Elena Koroleva: Ilegalización del Partido Comunista de Ucrania, una peligrosa farsa en tiempos sangrientos

 Ucrania la deriva totalitaria

Elena Koroleva
KPRF, Rebelión

Ucrania con paso firme avanza en dirección al fascismo. Un signo evidente de ello no son solo los chavales de “autodefensa” que se pasean con antorchas en la mano por las calles de las ciudades buscando una nueva víctima que incendiar, también lo es el reavivar la vieja cantinela de la ilegalización del PCU. La paradoja es que a los comunistas los prohíben los regímenes nazistas y dictatoriales, como el de Hitler o Pinochet, para que no estorben en la construcción de Auschwitz, o en la puesta en marcha de reformas, sobre la sangre de los fusilados en el estadio de Santiago. Tampoco faltaron las ilegalizaciones del Partido Comunista tras la disolución de la URSS. Pero las repeticiones en la historia, son por lo general una farsa. En este nuevo intento, la farsa comienza ya por el promotor, el diputado Oleg Lyashko, conocido por sus escándalos.

En este momento, cuando no han pasado los cuarenta días (de luto) por los caídos en la guerra de Maidán, tanto civiles como policías, las bromas se convierten en algo indecente. Pero hay momentos tan paradójicos, que una no puede evitar ponerse sarcástica.

Por ejemplo, ¿qué hacer con los comunistas, que en Ucrania son 115 mil militantes? Después de la ilegalización, en algún sitio habría que meterlos. Especialmente a los que no estuviesen de acuerdo. Así que aquí los ultraderechistas, los de “Svoboda” y demás no podrían evitar tener que recurrir a la práctica hitleriana de los campos de concentración. Cierto que para mantener bajo arresto a todos los comunistas activos en un país completamente arruinado, no habría presupuesto. Habría que dirigirse a Occidente a por ayuda. Siempre está la esperanza de que el extranjero te ayude. Si no da dinero, al menos podría descongelar Auschwitz, para una solución más radical del problema…

¿Les suena salvaje, poco creíble? ¿Y quién podía imaginar hace 10 días, que la pacífica Ucrania, un caserío en los confines de Europa, se convertiría en epicentro de pogromos y de la agresión incontrolada de bandas paramilitares? ¿Quién podía imaginar que el orden en el país lo iban a imponer gente vestida de camuflaje, con fusiles, que iban a acudir de esa guisa a un pleno de una administración local, como el que vuelve a su tienda de campaña en el cuartel?

Una cuestión aún más delicada que se le plantease a “la dictadura de la democracia” sería qué hacer con el ejército de electores, con esos 2 millones, 687 mil 246 personas, que dieron su voto al PCU? Eso es prácticamente lo mismo que consiguiera UDAR, con todos los cinturones de campeón de Vitali Klichkó, y más de lo que obtuviera “Svoboda”, teniendo como tenían posibilidades ilimitadas en Ucrania Occidental. El Partido Comunista por el contrario ha estado trabajando siempre bajo presión por todas las partes; tanto del gobierno, como de la oposición. Mientras que el gobierno recurría a la palanca de la presión administrativa, los propagandistas de la oposición buscaban algún escándalo que los comprometiese o descalificase. Pero apenas consiguieron nada y la desacreditación no surtió efecto.

Mientras que después de la que han armado los clanes oligárquicos en disputa, en estos 3 meses de “revolución”, empezaron a dirigir sus esperanzas hacia los comunistas, incluso aquellos que las tenían depositadas en otras fuerzas políticas. Como dice el sabio refranero, “los señores se pelean y el siervo paga los platos rotos”. En estos tres meses de confrontación, cuando por un lado morían románticos revolucionarios y del otro policías y soldados, cada uno dejando huérfanos y familias desconsoladas, ningún político ha sufrido el menor daño. Ni un rasguño. Igual que en el anterior gobierno bebían coñac del caro, seguirán bebiendo en el nuevo. Y el pueblo se ha quedado sin trabajo, sin pensión, sin medios para subsistir. Y encima bajo la amenaza del terror criminal desatado por la “Autodefensa” (Samooborona). ¿Cómo no va a crecer la popularidad de los comunistas en estas condiciones?

Los que mueven los hilos de sus marionetas y han dirigido esta representación revolucionaria con numerosas víctimas, comprendiendo bien esto, han incluido a los comunistas en la lista de elementos peligrosos que hay que exterminar. En esa lista hay figuras del más variado signo; todos los que de un modo u otro pueden influir en la correlación preelectoral de fuerzas en mayo.

Empezando por la mismísima Yulia Timoshenko, quien nada más salir de la cárcel, anunciara sus ambiciones presidenciales. O el líder de “Praviy Sektor” Dmitri Yárosh, al que esa popularidad repentina le ha provocado un ataque de la enfermedad de las estrellas y también aspira a hacerse con el cetro. De Yárosh ya sabemos que la víspera de la muerte de la “centuria de los cielos” se reunió con Yanukóvich.

Le fue a pedir al todavía presidente el cargo de viceministro del interior. ¿Y Timoshenko? Ella estaba en la cárcel. Pero su hija, en lugar de estar sacando heridos en Maidán, estaba celebrando su cumpleaños, con su novio en Roma, en el hotel más lujoso. No es de extrañar que después de todas estas revelaciones, Yarosh haya tenido que bajar las revoluciones de su ambición, mientas que Timoshenko, simplemente ha huido a Alemania, renunciando al cargo de primera ministra. Y seguirá allí recuperándose, mientras el escándalo de su hija Zhuzha, no se le olvide a los electores.

Pero eso son minucias comparado con la munición pesada con la que disparan contra los comunistas. Primero soltaron el bulo de que al líder del PCU se le había visto en Moscú, rodeado de oligarcas y funcionarios del gobierno depuesto. No les resultó. Él estaba en su sitio. Luego asaltaron la sede del PCU. Es una guerra de nervios en la que eso solo era el preludio. Casi al mismo tiempo, destruyeron la casa del hijo de Piotr Simonenko, en la que durante un tiempo vivió con la mujer y los hijos. Al pueblo le mostraron un piano blanco y una taza de váter (no dorada, normal), lo que provocó un efecto bumerang: a juzgar por las reacciones en Facebook, la gente se indignó, poniéndose en el lugar de los afectados.

“Sería bueno saber cómo se hubiera sentido Tiagnibok, sentado en las cenizas de su casa, mientras los telespectadores veían como era su retrete”. Ya le llegará la hora, la vida da muchas vueltas, escribía un chaval, que a juzgar por lo demás participó activamente en el primer Euromaidán “estudiantil”.

Otros usuarios de las redes sociales, proponían recordar la historia. Por ejemplo, la llegada de Adolf Hitler al poder y la prohibición del Partido Comunista alemán, en enero de 1933. Por una de esas extrañas casualidades, entonces todo comenzó con un incendió. Claro que entonces se trató del incendio de Reichstag, del que se acusó a los comunistas, para desatar la represión contra ellos.

El 3 de marzo de 1933 fue arrestado el presidente del PCA, Ernst Thälmann. De los 300 mil miembros del PCA (a comienzos de 1933), cerca de la mitad sufrió persecución, acabaron en cárceles o campos de concentración y decenas de miles fueron asesinados. 222 dirigentes del PCA cayeron víctimas de los nazis.

¿Por qué los nazis no le pegaron fuego a la Rada, para culpar luego a los comunistas, sino que se presentaron en la casa del líder del partido? La respuesta es clara: no tienen ni tiempo, ni ganas de desatar una bufonada con proceso judicial incluido contra los comunistas. Y después de todo, tienen miedo de analogías directas con Hitler. Por eso van por un camino corto, directo e ilegal. Ilegalizar el PCU, amedrentar a Simonenko y demás líderes y desmoralizar a las bases, para de cara a las elecciones, despejar el terreno político de un competidor peligroso”, escriben en las redes sociales.

“El gato sabe, de quién es el tocino que come”, escribe otro usuario de Facebook. Fíjense a quién se le ha encomendado la vituperable misión de presentar la propuesta de ilegalización del PCU: a un payaso como Lyashko. Así, llegado el caso, se podría dar marcha atrás y culpar de todo a este “mariposón”. Si alguien se ha olvidado de comenzó su carrera este Oleg Lyashko, puede volver a ver el vídeo. Felicito a los comunistas: Si contra ellos están usando “flechas mágicas” como Lyashko, es que todavía les queda pólvora.

No es casualidad que esté recurriendo a citas sacadas de las redes sociales, ya que es ahí donde vive precisamente la libertad de expresión, aplacada por la censura y autocensura de los medios oficiales. Son precisamente Facebook y Twitter los que reflejan el sentir de diferentes grupos sociales y donde llegan las noticias más frescas o habladurías.

Uno de los temas que más se debate ahora en las redes es la “lustración” (colaboración con el “régimen” comunista) en Ucrania. Y la pregunta más frecuente es: ¿Y quiénes serían los jueces? ¿Tiagnibok con su pasado en el Komsomol? ¿la comunista Irina Farion? ¿el funcionario soviético E. Gurbits, gran amigo de los extremistas chechenos? ¿no deberían empezar por ellos mismos?

Los juristas, a su vez, le recomiendan a Lyashko que se lea la Constitución. El artículo 43 garantiza a todo ciudadano de Ucrania, “el derecho a la libertad de pensamiento y palabra y a la libre expresión de sus convicciones e ideales”. Incluidos los políticos. El artículo 36, reza que “los ciudadanos de Ucrania tienen derecho a la libertad de agrupación en partidos políticos y organizaciones sociales…”.

El artículo 37, establece la prohibición y actividad de partidos políticos u organizaciones sociales, que en sus tesis programáticas persigan la supresión de la independencia de Ucrania, la modificación del orden constitucional por la vía violenta, la violación de la soberanía y la integridad territorial del Estado, la conquista del poder de modo ilegal, la propaganda de la guerra, la violencia, la incitación al odio interétnico la discriminación por motivo de raza, religión, el atentado contra los derechos y libertades de la persona y la salud de la población”.

Si alguien tiene algo que alegar en lo referente a la propaganda de la violencia y la incitación del odio interétnico, que se dirija por favor al señor Tiagnibok y “Praviy Sektor”. También va para ellos el artículo 15 de la Constitución: “ninguna ideología puede ser reconocida por el Estado como obligatoria”. Ya habéis oído chavales: ninguna. Ni el nacionalismo, ni el anticomunismo, tienen el derecho constitucional a convertirse en la ideología dominante del Estado. Tampoco pueden tener los partidos políticos ni las organizaciones sociales formaciones paramilitares. Por eso la denominada “Centuria de San Stanislav”, de la que presume “Svoboda”, es motivo para iniciar el trámite de ilegalización de “Svoboda”.

P.S. Escribir un artículo y limitarse a postear del Facebook, sin escuchar la postura de los dirigentes del PCU no sería propio de una periodista. “Estamos acostumbrados a sobrevivir en tiempos difíciles” dice el líder del PCU Piotr Simonenko. Hablamos con él en Kiev, cerca de la sede central asaltada. Se le ve tranquilo, convencido. A la pregunta del incendio de Gorenko responde de modo escueto: “Como decía aquella canción: “Los enemigos quemaron mi “Jata…” (casa rural). No es eso lo más terrible: Hay mucha gente que ha perdido a sus familiares; ellos lo están pasando peor…”.

A la pregunta sobre la ilegalización del Partido Comunista, dice que estaba previsto, que era algo que no podía faltar. “Ya cuando comenzaron a destruir en plan masivo los monumentos a Lenin, a los héroes de la Gran Guerra Patria y cuando comenzaron los ataques contra nuestra sedes y a aterrorizar a nuestros militantes, estaba claro que los radicales nazis, alimentados por el entorno de Yanukóvich, iban a intentar usurpar el poder. Y no se van a conformar con la represión de determinados dirigentes del partido o de militantes de base. Pero no debemos tener miedo, hay que estar preparados para esto”.

Piotr Simonenko dice, que la tarea más importante en las actuales condiciones es mantener la estructura, los cuadros del partido, estar alerta y no caer en provocaciones. “El Partido Comunista, no se rinde, ni se va a la clandestinidad. La vida trabaja para nosotros. La gente verá los frutos de lo que están haciendo nuestros opositores. La mejor de sus maquinarias propagandísticas no podrá ocultar el drástico empeoramiento de la economía, el crecimiento del desempleo, los impagos de pensiones y salarios, la subida de precios y tarifas, de la delincuencia, el creciente empobrecimiento de la gente: nuestro pueblo no es tonto. Sabrá entender lo que pasa. Ya hemos vencido en muchas otras ocasiones y volveremos a vencer en esta ocasión”, responde sonriente Simonenko, mientras me estrecha fuertemente la mano…

Fuente: http://kprf.ru/international/ussr/128745.html

 Traducido del ruso por Josafat S. Comín 


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Guatemala. Comunicado del Comité de Unidad Campesino ante los ataques en su contra

EMPRESAS Y FUNCIONARIOS ATACAN A QUIENES
 DEFENDEMOS LOS DERECHOS DEL PUEBLO

 Derecho de Respuesta al Campo Pagado publicado el 26 de enero del 2014
 en la página 7 de El Periódico

 La Sra. Gilda Isabel Aguilar no ha dudado en emitir declaraciones tergiversadas que rechazamos tajantemente. Nuestra presencia en Barillas, que se da a partir del 9 de mayo del 2012, tiene que ver con un principio que está inscrito en nuestro lema: “Cabeza Clara, Corazón Solidario y Puño Combativo”. Nuestra organización es solidaria con aquellas personas, comunidades, organizaciones y Pueblos que sufren abusos, arbitrariedades, imposiciones y violación de sus derechos por parte de los poderosos. Nos solidarizamos con los pobladores de Barillas porque tenemos la plena convicción que las demandas de quienes se oponen a la instalación de la hidroeléctrica, son legítimas y justas.

 La solidaridad es un valor fundamental de las comunidades indígenas y campesinas que se vive en distintos momentos: cuando nace un niño o niña, en la muerte de familiares, la siembra, la construcción comunitaria, los desastres, etc.; pero ahora hay quienes quieren hacer de la solidaridad un delito y por eso se nos persigue. Sin embargo, seguimos llamando a solidarizarnos, movilizarnos y unirnos con quienes sufren atropellos y abusos por parte de empresas y gobiernos, porque la fuerza principal del Pueblo está en su unidad y organización.

 Desde hace muchos años, es ampliamente conocido que en Guatemala, hay magistrados o fiscales que han favorecido, están relacionados e influenciados por partidos políticos, empresarios u obscuros grupos de poder. Basta revisar las noticias de los últimos años o los debates que se dieron alrededor de la aprobación de la ley de comisiones de postulación, para comprobar la anterior afirmación. Sin embargo a los poderosos esas relaciones siempre les han parecido normales. Fue hasta que se eligió a una Fiscal General que no sigue sus lineamientos que optaron por oponérsele férreamente, pero convenientemente se olvidan de la influencia y relación de muchos operadores del sistema jurídico que están bajo sus órdenes. Por lo mismo, no es casual que el campo pagado de la Sra. Aguilar haya sido publicado en el contexto de los amparos infundados que se plantearon para retirar antes de tiempo a la Fiscal General y que anómalamente fueron declarados con lugar, tal y como se han hecho con otros casos de impacto histórico y que han sido anulados con anterioridad.

 Cuando los pobladores de Barillas se opusieron a la instalación de una hidroeléctrica, la ex fiscal de Huehuetenango, Gilda Isabel Aguilar, se dedicó a acusar a pobladores que creía totalmente indefensos. Cuando el CUC llega a Barillas, después que se instala el Estado de Sitio, vio a nuestra organización como un obstáculo para hacer prevalecer los intereses empresariales en ese municipio y por ello no le importó incurrir en una serie de ilegalidades:

 1. Declara que las órdenes de captura que anómalamente ella emitió fue contra miembros del CUC en Barillas, sin embargo, ni uno solo de los que fueron acusados por la Sra. Aguilar son miembros del CUC. Nuestra presencia en Barillas se dio junto a la delegación multisectorial que llegó el 9 de mayo del 2012 a constatar las violaciones a los derechos humanos en este municipio. La presencia de esta delegación fue del conocimiento del despacho ministerial de Gobernación, según consta en la carta recibida y sellada en dicho despacho el 7 de mayo de 2012 a las 16:55 hrs. Además el gobierno destacó a funcionarios de COPREDEH para que coincidieran con la delegación mencionada.

 2. Con una ilegal y supuesta “prueba anticipada” trató de inculpar al CUC y a su Coordinador General en los hechos de Barillas, induciendo y prácticamente forzando a uno de los testigos a que declarara en la forma como ella quería. Tenemos las grabaciones donde se puede comprobar esta afirmación y constan en el propio expediente de la investigación.

 3. La Sra. Gilda Aguilar tergiversa los hechos al expresar que la Sala Regional de Apelaciones de Huehuetenango confirmó todo lo actuado. Se le olvida la Sra. Aguilar que la Sala de Apelaciones de Huehuetenango declaró con lugar el amparo presentado por los acusados, debido a “actividad procesal defectuosa” ya que las declaraciones se tomaron sin avisar a los abogados de los detenidos, tal como indica la ley. En septiembre del 2012 el juez de Santa Eulalia, declaró sin lugar la prueba anticipada y las órdenes de captura que ella tramitó, resolución que quedó en firme.

 4. El proceso disciplinario en su contra se debió a que la fiscal, en ese tiempo, Gilda Aguilar, incumplió con los deberes como fiscal porque el Ministerio Público debe de ser objetivo en su investigación y en sus planteamientos ante los juzgados y debe velar, siempre, por la legalidad del proceso no como en este caso que participó en una audiencia de prueba anticipada ilegal.

 5. La Sra. Aguilar pretende que nadie debe emitir opinión sobre sus funciones como fiscal, sin embargo olvida que por derecho constitucional se pueden hacer “denuncias, críticas o imputaciones contra funcionarios o empleados públicos por actos efectuados en el ejercicio de sus cargos” (Art. 35 Constitucional). A su vez, se ha dedicado, sin fundamento, a dar declaraciones en contra del CUC y su dirigencia en entrevistas, programas y publicaciones de quienes le son “afines ideológicamente”.

 Ninguno de los órganos estatales ha favorecido al CUC; al contrario, más de cuarenta compañeros y compañeras, incluyendo niños han sido asesinados desde el año 2000 a la fecha. Lo que hemos conquistado en término de logros, denuncias, apoyos, etc. ha sido por la actividad organizada de las familias indígenas y campesinas, integradas al CUC y por el apoyo y convergencia con diversas comunidades, organizaciones y personas. Sabemos que este sistema favorece a los poderosos, mientras que para las y los guatemaltecos de los sectores populares no hay justicia. Seguiremos denunciando los abusos y reclamando justicia mientras subsista en Guatemala, un sistema jurídico y una ley que en la práctica no es pareja para todas y todos.

 Comité de Unidad Campesina
 CUC
 Cabeza Clara, Corazón Solidario y Puño Combativo
 de las y los Trabajadores del Campo

 Guatemala, 20 de febrero de 2014.

Francois Houtart, Una lucha conta la hegemonía creciente del agronegocio

Alainet, 25 de febrero 2014

El 6° congreso del movimiento de los sin tierras en Brasilia:

Una lucha contra la hegemonía creciente del agronegocio

François Houtart



Del 10 al 14 de febrero se reunieron en Brasilia 15.000 campesinos para celebrar 30 años de lucha. El lema era: Una Reforma agraria popular.
 
1.            El contexto
 
De hecho, la situación es intolerable: en 2010, 175 millones de ha improductivas (por especulación) y casi 4 millones de familias campesinas sin tierra; una constitución inaplicada y una ley agraria casi sin efecto; 2013 ha sido el peor año: 100 unidades repartidas y 5.000 familias reubicadas, cuando cerca de 100,000 esperan en campamentos del MST una asignación de tierras[1].
 
No se trata solamente de una lucha contra los latifundistas tradicionales, sino también contra las transnacionales del agronegocio (30 millones de ha compradas en los 20 últimos años) y el capital financiero. Desde los 90, el modelo se transformó en agro-exportador, basado sobre monocultivos. En los últimos 20 años, la producción de alimentos disminuyó de 20 a 35 %, cuando la caña de azúcar aumentaba de 122 % (para el etanol) y el precio de los alimentos subió; el Mato Groso, gran productor de soja transgénica, importa el 90 % de la alimentación de otros estados; 6 millones de personas fueron desplazadas (700,000 en el estado de São Paulo); se utiliza la mayor proporción mundial de tóxicos (5 kg por habitante); en 2013 se importaron 16 millones de toneladas de fertilizantes; en el mismo año se exportaron 18 millones de toneladas de maíz a los EEUU (para el etanol). Entre 2003 y 2010, las grandes propiedades pasaron de 95 a 127,000 y su superficie de 182 millones a 265 millones de ha.
 
No hubo en Brasil una reforma agraria “clásica”, promovida por la burguesía industrial (como en Corea del Sur, p.ej.) por el origen externo del capital. Se pasó directamente del latifundio al agronegocio exportador con superexplotación de los campesinos. Los efectos (externalidades) se traducen en la destrucción ambiental (especialmente la Amazonia), la supresión de empleos y la migración rural. Esta “modernización conservadora” se realiza bajo el liderazgo de un grupo de 450,000 empresas que poseen 300 millones de ha y controlan la producción de commodities, frente a 4,2 millones de obreros rurales, 4,8 millones de pequeños campesinos (produciendo 70 % de la alimentación) y 3,8 millones sin tierras. Cuando 15,000 campesinos cantan la Internacional en el gimnasio de Brasilia, esto significa que la lucha de clases no es un concepto obsoleto.
 
Las reformas de Lula permitieron a millones de pobres salir de la miseria. Pueden comer gracias a los subsidios del Estado. El Gobierno PT de Dilma, en coalición con partidos conservadores, sufre las presiones de los “ruralistas” con alto poder político y apoyo de los media. El agronegocio prevalece en la política agraria. En estas circunstancias ¿cómo definir una estrategia? Es el desafío del MST.
 
2.            Las estrategias
 
La estrategia del MST se adaptó en función del contexto socioeconómico del país y de su coyuntura política. Desde su fundación, en 1984, el movimiento se fijó como objetivo una nueva repartición de las tierras. La estrategia consistió en preparar grupos de campesinos sin tierra para ocupar propiedades vacías de grandes terratenientes. Se les reunía en asentamientos, viviendo bajo tiendas de plástico, organizados por grupos de 12 familias, administrando colectivamente servicios comunes, las escuelas primarias y los centros de salud. La solidaridad nacional e internacional los ayudaba. Esta situación podía durar meses. En el momento adecuado, tomaban posesión de las tierras, para organizar la producción agrícola en cooperativas y construir sus casas.
 
El origen cristiano de varios de los líderes influyó la orientación del movimiento, como lo recordó en el Congreso una religiosa francesa cercana del MST desde su inicio. La Comisión de la Pastoral de la Tierra de la Conferencia Episcopal acompañó sus luchas. Sin embargo, el MST siempre afirmó su autonomía. Con la introducción del capitalismo agrario, su análisis en términos de clases se profundizó y el aporte del pensamiento marxista fue importante en la formación de los líderes.
 
Durante la presidencia de Fernando Henrique Cardoso, el modelo neoliberal se profundizó. Cuando el MST recibió el premio Rey Balduino[2] en 2001, el gobierno acusó a Bélgica de financiar un movimiento terrorista. El príncipe Felipe (actual Rey), que tenía que presidir una misión económica en Brasil, fue declarado persona non grata. El MST apoyó la constitución del PT que, en 2002, permitió la elección de Lula. La lucha contra el hambre desembocó en políticas sociales de ayuda (menos de 5 % de la renta nacional), pero no en una transformación de las estructuras sociales del campo. Al contrario, el modelo agro-exportador se acentuó con el aumento del capital externo, el desarrollo de multinacionales brasileñas y la expansión del capital financiero (en 8 años, el pago de los intereses de la deuda interna a los bancos fue de 320,000 millones de USD aproximadamente). Lula realizó el “consenso brasileño” gracias a esta política.
 
Con Dilma (2010), el modelo agro-exportador se reforzó. Leyes laborales y ambientales más favorables a la “agricultura moderna” fueron votadas y la reforma agraria casi bloqueada. Se siguieron los pagos de la deuda externa. Durante tres años la Presidenta no recibió el MST, que en la víspera del Congreso, envió una carta con 10 propuestas. La presidenta acordó una audiencia, donde dos de las propuestas fueron aceptadas: una aceleración de programas existentes de establecimiento familiar sobre tierras recuperadas (para 36,000 de los 100,000 en espera) y de formación técnica. La decepción fue evidente. En un momento donde varios indicadores económicos manifiestan la fragilidad del modelo brasileño y, por ende, del consenso social, eso podría significar un peligro político para el gobierno.
 
3.            El futuro de las luchas
 
Para el MST, está claro que no se trata solamente trasformar la situación agraria. Frente a 24 millones de jóvenes sin empleo, a 14 millones de trabajadores analfabetos, a la degradación rápida de la naturaleza, es una lucha contra un modelo que ha llegado a sus límites. No basta cambiar las reglas. Es una lucha de clases, que no puede contentarse con eliminar la pobreza, sino la desigualdad; y que en el campo no se limita a una reforma agraria clásica, sino que incluye el fin de los monopolios de las semillas, la reconstrucción de la biodiversidad, la regulación del agua y la reforestación. Desde el exterior, el capital internacional domina el modelo agroexportador y la explotación minera; en el interior, la burguesía controla el banco central y el aparato judicial. Es por ante esto que se necesita una alianza entre todas las fuerzas para actuar contra la hegemonía del capital.
 
Al principio, el MST tenía bastante esperanza en la acción política del PT. Sin embargo, la decepción fue cada día más grande, y no solamente porque el partido ha tenido que gobernar en alianzas. El apoyo crítico se transformó en ataques frontales. El movimiento se encontraba en una situación ambigua: por una parte, no existía alternativas políticas inmediatas y por otra parte, la mayoría de sus miembros apoyaban a Lula y a Dilma, en función de los programas de lucha contra la pobreza. El MST decidió aprovechar todos los espacios de acción, fuera o dentro del gobierno, y afirmó su autonomía en el campo político.
 
Se preparó un programa detallado. En su núcleo, una agricultura ecológica y familiar, con la democratización de la tierra, nuevas matrices tecnológicas, soberanía de las semillas y relaciones con la industria. Luego, una racionalización del uso de los recursos naturales, del agua, de la energía, de las infraestructuras. Después, creación de condiciones dignas de trabajo y de vida y desarrollos educacionales y culturales a diferentes niveles. Finalmente, cambios de la estructura del estado y en particular de los organismos para la agricultura. Semejante programa no es socialista (se prevé, por ejemplo, una compensación financiera para las tierras expropiadas) porque, dice el MST, las condiciones de tal pasaje no existen todavía y se debe preparar con más tiempo.
 
Desde un punto de vista práctico, eso significa retomar las ocupaciones de tierras, como se hizo desde junio de 2013, a pesar de la preparación de una ley, calificando de terrorismo el cierre de carreteras y de calles.[3] Un segundo elemento es la presión sobre el Gobierno, para obtener medidas concretas y cambios institucionales. De ahí, la carta a la presidenta Dilma y sus 10 puntos concretizando el programa. La alianza con otras fuerzas de resistencia constituye el tercer aspecto de la estrategia, no solamente con los otros movimientos campesinos y con los sindicatos obreros, sino también con las nuevas protestas urbanas. Finalmente, la formación de los miembros y de los líderes es el último pilar de la estrategia del futuro.
 
François Houtart es Profesor en el Instituto de Altos Estudios Nacionales de Quito (Ecuador).


[1] Las cifras del artículo provienen de: El Programa del MST, septiembre 2013.
[2] Premio bisanual para iniciativas de desarrollo en el Sur.
[3] En previsión a la copa del mundo.


http://alainet.org/active/71631

Cuba. Liberado en Estados Unidos el antiterrorista cubano Fernando González

27 de febrero 2014

Fernando González, uno de los cinco antiterroristas cubanos, fue puesto en libertad este jueves, tras cumplir una condena de 15 años en una prisión de Arizona, Estados Unidos.

A finales de enero pasado su abogado, Ira Kurzban, anunció que González, de 50 años de edad, fue condenado inicialmente a 19 años de prisión, pero que saldría en libertad el 27 de febrero por buena conducta.

González fue trasladado a una Prisión Federal de Inmigración antes de ser deportado a Cuba, informan diversos medios de prensa, como Rusia Today.

Recientemente, Magalis Llort, madre del luchador, comentó que le resulta imposible imaginar cómo captará el momento de volver a abrazar a su hijo.

Aseguró que él se sentirá realizado de poder encontrarse en su Patria e incorporarse a la sociedad que defendió con su vida.

En 2011, otro de los luchadores cubanos, René González, fue liberado luego de cumplir también 15 años de prisión.

Actualmente se encuentra en la Isla exigiendo la inmediata liberación del resto de sus compañeros, quienes fueron encarcelados injustamente en 1998 en Estados Unidos por combatir las acciones de grupos terroristas contra la nación caribeña.

Todavía continúan en prisión, con condenas más prolongadas, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero.

Doce señales de que la crisis económica mundial está empezando a recrudecerse


El Economista de Cuba,26 de febrero 2014 

Desde la última crisis financiera los niveles de deuda globales han crecido en un 30%. En los últimos años, la Reserva Federal de EE.UU. y otros bancos centrales del mundo han inflado una burbuja financiera sin precedentes, gran parte de la cual se vierte en los mercados emergentes de todo el mundo, informa el portal The Economic Collapse


Una crisis financiera global puede estallar con más fuerza en un futuro cercano, ya que ninguno de los problemas que la causaron en 2008 ha sido corregido, mientras que han surgido nuevas tendencias negativas que cobran mayor impulso.

Desde la última crisis financiera los niveles de deuda globales han crecido en un 30%. En los últimos años, la Reserva Federal de EE.UU. y otros bancos centrales del mundo han inflado una burbuja financiera sin precedentes, gran parte de la cual se vierte en los mercados emergentes de todo el mundo, informa el portal The Economic Collapse.

Sin embargo, ya que la Reserva Federal ha comenzado la reducción de la flexibilización cuantitativa, los inversionistas están tomando esto como una señal de que el 'partido se acaba': el dinero se está sacando de los mercados emergentes de todo el mundo a un ritmo asombroso, y esto está creando una enorme cantidad de inestabilidad financiera.

Los siguientes 12 signos pueden representar el aviso de que la crisis económica mundial, más fuerte que la última, está empezando a recrudecerse.

1. Creciente desempleo.

- La tasa de desempleo en Grecia ha alcanzado un nuevo récord: el 28%Mientras que el índice de desempleo juvenil en ese país ha alcanzado una nueva marca del 64,1%.

- En España el índice de desempleo a finales del 2013 alcanzó el 25,8%, mientras que esta tasa entre los menores de 25 años se sitúa en el 54,3%. En enero del 2014 el paro aumentó en más de 113.000 personas respecto al mes anterior.

- El número de demandantes de empleo en Francia ha aumentado hasta los 3,3 millones, una subida histórica.

- La tasa de desempleo en Australia se ha elevado a su mayor nivel en más de 10 años.

2. El porcentaje de préstamos incobrables en Italia se encuentra en el nivel más alto de todos los tiempos, además la producción industrial italiana se redujo de nuevo en diciembre, y el Gobierno está al borde del colapso.

3. El número total de quiebras de empresas en Francia en 2013 fue aún mayor que en cualquier año durante la última crisis financiera.

4. Se proyecta que los precios de la vivienda en España caerán otro 10-15%, mientras la recesión económica se agudiza.

5. La crisis económica y política en Turquía está girando fuera de control. El Gobierno ya ha recurrido al uso de gases lacrimógenos y cañones de agua a presión contra los manifestantes en un intento desesperado de restablecer el orden.

6. Se estima que la tasa de inflación en Argentina supera ahora el 40%, el peso colapsó en enero, igual que el plan económico del Gobierno nacional.

7. China parece estar muy cerca de la reducción de apalancamiento, pinchando así su burbuja crediticia de 24 billones de dólares, cuyos efectos deflacionarios van a sentir todo el planeta. A principios de febrero ya fue registrado un impago considerable de deuda por parte de una empresa de carbón en China.

8. El Nikkei, el índice bursátil más popular del mercado japonés, ya ha caído el 14% en 2014, lo que supone una reducción masiva en tan solo mes y medio.

9. Ucrania sigue desmoronándose financieramente. Las circunstancias políticas y económicas que han empeorado en el país han llevado a la agencia de calificación crediticia Fitch a rebajar el 'rating' ucraniano de B a CCC -nivel anterior al 'default'- que es más bajo que el de Grecia.

10. El Banco Central de la India ha entrado en pánico debido a que la reducción de la Reserva Federal de EE.UU. está afectando su sistema financiero. Sus efectos negativos también se sienten en Tailandia.

11. Uno de los economistas más destacados de Ghana, Theo Richardson, dice que la economía del país colapsará en junio si algunas medidas drásticas no se llevan a cabo.

12. El comportamiento del mercado de valores de EE.UU. sigue paralelo al comportamiento del mercado bursátil nacional de 1929.

"Todos estos indicios son solo la vanguardia de la próxima gran tormenta financiera" que se avecina, concluye el portal.

(Tomado de RT Actualidad)

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Movimiento de Países No Alineados se solidariza con Venezuela




El Movimiento de Países No Alineados (MNOAL), conformado por 120 países del mundo, expresó su solidaridad con el Gobierno de Venezuela en un comunicado acordado en una reunión extraordinaria, celebrada el pasado lunes 24 de marzo, en la sede de las Naciones Unidas, en Nueva York.

“El Buró de Coordinación del Movimiento de Países No Alineados (BC/MNOAL) expresa su profunda preocupación por la violencia que ha tenido lugar en la República Bolivariana de Venezuela en los últimos días y lamenta profundamente la pérdida de vidas humanas, al tiempo que expresa sus condolencias y solidaridad a las víctimas, al pueblo y al Gobierno de Venezuela.

El BC/MNOAL reafirma la importancia de garantizar la institucionalidad democrática en todo momento, así como el respeto a las leyes, la información fiable y el pleno respeto de los derechos humanos.

El BC/MNOAL reafirma su compromiso con la paz, la estabilidad y el desarrollo, así como su respeto por la soberanía, el Estado de Derecho, la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, la integridad territorial, y la autodeterminación de los pueblos.

El BC/MNOAL reitera la importancia de contar con información fiable y objetiva en todo momento.

El BC/MNOAL toma nota de los esfuerzos realizados por el Gobierno de Venezuela para promover un amplio dialogo nacional, con miras a encontrar soluciones a los desafíos comunes del país y a continuar su camino hacia el desarrollo y el bienestar.”

Daniel Bensaid, El extranjero, tan lejano, tan próximo

Viento Sur,  26 de febrero de 2014
  

El presidente del Fondo Monetario Internacional, Michel Camdessus, declaraba recientemente, en una entrevista, que estamos “todos mutilados de lo universal”. La situación debe ser grave, porque el apoderado del capital internacional no es muy pródigo en estas profundidades filosóficas. La mundialización tan alabada como sinónimo de apertura “sin fronteras” es, en realidad, una mundialización mercantil, abstracta y desigual, que alimenta a cambio los pánicos identitarios, la neurosis de las diferencias, el enganche con lo local, la retórica de la proximidad, la angustia del enraizamiento.

Todos mutilados. El diagnóstico no es falso: mutilados de cuerpo, mutilados de corazón, mutilados de espíritu y de lengua. Pero también entre los mutilados algunos lo son más que otros, y más vale estar en el lado de los mutilados dominantes que en el de los mutilados dominados, doblemente mutilados, mutilados al cuadrado. Entre ellos, los y las sin-papeles, nuevos parias de la mundialización, se han convertidos en su emblema. Antes de entrar en el meollo del asunto, me gustaría señalar en pocas palabras lo que, en mi opinión, está detrás de esta mutilación generalizada. Lo llamaría un desarreglo de la medida del mundo. Si consideramos dos grandes manifestaciones de la actual crisis de civilización, la llamada crisis del trabajo (la fórmula me parece inexacta) y la crisis ecológica, ambas apuntan a una misma contradicción: la crisis de la medida mercantil. Conforme el trabajo se vuelve más social, colectivo, abstracto e incorpora más saberes acumulados, se hace más difícil, e incluso irracional, medir este trabajo por el tiempo abstracto de producción determinado por el intercambio mercantil. El desempleo y la exclusión masivos y duraderos son la sanción de esta irracionalidad ligada a una crisis que no es del trabajo en general, sino de una relación social específica entre el trabajo asalariado y el capital. De igual manera, la relación de las sociedades humanas con su entorno pone en juego equilibrios de larga o muy larga duración. Ya se trate de la deforestación, del efecto invernadero, del almacenamiento de los residuos, nuestras decisiones afectan a nuestra casa común para decenas de años, siglos o incluso milenios. La evaluación de estos desgastes no puede ser realizada por el arbitraje inmediato y a corto plazo de los mercados. Pero esto es sin embargo lo que ocurre. Incluso cuando hay una toma de conciencia planetaria, como es el caso de las recientes conferencias de Kyoto y de Buenos Aires sobre los peligros del recalentamiento, la respuesta de los dominantes, en este caso los Estados Unidos, consiste en reclamar la institución de un mercado de derechos de contaminación.

¿Después de los mercados, el diluvio?

¿Crisis de la medida? Se traduce en lo cotidiano en un trajín de los lugares y de los ritmos de la política. Ya Aristóteles sabía que la política se inscribe en condiciones muy precisas de espacio y de tiempo, de distancia y de ritmo. En su tiempo, eran los de la ciudad. Después, fueron los imperios, las ciudades del Renacimiento, las naciones. Hoy día, ni los espacios nacionales, desbordados por la mundialización de la economía, del derecho, de la información, ni los ritmos de los mandatos electorales, desbordados por la velocidad de los mensajes, de las decisiones, de la circulación, y por las consecuencias a muy largo plazo de algunas decisiones, resultan adecuados para el ejercicio de una soberanía política. El ascenso exponencial de la noción de gobernanza traiciona una forma de resignación a este abandono, que reduce la política a una gestión administrativa despolitizada. Es una confirmación del riesgo ya aunque de una manera que no había previsto.

¿Y el extranjero, en esta conmoción?

No lo hemos perdido de vista. El desajuste del mundo se traduce en un gigantesco proceso de desterritorialización/reterritorialización, en una reordenación de los espacios y de las escalas, en una redefinición del dentro y del fuera, en una superposición de los conjuntos, en una nueva disposición de las vecindades y de las intimidades. Puede conducir también a una nueva representación, e incluso a una guerra de pertenencias. El decaimiento de las pertenencias nacionales tiene su contrapartida en la reivindicación de pertenencias étnicas, comunitarias o religiosas (que tienen la ventaja, en el proceso de mundialización, de ser inmediatamente nómadas).

Historicizar la nación

Resulta que acaba de celebrarse el trescientos cincuenta aniversario del Tratado de Westfalia, considerado como el acta de nacimiento de la Europa de los Estados-naciones. Hasta qué punto es reciente y precario nuestro universo geopolítico familiar (el de los mapas escolares coloreados, metamorfosis de la Europa política). Además, estos mismos mapas suelen estar sobrecargados de punteados o de rasgos gruesos que indican el desplazamiento de las fronteras, del Tratado de Viena al de Yalta, pasando por la unidad alemana (la primera), la unidad italiana o el Tratado de Versalles.

Una comprobación llama a otra. Lejos de formar una pareja natural, la asociación entre la República y la Nación, entre la nacionalidad y la ciudadanía, tan presente en el debate francés, es muy problemática. En el vocabulario de Rousseau, la “patria” designa todavía una pertenencia política electiva, basada en la adhesión voluntaria a principios, y no un lugar de nacimiento. La primera Declaración de los Derechos del Hombre pretendió ser universal y la Constitución no fue más que el primer elemento de un congreso del universo, según la visión cosmopolita de la Ilustración. Por eso la fórmula del “extranjero patriota”, aplicada a Anacharsis Cloots o a Thomas Paine, no resultaba entonces paradójica.

La identificación de la república con la nación es por tanto el resultado de un proceso histórico que se extiende durante más de un siglo, pasando por las guerras nacionales, las guerras napoleónicas, las revoluciones de 1848, las conquistas coloniales, y no se consuma definitivamente hasta la derrota de la Comuna, bajo la III República. Sólo entonces la República toma la forma canónica en sus tres dimensiones: la nación (y la institución del código de nacionalidad), el ejército nacional y la escuela de la República. Pero incluso entonces, la República, en la medida en que conserva algo de su impulso inicial de universalidad, continúa excediendo a la nación, atrincherada en sus líneas y sus fronteras.

Aunque el Estado-nación, al realizar la correspondencia más o menos armoniosa entre un territorio, un mercado, un Estado, se ha convertido en el modelo de organización geopolítica, no ha tomado en todas partes, ni mucho menos, la forma relativamente homogénea que caracteriza al caso francés. La vieja Austria-Hungría, Yugoslavia, la Unión Soviética, o más cerca, España, la propia Gran Bretaña, han sido siempre Estados plurinacionales. ¿Y qué decir de Bélgica? ¿O del resultado de la tardía unificación italiana?

La mundialización vuelve a poner en movimiento el caleidoscopio.

Hace circular no sólo a las mercancías y los capitales, sino también a las poblaciones. Deshilacha las fronteras, establece nuevos espacios regionales, enclava zonas francas, superpone los trazados diplomáticos, jurídicos, económicos, ecológicos. En inglés hay dos términos (borders y frontiers) para marcar la diferencia entre la frontera moderna, con sus aduanas y sus oficinas de cambio, de lo que antiguamente se denominaba las “marcas”, aquellos lugares lejanos donde se difuminan los límites y se pierden. La mundialización, tal como lo indican los desarrollos del derecho internacional, hace restablecer las nociones cosmopolitas de la visión kantiana del mundo, conjugando pertenencias múltiples y cruzadas, aunque con la contrapartida de repliegues y cerramientos comunitarios.

Esta situación de transición, de “ya no” y de “todavía no”, está cargada por igual de promesas y de peligros.

El extranjero íntimo

Nuestro vocabulario sigue estando impregnado en gran medida de una semántica de los tiempos y de los espacios heredada de la Revolución francesa. Para no alargarme demasiado, me contentaré con remitir para este tema a los estudios de Reinhart Koselleck (El Futuro pasado) o de Jean-Marie Goulemot (El Reino de la historia). En este horizonte espacio-temporal se inscribe y se esboza poco a poco la silueta contemporánea del extranjero. Debo lo esencial de este punto al hermoso libro de Sophie Wahnich: El Imposible Ciudadano.

A lo largo del proceso revolucionario, el antónimo nación/extranjero se impone en detrimento del antónimo humanidad/salvajismo, característico de la cosmopolítica del siglo XVIII. El destino del “barón prusiano” diputado en la Convención, Anacharsis Cloots, es la ilustración trágica de esta evolución. Para Cloots, hombre de la Ilustración, la misma noción de extranjero seguía siendo “una expresión bárbara”. Al principio acogido y festejado en la fraternización revolucionaria como una especie de delegado de la humanidad, a medida que la guerra endureció el sentimiento nacional fue víctima de la sospecha, antes de ser acusado de “haber vivido en Francia como un nómada” y ejecutado en el cadalso en la primavera de 1794.

De hecho, las condiciones de acceso a la ciudadanía (que no se distinguía entonces de la nacionalidad) fluctúan con la ola revolucionaria. En la Constitución de 1791, se requieren cinco años de “domicilio continuo” en suelo francés. Partidario convencido de una ciudadanía nómada derivada de un derecho natural y claramente diferenciada de la nacionalidad, el ciudadano americano Joel Barlow critica estas condiciones. En su opinión, la comunidad soberana se define como una comunidad política abierta tanto a los extranjeros como a los nacionales. La Constitución del Año I, del 24 de junio de 1793, da la definición más abierta de la ciudadanía, marcando el apogeo del proceso revolucionario. Es entonces “admitido al ejercicio de los derechos de ciudadano francés” cualquier extranjero que resida en Francia desde hace un año, viva de su trabajo o adquiera una propiedad, se case con una francesa, o adopte a un niño, o alimente a un anciano. La ciudadanía es así función de una actividad social y la alteridad es esencialmente política (los enemigos de la revolución).

Menos de dos meses más tarde, el 1 de agosto de 1793, Garnier de Saintes presenta ante la Convención su proyecto de ley sobre los extranjeros. Ha comenzado la involución. Preconiza el establecimiento de certificados de hospitalidad, que ya no es un acto amistoso desinteresado, sino que debe ser solicitada y merecida. Se invita a la población a colaborar en la vigilancia sistemática del espacio público. El extranjero se vuelve doblemente sospechoso, subraya Sophie Wahnich: desde el punto de vista del tiempo y del espacio donde se juega el destino de la humanidad, porque representa un antes y un otro lugar. En la tribuna se empieza a protestar contra el “cosmopolitismo del momento, esta filosofía pueril”. El congreso frances no se sinscribe ya en la perspectiva de un congreso del universo. El “partido del extranjero” se convierte en la figura de todos los miedos.

De esta forma se desanuda, con el triunfo del paradigma nacional, la “paradoja del extranjero” o la “paradoja de la universalidad anunciada”: la territorialización de las identidades confirma la “clausura del proyecto revolucionario”. No obstante, hasta la cristalización definitiva del hecho nacional, este cierre se mantendrá en precario. La República de los Jules [Jules Grévy presidió la III República entre 1879 y 1887; bajo esa presidencia, Jules Ferry presidió el Consejo de Ministros entre 1880 y 1885] remata la absorción de la revolución por la república y de la república por la nación, instituyendo una gestión nacional de la fuerza de trabajo a la que está directamente ligada (como lo demuestra Gérard Noiriel) la codificación de la nacionalidad. Pero este endurecimiento nacional corresponde también a una transformación de su función política en el plano internacional. Detrás de la aspiración nacional, de carga democrática en los inicios, surge lo que Hannah Arendt denomina “el nacionalismo tribal de la época imperialista”. El extranjero va a adoptar de forma duradera el aspecto, unas veces bonachona y otras amenazante, de las máscaras exóticas de la exposición colonial.

Este juego de aperturas y de cierres sucesivos del espacio pone a prueba la noción de hospitalidad, que Kant convertía, en su paz perpetua, en el único principio de derecho cosmopolita. Puesto que la tierra es redonda, los hombres que se desplazan por ella están llamados a encontrarse y dirigirse los unos a los otros. Deben ser acogidos como amigos, quedando entendido que el derecho de visita no se confunde con el derecho de instalación. Inspirada en el derecho natural, la hospitalidad sigue siendo un recurso privado frente a los defectos de la institución política. Se entiende que, al atacar a este derecho, las leyes Debré de 1997 hayan suscitado un movimiento de protesta cívica. Abolían la tensión fértil y necesaria entre lo que Derrida llama la incondicionalidad de la Ley (no escrita) y la condicionalidad de las leyes (escritas o positivas). Lejos de tratarse de una compasión moralizante, el conflicto era crucialmente político.

Más allá, confirmaba con absoluta evidencia las cuestiones planteadas algunos meses antes por la lucha de los sin-papeles y la evacuación simbólica de Saint-Bernard. También ahí, tras el llamamiento a la generosidad humana, para la regulación de los sin-papeles, se planteada la cuestión decisiva de la sociedad que queremos ser y de su relación con una nueva imagen del extranjero. Un extranjero que no esté asignado a otro sitio lejano, oscuro y amenazante, sino un extranjero interior, íntimo y familiar, un vecino. Esta metamorfosis del extranjero, ligada al flujo de la mundialización, a la relativización de las fronteras, a una nueva topología del dentro y del fuera, es la apuesta por una redistribución de las pertenencias y de las relaciones.

En los años sesenta y setenta, el extranjero interior tenía la figura social del “trabajador inmigrante”. El discurso de un Primer Ministro socialista, calificando en 1983 las huelgas de los obreros de Citroën como huelgas islamistas, fue desastroso, en el sentido más fuerte del término. En las palabras y en el imaginario, el extranjero ya no era señalado por su rol (y su pertenencia social), sino por una referencia religiosa comunitaria. Este desplazamiento semántico baliza el terreno de la ofensiva para suplantar la división de clases por la división nacional/extranjero. Esta distribución de las pertenencias, de las líneas de fractura, del frente conflictual, no viene dado por una esencia o una sustancia natural del ser social. Se juega de forma permanente en las luchas, en las palabras, en las representaciones.

Saliendo de la sombra, reivindicando a plena luz su derecho a tener derechos, exigiendo su lugar en la comunidad de ciudadanos, los sin-papeles han cometido un acto decisivo. Han rechazado la imagen del clandestino, en la que se concentran los nuevos miedos y los nuevos fantasmas del extranjero. Han dejado entrever una nueva relación con la extranjería. En este sentido, no sólo han planteado reivindicaciones elementales. Han producido política, en el sentido fuerte del término, aportando su contribución a una idea de la ciudadanía en necesaria renovación.

Considero por mi parte, aunque la idea todavía choque, que el futuro está en el desacoplamiento entre nacionalidad y ciudadanía. Se ha conseguido en nuestro país (aunque nada está irreversiblemente adquirido) privatizar las pertenencias religiosas y laicizar el espacio público. Fue un duro combate. La tendencia a la circulación, al cruce de poblaciones, es irreversible. El Tratado de Maastricht (se apruebe o no) instituye una ciudadanía europea para las personas de origen comunitario, mientras los trabajadores turcos que viven y trabajan en Alemania desde hace muchos años, o los malienses en Francia, quedan privados de derechos cívicos (entre ellos, el derecho de voto). Todo esto está lleno de contradicciones y de conflictos. Por otra parte, la crisis argelina provoca una nueva emigración hacia Francia. Hace unos días me encontré en una reunión a una joven mujer cabila que está en Francia desde 1983, que tiene tres hijos franceses nacidos en Francia, pero que no puede pedir la nacionalidad francesa: durante la guerra de independencia, su abuelo y su tío cayeron en una redada en un pueblo cercano a la línea Maurice y fueron quemados vivos por el ejército francés.

Lo más sencillo sería dar una definición estrictamente cívica y social de la ciudadanía: derechos y deberes allá donde se vive y se trabaja, confirmando la vieja máxima de “los que están aquí, son de aquí”. Lo que significaría también privatizar la nacionalidad, como se ha privatizado la religión, es decir, reconocer un derecho de pertenencia y derechos colectivos, culturales, lingüísticos, eventualmente escolares, como en los estados plurinacionales, sin que el acceso a la ciudadanía esté sometido a una condición de nacionalidad. Ya conozco la objeción y el peligro: sustituir la homogeneidad del espacio republicano por un mosaico comunitario a la americana. Es un desafío. Cuya salida no es fatal. La fuerza centrípeta de la integración depende sobre todo del trabajo en común, del éxito de la escolarización, de la política de vivienda, y sobre todo de pruebas históricas o de acontecimientos fundadores vividos en común. Si la referencia comunitaria toma la delantera a la referencia de clase se debe sobre todo al paro y al apartheid escolar, que empujan a cada uno y a cada una a su comunidad como principal espacio de socialización.

Precisemos sin embargo que dicha perspectiva no abole la diferencia entre el derecho de visita y el derecho de instalación. La universalidad humana no es un decreto ni un origen otorgado, sino un devenir y una construcción, cuya dificultad se aprecia en el caso del derecho internacional. En tanto la comunidad internacional esté mediatizada por Estados (nacionales o no), la ciudadanía supone un sistema de derechos y de deberes. El derecho de instalación no escapa a esta regla: también tiene sus deberes. Pero una clarificación de la idea de ciudadanía permite plantear el debate en otros términos.

La ecuación europea

Y también está el otro extranjero, el pequeño extranjero que cada uno de nosotros lleva en el fondo de sí, el extranjero que fue y que volverá a serlo, porque “no olvides jamás que tú también fuiste extranjero en Egipto”. Nuestra extranjería se inscribe hoy en la incertidumbre de la humanidad europea y de su futuro.

El discurso público se obstina tanto más en difundir una mitología europea, en presentarnos a Europa como un destino geopolítico natural, cuanto que esta Europa truncada que se denomina Unión Europea no proviene de ninguna evidencia histórica, cultural, social. Personalmente me siento al menos tan mediterráneo como escandinavo, y más andaluz que renano. Dicho de otra manera, la Europa realmente existente, la de Maastricht y Amsterdam, la del gran mercado y el euro, es un dato funcional de la razón, no el objeto de una dedicación afectiva elegida.

Esta Europa es una buena escala funcional para resolver algunos problemas de intendencia, una buena dimensión para inversiones, para una política de energía, de transportes, de gestión del territorio. Esto no hace todavía un espacio político. Aún menos un espacio social. La apuesta de los padres fundadores, de Monnet a Delors, fue que la economía arrastrara al resto. Desde ese punto de vista eran más deterministas y economicistas que los marxistas mecánicos de los buenos tiempos estalinistas. ¿Pero quién sabe? Ha habido unificaciones políticas –nacionales– por arriba, con débil fervor popular, como la alemana y la italiana, llenas de patologías. Esperemos que esta Europa balbuceante que se pretende ya “Europa potencia”, o dicho de otra forma “Europa imperial”, no sufra iguales traumatismos infantiles.

Porque la herencia está cargada. Al salir de una terrible guerra y de una masacre sin precedentes, donde se había hecho pedazos una primera vez la ilusión progresista de una humanidad europea, Valéry emitía un juicio desencantado sobre el espíritu europeo: “Allí donde domina el espíritu europeo, aparece el máximo de necesidades, el máximo de trabajo, el máximo de capital, el máximo de rendimientos, el máximo de ambición, el máximo de potencia, el máximo de modificación de la naturaleza exterior, el máximo de relaciones y de intercambios. Este conjunto de máximos es Europa, o la imagen de Europa”. Después, la vieja Europa fue superada en este terreno por América, pero no renunció a tomarse la revancha. La gran rueda del capital también gira.

Valéry ponía el mundo al revés. No era el espíritu europeo el que se desencadenaba en esta búsqueda mortífera del siempre más, sino el espíritu de un mundo sin espíritu, el espíritu del capital que asedia a la modernidad.

La Europa que se hace es un buen escalón, un eslabón útil en la nueva escala de los espacios. Sería ilusorio imaginar su futuro como el engrandecimiento fotográfico de unas naciones ya demasiado estrechas. Sería ilusorio y peligroso imaginar una Europa-nación que simplemente toma el relevo de los viejos Estados-nación que se han vuelto obsoletos. Existe un espacio económico europeo, aunque superpuesto a los espacios de la mundialización. Existe un espacio judicial que no coincide con el espacio jurídico. Existen además varios espacios jurídicos europeos, el de Bruselas y el de Estrasburgo, empotrados en el espacio de los tribunales penales internacionales. Existe un boceto de espacio militar europeo aunque enclavado en un espacio atlántico que sigue siendo dominante. Todo esto apenas anuncia la reconstitución de una correspondencia unívoca y armoniosa entre un territorio, un mercado y un Estado europeos, sino más bien encajes y superposiciones, con una distribución nueva de las competencias y de los atributos de la soberanía.

Y con una nueva estructuración interna de los espacios. La prensa ha saludado recientemente la tregua definitiva anunciada por ETA en Euskadi y los acuerdos de Lizarra entre todas las componentes del nacionalismo vasco. Por lo menos, ha quedado claro el sentido. Hoy día, la burguesía vasca, simbolizada por la potente banca de Bilbao, realiza el 40% de sus intercambios directamente con la comunidad europea sin pasar por el Estado español, y el 20% directamente con América Latina. Quiere renegociar el pacto de la transición post-franquista para tentar directamente su suerte en la nueva situación europea e internacional. La burguesía catalana está en esa misma longitud de onda. ¿Mañana Escocia? Pero estas tentativas plantean con fuerza la cuestión de la ciudadanía.

Por el momento, inspirándose en los textos fundacionales de ETA, los nacionalistas vascos definen la ciudadanía vasca reivindicada no desde un punto de vista étnico sino en un sentido político y cívico que radicaliza el derecho del suelo: vivir y trabajar en Euskadi. Evitan también plantear la cuestión en términos de fronteras (con el litigio territorial sobre la cuestión de Navarra), sino de proceso constituyente voluntario. La nueva tragedia balcánica ha mostrado los peligros de un nacionalismo tardío en busca de una legitimidad original.

Todas estas metamorfosis obligan por tanto a pensar de otra manera en el extranjero. Queda por saber en qué horizonte y en qué perspectiva. Por mi parte, me sumaré a la Europa que cita Derrida, no una Europa-cierre, sino una Europa-rumbo, hendida y abierta a intercambios, a mestizajes, a combinaciones de pertenencias. Esta no es, como fácilmente podría creerse, una elección del corazón, sino también una elección de la razón política.

Abril 1999

Publicado en Revue semestrielle Villa Gillet, cahier n° 8, avril 1999

Traducción: VIENTO SUR

Guatemala. Comunicado de la ADRI

LA ALIANZA PARA DESARROLLO RURAL INTEGRAL – ADRI,
 A LA OPINIÓN PÚBLICA EXPRESA

 El 2014 es clave para el futuro de varias autoridades de instituciones públicas en Guatemala: Tribunal Supremo Electoral, Corte Suprema de Justicia y Cortes de Apelaciones, Controlaría General de Cuentas, Ministerio Público e Instituto de la Defensa Pública Penal están en juego. Estas autoridades son parte fundamental del marco institucional democrático, y sus actuaciones tienen impacto en varias problemáticas como erradicar la impunidad y la corrupción, garantizar la justicia por las atrocidades cometidas en la guerra, combatir el crimen y evitar la persecución de líderes y lideresas sociales. Sólo así será posible el desarrollo rural integral a favor de ciudadanas y ciudadanos campesinos e indígenas en condiciones de pobreza y pobreza extrema.

 Expresamos nuestra suma preocupación por la recurrente judicialización de procesos con carácter eminentemente político; como los ataques de la Asociación “Unión de Cañeros del Sur” en 2012 contra la Política Nacional de Desarrollo Rural Integral, que posteriormente fueron declarados sin lugar. Es inaceptable que tribunales de cualquier ramo den trámites a amparos mal fundamentados, sin legitimidad y en cuestiones que no son de su competencia; por ejemplo, a favor de personas que incumplen requisitos para ciertos cargos, lo que coadyuva a generar poca certeza jurídica. Estamos consternados por la resolución provisional emitida por la Corte de Constitucionalidad con la cual limitan el periodo de gestión para el cual fuera nombrada la Doctora Claudia Paz y Paz como titular del Ministerio Público.

 Este hecho a toda luz ilegal rompe con el orden institucional vigente en el país, y ello nos hará retroceder en los débiles avances que la democracia guatemalteca ha ido desarrollando. Parece ser que las élites económicas, militares y políticas pactaron para concretar no sólo la salida anticipada de la Fiscal General, sino también han emprendido la coptación del total de las instituciones públicas, con el fin de satisfacer y garantizar sus espurios intereses. De tal cuenta que los procesos de las comisiones de postulación requieren de un perfeccionamiento. Hoy por hoy en los punteos parecen resaltarse más cuestiones formales, no estando en condiciones de identificar a las y los candidatos más idóneos. Igualmente nos preocupa la escasa representación de profesionales indígenas y de profesionales mujeres. 

 Las organizaciones que suscribimos esta declaración aspiramos al fortalecimiento de la democracia y el respeto al orden constitucional, por tanto la ADRI exige:

 *) Que la CC corrija de inmediato la interpretación errónea del texto constitucional y emita una resolución definitiva que asegure a la Doctora Claudia Paz y Paz cumpla sus funciones por cuatro años en diciembre próximo.
 *) A los profesionales coherentes y de principios éticos, que se involucren y se postulen para los cargos a modo de asegurar suficiente número de candidatas y candidatos idóneos. Al ceder los espacios definitivamente los cargos se le asignarían a quienes representan poderes ocultos.
 *) A la población, que se mantenga alerta e informada acerca de los procesos de postulación. Su carácter de transparencia cobra mayor efectividad con la participación de más ciudadanos, en su caso, también con la indignación pública. Democracia es una práctica no un ejercicio teórico.
 *) A las comisiones de postulación, considerar adecuadamente señalamientos y oposiciones que se reciban sobre candidatos postulados, a fin de no atribuirle demasiada importancia a asuntos netamente formales.
 *) Evitar la judicialización de los asuntos políticos. No entorpecer los procesos políticos con la intromisión de tribunales sin conocimientos en temáticas a tratar.
 *) A las autoridades encargadas del nombramiento de la autoridad a partir de las termas elaboradas por las comisiones de postulación, de decidir buscando el bien común, la justicia y el fortalecimiento del proceso democrático.

 Guatemala 26 de febrero 2014

Silvio Rodriguez responde a Ruben Blades sobre su crítica a Venezuela

SILVIO RODRIGUEZ
 LE RESPONDE A RUBEN BLADES

 Las verdaderas revoluciones son siempre difíciles. Che Guevara sabía algo de eso y decía que, en las verdaderas, se vence o se muere, porque una revolución no es una tranquila, pacífica obra de beneficencia, como cuando las encopetadas damas de la alta sociedad salen a hacerle caridad a los que no tienen justicia.

 Una revolución es un vuelco, una ruptura, un abrupto cambio de perspectiva. Es cuando los oprimidos dejan de creer en que los que mandan –los que los oprimen– tienen la verdad de su lado, y piensan que el mundo puede ser diferente de como ha sido hasta entonces.

 Pero claro que los opresores no se resignan a abandonar sus posiciones de dominio y luchan a vida o muerte por ellas, aunque aparentemente, los “otros” sean sus connacionales: enseguida se enajenan de la mayoría del pueblo, porque las revoluciones –no los golpes de estado– siempre son obra de la mayoría.

 En un respetuoso diálogo con el presidente venezolano aunque no tanto con sí mismo, el cantautor Rubén Blades, hace años uno de los abanderados de la canción social en América Latina, expone su concepto de revolución:

 Para mí, la verdadera revolución social
 es la que entrega mejor calidad de vida a
 todos, la que satisface las necesidades
 de la especie humana, incluida la necesidad
 de ser reconocidos y de llegar al estadio
 de auto-realización, la que entrega oportunidad
 sin esperar servidumbre en cambio.
 Eso, desafortunadamente, no ha ocurrido
 todavía con ninguna revolución[1].

 Ni va a ocurrir en ninguna revolución verdadera, Rubén. No era sino la voluntad de mejorar la calidad de vida de la gente lo que inspiró la Reforma Agraria cubana, que entregó parcelas a miles de campesinos sin tierra y, esencial para procurar mejor calidad de vida, fue la alfabetización cubana de 1961, –porque no hay autorrealización sin saber leer– pero enseguida llegaron la invasión de Bahía de Cochinos y el bloqueo económico que es repudiado cada año en la ONU, aunque acaba de cumplir 52.

 Me fascina esa idea de que una revolución social “satisface las necesidades de la especie humana”, y claro que eso solo lo hace una revolución cuando se la ve históricamente: no habría democracia ni derechos humanos sin la prédica de los iluministas: sin Voltaire, Montesquieu, Rousseau, pero los que llevaron adelante esas ideas en la práctica social, los que las impusieron como “necesidades de la especie humana” –Danton, Marat, Robespierre , porque las monarquías gobernaban por derecho divino– guillotinaron a la aristocracia francesa que se rebeló contra ellas, la aristocracia que ahogaba en sufrimientos, en miseria los derechos de los sans culottes, acaso los que Evita Perón llamó en su momento “los descamisados” y Martí “los pobres de la tierra”.

 El tiempo ha pasado, nos recuerda Blades, pero los derechistas venezolanos llaman “los tierrúos” a esos pobres sin zapatos que ellos explotan en el siglo XXI. Es imposible que una revolución haga felices a los dos grupos, porque la revolución va a dar justicia, y hacer justicia no es una fiesta de cumpleaños.

 Es decir que nunca ha habido una revolución social como entiende Blades que debe ser. ¿Será que él no sabe lo que es una revolución social? Según se deduce de lo que escribe, no lo la sido ni la inglesa, ni la francesa, ni la rusa, ni la mexicana, ni mucho menos la cubana que lideró Fidel Castro. Presumo que tampoco la venezolana de hace doscientos años, pese a que Blades escribe de esa Venezuela que ama como “el pueblo de Bolívar”. Y ¿qué hizo el Libertador? ¿Una tranquila y plácida obra de bienestar social? No gritó Patria o Muerte, sino que firmó un decreto de guerra a muerte para los enemigos de la patria, que eran los de la revolución.

 Blades no sólo lo proclama ahora en esa respuesta a Maduro, sino que lo cantaba en sus canciones latinoamericanistas: “de una raza unida, la que Bolívar soñó”. Entonces, ¿el intento de realizar el sueño de Bolívar no es el proceso integrador que emprendió Chávez, y que enfrenta a un imperio que nos quiere divididos, sino que únicamente servirá para mover el culo bailando salsa? Y cantar a voz en cuello: “A to’a la gente allá en los Cerritos que hay en Caracas protégela”. A “to’a esa gente” la protegen, además de María Lionza, los médicos de Barrio Adentro, porque esos que gritan y agreden en las calles no se ocuparon jamás de la salud de los venezolanos humildes.

 Tal vez fue María Lionza la que los mandó a bajar de los Cerritos, cuando el golpe de estado de abril de 2002, para sitiar el ocupado palacio de Miraflores y exigir el regreso del presidente que habían elegido. No te dejes confundir, Blades, “busca el fondo y su razón”, y trata de entender las revoluciones de la historia, no las que soñamos para tranquilizarnos.

 Para Blades, el programa político del chavismo “obviamente no es aceptado por la mayoría de la población”. Lo que quiere decir que la mayoría que eligió a Maduro, no lo es. Blades ignora las 18 elecciones ganadas por el chavismo y el casi 60% de votantes que el PSUV obtuvo en las elecciones de diciembre –que la derecha dijo que sería un plebiscito– y declara mayoría a los representantes de la vieja derecha derrocada por Pablo Pueblo, porque ese hombre –nos recordó Neruda– despierta cada doscientos años, con Bolívar.

 Me recuerdo a mí mismo, en los años setenta, en el antiguo apartamento de Silvio Rodríguez, con su puerta negra en la que había golpeado el mundo, descubriendo los primeros trabajos de Rubén Blades con la orquesta de Willy Colón. Nos encantábamos de encontrar una salsa patriótica, “La maleta”, aunque sabíamos que no eran ideas unánimes entre los latinoamericanos. Ninguna idea hondamente renovadora consigue apoyo unánime, al menos cuando aparece: el poder establecido –eso que los norteamericanos llaman stablishment– tiene muchos resortes, muchas maneras de “convencer”, de imponer sus intereses, y sabe que son pocos los que no ceden ante ellos.

 Una cosa es cantar y otra vivir lo que se canta, y cantarlo en todas partes. Tengo vivo el recuerdo de ese extraordinario salsero que es Oscar D’Leòn, cantándole, en los años ochenta, a un público cubano que lo adoraba, que llenaba un coliseo de 15 mil localidades para escucharlo y cantar con él. Lo recuerdo feliz, arrojándose al suelo del aeropuerto de La Habana para besar la tierra de la isla al partir y, a las semanas, lo vi abjurando de su viaje a Cuba, cuando los magnates del disco en el Miami contrarrevolucionario, lo acusaron de comunista por cantar en La Habana, y amenazaron con cerrarle todas sus puertas, que eran también las más lucrativas de su realización como artista.

 Oscar sabía que esa derecha, esa burguesía –y mucho menos el poder imperial que tenían detrás– no bromeaban: a Benny Moré, que era el mejor cantante de América Latina, la RCA Víctor no le grabó un disco más cuando decidió quedarse a vivir y a cantar en la Cuba revolucionaria.

 Todo me lo explico, pero tengo la tristeza de que ya no podré escuchar a Rubén Blades como ese cantor de nuestra América que quiso ser.

 Silvio Rodriguez

DECLARACION DE SOLIDARIDAD CON EL PUEBLO VENEZOLANO



El Comité Directivo del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (CLACSO), en consideración a la coyuntura que atraviesa la República Bolivariana de Venezuela, caracterizada por hechos de violencia que ocasionaron muertes y destrucción de bienes públicos y privados:

Manifiesta su más decidido rechazo a los métodos y acciones dirigidos a promover la desestabilización de un gobierno democráticamente elegido por el conjunto de la sociedad venezolana.

Expresa su más firme solidaridad con el pueblo de Venezuela, apoyando firmemente las conquistas democráticas alcanzadas en el país durante los últimos años.

Defiende el pleno derecho de todos los venezolanos y venezolanas a construir soberanamente y en paz un futuro de igualdad y equidad; rumbo que ha sido posible gracias al compromiso de su gobierno popular con la justicia social y con la dignidad de su pueblo.

Denuncia la campaña de desinformación y la dictadura mediática llevada a cabo por las grandes corporaciones que dominan los medios de comunicación a escala planetaria, las cuales fabrican noticias, infunden el miedo y realizan acusaciones falsas acerca de la situación que vive el país, buscando producir el caos y promover el odio y los enfrentamientos violentos en el seno de la sociedad venezolana.

Insta a sus centros asociados y a toda la comunidad de investigación en el campo de las ciencias sociales latinoamericanas y caribeñas, a desarrollar actividades que, en base a la producción de conocimientos y a la reflexión crítica, promuevan la comprensión veraz sobre la coyuntura venezolana, contribuyendo a fortalecer el diálogo democrático y a ampliar el proceso de transformaciones sociales, políticas y económicas que ha conquistado la Revolución Bolivariana.

Afirma su más ferviente compromiso con los derechos humanos y con la soberanía popular, base de sustentación de un proceso democrático que la sociedad venezolana ha construido colectivamente y debe perdurar.

Comité Directivo
CLACSO

Por la educación pública, laica, gratuita (porque ya la pagamos con nuestros impuestos), obligatoria, de calidad y para la libertad.

"Hacer es el mejor modo de decir"
 José Martí

Paul Craig Roberts Rusia bajo ataque norteamericano

 La Haine, 23 de febrero 2014


Si la UE continúa apoyando la desestabilización de Ucrania, Rusia podría cortar el suministro de petróleo y gas a los estados europeos títeres de Washington (como haría EEUU)
  

En algunos de mis artículos he explicado que la Unión Soviética servía como dique de contención del expansionismo norteamericano. El golpe de Estado que derrocó el socialismo realmente existente en la URSS, dio rienda suelta a las fuerzas neoconservadoras para imponer en todo el mundo la hegemonía de EE.UU. La Rusia de Putin, China e Irán son actualmente las únicas barreras de contención del avance ultraconservador-neoliberal.

Los misiles nucleares de Rusia y su alta tecnología la convierten en el mayor baluarte frente a la hegemonía de EE.UU. Con el fin de neutralizar a Rusia, Washington ha roto los acuerdos Reagan-Gorbachov y ha ampliado el área de control de la OTAN a las partes que constituían la Unión Soviética y ahora intenta ampliarla a las partes constituyentes de la propia Rusia, como Georgia y Ucrania. Washington abandonó unilateralmente el tratado que prohibía los misiles antibalísticos y ha creado escudos con estos misiles en la frontera de Rusia. Washington cambió su doctrina de la guerra nuclear para reservarse la capacidad de asestar el primer golpe.

Todo ello va dirigido a debilitar la capacidad disuasoria de Rusia con el fin de doblegar su resistencia a los deseos hegemónicos de Washington.

El gobierno de Rusia (y también el gobierno de Ucrania) permitieron neciamente que un gran número de Organizaciones No Gubernamentales con base en EE.UU. actuaran en sus países como agentes de Washington bajo la tapadera de “organizaciones por los derechos humanos”, “la democracia”, etc. El esperpento de “pussy riot” fue una operación diseñada para alimentar una mala imagen de Putin y de Rusia. (Las chicas fueron unas incautas útiles). Los ataques de los medios occidentales a los Juegos Olímpicos de Sochi forman parte de una campaña para ridiculizar y demonizar a Putin y a Rusia. Washington está decidido a no permitir que Putin y Rusia muestren el mínimo signo de éxito y progreso en ninguna esfera, ya sea en el campo diplomático, deportivo o de los derechos humanos. Los medios de comunicación de masas estadounidenses, son el Ministerio de Propaganda del Gobierno y del poder corporativo y ayudan a Washington a pintar a Rusia con los peores colores. Stephen F. Cohen describe con precisión la cobertura que realizan los medios de EE.UU. sobre Rusia como un “tsunami de artículos políticamente incendiarios, vergonzosamente falsos y carentes de toda profesionalidad”.

Cómo se desnaturalizó EE.UU.

Como vestigio de la Guerra Fría, los medios de EE.UU. retienen aún la imagen de una prensa libre en la que se puede confiar. En verdad, no hay libertad de prensa en EE.UU. (excepto en los sitios de Internet). Durante los últimos años del régimen de Clinton, el gobierno de EE.UU. permitió que 5 grandes conglomerados mediáticos concentraran en sus manos una cierta variedad de medios dispersos más o menos independientes. El valor de estas gigantescas empresas depende de sus licencias federales. Por lo tanto, los medios no se atreven a ir en contra del gobierno en ningún asunto de verdadera importancia. Además, los conglomerados mediáticos ya no están en manos de periodistas, sino en poder de directivos de grandes empresas publicitarias y ex altos cargos gubernamentales, con los ojos puestos en los ingresos por publicidad y en el acceso a las “fuentes” gubernamentales y no en la información.

Washington está utilizando los medios de información de masas para preparar a los norteamericanos ante la confrontación con Rusia y para predisponer a los rusos y a otros pueblos de todo el mundo contra Putin. Washington desearía fervientemente cambiar a Putin por un dirigente más débil y maleable.

Hay muchos ciudadanos rusos que pecan de incautos. Después de haber experimentado la forma de vida en el Estado socialista y haber vivido el caos posterior al golpe de estado que puso fin a la URSS, creen cándidamente que Estados Unidos es el país de Jauja, un ejemplo para todo el mundo, el país ejemplar en el que se puede confiar. Esta creencia estúpida, que vemos manifestarse ahora en Ucrania occidental mientras EE.UU. desestabiliza el país para incorporarlo a su esfera de dominio, es un arma que el imperialismo utiliza para desestabilizar a Rusia.

Algunos rusos disculpan Washington con una retórica antirrusa, reliquia del viejo estereotipo de la Guerra Fría. "Los viejos estereotipos" son cortinas de humo, señuelos engañosos. Washington está disparando ahora contra Rusia. Rusia está bajo su ataque, y si los rusos no se dan cuenta de esto, se van a quedar arrumbados en la cuneta de la historia.

Muchos rusos se han quedado dormidos con el dedo en el interruptor, pero el Club Izborsk está tratando de despertarlos. En un artículo publicado en la revista Zavtra del 12 de febrero, expertos en geoestrategia militar advierten de que el uso que Occidente hace de las manifestaciones de protesta para revocar la decisión del gobierno de Ucrania de no entrar en la Unión Europea, han producido una situación favorable a un golpe de estado por parte de elementos fascistas. Tal golpe daría lugar a una guerra fraticida en Ucrania que constituiría una grave amenaza estratégica para la Federación Rusa."

Los expertos llegaron a la conclusión de que si triunfa el golpe de estado, las consecuencias para Rusia serían:

- Pérdida de Sebastopol como base de la Flota del Mar Negro de la Federación Rusa;

- Purgas de rusos en el este y el sur de Ucrania, que producirían una avalancha de refugiados;

- Pérdida de la capacidad de fabricación en Kiev, Dnepropetrovsk y Kharkov, donde se trabaja para cumplir encargos del ejército ruso;

- Supresión de la población rusoparlante y “ucranización” forzosa de los rusos;

- Instalación de bases norteamericanas y de la OTAN en Ucrania, incluida la península de Crimea, así como apertura de centros de entrenamiento de terroristas en el Cáucaso, la cuenca del Volga y quizás en Siberia.

- Propagación de las protestas orquestadas en Kiev a las etnias de las ciudades de la Federación Rusa.

Los estrategas rusos concluyen que "consideran catastrófica para el futuro de Rusia la situación que se está conformando en Ucrania”.

¿Qué hacer? Aquí los expertos en estrategia, que han analizado correctamente la situación, no tienen respuestas fáciles. Hacer un llamamiento a los medios de comunicación para realizar una campaña informativa explicando claramente a la población la naturaleza y los fines no confesados de la revuelta de Ucrania, así como las consecuencias que puede tener para el gobierno de la Federación Rusa esta revuelta e invocan el Memorando de Budapest de 1994 para convocar una conferencia gubernamental de los representantes de Rusia, Ucrania, EE.UU. y Gran Bretaña con el fin de hacer frente a las amenazas para la propia Ucrania y la Federación Rusa. En el caso de que el Memorando de Budapest que regula la soberanía de Ucrania sea rechazado por una o más de las partes, los expertos proponen que el gobierno ruso, teniendo en cuenta el precedente de las negociaciones Kennedy-Kruschev que resolvieron la gravísima Crisis de los Misiles de Cuba en 1962, negocie directamente con Washington un acuerdo para resolver la crisis que se está gestando en Ucrania.

Esto es un sueño imposible. Los expertos han caído en el autoengaño. Washington es el autor de esta crisis de Ucrania y tiene la intención de establecer su dominio sobre este país precisamente por las razones expuestas por los propios expertos. Es un plan perfecto para desestabilizar Rusia y tomarse de paso la revancha por el éxito diplomático de Putin al evitar el ataque militar de EE.UU. contra Siria e Irán.

En esencia, si los planes de Washington se materializan en Ucrania, Rusia dejaría de ser el baluarte que se interpone en la carrera de EE.UU. hacia la hegemonía mundial. Solo quedaría China.

Yo sospecho que Ucrania llegará al punto de ebullición cuando Putin y Rusia estén pendientes de la realización de los Juegos Olímpicos de Sochi para pillarles con la guardia baja. No caben dudas de que Rusia se enfrenta a una gran amenaza estratégica. ¿Cuáles son las opciones reales de Rusia? Lo único seguro es que entre estas opciones no se encuentra la buena voluntad de Washington.

Rusia podría actuar siguiendo el propio guión de EE.UU. Como Rusia tiene drones, podría utilizarlos (como hace Washington) para asesinar a los cabecillas de las revueltas patrocinadas por Washington. O Rusia podría enviar (como hace Washington) comandos de las Fuerzas Especiales para eliminar a los agentes extranjeros que operan en contra de Rusia. Si la UE continúa apoyando la desestabilización de Ucrania, Rusia podría cortar el suministro de petróleo y gas a los estados europeos títeres de Washington (como haría Washington).

Sucesivamente, el ejército ruso podría ocupar la parte occidental de Ucrania mientras se negocia para dividir el país, que hasta no hace mucho era parte de Rusia, desde 200 años atrás. Se puede dar por seguro que la mayoría de los residentes en el este de Ucrania preferirían Rusia a la UE. Hasta resulta posible que los elementos del lado occidental que han estado sometidos a un lavado de cerebro dejaran de babear el tiempo suficiente para comprender que caer en manos de EE.UU/UE significa someterse al mismo saqueo sufrido por Letonia y Grecia.

Sólo estoy apuntando las consecuencias menos peligrosas de la crisis que han creado entre Washington y los estúpidos estados títeres de Europa. Las peores consecuencias serían una guerra muy peligrosa. Si Rusia se queda mirando con las manos en los bolsillos, su situación será insostenible. Si Ucrania se encamina hacia su integración en la OTAN y la supresión de la población rusa, el gobierno ruso tendrá que atacar a Ucrania y derrocar al régimen extranjero o rendirse a los norteamericanos. El resultado más probable de la audaz amenaza estratégica con la que EE.UU. se ha enfrentado a Rusia sería una guerra nuclear. La neoconservadora Victoria Nuland estará felizmente sentada en su oficina del Departamento de Estado eligiendo a los miembros del próximo gobierno ucraniano. ¿Estará esta alta funcionaria norteamericana ajena al riesgo de guerra nuclear que la intromisión de Washington en los asuntos internos de Ucrania y Rusia puede desencadenar? ¿Sabe el Presidente Obama y el Congreso que hay una Secretaria de Estado adjunta que está provocando el Armagedón?

Los inconscientes norteamericanos no están prestando atención y no tienen ni idea de que un puñado de peligrosos ideólogos conservadores está empujando el mundo hacia la destrucción.

Nota: He recibido un e-mail de Moldavia, país rodeado por Rumania y Ucrania en el que me dicen que en la frontera entre Moldavia y Ucrania pagan 20 euros diarios a cada persona que pose como activista ucraniano. Me gustaría que los lectores de estas líneas me confirmaran esta información o me proporcionaran la fuente que la avale.

Dissident Voice. Traducción de Enrique Prudencio para Zona Izquierda