Honduras Movimiento responsabiliza al Estado por un crimen más ocurrido antes de ayer (25) en Bajo Aguán  por Tatiana Félix /

 Adital 

 27 de Noviembre de 2012 14:07


 Este domingo (25), un campesino más fue asesinado en el Bajo Aguán, Honduras. 

Adelmo Leiva, de 41 años de edad, fue asesinado por varios tiros disparados delante de su esposa y su hija, mientras esperaba un autobús en la terminal de transporte de Trujillo, Departamento de Colón. El trabajador era miembro de la Cooperativa Despertar, integrada al Movimiento Auténtico Reivindicador Campesino del Aguán (MARCA).

El asesinato de Adelmo no es un caso aislado. Durante meses, la región de Bajo Aguán ha sido escenario de violencia contra campesinos organizados o defensores de los derechos de los trabajadores rurales. A pesar de que muchas denuncias han sido presentadas ante los organismos de derechos humanos y organismos internacionales como la Unión Europea, la situación continúa.

Cansado de esta ola de violencia, el Movimiento Unificado Campesino de Aguán (MUCA) responsabiliza a los tres poderes del Estado Hondureño por no actuar contra los autores intelectuales de los crímenes que se vienen repitiendo.

"Condenamos la ola de persecución, represión y asesinatos en contra del movimiento campesino del Bajo Aguán, por parte de los aparatos represivos del Estado”, denuncia el Muca. El movimiento también exige la derogación inmediata del decreto de desarme selectivo, aprobado este mismo año por Congreso Nacional, ya que la medida, para ellos, solo sirve para dejar a la población del departamento de Colón más vulnerable.

La Vía Campesina de Tegucigalpa también se manifestó sobre el caso y recordó que ya efectuó varias conferencias de prensa para denunciar la situación que los campesinos del Aguán vienen enfrentando. "Un centenar de muertes en el agro es ya un holocausto nacional que desborda la autoridad del Estado y su incapacidad de garantizar la vida y de cumplir con ordenanzas como el decreto de desarme”, opina

La organización campesina advierte que vivir en la región es un "alto riesgo". "El terror parece ser una estrategia bien pensada para provocar un éxodo masivo de la zona con objetivos nefastos y peligrosos. El principio de autoridad se perdió y las consecuencias son caóticas en el panorama de persecución y criminalidad desatado”, argumenta la organización.

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