Sudáfrica: los sindicatos y la izquierda en la encrucijada. Dossier Greg Nicolson · Ranjeni Munusamy · · · ·


Greg Nicolson: Una nación en huelga

Sin Permiso
La temporada huelguística parece más predecible que el clima. Aquí está, una vez más, y afecta a la construcción, el automóvil, el oro, el textil y la confección y las estaciones de gasolina, con la amenaza de extenderse a otros sectores en medio de una crisis sindical que enfrenta a unos sindicatos de rama contra otros no solo por su orientación política sino también para ampliar sus bases.

Los técnicos del sindicato de Transportes de Sudáfrica y Afines (SATAWU) que trabajan en South African Airways se declararon en huelga el lunes pasado después de que la aerolínea se negase a añadir un 0,4% en un solo pago a su oferta de un aumento del 6,5%. En declaraciones a los medios de comunicación, el secretario general de Satawu Zenzo Mahlangu afirmó que el sindicato quiere ahora un aumento salarial de dos dígitos y hasta que lo consiga el sindicato continuará retrasando los vuelos.

En la industria de la construcción, 140.000 trabajadores iniciaron la huelga el lunes, que afecta al 50% de las empresas de ingeniería civil de SA. Después de que la Comisión de Conciliación, Mediación y Arbitraje (CCMA) no pudiese resolver el conflicto, 90.000 afiliados del Sindicato Nacional de Trabajadores Mineros (NUM) y 50,000 del de Construcción y Afines (BCAWU) se declararon en huelga por un aumento del 13% en 2013 y 14% en 2014. La Federación sudafricana de Contratistas de Ingeniería Civil considera las demandas "no razonables e imposibles de asumir", pero sigue confiando que se podrá alcanzar un acuerdo mediante la negociación.

La huelga de Numsa en la industria del automóvil continuará al menos hasta el miércoles por la noche. Los enlaces sindicales celebraron una asamblea extraordinaria el martes para discutir la huelga de 30.000 empleados que ha paralizado la industria automotriz, responsable del 5% del PIB de la nación. Hoy, la dirección nacional del sindicato estudiará los puntos de vista de sus enlaces sindicales y decidirá si acepta la oferta de la patronal del sector (AMEO) de un aumento del 10%. Numsa comenzó la huelga hace 10 días exigiendo un alza de 14% anual de los salarios, subsidio de vivienda y subsidio de transporte. "Nos negamos a ser tratados como mano de obra barata, en medio de la triple crisis de pobreza, desempleo y desigualdad que sufren los trabajadores de nuestro país. Como trabajadores nos merecemos mejores salarios en interés de nuestros niños y jóvenes que son el eslabón más débil de la brutalidad y la barbarie capitalista ", concluía el comunicado del sindicato al inicio de la huelga, que se estima costará al país unos 70 millones de dólares al día.

Los miembros del sindicato minero NUM en el sector del oro han votado ir a la huelga si sus reivindicaciones, más de 50% de aumento en algunos casos, no se ven satisfechas antes del viernes. NUM, junto con la Asociación Unida de África del Sur (UASA), han roto las conversaciones con la patronal, la Cámara de Minas, mientras que su rival por la izquierda en el sector, la Asociación de Mineros y Sindicato de la Construcción (AMCU), que está pidiendo aumentos de hasta un 150%, y el sindicato de cuadros Solidaridad siguen negociando. Los productores de oro han ofrecido un 6% de aumento. El NUM está convencido de que las empresas están utilizando la amenaza de despidos para obligar a los trabajadores a aceptar salarios más bajos.

Miembros Numsa también preparan una huelga en la industria de venta al por menor de combustible para este lunes. El sindicato cuenta con 72.000 miembros en gasolineras y talleres que irán a la huelga. Quieren un aumento de las tarifas por hora y mensuales, así como una mejor remuneración para las tardes y los turnos de noche. Mientras tanto, los trabajadores del Sindicato de Trabajadores del Textil (Sactawu) ha retrasado una huelga mientras consultan a sus miembros.

¿Suena familiar? Una combinación de promesas incumplidas y crecimiento insuficiente ha atrapado a Sudáfrica en un ciclo continuo de huelgas. El PIB del segundo trimestre de 2013 creció a una tasa anualizada de 3%, pero las huelgas son en todas las encuestas una preocupación clave que daña la confianza empresarial y de los consumidores. Un reciente estudio de la Cámara de Comercio e Industria (Sacci)  de cerca de 50 de sus miembros concluye que en más del 60% de los casos las huelgas reducen temporalmente la producción o la prestación de servicios a los clientes, y que el 30% de las empresas experimentó un aumento permanente de los costes salariales. La mayor parte de los encuestados eran pequeñas y medianas empresas.

El portavoz de COSATU, la confederación sindical sudafricana, Patrick Craven afirma que la razón de las huelgas en curso son los altos niveles de desigualdad y una disminución de la participación neta de los trabajadores en la renta del país, combinado con altos costes de vida de los pobres. "No creo que (la frecuencia de las huelgas) haya cambiado en los últimos años, pero su naturaleza ha cambiado", dijo Craven. Los trabajadores están molestos y frustrados por su situación y exigen acción desde abajo, en lugar de seguir a la dirección sindical.

Neren Rau, director general de Sacci, coincide en que la desigualdad sigue siendo un motivo clave para las huelgas. Las disparidades relacionadas con la herencia histórica del Apartheid siguen siendo visibles en Sudáfrica y la gente está frustrada de que las promesas de pan y mantequilla de la democracia no se han materializado. "Es la economía la que nos ha fallado, en primer lugar, y luego algunas de nuestras decisiones políticas", dijo Rau por teléfono el martes. El entorno sindical está muy politizado, con sindicatos que compiten entre si y tienen que defender grandes mejoras y estar dispuestos a ir a la huelga si no quieren perder a sus afiliados, añade Rau.

El director relaciones laborales del Ministerio de Trabajo, Thembinkosi Mkalipi puntualiza que todas las huelgas actuales son legales. Para hacer frente a las huelgas en curso, señala que las empresas podrían ser más transparentes en sus cuentas para que los trabajadores entiendan que los empleadores no pueden pagar aumentos de sueldo.

Mkalipi añade que la Ley Enmendada de Relaciones Laborales no tiene como objetivo detener las huelgas, sino impedir que las huelgas sean violentas. Craven duda que la ley tenga ninguna una influencia, mientras que Rau dice que la cláusula de consultas previa obligatoria a los afiliados por el sindicato para poder convocar una huelga podría promover más huelgas salvajes.

La clave, sin embargo, para reducir el número de huelgas está en la economía. Según Craven: "Es evidente que hay que pagar a los trabajadores mejores salarios y mejorar las condiciones de trabajo", proponiendo el establecimiento de un salario mínimo para ayudar a reducir el problema.

Rau, a pesar de representar a la patronal, está básicamente de acuerdo: "Creo que un tema clave para la normalidad en el mercado laboral es un nivel suficiente de actividad económica para reducir la desigualdad".

Reducir el efecto de las huelgas requerirá un análisis detallado de la economía de Sudáfrica. Si la desigualdad no se reduce, las huelgas se mantendrán como la opción de último recurso de los trabajadores. 

Greg Nicolson es un periodista australiano, actualmente radicado en Johannesburgo, que escribe para la revista electrónica sudafricana Daily Maveric

http://www.dailymaverick.co.za/article/2013-08-28-south-africa-a-strike-nation/#.Uh2GcssayK0

ANC, SACP, COSATU: ¿Quién me ha cambiado a mi izquierda?

La agitación en el seno de la confederación sindical Cosatu ha alcanzado tales niveles que los peces gordos del ANC y del SACP han tenido que salir a la palestra para calmar las aguas en la alianza tripartita que sostiene al Gobierno desde el final del Apartheid. La mayor preocupación, al parecer, es una posible ruptura o división en la confederación sindical y las consecuencias que ello podría acarrear en las elecciones de 2014 para el ANC. Así que, incluso si la situación dentro de COSATU y la alianza son insostenibles, los que quieren romper son una "amenaza a la revolución", según los secretarios generales del ANC, Gwede Mantashe, y del SACP, Blade Nzimande. Es una pena que Mantashe y Nzimande no puedan decir lo que realmente quieren decir: que el secretario general de COSATU Zwelinzima Vavi y su banda de alegres colegas deberían dejar el sindicato y la alianza, abandonando a su suerte una complaciente "izquierda", aunque solo lo sea de nombre. 

"Más vale poco, pero bueno", fue el título del último artículo del dirigente comunista ruso Vladimir Lenin en marzo de 1923, y fue un ataque abierto al entonces secretario general del Partido Comunista Joseph Stalin y la burocracia del partido. Décadas más tarde, la frase fue utilizado por el ex presidente Thabo Mbeki, en un discurso en la conferencia política del ANC en 2002, irónicamente para inferir que la izquierda en la alianza era una molestia y que sobraba.

"Nuestro movimiento y sus políticas también están siendo atacadas por facciones sectarias izquierdistas, tanto nacionales como extranjeras, que dicen ser los mejores representantes de los trabajadores y los pobres de nuestro país. Acusan a nuestro movimiento de haber abandonado a los trabajadores, diciendo que hemos adoptado y estamos aplicando políticas neo-liberales.A partir de una descripción falsa de lo que está sucediendo en nuestro país, han optado por dirigir su ofensiva contra nuestro movimiento en vez de contra las fuerzas nacionales e internacionales, políticas o de otro tipo que, objetivamente, constituyen un obstáculo para el logro de los objetivos de la revolución democrática nacional ", dijo Mbeki

"Queremos aumentar el tamaño y la fuerza de nuestro movimiento. Sin embargo, estoy convencido de que también hay que prestar especial atención al principio: ¡mejor menos, pero bueno! ".

La dinámica interna de la alianza han cambiado dramáticamente en los últimos 11 años. En 2002, los objetivos de la ira de Mbeki fueron el SACP y COSATU, que se oponían ferozmente a su estrategia macroeconómica y, en general, a su liderazgo. Era evidente que consideraba que al ANC le iría mejor sin la rémora de la izquierda.

En 2013, muchas de las personas que se enfrentaron a Mbeki entonces están hoy en la dirección del ANC y el gobierno. Hoy en día es difícil identificar a la izquierda en la alianza. El SACP es totalmente imperceptible y disfuncional, con la mayoría de sus principales líderes en la administración del estado o el Parlamento. La turbulencia interna en Cosatu esta causada principalmente por la competencia entre los sindicatos que quieren continuar en consonancia política con el ANC, que no es la izquierda, y los que siguen defendiendo políticas izquierdistas radicales y militantes.

De manera bastante extraña, la nueva dirección del ANC hace ahora críticas similares al secretario general de COSATU, Zwelinzima Vavi y los dirigentes de la Unión Nacional de Trabajadores Metalúrgicos de Sudáfrica (NUMSA) a las que Mbeki les dirigió a ellos hace más de una década. La frase de Mbeki: "Acusan a nuestro movimiento de haber abandonado a los trabajadores, diciendo que hemos adoptado y estamos aplicando las políticas neo-liberales" podría haber sido pronunciadas por el actual secretario general del ANC Gwede Mantashe esta semana.

Pero a diferencia de Mbeki, Mantashe y el resto de los dirigentes actuales del ANC no quieren que la izquierda - o lo que queda de la izquierda –, se les escape. El ANC no tenía ninguna amenaza a su hegemonía en 2002, pero en 2013 el escenario político es muy diferente. Las elecciones nacionales y provinciales del próximo año serán el primer reto auténtico para el partido en el poder, y sus líderes no pueden permitirse el lujo de considerar como propios los votos de los trabajadores. 

Tras la suspensión de Vavi de su cargo la semana pasada, a la espera del resultado de la comisión disciplinaria sobre las acusaciones de “conducta moral inapropiada”, los sindicatos que lo defienden, como Numsa y la Food and Allied Workers Union (FAWU), se han unido contra de lo que consideran un ataque para silenciar a la clase obrera. Estos sindicatos quieren que Cosatu convoque un congreso extraordinario para reelegir su dirección, ya que están seguros que la mayoría de los afiliados de la confederación apoyaran a Vavi. También quieren echar al presidente de Cosatu, Sdumo Dlamini.

Para poder convocar un congreso extraordinario es necesario que un mínimo de siete sindicatos afiliados presenten una solicitud por escrito a la dirección de Cosatu. Aunque Numsa y FAWU podrían convencer a otros sindicatos para que apoyen la idea, en principio, los obstáculos en su camino incluyen el coste de un congreso extraordinario. Cosatu paga la factura del congreso, pero los sindicatos afiliados tienen que hacer frente a los gastos de viaje y alojamiento de sus delegados. A algunos sindicatos ya les cuesta pagar sus cuotas de afiliación a Cosatu.

A medida que crecen los problemas de Vavi, Numsa y FAWU comienzan a hablar cada vez más de una escisión en Cosatu. Y ambos también han dado a entender que su apoyo electoral al ANC no esta garantizado.

A Mantashe no le ha gustado nada y ha hecho algunas advertencias nada sutiles a los dirigentes sindicales. Incluso el SACP salió de su hibernación para condenar cualquier intento de escisión de Cosatu. Y el presidente Jacob Zuma, que se ha mantenido al margen de las convulsiones en Cosatu, fue el encargado de ofrecer un consejo amistoso al movimiento sindical.

En su intervención en la escuela política del sindicato de policía y prisiones (POPCRU) el pasado miércoles, Mantashe afirmó que una ruptura con el ANC podría tener graves consecuencias, y si la clase obrera abandonaba la alianza, otros intereses podrían ocupar su lugar.

"Es una apuesta – ser cabeza o cola - con la revolución. No se puede jugar con la revolución, ya que si se deja el espacio, otras fuerzas conservadoras ocuparán el vacío”.

"Los sindicatos cree que si deciden dejar el ANC, el ANC seguirá siendo lo que es. (Sin embargo) el ANC se harña cada vez más conservador y una vez que se haya transformado en una fuerza conservadora, será brutal contra la clase trabajadora", advirtió Mantashe.

"Si creen que ahora es neoliberal ... Lo empujarán (ANC) a la derecha", concluyó. Mantashe también criticó que los dirigentes sindicales orienten el voto en las elecciones de sus afiliados, porque el voto debe ser una decisión individual. 

En su intervención en la misma escuela política el jueves, el secretario general del SACP, Blade Nzimande negó que el partido comunista estuviera detrás de las divisiones que aquejan a Cosatu. Nzimande, que también es miembro del Comité Ejecutivo Nacional del ANC, dijo que los sindicatos afiliados no deben contemplar abandonar la confederación por sus diferencias

"Hay que mantenerse firmes, porque la unidad de Cosatu como confederación no está en venta, ni se puede jugar imprudentemente con ella para satisfacer objetivos oportunistas a corto plazo. Cualquier amenaza de dividir la confederación debe ser denunciada como lo que es: ¡un complot del enemigo para derrotar a los trabajadores organizados y nuestra revolución! "

En una posible sobreestimación de la fuerza y ​​la influencia del SACP, Nzimande dijo: "Si algunos dirigentes creen que van a escindir algunos sindicatos de Cosatu chocarán primero con el Partido Comunista. Los que amenazan con la escisión, primero tendrán que atravesar esta puerta roja ".

Zuma, en su intervención ante el congreso nacional del sindicato del textil (SACTAWU) en Durban, no abordó los problemas de Cosatu directamente. Sin embargo, su consejo al movimiento sindical fue dejar de lado la política y centrarse más en su función básica de representar los intereses de los trabajadores en el lugar de trabajo.

"Si dan demasiada importancia al trabajo político, dejan abierto el flanco en las fábricas. Es probable que sindicatos menos progresista ocupen el espacio y, por tanto, recluten a sus propios afiliados, porque ya no les prestan atención.

"Esa es la razón por la que tenemos a esa hermosura (sic) llamada Alianza en Sudáfrica, les corresponde a las entidades que son más políticas hacer el trabajo político", dijo Zuma.

Los mensajes a Cosatu de los jefes políticos de la alianza están claramente dirigidos a calmar las cosas para acabar con las divisiones. Mientras que las amenazas de una división o ruptura parecen ser la causa de la ansiedad, tampoco quieren un Cosatu volátil que cause problemas al ANC y el gobierno.

Lo irónico, sin embargo, es que los tres líderes, Zuma, Mantashe y Nzimande, no reconocen que la desaparición de la izquierda tiene mucho que ver con el abandono de su propia afiliación. Fue Cosatu quien impulsó la campaña pre Congreso de Polokwane, que consiguió que los tres fuesen elegidos a la dirección del ANC en la lista de la izquierda. Pero como resultado de la falta de conexión entre ellos y su base desde entonces, los líderes de COSATU han tenido que hacer actos malabares para gestionar las frustraciones de los trabajadores y mantener el apoyo al ANC, lo que ha sido un trabajo difícil.

La presencia de sus dirigentes en posiciones de poder en el ANC y el gobierno no han tenido como resultado ningún beneficio tangible para los trabajadores. La presión se proyecto sobre Vavi, para que protestase y llamase su atención, pero solo sirvió para que lo tachasen de alborotador. Si Vavi es silenciado o expulsado de COSATU, la dirección del ANC cree que la confederación volvería a ser un socio sumiso. 

Lo que podría nos ser más que una fantasía. El aumento de la militancia en las acciones de protesta y la aparición de nuevos sindicatos de extrema izquierda, como la Asociación de Mineros y el Sindicato de la Construcción (AMCU) y de formaciones políticas, como los Combatientes de la Libertad Económica (EFF) y el Partido de los Trabajadores y los Socialistas(WASP) parece apuntar a movimientos tectónicos profundos. Estudios del propio Cosatu subrayan la distancia social que empieza a crearse entre la dirección y los trabajadores de a pie.

Las advertencias de Mantashe sobre el peligro de que la izquierda se marginalice en el ANC no influye en la realidad. Hace tiempo que la izquierda ha disminuido o ha gravitado fuera de la alianza, y sus custodios han desarrollado otros intereses. La izquierda es ahora simplemente una noción romántica de la revolución socialista que nunca fue.

Al aferrarse a una izquierda inexistente, la Alianza no va a ninguna parte. Desde hace meses intentan celebrar una cumbre económica de la Alianza que suavice sus diferencias sobre las políticas económicas, pero hay un peligro real de que, si finalmente tiene lugar termine en un punto muerto. Y ello haría aun más patente la crisis.

Por ahora parece que el objetivo es mantener las cosas como están hasta después de las elecciones de 2014, y quitarle la presión al ANC. Pero es evidente que el centro no puede sostenerse por mucho tiempo. Para Zuma, Mantashe, Nzimande y Vavi, sería como si después de todo este tiempo, Mbeki tuviera razón después de todo. Más vale poco, pero bueno.



Ranjeni Munusamy es una editorialista de la revista sudafricana digital Daily Maverick


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