Guatemala: El genocidio es la máxima expresión del racismo estructural en Guatemala
22 de mayo 2013
Los Pueblos Originarios de América hemos existido y habitado este continente antes de la invasión española, tenemos nuestra propia visión de la vida y del universo. El principio maya de la armonía con la naturaleza se basa en el respeto entre todas las vidas existentes en el planeta y el universo, de modo que ningún ser es superior a otro. Sin embargo, esta lógica de pensamiento no ha coincido con el modelo del sistema capitalista neoliberal que impera en todo el mundo y que, basado en un racismo exacerbado ha negado los derechos de los Pueblos Originarios. Por eso no extraña que el Estado de Guatemala desde sus inicios se basó en el modelo racista, clasista y machista que ha invisibilizado dentro su estructura los derechos de los pueblos y mujeres mayas, garífunas y xinkas.
El racismo estructural ha sido un mecanismo clave utilizado por el Estado de Guatemala para subordinar a los pueblos Maya, Garífuna y Xinka. Por medio de leyes eurcéntricas desde el periodo colonial a la actualidad los gobiernos de Guatemala, los criollos y el capital transnacionales históricamente han despojado inmensas extensiones de tierras a las comunidades indígenas y han excluido del marco jurídico nacional a las mujeres y hombres indígenas como sujetos de derechos, situación que se evidencian en las Políticas de Estado que se han caracterizado por ser hegemónicas y centralizadas.
Cuando las comunidades indígenas se han organizado para denunciar los continuos atropellos a su dignidad y han exigido el respeto a sus derechos individuales y colectivos les han acusado de ser enemigos del Estado. Por ello, para el Estado capitalista ser indígena en Guatemala significa ser terrorista, comunista, resentido social, desestabilizador de la ley, entre otros. Así es como se explica la máxima expresión del terrorismo de Estado contra el Pueblo Maya en la época de los años ochenta. Según la Comisión para el Esclarecimiento Histórico dejó un saldo en muertos y desaparecidos que supera las 200,000 víctimas (CEH, 1999).
Por tal razón ante el juicio por genocidio y delitos contra los deberes de humanidad, como Movimiento de Mujeres Indígenas Tz´ununija´ reconocemos los esfuerzos y la tenacidad de las mujeres sobrevivientes y de las y los testigos. Expresamos nuestra solidaridad a las mujeres maya-Ixil víctimas sobrevivientes del genocidio que rompieron el silencio y a pesar de las amenazas que han afrontado presentaron ante el Tribunal Primero A de Mayor Riesgo, su testimonio del horror de la violencia que vivieron durante los años más cruentos del conflicto armado interno, cuando el general retirado José Efraín Ríos Montt gobernó el país de marzo de 1982 a agosto de 1983. Los testimonios de las mujeres maya-ixil coinciden con los resultados de varios estudios científicos que se han realizado que han demostrado que la violencia sexual fue parte medular del genocidio.
Es de reconocer el trabajo realizado por las profesionales y los profesionales quienes realizaron los peritajes y demostraron las graves violaciones a los derechos humanos cometidas contra el Pueblo Maya-Ixil. Sus informes periciales evidenciaron que el Estado de Guatemala a través del Ejército tuvo la intención de exterminar al Pueblo Maya-Ixil.
También reconocemos la valentía de las Juezas que se atrevieron a enfrentar la impunidad y la corrupción existentes en los tribunales de justicia, a pesar de los costos que ello representa en el desempeño de sus funciones. Como Movimiento de mujeres, expresamos nuestro rechazo hacia las actitudes misóginas del Abogado Francisco García Gudiel, defensor de Efraín Ríos Mont en contra de la jueza Jazmín Barrios.
A pesar del fallo desfavorable de los tres magistrados de la Corte de Constitucionalidad que el día 20 de mayo ordena retrotraer el proceso al 19 de abril. Para el Movimiento de Mujeres Tz´ununija´ es un logro que por primera vez las mujeres y los hombres maya-ixil hayan ejercido su derecho de acceder a la justicia. Ojalá los demás tribunales de justicia se vayan concienciando para que en el futuro inmediato los 4 pueblos que coexistimos en Guatemala tengamos acceso a la justicia en igualdad de condiciones. Se espera que el Sistema de Justicia luche contra la impunidad para avanzar en el fortalecimiento de la paz en Guatemala, y no en la implementación de la impunidad para favorecer al poder económico como a la fecha lo han demostrado con sus resoluciones.
Cuando se busca justicia y se lucha contra el olvido a través de recuperar la memoria histórica de ninguna manera se está buscando venganza. Las personas o las instituciones que han cometido graves violaciones a los derechos humanos como el genocidio perpetrado contra el Pueblo Maya-Ixil y contra todos los pueblos mayas de Guatemala deben ser condenadas conforme a lo establecido en el Código Procesal Penal y en los instrumentos internacionales en materia de Derecho Internacional Humanitario de los cuales el Estado de Guatemala es signatario.
El Ejército, el (CACIF) y las empresas transnacionales fueron los autores intelectuales del genocidio en Guatemala y todo por su ambición de acaparar capital a costa de la explotación y la exclusión de los Pueblos Maya, Garífuna y Xinka. En consecuencia, se oponen a la búsqueda de la justicia, la equidad y el respeto a los derechos humanos y por ese motivo han emitido continuos campos pagados para confundir a la población.
Las mujeres mayas rechazamos la represión que ha enlutado a miles de familias, luchamos por el derecho a vivir con dignidad e insistimos que es necesario construir sociedades con justicia social, sin discriminación racial y de género.
Iximulew Oxlajuj E, Guatemala 22 de mayo de 2013
Cordialmente:
Movimiento de Mujeres Indígenas Tz´ununija´
Guatemala, C.A.
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