Jean-Michel Maes · · · · · |
21/09/14 |
Sin Permiso
Entre agosto y noviembre de 2013 la Academia de Ciencias de Nicaragua realizó tres foros para debatir públicamente sobre el proyecto del Canal Interoceánico. Posteriormente, publicó un libro con una selección de textos elaborados a partir de las charlas de varios de los expertos que compartieron sus conocimientos. Jean-Michel Maes, participante en el tercer foro, pone el acento en las posibles afectaciones que el Canal tendrá sobre la compleja biodiversidad de Nicaragua.
Antes de tocar el impacto que tendrá el Canal Interoceánico en el medioambiente y la biodiversidad, queremos tocar algunos puntos que, aunque parezcan muy poco relacionados con el tema, terminan siendo de mayor importancia.
Un proyecto “cocinado”
Un primer elemento a tener en cuenta es éste: siguiendo la información desde afuera del proyecto, como le ha sucedido a la mayoría de los ciudadanos de Nicaragua, todo el proyecto parece “cocinado”. La idea del Canal, considerada como un sueño de los nicaragüenses, que ha flotado en el ambiente por varios siglos, fue retomada de repente por el gobierno de Nicaragua, introducida a la Asamblea Nacional como un proyecto de ley y, en un plazo extremadamente corto para una ley de esta importancia, aprobada y publicada, dando sin licitación alguna la concesión para la construcción el Canal a una empresa supuestamente china. La ley es contradictoria con muchos aspectos de la Constitución Política de Nicaragua. En el texto de la ley, publicada en La Gaceta Diario Oficial, no aparece ningún acápite serio sobre los aspectos ambientales. Además, un acápite propone realizar enmiendas a las leyes existentes, incluyendo las leyes ambientales, como mecanismo para facilitar la construcción del Canal. Esto nos deja serias dudas sobre el interés que en el medio¬ambiente tiene el gobierno de Nicaragua o la empresa dueña de la concesión del Canal.
Esperamos estar equivocados, pero la ley en sí da la impresión de preocuparse más por el desarrollo económico que por el patrimonio natural de la nación.
El proyecto del Canal también es antagónico con otros proyectos tal vez más rentables a largo plazo para Nicaragua, pues viene a cortar en dos el corredor turístico del Pacífico, incluyendo la carretera costanera. El desarrollo turístico, y principalmente sus componentes ecoturísticos, deben ser amigables con el medioambiente para su propia sobrevivencia y también deben ser actividades generadoras de importante cantidad de empleos.
El proyecto del Canal es también antagónico con la disponibilidad de agua potable proveniente del Lago Cocibolca. Es consenso común de economistas y sociólogos que el agua potable es un recurso cuya disponibilidad va disminuyendo a nivel mundial, que tiene una demanda creciente, y que a mediano plazo será un recurso muy cotizado. Ya funcionan proyectos que usan el agua del Gran Lago de Nicaragua para abastecer a poblaciones de Chontales. La posibilidad de usarla para estas comunidades y para otras se desvanecerá si esos grandes barcos pasan por el lago.
La precipitación en la obtención de la ley de la concesión, lo discrecional de la decisión de asignarla a una única empresa y la ausencia del medioambiente en el texto de la ley, plantean serias dudas de que, aun en el caso de se hiciera un estudio de impacto ambiental serio, ese estudio se tomará en cuenta.
Hay otras rutas posibles
para el canal
La ruta canalera a través del Gran Lago de Nicaragua es una herencia de la época gloriosa de los barcos de vela y de los vapores que hacían la Ruta del Tránsito en tiempos del Comodoro Vanderbilt. En aquellos tiempos se requería más pericia, experiencia y atrevimiento de los capitanes de esos barcos, pero también se requería de menos agua, pues el calado de los barcos no era muy grande. En la actualidad no es imprescindible cavar un canal que atraviese el Lago Cocibolca, porque sería mucho más fácil abrir en tierra firme una trinchera del tamaño necesario para los nuevos barcos de gran calado.
Desde el tiempo de los estudios de ingenieros franceses (Belly, 1858), se planteaba una ruta saliendo por el puerto occidental de El Realejo. Más recientemente, una de las empresas proponentes del Canal Seco -un ferrocarril interoceánico- ofrecía realizar esa obra pasando por el lado noreste del Lago Cocibolca, al este del Lago Xolotlán, saliendo en las cercanías del puerto de Corinto.
Esta solución todavía es posible para el Canal Inter¬oceánico, siguiente la ruta que inicia en Monkey Point hasta las cercanías de la costa noreste del Lago Cocibolca, pero evitándolo yendo hacia el norte, al este del Lago Xolotlán, pasando por el punto más bajo de la cordillera de los Maribios y saliendo por Corinto o por una extensión de ese puerto. Esa ruta tendría la ventaja de permitir la construcción del Canal Interoceánico y, al mismo tiempo, usar el agua del Lago Cocibolca como fuente de agua potable. Las aguas del lago servirían para abastecer el Canal, sin que las naves lo atraviesen. El Canal podría abastecerse de las aguas de ambos lagos por varios canales con esclusas.
Los impactos ambientales
no sólo serán en Nicaragua
No todos los impactos sobre el medioambiente que causará el Canal Interoceánico están limitados al territorio nacional de Nicaragua. El impacto marino y marino-costero, por las corrientes marinas, será de nivel regional, pudiendo afectar desde México hasta Colombia y a las islas del Caribe. El impacto que tendrá el Canal sobre el agua dulce es también de interés regional, pudiendo afectar a Costa Rica, por los cambios que se darán en la calidad del agua del río San Juan y en su navegabilidad. El impacto sobre los suelos, por la erosión, a través de los cambios en el río San Juan también puede afectar a Costa Rica y al propio Canal, a causa de los depósitos de sedimentos en ambos océanos que pueden llegar a varios países vecinos.
El impacto en la biodiversidad, en particular sobre especies y ecosistemas, será de carácter más nacional. Sin embargo, a nivel genético impactará a los países que comparten con Nicaragua las mismas especies de fauna silvestre, ya que se cortará el flujo genético latitudinal. El cambio climático, haciendo sinergia con varios de éstos y otros problemas, también será de interés regional.
Los estudios del impacto marino que causará el Canal requieren de apoyo internacional por la poca capacidad de Nicaragua en este campo. Las corrientes marinas, del lado Atlántico, provenientes en su mayoría a lo largo de la costa norte de Suramérica, vienen a impactar de manera casi perpendicular la parte central de la costa de Nicaragua, desviándose luego hacia el norte, chocando con la costa sur de Yucatán y pasando hacia el norte, entre Yucatán y la isla de Cuba. Otra parte de esas corrientes, al impactar la costa Atlántica de Nicaragua más bien se desvían hacia el sur, formando un movimiento circular que va de regreso hacia la costa de Colombia. Estas corrientes llevarán cualquier tipo de contaminación hacia todos estos países.
Impactos sobre el lago Cocibolca,
sobre ríos y cuencas
El impacto sobre el recurso agua dulce tiene dos aristas: la calidad del agua disponible en Nicaragua y la cantidad de agua necesaria para que funcione el Canal. La calidad del agua dulce del lago, cada vez más necesaria para el abastecimiento de la población, puede verse directamente afectada por el tránsito de barcos. Los sedimentos atrapados en el sistema y las esclusas haciendo más lento el curso de los ríos involucrados en el canal afectarán la calidad y la cantidad de las aguas del lago. Hay que tener también en cuenta que varias comunidades de pescadores viven de este importante recurso de agua dulce.
La cantidad de agua dulce disponible es vital para el funcionamiento del Canal. Las diferentes rutas estudiadas por la empresa concesionaria del Canal abarcan la cuenca del río Brito, en el Pacífico, la cuenca de los lagos Xolotlán y Cocibolca, que desembocan por el río San Juan; y en la vertiente Atlántica, las cuencas de los ríos Escondido, Kukra y Punta Gorda. La cuenca más extensa y más implicada en el proyecto es la del río San Juan, abarcando los dos grandes lagos, en donde drenan varios ríos del norte de Nicaragua. Las cuencas del Atlántico reciben grandes cantidades de lluvia y deberían tener agua suficiente para la zona este del Atlántico Sur. Y la cuenca de los dos grandes lagos depende de ríos que bajan desde el norte de Nicaragua y corresponden a zonas secas. Para mantener agua suficiente para el funcionamiento del Canal se requiere de una reforestación masiva de la parte norte de la cuenca.
Los suelos son también un factor importante para el Canal. Cambiando el régimen de los ríos con las esclusas se promueve el depósito de sedimentos, que llenarían el Canal, lo que aumentará el costo de operación del Canal con un continuo dragado. Adicionalmente a los problemas de abastecimiento de agua para disminuir la abundancia de sedimentos, será crucial promover una cobertura vegetal perenne. A nivel del subsuelo, la contaminación de los acuíferos es también tema de preocupación, debido a que, aumentando la profundidad de los ríos, canalizando y abriendo una zanja tan profunda en el lago Cocibolca se podría incrementar la penetración de aguas contaminadas en la capa freática.
Tres impactos sobre la biodiversidad
El impacto directo sobre la biodiversidad se efectuará a tres niveles: ecosistemas, especies y genes. Lo más visible será la afectación en el nivel de los ecosistemas. La pérdida o no de cobertura boscosa por cambios en el uso de suelos se podrá ver en mapas o fotos satelitales. La pérdida de especies será menos visible y sólo podrá notarse por la presencia o la ausencia de algunas especies. Más difícil aún de apreciar será la afectación genética, donde sólo el análisis del ADN dentro de las poblaciones de una misma especie podrá expresar las brechas causadas por pérdidas de flujo genético.
Cambiarán los ecosistemas
Buscando mapas de la cobertura forestal de Nicaragua en diferentes épocas se aprecia que después de deforestar los bosques tropicales secos del Pacífico para dedicar esas tierras a la agricultura, con el paso del tiempo se fue abriendo una brecha que va desde Managua hasta el Atlántico. Se estima que en 1950 el avance de la deforestación abarcaba la mitad oeste del departamento de Chontales. Ya en 1970 la deforestación abría una punta de flecha hacia El Rama, ampliándose mucho más en las décadas siguientes y abriéndose otra ruta de deforestación hacia la región de las minas de Siuna y Bonanza, dejando deforestada la mayor parte del centro del país.
A fines de los años 90, el concepto de “frontera agrícola” se presenta con la forma de un boomerang, con la punta central apoyándose sobre la región de Bluefields y las aspas presionando las dos mayores reservas naturales del país: Bosawás e Indio Maíz, según datos del INAFOR (Instituto Nacional Forestal) en 2004 y del MAGFOR (Ministerio Agropecuario y Forestal) en 2008. En la región que nos interesa, la parte norte de la reserva Indio Maíz, el área al oeste de Monkey Point se presentaba en 2002 como un enorme parche boscoso. Ya en 2011, según estudios de Poveda y Hernández de 2012, esa misma área fue reducida a una gran cantidad de fragmentos pequeños de bosque, indicando el avance de colonos de norte a sur hacia Río San Juan.
La construcción del Canal Interoceánico abre la posibilidad de una reforestación masiva de las cuencas, para garantizarle abastecimiento de agua al Canal. Este proyecto tendría necesariamente que disponer de recursos financieros para hacer esa reforestación. Pero el avance de la frontera agrícola hacia el sur podría verse acelerado, ya que los desalojos de tierras por razón del Canal podrían empujar a las poblaciones desalojadas a buscar nuevas tierras hacia el sur o hacia la reserva de Bosawás.
Desaparecerán especies
La afectación a nivel de especies, tanto de flora como de fauna, será proporcional a la destrucción de la cobertura vegetal. Gran parte del daño posible en la zona donde se construirá el canal ya está hecho. Tan sólo podemos suponer una profundización, tanto por la destrucción de los remanentes de bosques en la zona de influencia directa del Canal, como por la extracción de fauna con la mayor cantidad de nuevos pobladores, atraídos por el Canal, buscando y encontrando una fuente extra de ingresos por caza, pesca o tráfico de fauna.
La potencial migración de pobladores desalojados hacia la reserva Indio Maíz provocaría una continua extracción de fauna, desde la reserva hasta la zona del Canal. A nivel de flora, la construcción de muchas viviendas de varios niveles sociales haría crecer en la zona la demanda de madera y la extracción selectiva de especies maderables. El aumento de la población también hace crecer la demanda de leña y su extracción.
Disminuirá la variabilidad genética
Las poblaciones de muchas especies animales están distribuidas en varios países de la región. La apertura de grandes barreras en los bosques, como la ya abierta entre Managua y El Rama, merma el flujo genético de especies que habitan en los bosques.
A pesar de esas barreras, los animales continúan teniendo un posible paso cruzando áreas de pasto, atravesando fragmentos de bosques, pasando incluso por las carreteras. Construyendo un Canal, la barrera se volverá hermética para los animales que no puedan volar sobre tan gigantesco obstáculo. El resultado será tener dos poblaciones distintas, al norte y al sur del Canal, con una diferencia genética que irá creciendo con el tiempo. La disminución de la variabilidad genética por endogamia genera poblaciones con menos capacidad de adaptación y de defensa ante los elementos adversos del entorno.
Por su ubicación latitudinal, el Canal viene siendo antagónico con la idea un tanto utópica del Corredor Biológico Mesoamericano y del Corredor del Atlántico, en su momento proyectos ampliamente financiados y avalados por el Ministerio del Ambiente de Nicaragua. En 2002 la Comisión Centroamericana de Ambiente y Desarrollo calificaba el CBM como “una plataforma para el desarrollo sostenible regional y en 2011 el Banco Mundial hizo una evaluación independiente del mismo, valorándolo. También es antagónico el Canal con el emblemático proyecto Paseo Pantera, proyecto de protección de los jaguares, animal mítico de la región centroamericana, en franco peligro de extinción.
También el cambio climático
El cambio climático tendrá un efecto que acelerará todos estos procesos, porque habrá menos lluvias en la zona del Pacífico y más lluvias en la zona del Atlántico. La disminución de precipitaciones en el Pacífico provocará un faltante de agua en esa parte del Canal, que es clave si el lago Cocibolca es el que debe alimentarlo de agua. En la zona del Atlántico, donde el Canal requerirá de menos agua, será al contrario: el aumento de las precipitaciones con un régimen más irregular aumentará la cantidad de sedimentos con los cuales habrá que lidiar. Ambos efectos se podrán mitigar con la reforestación.
Hay mas negativo que positivo
en este proyecto
Haciendo balance, el único aspecto positivo del Canal, además de la posible activación de la economía durante el proceso de su construcción, sería la reforestación a gran escala, necesaria para el buen funcionamiento del Canal.
En cambio, hay varios aspectos negativos:
- La poca garantía de que, aun con un estudio de impacto ambiental hecho con rigor y seriedad éste sea tomado en cuenta.
- La ausencia en la ley del componente ambiental, que podría quedar a discreción de la compañía concesionaria.
- La pérdida del marco legal para actuar en ese sentido del gobierno de la República, como representante del pueblo de Nicaragua y defensor del patrimonio natural de la nación.
- Un impacto marino, con problemas de contaminación potencial a otros países de la región, además del impacto marino costero en Nicaragua.
- Una afectación drástica del lago Cocibolca, valioso potencial de agua dulce, sabiendo que este recurso irá creciendo mucho en importancia con el paso del tiempo.
- De represar el río San Juan, cerca de San Carlos, se afectaría su navegabilidad, creando un potencial conflicto con Costa Rica.
- El cambio de régimen de los ríos afectados por el Canal, que aumentaría la cantidad de sedimentos depositados, tanto en los ríos como en el lago.
- La salida del Canal en el Pacífico entra en conflicto con los planes de desarrollo turístico.
Jean-Michel Maes es biólogo, con maestría en ecología. Experto en entomología. Miembro fundador de la Academia de Ciencias de Nicaragua. vive en Nicaragua desde 1983. El presente texto es un resumen de su conferencia en el tercer foro de la Academia de Ciencias de Nicaragua sobre el proyecto del canal interoceánico.
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Nicaragua: Ecosistemas, especies y genes serán afectados por el Canal
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