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El comercio internacional en el mundo opera a través de crédito documentario. Históricamente las monedas líderes de las cartas de créditos fueron el dólar, el euro y el yen; y el yuan estuvo en cuarto lugar hasta enero del 2012 cuando comenzó a moverse hacia arriba, desplazando primero al yen y luego al Euro como la segunda moneda en la que se confirman más cartas de crédito. El auge del yuan dista de ser una amenaza para el dólar pero si lo ha sido para el yen y el euro, que verán en el futuro comercio asiático más volumen en la moneda china. En enero del año 2012, los créditos documentarios en yuanes pesaban el 1.89% del total emitido medidos en valor. Los yenes pesaban 1.94% y los euros 7.87%. La moneda líder, el dólar, pesaba 84.96%. Tres años más tarde el descenso del dólar a 79.23% ha tenido como contrapartida el aumento del comercio internacional en créditos en yuanes a 9.43%, desplazando al Euro que bajó a 6.74% y al yen que descendió a 1,55% del total del valor de créditos documentarios.
Lo significativo de este auge es la velocidad con la que pasó de 1.89% a 9.43% del total de crédito de comercio en el mundo. En apenas tres años la participación del comercio con crédito en yuanes se ha cuadruplicado al mismo tiempo que dicha moneda se ha apreciado 10% en relación al dólar. Es decir que crece el valor del yuan en el mercado internacional en dólares y crecen las transacciones de comercio internacional efectuadas en dicha moneda. Sin duda esto es una forma de ahorrar en las transacciones comerciales con China y sobre todo de ahorrar ante la volatilidad del dólar frente al yuan. La apreciación del dólar del periodo iniciado en junio del 2014 curiosamente no se ha visto reflejada en una depreciación del yuan.
El uso del yuan en el mercado cambiario ya se había visto fortalecido por acuerdos diversos de pago de petróleo y por la introducción del yuan en el mercado cambiario de Londres y en las pantallas de Reuters. Dicho proceso se ha visto acentuado por los acuerdos con Rusia para compra de gas, sustituyendo al mercado europeo, y pagadero en yuanes en vez de euros, lo que reduce el peso de una moneda y crece la de la otra. Y, finalmente, por las expectativas de que el comercio creciente con América latina igualmente se desplace hacia la utilización de las cartas de crédito en yuanes. Es posible que el comercio de la nueva Unión Euroasiática con China se haga en su integridad en yuanes, mientras el comercio dentro de la UEA se hará en rublos.
SWIFT, el mecanismo de pagos internacional, promueve desde el año 2010 la utilización del reminbi como divisa y brinda información sobre esto y sobre el mercado cambiario. Para SWIFT la definición de divisa es igual a la del FMI. Una moneda se considera típicamente "internacional" cuando se utiliza como unidad de cuenta (por ejemplo para facturar), un medio de pago (para compensar el comercio transfronterizo) y un depósito de valor (depósitos, moneda de reserva). El reminbi o yuan está subutilizado según este intermediario financiero en el comercio internacional. En junio de 2011, China tenía el 11.4% del comercio mundial pero solamente el 0.24% de los pagos eran efectuados en dicha moneda. Esto ha cambiado drásticamente habiendo subido a 9.43%, pero esto se debe a que el comercio intrarregional entre China, Hong Kong, Macao, Singapur y Taiwán se efectúa íntegramente en esta moneda. El otro gran comercio con Estados Unidos, Europa y América latina se sigue efectuando en dólares o euros. El comercio dentro del resto del mundo no se efectúa en yuanes, aunque empieza a hacerlo en euros.
En el año 2011, el peso del reminbi en el mercado cambiario internacional era el 0.9%, mientras el peso del PIB chino era el 11% del PIB mundial. En enero del año 2015, el PIB chino pesa 17% del PIB mundial y es más grande que el PIB de Estados Unidos, según el Financial Times (http://blogs.ft.com/ftdata/2014/10/08/chinas-leap-forward-overtaking-the-us-as-worlds-biggest-economy/), pero su moneda solamente pesa el 2.06% del mercado cambiario.
China ha entrado en la dinámica de hacer valer su moneda y tiene el soporte del mercado financiero internacional que ve en ella la moneda del futuro por estar sub-representada, tanto en su uso en el comercio, como en su uso como moneda de reserva. Los nuevos convenios con Rusia así como el esfuerzo por intensificar su relación económica con el resto del mundo en su propia moneda apuntan en esa dirección. El desafío para China será si puede remontar el peso simbólico del dólar (“un dólar es un dólar”) y la manera cómo va a enfrentar su apreciación ante el alza de la tasa de interés de dicha moneda. Si se deprecia, como todo el resto de las monedas mundo, no será una buena señal. Si se mantiene o si se sigue apreciando, será el blanco de la crítica americana pero un augurio de que sigue el curso de fortalecimiento en el sistema internacional. Ser la primera economía del mundo, con las reservas internacionales más grandes del mundo y la tasa de crecimiento más alta del mundo, pero no tener la primera moneda del mundo es una señal de debilidad sistémica. Es la segunda moneda del mundo, pero ocho veces menos importante que la primera en el comercio internacional. Clearstream anticipa que la cuenta de capitales de China se abrirá completamente para el 2020, lo que definirá al reminbi como moneda de reserva plena.
2 de marzo de 2015
- Oscar Ugarteche, economista peruano, es Coordinador del Observatorio Económico de América Latina (OBELA), Instituto de Investigaciones Económicas de la UNAM, México -www.obela.org. Miembro del SNI/Conacyt y presidente de ALAI www.alainet.org
http://alainet.org/active/81209
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