanismo?

Hay un tema aquí que hace un poco de contradicción, porque normalmente las organizaciones indígenas y campesinas han hecho reiteradamente las demandas de sus peticiones a través de memoriales y otra serie de manifiestos. Los memoriales son acciones legales reconocidas en el derecho de petición, pero luego ¿qué pasa cuando no se les responde a estas demandas? Entonces se intenta buscar el diálogo.
Bajo el derecho de petición, el Gobierno estaría obligado en 30 días a dar respuesta a estas demandas, lo cual no ocurre. Entonces se busca el diálogo, pero tampoco existe. Y ahí viene la protesta. En ese momento ya hay un clima que no es de concordia; es decir, ya hay desconfianza y reclamos por falta de voluntad del Gobierno. 
Sobre las demandas, como los mismos gobiernos han dicho y el actual lo ha reiterado, son históricas y justificadas; no son demandas fuera de orden. Hasta ahí podríamos decir que hay una opinión importante, pero cuando ya se abordan las temáticas se entra otra vez en la desconfianza y surge un problema muy grave, que es el incumplimiento a estas demandas.
En este momento, el primer paso sería el ser escuchados y hacer escuchar las demandas de la gente. El segundo paso sería una decisión política de parte del gobernante o del ministerio que está demandando, para dar una respuesta política, lo cual a veces nunca ocurre, y muchas veces lo que sucede es que se llega a esos acuerdos, pero pasan meses o años sin soluciones.
Hemos intentado varias fórmulas: optamos por poner testigos de honor, buscar una metodología nueva e iniciar con los puntos de abordaje menos complicados, pero al finalizar vuelve a suceder lo mismo. Vuelve a haber incumplimiento por parte de los gobiernos.
Para un diálogo ideal, que dé resultados reales, tendría que recrearse todo el planteamiento del diálogo, porque en ese sentido creo que debería de haber un órgano especializado; ahora no hay confianza con el Gobierno, ni con el Congreso, ni con otro sector. Tendría que haber un organismo, por poner un ejemplo, la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos, que tiene cierta credibilidad, porque la Procuraduría de Derechos Humanos antes hacía ese trabajo, pero ahora tampoco se le confía. Tendría que haber un ente garante del proceso, pero en los espacios o sectores nacionales no existen o no aparecen, y luego el Gobierno tendría que asumir su responsabilidad.

En este momento podríamos diseñar un mecanismo y una metodología ideal para resolver la problemática, pero no hay confianza y credibilidad de que realmente se cumplan los acuerdos de parte del Gobierno, un ministerio, el Congreso, o del Organismo Judicial en algunos temas.  

¿Cuáles son las principales demandas que requieren inmediata atención, compromiso y solución aunque ésta pueda ser a corto, mediano o largo plazo?

Hay una situación de hambre en el país y lo que se ha pedido de parte de las organizaciones campesinas, que desde nuestro punto es un autorreconocimiento, es la dotación de tierras para producción de alimentos. Serían políticas que pueden ser canalizadas en el MAGA (Ministerio de Agricultura), el Fondo de Tierras o la Secretaría de Asuntos Agrarios. Se han hecho demandas de dotación de tierras masivas, como en el caso del Valle del Polochic o el caso de San Andrés Xelapán.
En el tema de la deuda agraria hay una decisión política urgente que debe tomar el Presidente; en el caso de los bancos que han caído por quiebras, pues de inmediato establecieron fidecomisos para responder. En el caso de la deuda agraria  algo así debería de existir, una voluntad política e inmediata del Presidente con los ministerios y las secretarías para atender el problema del hambre y lo vamos hacer con la dotación de tierras. Lo que a nosotros no nos parece es que se siga distribuyendo alimentos sin dotación de tierra y sin capacitación, y esas podríamos decir que son las demandas más puntuales o inmediatas. 

Ahora en el largo plazo se pide aplicar planes y estrategias de una política real de desarrollo rural integral; esto sí debería de sacarnos de los problemas estructurales, no solo del hambre, sino del desempleo y el atraso del área rural; necesitamos un plan agresivo para el desarrollo humano, que pasa porque la gente tenga alimento, educación, vivienda, salud. Eso se oye como si estuviéramos pidiendo demasiado a un Estado, pero realmente esa es la obligación que tiene el Estado bajo la Constitución, y eso son los problemas estructurales que tenemos en el país: el hambre, el desempleo, la pobreza generalizada y la falta de desarrollo en el área rural, que hace que la población siga siendo mano de obra barata en las fincas o que siga pidiendo tierras para cultivar.

Si se dotara de tierras en este período, en dos generaciones las poblaciones ya no van estar pidiendo tierras, sino exigiendo universidades o carreras técnicas que les permitan involucrarse en otras ramas productivas del país. Pero como acá no damos el primer paso, que es eliminar el hambre, desaparecer la pobreza y la miseria…

Ustedes hacen demandas y peticiones. ¿A qué se comprometen cuando hacen ese tipo de peticiones?

Las organizaciones campesinas ya están aportando al país. No es que vienen a pedir y no hacen nada. No. Si nos damos cuenta, la gente subempleada o con hambre es la gente que hace producir al país, que cultiva maíz, frijol, hortalizas, frutales en pequeñas parcelas y eso es un aporte económico al país, que incluso el sector empresarial no hace; eso es garantizar la alimentación de este país. Son pequeños y medianos productores los que hacen esto, y no los latifundios, no son las grandes extensiones de tierra. Pero como a esta población no le alcanza para vivir tienen que vender su fuerza de trabajo a las fincas, y entonces también son los producen en la agroexportación, que generan divisas al país, pero a eso le agregamos que esta población pobre también es la que migra a Estados Unidos y hace llegar las remesas a este país. Estamos diciendo es que ya son actores económicos-sociales que generan desarrollo para el país. En la fórmula que estamos planteando se contempla la aprobación de la Ley de Desarrollo Rural, ya que existe una política aprobada a través de un acuerdo gubernativo; se necesita la ley y colocarle los fondos necesarios.

En materia de productividad, el apoyo del Estado para dar pescado y enseñar a pescar es importante, pero ¿qué propuestas concretas tienen ustedes con el afán que esa atención a sus demandas se pueda convertir en medidas de largo plazo que ayuden a una superación integral como ciudadanos guatemaltecos?

Si siguen los gobiernos con la idea de llevar bolsas de comida –antes eran bolsas solidarias y ahora bolsas seguras– se mantendrá a la población guatemalteca en una situación de mendigar; lo que necesita la gente no es solo que les enseñen a pescar, hay que tener claro que necesitan una laguna, lago o río donde pescar; se le puede enseñar a la gente a "pescar" pero no les dan la tierra, no les dan todos los insumos, en conocimiento y en cuestiones agrícolas para que realmente esto sea de mediano y largo plazo. Ahora todo es de corto plazo y lo que hace es generar una población cautiva del clientelismo político. Entonces nosotros sí creemos que con la Ley de Desarrollo Rural podría darse ese salto, de mediano y largo plazo.

¿La representatividad indígena ha estado durante muchos años con las mismas caras, cómo saber si ustedes son los verdaderos líderes del movimiento campesino, cómo son electos los dirigentes?

Nosotros, como Comité de Unidad Campesina (CUC) o como Waq´b Kiej, no estamos diciendo que somos los únicos representantes indígenas y campesinos. Siempre hemos tenido el cuidado de hablar que somos parte del movimiento indígena y campesino y ahora lo hemos demostrado con las marchas, pero además nadie debe demostrar su legitimidad como líder o si representa o no a un fuerte grupo de campesinos, pues el simple derecho de petición que nos da la Constitución como personas individuales u organizaciones con personería jurídica, nos da la solvencia de hablar de esto. Nosotros vivimos desde los Acuerdos de Paz planteando y discutiendo la necesidad del desarrollo rural y hemos llegado hasta estos años manteniendo esa demanda, lo que hemos logrado y lo que hemos tratado de hacer es mantenernos, ya que si nos rendimos no vamos a ver el fruto del trabajo. 

En el caso del CUC, tenemos asambleas cada dos años, en las que se discute el plan de trabajo, se hace una revisión de esa estrategia, se hacen informes y se realiza la elección de la nueva Junta Directiva. La hacemos bajo el mecanismo de mano alzada, y se hace por cargos, no se hacen planillas, porque no creemos en ese mecanismo; la asamblea elige a la persona que reúna no solo cualidades, sino capacidades, iniciativa, sacrificio al cargo de coordinador. No tenemos presidente porque no somos ninguna organización con un carácter impositivo, sino más bien somos una organización con una estructura horizontal.

¿Por qué en épocas de elecciones, el sector indígena y campesino no vota por sus representantes?

Es que no tenemos representantes. ¿O a quiénes se refiere usted como representantes? Se dijo que en las elecciones pasadas se encontraba como candidata Rigoberta Menchú, como representante de los pueblos indígenas. Yo no puedo hablar por todos otra vez, pero creo que el tema de las elecciones es otro punto y aparte, porque las demandas de las organizaciones indígenas y campesinas tienen todo un proceso, en términos nuestros, de reivindicación económica porque existe el derecho económico que no se adquieren o no se nos da por parte del Estado, mientras que el tema partidario es otra cosa. Si algún día ganara Rigoberta las elecciones, de todas maneras nosotros tendremos que seguir las demandas económicas, porque no se trata de quién está en la Presidencia y no es una condición para decir qué actitud asumimos, sino que es el mismo asunto de exigencia de derechos económicos y sociales. 

¿Cómo disminuir la polarización que ha existido siempre, pero que se ha desatado en los últimos días con la conflictividad?

Esta polarización se da principalmente por una actitud prepotente del Estado y de los gobiernos; aquí se imponen políticas económicas, se imponen leyes al sabor y antojo de sectores económicamente poderosos e intereses extranjeros, y no se reconocen –aquí hay un problema gravísimo– los derechos de los pueblos indígenas.

Aquí no respetan los derechos ya existentes de los pueblos indígenas, a su territorio, a la tierra, su desarrollo mismo y lo que hacen es violentar esos derechos. Entonces, si el Estado quisiera disminuir esa polarización tendría que responderle a los diferentes sectores sus demandas y hacer efectivo un pleno respeto a los diferentes derechos ya establecidos en la Constitución, en el Convenio 169 de la OIT, en la Declaración Universal de los Derechos de los Pueblos Indígenas y en una serie de tratados y convenios internacionales; si no se respetan esos derechos por el sector privado, las empresas trasnacionales y el Estado, que es quien protege esos intereses y viola los derechos de sus propios ciudadanos, no vamos a salir de esa polarización y esa conflictividad social. Es lamentable decirlo, pero es la realidad. Mientras se dé esa violación a esos derechos, la humillación a la gente, el racismo, la exclusión de los pueblos indígenas vamos a tener siempre muchas protestas, mucha polarización y conflictividad exclusiva en el interior del país. 

¿Existe discriminación y racismo en Guatemala y cómo se manifiesta?

El racismo es una actitud de desprecio total a las otras culturas. O sea, ya no es solo una cuestión de ver a los demás sin derechos y sin dignidad; en este caso se excluye a la población y eso ocurre en diferentes ámbitos; en la educación, por ejemplo, se nos cuenta la historia totalmente tergiversada de cómo fue la invasión –mal llamada Conquista– y se nos han impuesto fechas de celebraciones a las que realmente no se da el espíritu adecuado. Por ejemplo, el 15 de septiembre se celebra el Día de la Independencia, pero ese día realmente se independizó la oligarquía nacional de España, no se independizaron los guatemaltecos, y ahora Estados Unidos toma la responsabilidad como imperio, y mantiene un nivel de discriminación y de desconocimiento de este Estado. Solo para poner un ejemplo, en el Estado racista en el que estamos el Presidente está promoviendo unas reformas constitucionales en las cuales se plantea que el Estado es único e indivisible; eso es una expresión racista, una exclusión total a los pueblos indígenas, y casi que intenta sepultar a las otras culturas. Guatemala no es única e indivisible. Guatemala es multiétnica, multicultural y multilingüe porque tenemos cuatro pueblos: maya, garífuna, xinca y mestizo, y tenemos más de 24 idiomas; el territorio que compartimos en cada región tiene su realidad propia, en la de Alta Verapaz, Quiché o Huehuetenango, por ejemplo. Lo que sí debería de existir es un Estado pluricultural, que reconozca todos estos Estados, pues el tema del racismo y la exclusión está dispuesto desde las leyes, desde la Constitución y la educación.

Para algunos existen los pueblos indígenas por su traje y por su idioma, porque eso es lo que venden en el extranjero, pero en términos de derechos, no se gozan en el país. Luego también hay discriminación en la iglesia, en los puestos de salud y en lugares públicos. Hasta ahora se ha avanzado hacia una discriminación positiva porque hay personas indígenas en ministerios y secretarías, aunque esas instituciones no atienden con profundidad los problemas indígenas y muchas veces no tienen fondos.Pero lo peor es cuando se politiza a los indígenas con el partido que está en el poder; con Berger vimos cómo llevaron a hermanas indígenas de edecanes y nunca pasaron de eso. 

El sector empresarial ha dicho que quienes bloquean carreteras para exigir sus derechos son delincuentes. ¿Usted estaría dispuesto a sentarse en una mesa con ellos, otros actores y el Gobierno para encontrar salidas de largo plazo para este país

Disposición hay y ha existido en otros momentos. Lo que sí hay que dejar claro es que si el sector empresarial quiere sentarse a dialogar con los sectores indígenas, campesinos, jóvenes y mujeres, entonces deberían cambiar de actitud y de voluntad; ellos siempre van a querer hablar con un grupo de indígenas y le van a dar su lugar, pero hasta donde crean conveniente. Por decir algo, cuando ellos se sientan afectados en su vida económica o que ya no se les pida en que se "arriesguen" en invertir en el país y se les solicite ceder tierras, pagar los impuestos, pagar los salarios justos en ley y las prestaciones laborales se van a enojar y entonces dirán que somos recalcitrantes, que somos muy radicales y entonces que con nosotros no se puede establecer el diálogo, aunque al final solo les estamos pidiendo lo que la ley permite o lo que la ley mandata; en este caso si nos preocupa que ni eso quieran aceptar, o sea, aquí el sector empresarial no ha dado ni migajas de voluntad. Acá en Guatemala habrá 10 familias, las ricachonas, las más potentadas del país, que tienen resuelta su vida, que ya han hecho dinero en este país, deberían ceder y deberían de tomar riesgos, no solo en invertir en el país, sino cumplir con todas las leyes debidas, de pagar los impuestos necesarios que mandata la ley, los salarios las prestaciones laborales e incluso, si tan solo que cultivaran las tierras que están ociosas para granos básicos ya sería un aporte para el país, pero no es ese su plan ¿verdad?. Creo que la gente más pobre ya ha aportado no solo en vidas, sino que ha aportado en la producción, como reitero, de alimentos, de productos agrícolas para la exportación, la gente más pobre en el país es la que manda las remesas de los Estados Unidos, es la que elige gobiernos en este país, es la que realmente paga el IVA.

No hay comentarios:

Publicar un comentario