¿Qué paz y qué Acuerdos defienden?
El juicio es contra quienes han sido acusados de genocidas.
Miguel Ángel Albizures
18 de abril 2013
Un grupo de exfuncionarios del gobierno de Arzú y de otros gobiernos que le sucedieron, con el agregado de un shute que firma para aparecer en la foto, han hecho público un comunicado que encabezan con el título de Traicionar la Paz y Dividir a Guatemala, no sabemos a qué paz se refieran, si lo único fue el desarme de la guerrilla, porque los Acuerdos, que podrían haber contribuido a hacer surgir otra Guatemala, ellos mismos y sus gobiernos los sepultaron.
Ahora, cuando en medio de las amenazas a los operadores de justicia, el sistema de justicia empiece a dar pasos, ellos con su posición contribuyen a querer meter miedo a toda la población y repiten las amenazas de los veteranos militares diciendo que hay serios peligros para el país, que se “agudizará la polarización” y que se revertirá la paz. Les faltó poner en letras mayúsculas que “volverá a correr sangre en Guatemala” como lo dijo uno de los rancios oponentes a que se combata y se termine con la impunidad en nuestro país.
El cinismo cae de su peso, pues dicen que el Ejército cumplió con los Acuerdos como si no fuera evidente la reapertura de bases y destacamentos, el aumento de sus efectivos, de su presupuesto y su presencia en las instituciones, en las calles y retenes. Aseguran, en medio del aparecimiento del cuerpo destrozado del líder comunitario de Santa Elena Barillas, Daniel Pedro, que la violencia política desapareció, pero amenazan que puede reaparecer si se da una condena por genocidio. Es decir, están en la misma sintonía de la cúpula empresarial a la que siempre han aspirado pertenecer, en la misma sintonía de los defensores de los acusados de genocidio y de los Dinos, veteranos y civiles que siguen practicando la amenaza, el racismo y la discriminación de que fue objeto el pueblo ixil, con tal de lograr sus objetivos.
Como el papel aguanta con todo, se conduelen de las atrocidades que se cometieron, pero dicen que la acusación de genocidio es una “fabricación jurídica”, y han de pensar como lo dicen los defensores y los Dinos, que los testimonios son inventados, que son narraciones preparadas y poco les importa el dolor de las mujeres que fueron violadas y sometidas a semiesclavitud. El juicio no es contra la institución armada, ni contra el Estado de Guatemala, ni atenta contra la paz. El juicio es contra quienes han sido acusados de genocidas y solo falta que el Tribunal, sin hacer caso a la amenaza de este y otros grupos, dé su veredicto sobre las atrocidades que los personajes que firman el documento, afirman que acontecieron en Guatemala.
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