Anna-Claire Bevan, BBC
24 de septiembre 2013
Luis Lara decidió seguir con sus actividades sindicales en Guatemala. Su hija,
secuestrada y torturada, huyó del país.
"En 1994, asesinaron a mi hijo, un niño de 12 años que no tenía nada que ver en esto. Luego, en ese mismo año, asesinaron a compañeros míos. Después, secuestraron a mi hija: la tiraron en un carro, la torturaron, le hicieron lo que quisieron y después la llevaron a otro lugar baldío. Según ellos, la habían asesinado; le dieron un tiro de gracia para garantizar que estaba muerta. Pero allí, en lo oscuro, no sé qué paso porque el tiro le pasó en el ojo. Luego, ella se fue al exilio", dice Luis Lara.
Lara no es un político, empresario o juez. Es un sindicalista en Guatemala, "el país más peligroso para ejercicio de la actividad sindical", según dijo a BBC Mundo el director del Departamento Derechos Humanos y Sindicales para la Confederación Sindical Internacional (CSI), Stephen Benedict.
En los últimos cinco años, por lo menos 58 sindicalistas han sido asesinados en este país centroamericano y ningún caso ha sido resuelto. Funcionarios de CSI, sin embargo, creen que el número real es mucho más alto.Según la CSI, la situación es tan grave que podría amenazar los tratados de libre comercio del país con la Unión Europea, que exigen la garantía de tener libertad sindical."Amenazas" Evelinda Ramírez fue asesinada después de protestar por el alza del recibo de la luz.
Después del secuestro de su hija, el entonces embajador de EE.UU en Guatemala les ofreció asilo a Lara y a su hija. Ella huyó del país, mientras que, pese a lo sucedido, Lara siguió con sus actividades sindicales y se quedó en territorio guatemalteco. Hoy en día no recuerda exactamente cuántas amenazas de muerte ha recibido, pero sabe que son muchas.
"Casi la mayoría de la gente aquí ha sido amenazada", dice, señalando a sus compañeros del sindicato Frente Nacional de Lucha. "Es raro no recibir una amenaza. La última fue hace más o menos un año. Alguien hizo una esquela [obituario], con mi nombre, como si estuviera muerto. Después le echaron sangre y la tiraron a algún lugar de manera que yo lo encontrara"."Era como para decirme 'ya estás muerto'", agregó.
Hasta años recientes, según la CSI, Colombia era considerado el país más peligroso para sindicalistas, aunque en los últimos años ha bajado el nivel de violencia."El gobierno de Juan Manuel Santos ha permitido una mayor apertura hacia los derechos de libertad sindical, como consecuencia de los compromisos que asumió para la aprobación del Tratado de Libre Comercio con los Estado Unidos y la Unión Europea. También por las presiones del sindicalismo nacional e internacional", dice Benedict.
La CSI dice que en lo que va del 2013, cuatro sindicalistas han sido asesinados en Colombia, mientras que en Guatemala, donde la población es tres veces menor, el número es siete.Es raro no recibir una amenaza. La última que recibí fue una esquela donde pusieron mi nombre como si estuviera muerto, le echaron sangre y la tiraron a algún lugar de la manera que yo la encontrara [...] como decir: 'ya estás muerto'"Luis Lara, sindicalista en Guatemala.
"Teniendo en cuenta la brutal violencia, la membresía sindical se sitúa en apenas el 1,6% de la población activa. En comparación, en Colombia la adhesión sindical es del 5%", dice Benedict.Guatemala tiene una historia sangrienta. La guerra civil del país -ocurrida entre los años 60 y 90- dejó unos 200.000 muertos y otros 40.000 desaparecidos. Ahora el país lidia con otro conflicto armado: la violencia por el narcotráfico.
Además, según organizaciones de derechos humanos, Guatemala cuenta con un débil sistema judicial que alimenta una cultura de impunidad y miedo, lo cual facilita que los asesinatos no sean investigados, en especial los de sindicalistas.Fue el caso de Evelinda Ramírez, una mujer sencilla, campesina, que vivía en un pequeño rancho del interior de Guatemala.
No tenía mucho dinero, ni posesiones. Y cuando ella y sus vecinos recibieron unos recibos de luz tan elevados caros que se les hizo imposible pagarlos, Evelinda decidió denunciar el alza inmoderada. Dirigió a su comunidad a protestar contra la compañía eléctrica, pero después de regresar de una reunión con el expresidente, Álvaro Colom, fue emboscada y abatida a tiros. El caso nunca fue resuelto.
"Hoy el movimiento sindical tiene nuevos retos. Antes se conocía quién era el patrón, pero ahora no sabes. El patrón puede estar hasta allá escondido, puede ser un gran narcotraficante, puede ser del crimen organizado. Hay enemigos visibles y enemigos invisibles y están en contra porque tocan sus intereses", dice Lara.
Tratados en riesgo
Familiares y amigos de un compañero de Luis Lara acuden a su funeral.
En varios países de Centroamérica hay extremadamente elevados índices de muertes por armas de fuego. Pero en el caso de asesinatos de sindicalistas, Guatemala sobresale.
Según la CSI, entre 2009–2012, 38 sindicalistas fueron asesinados en Guatemala, 23 en Honduras y ocho en México.
En marzo pasado, ante esta situación, el gobierno guatemalteco firmó un acuerdo con la Organización Internacional del Trabajo (OIT) para investigar y enjuiciar crímenes contra sindicalistas. Sin embargo, pocos días después de que la misión salió del país, tres sindicalistas fueron asesinados.
De ahí que hace algunas semanas una delegación de la Internacional de Servicios Públicos (PSI, en sus siglas en inglés), una federación global de sindicalistas, se reunió con el presidente Otto Pérez Molina para urgirle tomar medidas que detengan la ola de muertes de sindicalistas.
"
Teniendo en cuenta la brutal violencia, la membresía sindical se sitúa en apenas el 1,6% de la población activa"
Stephen Benedict, director del Departamento Derechos Humanos y Sindicales de CSI.
Incluso, la PSI le informó al gobierno que si no reacciona contra las matanzas, corre el riesgo de perder sus acuerdos de libre comercio con la Unión Europea y EE.UU.
A fines de este mes de septiembre, de hecho delegados de la PSI se reunirán con miembros de la Unión Europea para tratar la situación en Guatemala.
En conversación con BBC Mundo el gobierno guatemalteco asegura estar al tanto de lo delicada que es la situación y asegura que está haciendo todo lo posible para prevenir nuevos atentados contra sindicalistas.
"En el mes de marzo de este año, constituimos una mesa sindical con el ministro de gobernación y todos los líderes sindicales", dice a BBC Mundo el Ministro de Trabajo y Previsión Social, Carlos Contreras Solórzano.
"(La mesa) Tiene por objeto desarrollar políticas de prevención para evitar los ataques y prevenir los ataques contra los trabajadores y los líderes de los sindicatos. Además, tiene el objetivo de intercambiar información para poder combatir a los criminales o a los autores materiales e intelectuales".
Al menos 58 sindicalistas fueron asesinados en Guatemala en los últimos cinco
años y ningún caso ha sido resuelto. El número real podría ser mucho más alto.
"Por el otro lado también, para garantizar que los hechos contra los líderes sindicales no queden impunes, se constituyó una mesa de trabajo entre la Fiscal General de la República y los principales líderes sindicales de Guatemala, para garantizar investigaciones independientes a los crímenes que se cometen", añadió.
Solórzano dice también que el gobierno ha ofrecido protección policial a los líderes sindicales que han recibido amenazas de muerte y ha pedido ayuda a la OIT para resolver la problemática. A inicios de julio, se estableció a un representante del director general de la OIT permanente en Guatemala.
"Un sindicato es necesario para desarrollar una democracia que nos permita vivir en paz, en justicia, una democracia que nos permita articular nuestros pensamientos y trasladarlos a donde corresponden. Creo yo que estos son los anhelos de toda esta clase trabajadora en el que nos movimos ayer y seguimos moviendo hoy", dice Luis.
Una misión tripartita de alto nivel de la OIT visitará Guatemala esta semana para evaluar estas medidas con el gobierno, sindicatos y empresarios.
No hay comentarios:
Publicar un comentario