El llamamiento para movilizarnos todas las personas estos días 17 y 18 es para declarar las semillas nativas y criollas como parte del patrimonio de los pueblos. Fue un logro de nosotr@s, pueblos de personas anónimas, la derogación de la llamada Ley Monsanto. Podríamos haberlo dejado ahí, pero la derogación no fue clara por distintos motivos. Además, lo sucedido nos sirvió para darnos cuenta de que es preciso una prohibición expresa de los transgénicos en nuestro país. Y también es precisa una protección explícita de las semillas nativas y criollas que las y los campesinos hemos venido guardando y mejorando naturalmente durante milenios. Eso estaremos pidiendo en el Congreso de la República el día 18 de septiembre de 2014.
Vemos con preocupación que los diputados que se sostienen en el Congreso, gracias al gran circo comercial de la maquinaria partidaria y las elecciones, están aprobando leyes que sólo benefician a las grandes empresas nacionales y transnacionales. Y vemos esto con preocupación infinita cuando nos damos cuenta de que hay leyes que son fruto de los Acuerdos de Paz, en defensa de los derechos de la Madre Tierra y de los derechos colectivos de los pueblos originarios, leyes que se han construido participativamente a lo largo de años, mas todas esas leyes permanecen paralizadas, engavetadas en los despachos de los políticos que ocupan curules en el Congreso.
Las consecuencias de la aprobación de alguna de estas leyes no son sólo para los campesinos. Hay leyes que permiten a empresas eléctricas y de telecomunicaciones instalar equipamiento en cualquier territorio que elijan sin siquiera pedir permiso y sin que se esté contemplando el debido proceso de diálogo, consentimiento y resarcimiento para las personas cuyos territorios se estén viendo afectados.
La penetración del uso de químicos en la agricultura, el establecimiento de municipios o regiones que sean zonas francas para que las empresas se establezcan ahí y puedan pagar salarios más bajos de los mínimos y muchas otras acciones que están ya aprobadas o en proceso de aprobación en el Congreso, perjudican a toda la sociedad guatemalteca, dañan los vínculos sagrados entre seres humanos y el resto de los seres con los que compartimos existencia en el Corazón de Nuestra Madre Tierra.
Durante años hemos asistido a la persecución penal que se ha hecho a las radios comunitarias, con allanamiento y secuestros de equipos tecnológicos. Hemos visto cómo el Congreso se pliega a los intereses de la Cámara de Radiodifusión de Guatemala, que pretende acaparar la práctica totalidad de las frecuencias. Sabemos que tenemos derecho al establecimiento de una reserva del espectro radioléctrico para uso comunitario, tanto en radio como en televisión. ¿Por qué los medios de comunicación sólo tienen que están en manos del gran capital, cuando hay organizaciones, comités, asociaciones, consejos de mujeres, de jóvenes, de ancianos en nuestras comunidades que están deseosos y capacitados perfectamente para gestionar medios de comunicación en los que se escuche la gran diversidad de voces, idiomas, culturas y espiritualidades que existen en el Iximulew?
Éste es un llamado a las comunidades, organizaciones y pueblos para salir a las calles para manifestar su rechazo por todos estos paquetes legislativos de las empresas que nos perjudican, para pedir la aprobación de las leyes de los pueblos, para pedir a este gobierno el cese de la represión y persecución, invasión de nuestros territorios, para el beneficio de la oligarquía.
Estas movilizaciones no son sólo para descontentos, radicales, subversivos, ni mucho menos para comunistas, rojos o colorados, ni para ninguna de esas falsas etiquetas con las que se intenta tergiversar el sentido de nuestro accionar. Estas movilizaciones son para todos los seres humanos conscientes de que viven en unidad, compartiendo un planeta con muchos otros seres animales, vegetales, de piedra.... son para seres conscientes de que están conformados por distintos elementos de la Madre Tierra, que todos deben ser protegidos (agua, tierra, aire, fuego)... son para seres que creen que es posible construir colectivamente otro mundo en el que el comercio y el capital dejen de estar por encima de la vida. El momento de proteger lo que queda en este planeta es AHORA. Por eso, a toda la poblacion consciente, le decimos: Que se levanten, que se levanten todos, que ni uno ni dos se queden atrás. Que los pueblos tengan paz, mucha paz y sean felices.
¡Nos vemos en las calles mañana y pasado mañana, con el corazón abierto hacia la esperanza! ¡Florecerás Guatemala!
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