Rebelión
La detención en territorio cubano de cuatro terroristas procedentes de la ciudad norteamericana de Miami confirma una vez más que el régimen de Estados Unidos persiste en su frustrada guerra sucia y de agresiones contra la isla caribeña, además del arreciado cerco económico, comercial y financiero que le impone desde hace más de 50 años.
Los cuatro apresados, quienes según declararon pretendían atacar instalaciones militares con el objetivo de promover acciones violentas en la mayor de las Antillas, reconocieron tener vínculos estrechos con connotados criminales vinculados a Luis Posada Carriles, bautizado como el Bin Laden latinoamericano, y responsable de innumerables actos sangrientos contra el pueblo cubano, y otros de la Patria Grande, como Venezuela.
El plan descubierto por las autoridades de La Habana sigue a la inclusión de Cuba, por trigésima segunda ocasión, en la lista de Estados Unidos de países patrocinadores del terrorismo, otra embestida infame de la administración de la Casa Blanca hacia la denominada Isla Bonita, y un hecho que cada año es reprochado por la comunidad internacional.
Recientemente también fue desenmascarado un proyecto subversivo “Made in USA”, denominado “Zunzuneo”, dirigido a socavar el orden en la nación caribeña por medio de las redes sociales, como parte la postura perversa y enfermiza de Washington de destruir la Revolución cubana a cualquier precio.
Es evidente además que la política de bloqueo hacia Cuba se ha acrecentado aun más durante la administración del presidente Barack Obama, con la persecución implacable a empresas y bancos de terceros países que comercian o trabajan con la mayor de la Antillas.
En un anterior articulo subrayé que el imperio de Estados Unidos está como una “fiera enjaulada” que lanza zarpazos para todas partes porque está consciente que se le acerca cada día más la pérdida definitiva de su dominio mundial, ante la pujanza económica, financiera y comercial, además de militar, de potencias como China y Rusia, y otras emergentes, renuentes hoy a acatar los dictámenes de Washington.
En el caso de Cuba, las garradas de los regímenes de Casa Blanca han sido permanentes desde 1959, pero los acontecimientos indican que la “hiena acorralada” está muy furiosa por la actual coyuntura internacional y en América Latina, y es un hecho real que el archipiélago antillano ha sido una constante espina en su garganta.
En ese sentido, parecen haberse activado a criminales buscados por la justicia latinoamericana, como Posada Carriles, quienes históricamente han organizado planes violentos en la ciudad terrorista de Miami, con el financiamiento y siempre respaldo de los servicios secretos norteamericanos.
Mientras esos peligrosos extremistas permanecen libres y protegidos, Washington mantiene en sus mazmorras a tres cubanos antiterroristas, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, quienes precisamente junto a sus otros dos compañeros René González y Fernando González, ya excarcelados tras cumplir largas sentencias, defendían a Cuba y el mundo de los criminales asentados en la Florida.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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