Pensamiento contracorriente

Petición y resistencia: Después de largas jornadas de diálogo, nada se ha logrado.

MIGUEL ÁNGEL ALBIZURES

El Periodico, 11 de Octubre 2012

Cuando se está acostumbrado a mandar, no a escuchar y resolver, solo se puede dirigir tropa y no pueblos; cuando la formación de los soldados es la defensa y el ataque, lo primero que halan es el gatillo, y de ahí la consigna “si retrocedo mátame”. Por eso fusiles, contra las varas, símbolo de autoridad, muertos y heridos cuando intentaban dialogar con el señor Presidente y explicarle, una vez más, sus peticiones. Pero, según el Ministro de Gobernación, “los policías y el grupo de reserva del Ejército están entrenados para dispersar manifestaciones y el equipo que llevaban son armas no letales” (Prensa Libre. 5/10/2012).

 El cinismo es lo que ha caracterizado al Ministro de Gobernación, pero no se puede esperar más de quien infiltra y realiza labores de inteligencia en el movimiento social para reprimir y atacar, no para prevenir y menos para resolver los problemas. Por eso, no es descabellada la petición de destitución que hacen las organizaciones y que debería incluir a su viceministro que, al igual que él, le pican las manos por el uso de la fuerza contra cualquier expresión social que resista, se organice y proteste contra las políticas neoliberales o contra los abusos que cometen las empresas transnacionales.

 Lo hechos acontecidos en la Cumbre de Alaska contra las comunidades de Totonicapán, pretenden paralizar, desmovilizar, “sosegar” a los inconformes.Después de largas jornadas de “diálogo” y compromisos asumidos por los “negociadores” y el Presidente, y después largas y agotadoras caminatas y protestas, nada han logrado ni lograrán mientras se siga dirigiendo al país en beneficio de unos cuantos.

La masacre en la Cumbre, nos demuestra que el Gobierno y su equipo no están siguiendo atajos para implantar una dictadura, van directos, no quieren estorbos a su paso, su eslogan fue claro y los asesinatos, las órdenes de captura, las persecuciones y los presos actuales, son la muestra de lo que nos espera, si no hacemos realidad, con la fuerza de la organización, un cambio de era. Para ello es necesario seguir con lo que la Constitución no prohíbe, “Es legítima la resistencia del pueblo para la protección y defensa de los derechos y garantías consignados en la Constitución”.