Cuba: Pedro Martinez  Pirez,RENOVACIÓN EN CUBA, SIN PRISA PERO SIN PAUSAMONCADA

25 Febrero 2013

Cuba amaneció este lunes con un nuevo Parlamento, renovado en 67 por ciento e integrado por 612 diputados nacionales, entre los cuales figuran obreros, campesinos, maestros, médicos, científicos, escritores, artistas, líderes religiosos, estudiantes, dirigentes políticos, empresarios, deportistas y militares.

Casi 49 por ciento de los diputados que integran la Asamblea Nacional del Poder Popular son mujeres; 82 por ciento son graduados universitarios y 37 por ciento son mestizos y negros, entre estos últimos el nuevo Presidente del Parlamento, Esteban Lazo Hernández, quien sustituyó en la presidencia del máximo órgano legislativo a Ricardo Alarcón de Quezada, quien ejerció esas funciones durante veinte años.

Los diputados, entre ellos el líder histórico de la Revolución Fidel Castro, quien estuvo en el Palacio de Convenciones de La Habana este domingo, ratificaron a Raúl Castro en su cargo de Presidente del Consejo de Estado, y eligieron al ingeniero --de 52 años-- Miguel Díaz Canel como nuevo primer vicepresidente de Cuba, en sustitución de José Ramón Machado Ventura, quien continúa como uno de los cinco vicepresidentes de ese órgano integrado en total por 31 diputados nacionales. El Consejo de Estado es en Cuba el máximo órgano del poder entre los períodos de sesiones de la Asamblea Nacional del Poder Popular. En la elección de este domingo ingresaron 17 nuevos miembros en el Consejo de Estado, una renovación superior al cincuenta por ciento.

 El presidente Raúl Castro fue categórico en las palabras de clausura de la sesión constitutiva de la nueva legislatura en el sentido de que este será su último mandato, de cinco años, al frente de los destinos de Cuba, y abogó por continuar, sin prisa pero sin pausa, en el proceso de cambios económicos y de renovación generacional para consolidar el socialismo, con más justicia y menos igualitarismo.

 Recordó que Cuba ostenta desde el 28 de enero pasado la presidencia de la CELAC, Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños, cuya unidad en la diversidad hay que preservar, y felicitó al presidente Rafael Correa por su contundente victoria electoral del 17 de febrero, al tiempo que formuló votos por la salud del jefe de Estado de Venezuela, Hugo Chávez Frías.

 (Desde Radio Habana Cuba y para ALER-CONTACTO SUR reportó Pedro Martínez Pírez. (lunes 25 febrero 2013, 7:00 a.m.)


CUBA Discurso pronunciado por el General de Ejército Raúl Castro Ruz 

24 de febrero 2013, Raul Castro
Juventud Rebelde



Compañeras y compañeros:

En una fecha como hoy, el 24 de febrero de 1895, se reinició la lucha por la independencia con la fusión de los fogueados mambises de la primera guerra y los pinos nuevos, bajo el liderazgo del Partido Revolucionario Cubano y de Martí.

Me corresponde asumir nuevamente ante ustedes y todo nuestro pueblo el honor de presidir el Consejo de Estado y el Gobierno.

En este sentido, creo que no es ocioso reiterar lo afirmado dos veces en este Parlamento, cito: «A mí no me eligieron Presidente para restaurar el capitalismo en Cuba, ni para entregar la Revolución. Fui elegido para defender, mantener y continuar perfeccionando el socialismo, no para destruirlo».

En concordancia con los acuerdos del 6to Congreso, será preciso armonizar los postulados de la Constitución de la República con los cambios asociados a la paulatina implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución.

Entre las modificaciones que nos proponemos introducir a la Constitución se encuentra la de limitar a un máximo de dos períodos consecutivos de cinco años el desempeño de los principales cargos del Estado y del Gobierno y establecer edades máximas para ocupar esas responsabilidades.

Al propio tiempo, no resulta saludable estar reformulando continuamente la Carta Magna de la Nación y comoquiera que efectuar una reforma constitucional nos tomará necesariamente un tiempo prudencial, ya que si bien algunas cuestiones pueden modificarse por el propio Parlamento, otras más importantes requieren además la ratificación por el voto favorable de la mayoría de los ciudadanos en referendo; deseo esclarecer que en mi caso, con independencia de la fecha en que se perfeccione la Constitución, este será el último mandato.

En esta sesión la Asamblea Nacional eligió al compañero Miguel Díaz Canel Bermúdez Primer Vicepresidente del Consejo de Estado y posteriormente aprobó su designación como Primer Vicepresidente del Consejo de Ministros.

Consideramos que en las circunstancias que vive el país y se ha visto obligado a desenvolverse durante más de medio siglo de Revolución, debe garantizarse en la cúspide del poder estatal y gubernamental la unidad ejecutiva frente a cualquier contingencia por la pérdida del máximo dirigente, de manera que se preserve, sin interrupciones de ningún tipo, la continuidad y estabilidad de la nación.

Esta decisión reviste particular trascendencia histórica porque representa un paso definitorio en la configuración de la dirección futura del país, mediante la transferencia paulatina y ordenada a las nuevas generaciones de los principales cargos, proceso que debemos concretar en un quinquenio y actuar en lo adelante de manera intencionada y previsora, a fin de evitar que se nos repita la situación de no contar oportunamente con suficientes reservas de cuadros preparados para ocupar los puestos superiores del país y asegurar que el relevo de los dirigentes constituya un proceso natural y sistemático.

El compañero Díaz Canel no es un advenedizo ni un improvisado. Su trayectoria laboral acumula casi 30 años, comenzando en la base, en la profesión que estudió, y tras haber cumplido el Servicio Militar en unidades coheteriles antiaéreas de las FAR, impartió docencia en la Facultad de Ingeniería Eléctrica de la Universidad Central de Las Villas, donde se le propuso como cuadro profesional de la Unión de Jóvenes Comunistas y más adelante, considerando los resultados alcanzados, fue promovido al Partido, ascendiendo gradualmente a mayores responsabilidades, entre ellas, Primer Secretario del Comité Provincial en Villa Clara, por espacio de casi una década y después en Holguín durante seis años.

Es miembro del Comité Central del Partido desde 1991 y del Buró Político en el 2003. Cumplió misión internacionalista en Nicaragua. Es graduado del Colegio de Defensa Nacional.

En el año 2009 pasó a desempeñar funciones gubernamentales, primero como Ministro de Educación Superior y a partir del 2012, Vicepresidente del Consejo de Ministros a cargo de la atención de diferentes organismos vinculados a la educación, la ciencia, el deporte y la cultura. Por otra parte, participa semanalmente en la Comisión Económico Financiera del Gobierno y en la Comisión del Buró Político para el control de la implementación de los acuerdos del 6to Congreso.

Mención aparte merece la conducta de los compañeros Machado Ventura y Colomé Ibarra, quienes tuvieron la iniciativa de ofrecer sus cargos en el Consejo de Estado en favor de la promoción de la nueva generación.

En el caso de Machado Ventura, con excepcionales cualidades como dirigente y ser humano, modestia y consagración al trabajo, destacada trayectoria revolucionaria por cerca de 60 años, combatiente de la Sierra Maestra y fundador del Segundo Frente Oriental «Frank País», donde creó y desarrolló 20 hospitales de campaña y 11 dispensarios distribuidos en zonas montañosas en toda la provincia de Guantánamo y en parte de las de Santiago de Cuba y Holguín que abarcaba este frente guerrillero. Participó en múltiples acciones combativas, siendo herido en una de ellas; partiendo también del prestigio, preparación, experiencia y la vitalidad que conserva, así como su capacidad real de continuar aportando en la dirección de decisivas actividades, la Asamblea Nacional lo eligió para ocupar una de las vicepresidencias del Consejo de Estado.

Asimismo, se mantiene como miembro del Consejo de Estado el compañero Abelardo Colomé Ibarra, quien desde muy joven se sumó a la lucha revolucionaria en su natal Santiago de Cuba, participando en la sublevación del 30 de noviembre de 1956, bajo las órdenes de Frank País, que lo seleccionó para integrar el primer refuerzo al naciente Ejército Rebelde en la Sierra Maestra.

Al igual que Machado Ventura es fundador del Segundo Frente Oriental “Frank País”, herido en dos ocasiones en combate contra las tropas de la tiranía, destacándose por su valor, lo que le mereció ascender desde soldado hasta el grado de Comandante.

Luego del triunfo de la Revolución ha ejecutado con éxito, humildad y lealtad las tareas encomendadas, entre las cuales debo resaltar el cumplimiento de delicadas misiones internacionalistas, posteriormente llevó a cabo el desarrollo de la siempre competente Contrainteligencia Militar, contribuyó de manera decisiva a la primera victoria sobre las fuerzas invasoras en Angola, al frente de la Misión Militar Cubana, de 1975 al 1977 y ha desempeñado, entre otros, los cargos de Viceministro Primero del Ministerio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y Ministro del Interior.

La actitud de Machado Ventura y Colomé Ibarra no es casual ni debe sorprender a nadie, es una demostración concreta de su genuina fibra revolucionaria, en la que no hay cabida a la vanidad y el interés personal, ni mucho menos el aferramiento a cargo alguno. Esa es la esencia de la generación fundadora de esta Revolución. Así actuó Fidel hace cinco años, dando un ejemplo enaltecedor. Así confiamos que también sean las nuevas generaciones.

Al hablar de estos temas es oportuno recordar lo expresado por Fidel, hace exactamente 15 años, ante la Asamblea Nacional el 24 de febrero de 1998, en cuanto a la primera regla o rasgo que debe caracterizar a un cuadro revolucionario, cito: «No ambicionar nunca cargos, que los hombres lleguen a los cargos que les correspondan por sus méritos, por su trabajo, por sus virtudes, por su patriotismo…».

El Consejo de Estado elegido en esta sesión de nuestro Parlamento es un reflejo de cómo comenzamos a hacer realidad los acuerdos del 6to Congreso del Partido en materia de la política de cuadros. De sus 31 miembros el 41,9 por ciento son mujeres y el 38,6 por ciento son negros y mestizos. La edad promedio es de 57 años y el 61.3 por ciento nació después del triunfo de la Revolución.

Ya son dos las vicepresidentas del Consejo de Estado y persistiremos en la voluntad de que siga creciendo la representación femenina en este órgano y en todas las instituciones del país.

De igual forma, la Asamblea Nacional fue renovada en un 67,26 por ciento, las mujeres elevaron su participación hasta el 48,86 por ciento y los negros y mestizos al 37.9. El 82,68 por ciento de nuestros diputados posee nivel superior de educación y la edad promedio es de 48 años.

De las 15 provincias del país, en 10 resultaron electas mujeres para presidir las Asambleas Provinciales del Poder Popular, el promedio de edad en estos cargos es de 47 años y todos poseen nivel universitario.

Estos datos corroboran la calidad del proceso electoral cubano y las potencialidades que tienen los órganos del Poder Popular y esta Asamblea como órgano supremo de poder del Estado, para ejecutar las importantes potestades fijadas en la Constitución.

Precisamente a esta legislatura le corresponde una fecunda e intensa labor legislativa en el fortalecimiento de nuestra institucionalidad, en especial de cara a la implementación de los Lineamientos de la Política Económica y Social del Partido y la Revolución, proceso que tiene la primera de las prioridades y en el cual, como expliqué en la pasada sesión de la Asamblea Nacional, nos comenzamos a adentrar en cuestiones de mayor alcance, complejidad y profundidad.

Nos llena de sano orgullo y satisfacción que el Parlamento cubano sea encabezado, a partir de hoy, por el compañero Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político, un negro de origen humilde, cortador de caña desde muy joven, obrero en el molino y secadero de arroz de Jovellanos, municipio donde integró el Comité Municipal del Partido. Con enorme esfuerzo y sin abandonar sus responsabilidades partidistas obtuvo el título de Licenciado en Economía.

Posteriormente ocupó el cargo de Primer Secretario del Comité Provincial del PCC en Matanzas y luego en Santiago de Cuba y Ciudad de La Habana.

Lo mismo podemos decir en los casos de los nuevos vicepresidentes del Consejo de Estado, Díaz-Canel, de Mercedes López Acea, la eficiente primera secretaria del Partido en la capital y de Salvador Valdés Mesa, representante directo de la clase obrera, quien en su condición de miembro del Buró Político, pasará a atender a la Central de Trabajadores de Cuba (CTC), además de otras funciones que se le asignarán por la vía partidista.

Todos ellos surgieron del pueblo y como el resto de los miembros del Consejo de Estado constituyen un ejemplo fehaciente de cómo se han llevado a la práctica las palabras de Fidel el 16 de abril de 1961, en vísperas de la invasión mercenaria por Playa Girón, cuando dijo: «esta es la Revolución socialista y democrática de los humildes, por los humildes y para los humildes». Hoy estamos demostrando que así lo seguirá siendo para siempre.

Es asimismo motivo de legítima felicidad contar con una juventud identificada con los valores éticos y los principios de justicia social, que está preparada en todos los sentidos, inclusive militarmente, para defender y mantener en alto las banderas de la Revolución y el Socialismo.

Ciertamente quienes tuvimos el honor de acompañar a Fidel en los inicios de la gesta revolucionaria y en la lucha insurreccional contra la tiranía, hemos tenido el privilegio, junto al pueblo heroico, de ver con nuestros propios ojos la obra consolidada de la Revolución; sin embargo la mayor satisfacción es la tranquilidad y serena confianza que sentimos al ir entregando a las nuevas generaciones la responsabilidad de continuar construyendo el socialismo y con ello asegurar la independencia y la soberanía nacional.

Lo hacemos teniendo definido por el Congreso del Partido el rumbo para actualizar el modelo económico cubano y alcanzar una sociedad socialista próspera y sostenible, una sociedad menos igualitaria, pero más justa, principios estos que sirven de fundamento para la conformación del programa de desarrollo hasta el año 2030, en fase de elaboración.

Ello será posible porque los Lineamientos de la Política Económica y Social son fruto, en primer lugar, de los amplios y democráticos intercambios con el pueblo, que los hizo suyos, reformulándose el 68 por ciento de la propuesta inicial como resultado de la consulta popular.

De la misma forma fueron respaldados por el Parlamento, en cuyas sesiones ordinarias se rinde cuenta, dos veces al año, sobre la marcha del plan de la economía y del proceso de implementación de los citados lineamientos.

Similar análisis se efectúa sistemáticamente en los plenos del Comité Central y de los comités provinciales y municipales del Partido, con la participación de dirigentes administrativos locales.

Estos métodos de consulta directa con la población que se han desarrollado en más de 50 años del proceso revolucionario y que proseguirán perfeccionándose antes, durante y después de adoptar las decisiones más trascendentales para el futuro del país, constituyen un factor adicional para la tranquilidad y esperanza hacia el futuro que experimentamos los integrantes de la dirección histórica de la Revolución, ya que además de fortalecer de manera permanente la unidad y apoyo del pueblo, garantizará rectificar oportunamente los errores que podamos cometer.

En Cuba nunca a nadie se le permitirá soslayar que tal y como expresa la Constitución en su artículo No. 3, cito: «la soberanía reside en el pueblo, del cual dimana todo el poder del Estado».

En virtud de ello, previo a la celebración de los futuros congresos del Partido, deberá llevarse a cabo un proceso de consulta popular, cada vez más profundo y organizado, de modo que el Programa actualizado de la Revolución que se apruebe refleje siempre, en todos los asuntos vitales de la sociedad, la opinión de la población.

A aquellos que dentro o fuera del país, con buenas o malas intenciones, nos alientan a ir más rápido, les decimos que continuaremos sin prisa, pero sin pausa, con los pies y los oídos bien pegados a la tierra, sin terapias de choque contra el pueblo y sin dejar a ningún ciudadano desamparado, superando la barrera del inmovilismo y la mentalidad obsoleta en favor de desatar los nudos que frenan el desarrollo de las fuerzas productivas, o sea, el avance de la economía, como cimiento imprescindible para afianzar, entre otras esferas, los logros sociales de la Revolución en la educación, la salud pública, la cultura y el deporte, que debieran ser derechos humanos fundamentales y no un negocio particular.

Al mismo tiempo, nos proponemos mantener el enfrentamiento a las indisciplinas e ilegalidades de todo tipo, incluyendo el combate a las manifestaciones de corrupción que atentan contra las bases mismas de nuestro sistema social, partiendo de que sin la conformación de un ambiente de orden, disciplina y exigencia en la sociedad, cualquier resultado será efímero. En la reunión de este Parlamento, en la primera quincena del mes de julio, trataremos a profundidad este bochornoso asunto de las indisciplinas e ilegalidades.

Pasando a temas de carácter internacional, no puedo dejar de mencionar que el pasado 28 de enero, en el 160 aniversario del natalicio de José Martí, Cuba asumió la Presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y tendrá la responsabilidad de organizar en nuestro país su próxima Cumbre en el año 2014.

Este es un hecho de particular relevancia que reivindica la lucha del pueblo cubano por su soberanía y autodeterminación, demuestra cuánto han avanzado América Latina y el Caribe hacia la definitiva independencia y expone el aislamiento y fracaso de la política de bloqueo económico y mediático de Estados Unidos contra nuestra nación.

La Presidencia Cubana de la CELAC actuará con prudencia y determinación para potenciar lo que nos une en el camino común de paz, desarrollo, justicia social, democracia con participación verdadera del pueblo, garantía para el ejercicio de todos los derechos humanos por todas las personas, soberanía sobre los recursos naturales y disminución de la desigualdad social y la pobreza.

Tendremos que cuidar nuestra unidad dentro de la diversidad e impedir que se nos divida. Sabemos que la consolidación de esta organización enfrentará recios obstáculos, derivados del injusto e insostenible orden internacional, la crisis económica global, la agresiva política de la OTAN, las amenazas y consecuencias de sus guerras no convencionales y el intento de un nuevo reparto del mundo; la existencia de enormes arsenales nucleares y novedosas armas, así como el cambio climático.

La inequidad en la distribución de la riqueza en el continente es la principal debilidad y a la vez el mayor desafío que enfrentamos. En la América Nuestra con más unidad, integración y justicia social, nada podrá detenernos.

Aprovecho la ocasión para reiterar, en nombre de esta Asamblea y del pueblo cubano, la felicitación al Presidente Rafael Correa y la Revolución Ciudadana, que él encabeza, por su resonante victoria electoral el pasado domingo.

Llegue al Presidente Hugo Chávez Frías el abrazo fraternal y deseos de recuperación de su salud. A la Revolución Bolivariana, al pueblo venezolano y a sus dirigentes ratificamos toda la solidaridad de esta Asamblea Nacional y de nuestros compatriotas.

A más de un mes de su entrada en vigor, las nuevas regulaciones migratorias están en completa aplicación sin contratiempos, con una favorable acogida por parte de la población y la abrumadora mayoría de la emigración cubana.

Proseguiremos demandando la liberación y el regreso a la Patria de nuestros Cinco Héroes, a quienes trasmitimos el fraterno saludo, reconocimiento y compromiso de este Parlamento y de todo el pueblo.

Para terminar mis palabras y sobre todo pensando en el porvenir de la Patria, creo que la mejor manera de hacerlo es con la brillante definición del concepto Revolución formulado por su Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, el 1º de mayo del año 2000 en la Plaza de la Revolución, cito:

«Revolución es sentido del momento histórico;

es cambiar todo lo que debe ser cambiado;

es igualdad y libertad plenas;

es ser tratado y tratar a los demás como seres humanos;

es emanciparnos por nosotros mismos y con nuestros propios esfuerzos;

es desafiar poderosas fuerzas dominantes dentro y fuera del ámbito social y nacional;

es defender valores en los que se cree al precio de cualquier sacrificio;

es modestia, desinterés, altruismo, solidaridad y heroísmo;

es luchar con audacia, inteligencia y realismo;

es no mentir jamás ni violar principios éticos;

es convicción profunda de que no existe fuerza en el mundo capaz de aplastar la fuerza de la verdad y las ideas.

Revolución es unidad, es independencia,

es luchar por nuestros sueños de justicia para Cuba y para el mundo, que es la base de nuestro patriotismo, nuestro socialismo y nuestro internacionalismo» (fin de la cita).

¡Que esta magistral definición sirva para siempre de guía a todas las generaciones de patriotas y revolucionarios cubanos!

Muchas gracias.

Cuba: Elegido Esteban Lazo presidente del Parlamento cubano

Cuba,Cubadebate
24 febrero 2013

 Esteban Lazo Hernández, miembro del Buró Político del Partido, ha sido elegido al frente de la Asamblea Nacional del Poder Popular durante la sesión constitutiva de la Octava Legislatura del Parlamento cubano, con sede en el Palacio de las Convenciones de La Habana.A la jornada asisten el Comandante en Jefe Fidel Castro y el General de Ejército Raúl Castro, presidente de los Consejos de Estado y de Ministros.

Lazo fue fundador de la Asociación de Jóvenes Rebeldes, alfabetizador, activista del Partido en Jovellanos, integrante del Comité Municipal del Partido en ese territorio, y en 1966 cursó la Escuela Superior del Partido Ñico López. También fue primer Secretario del Partido en las provincias de Matanzas, Santiago de Cuba y La Habana. Desde el 2003 se desempeña como miembro del Buró Político para atender la esfera Ideológica. En el 2006, al constituirse el secretariado del Comité Central, fue elegido integrante de ese órgano. El nuevo presidente de la Asamblea Nacional del Poder Popular, ha sido delegado a los cinco congresos del Partido, diputado desde 1981 y desde 1992 vicepresidente del Consejo de Estado.

En la sesión, los diputados presentes ratificaron como vicepresidenta de ese órgano a Ana María Mary Machado y a Miriam Brito como Secretaria.Más adelante, los 612 parlamentarios electos el pasado 3 de febrero en los comicios generales, deben seleccionar de entre ellos -mediante voto secreto y directo- a los integrantes del Consejo de Estado.

CRECIÓ PRESENCIA FEMENINA EN PARLAMENTO

Poco antes de esta elección, los diputados a la Asamblea habían tomado posesión de sus cargos, con lo cual quedó constituido oficialmente el máximo órgano de poder del Estado cubano.En total, prestaron juramento los 602 diputados presentes en la sesión, el 98,37 por ciento.Al 48,86 por ciento asciende la presencia femenina en el nuevo Parlamento, algo superior a las 266 mujeres que integraban la nómina de la ANPP que funcionó hasta hoy.

Más de un 30 por ciento están vinculados directamente a la producción y los servicios, entre los que figuran obreros, campesinos, cooperativistas, maestros, médicos, científicos, escritores, artistas, líderes religiosos, estudiantes, directivos de entidades productivas, combatientes de las FAR y el MININT, así como también dirigentes políticos y representantes del sistema del Poder Popular, entre otros.

El promedio de edad en el Parlamento, que se constituyó este domingo, es de 48 años, siendo el grupo etáreo mayor el de los que tienen entre 36 y 50, en tanto el 70 por ciento del total, significó, nació después del triunfo de la Revolución. El 82,68 por ciento de los legisladores posee enseñanza superior, el 16,83 por ciento media superior y el 0,49 por ciento media básica, entretanto el 37 por ciento corresponde a negros o mestizos.

(Con información de la AIN)

Greg Grandin: De cómo Latinoamérica se ha convertido en la única zona libre de gulags estadounidenses dedicados a torturar por todo el planeta

Darío Vive, 23 febrero 2013


Traducido para Rebelión por Sinfo Fernández

El mapa nos revela la historia. Para ilustrar un nuevo informe incriminatorio: “Globalizing Torture: CIA Secret Detentions and Extraordinary Rendition” [Globalizando la tortura: las detenciones secretas y las entregas extraordinarias de la CIA], recientemente publicado por el Open Society Institute, el Washington Post introdujo un gráfico asimismo incriminatorio, empapado en rojo, como si de sangre se tratara, mostrando que en los años posteriores al 11-S, la CIA convirtió el mundo entero en un archipiélago de gulags.
 Retrocediendo hasta los primeros años del siglo XX, en aquella época se utilizaba un mapa parecido de tonos rojizos para indicar el alcance global del Imperio Británico, donde, según decían, el sol no se ponía nunca. Al parecer, entre el 11-S y el día en que George W. Bush dejó la Casa Blanca, tampoco se puso el sol en las torturas patrocinadas por la CIA.

Del total de 190 países existentes en el planeta, una impactante cifra de 54 participaron de diversas formas en ese sistema estadounidense de tortura cobijada en las prisiones o “sitios negros” de la CIA, permitiendo que su espacio aéreo y sus aeropuertos se utilizaran para vuelos secretos, proporcionando inteligencia, secuestrando a nacionales de otros países o a sus propios ciudadanos y entregándoselos a agentes de EEUU para que a su vez se los “entregaran” a terceros países, como por ejemplo Egipto y Siria. La marca de esa red, escribe Open Society, ha sido la tortura. Su informe documenta los nombres de 136 personas devastadas en lo que se dice es una operación en curso, aunque sus autores dejan claro que la cifra total, implícitamente mucho más alta, “seguirá siendo desconocida” debido al “extraordinario nivel de secretismo del gobierno en relación con las detenciones secretas y las entregas extraordinarias”.

Ninguna región se libra de la mancha. Ni Estados Unidos, sede del mando central global del gulag, ni Europa, ni Oriente Medio, ni África, ni Asia. Ni siquiera la socialdemócrata Escandinavia. Suecia se encargó de facturar al menos a dos personas en dirección a la CIA, que fueron después entregadas a Egipto, donde se las sometió a electroshock, entre otras torturas. Es decir, ninguna región se salva, excepto Latinoamérica.

Lo que resulta más sorprendente en el mapa del Post es que ninguna porción de ese horror de color vino oscuro tiña a Latinoamérica; es decir, ninguno de sus países, de lo que solía llamarse “patio trasero” de Washington, participó en entregas ni dirigió ni apoyó la tortura y abusos a los “sospechosos de terrorismo” de Washington. Ni siquiera Colombia, que durante las últimas dos décadas se aproximó bastante a la noción de cercanos estados clientelistas de EEUU que existían en la zona. Es verdad que una manchita roja debería aparecer sobre Cuba, pero eso sólo serviría para poner de relieve que Teddy Roosevelt se apoderó “a perpetuidad” en 1903 de la bahía de Guantánamo para instalar allí una base de Estados Unidos.

Dos, tres, muchas CIAs

¿Cómo es que Latinoamérica se ha convertido en el territorio libre de este nuevo mundo distópico de sitios negros y vuelos a medianoche, en el Sión de esta matrix militarista (como dirían los fans de las películas de los Wachowskis)? Después de todo, fue en Latinoamérica donde una anterior generación de contrainsurgentes estadounidenses y locales apoyados por los primeros puso en marcha un prototipo de la Guerra Global contra el Terror de Washington del siglo XXI.

Incluso antes de la Revolución Cubana de 1959, antes de que el Che Guevara instara a los revolucionarios a crear “dos, tres, muchos Vietnams”, Washington estaba ya dispuesto a establecer dos, tres, muchas agencias de inteligencia centralizadas en Latinoamérica. Como Michael McClintock muestra en su indispensable libro “Instruments of Statecratf”, de finales de 1954, unos cuantos meses después del infame golpe de la CIA en Guatemala que derrocó a un gobierno democráticamente elegido, el Consejo Nacional de Seguridad recomendó por vez primera reforzar “las fuerzas internas de seguridad de los países amigos”.

En la región, esto significó tres cosas. Primera: que agentes de la CIA y otros funcionarios estadounidenses se pusieran a trabajar en la “profesionalización” de las fuerzas de seguridad de diversos países a nivel individual, como Guatemala, Colombia y Uruguay; es decir, se trataba de convertir los brutales aunque a menudo torpes y corruptos aparatos locales de inteligencia en eficientes y “centralizadas” aunque brutales agencias capaces de recoger información, analizarla y almacenarla. Y más importante aún, se encargaban de coordinar las diferentes ramas de las fuerzas de seguridad de cada país –policía, ejército y escuadrones paramilitares- para que actuaran a partir de esa información, a menudo de formal letal y siempre despiadadamente.

Segunda: EEUU amplió enormemente el mandato de estas agencias mucho más eficientes y eficaces, dejando claro que en su cartera se incluía no sólo la defensa nacional sino el crimen internacional. Tenían que ser la vanguardia de la guerra global por la “libertad” y el reino del terror anticomunista en el hemisferio.

Tercera: nuestros hombres en Montevideo, Santiago, Buenos Aires, Asunción, La Paz, Lima, Quito, San Salvador, la ciudad de Guatemala y Managua tenían que ayudar a sincronizar los trabajos de las fuerzas de seguridad de las diferentes naciones.

El resultado fue el terror de Estado a escala casi continental. En los años setenta y ochenta del siglo XX, la Operación Cóndor del dictador chileno Augusto Pinochet, que reunió a los servicios de inteligencia de Argentina, Brasil, Uruguay, Paraguay y Chile, fue el más infame de los consorcios del terror trasnacionales de Latinoamérica, llegando a perpetrar masacres hasta en Washington DC, París y Roma. EEUU había ya ayudado con anterioridad a poner en marcha operaciones parecidas en otros lugares del hemisferio Sur, especialmente en Centroamérica durante los años sesenta.

Cuando la Unión Soviética se desmoronó en 1991, cientos de miles de latinoamericanos habían sido torturados, asesinados, estaban desaparecidos o encarcelados sin juicio, gracias sobre todo a las habilidades y apoyos organizativos proporcionados por EEUU. En aquellos momentos, Latinoamérica era el gulag y patio trasero de Washington. Tres de los actuales presidentes de la región –José Mujica, de Uruguay; Dilma Roussef, de Brasil; y Daniel Ortega, de Nicaragua- fueron víctimas de ese reino del terror.

Cuando terminó la Guerra Fría, los grupos por los derechos humanos empezaron la hercúlea tarea de desmantelar la red, profundamente empotrada y de amplitud continental, de operativos de inteligencia, prisiones secretas y técnicas de tortura, sacando de los gobiernos a los ejércitos de toda la región y devolviéndolos a sus cuarteles. En los años de la década de 1990, Washington no sólo no se interpuso en este proceso, sino que en realidad echó una mano en la despolitización de las fuerzas armadas de América Latina. Muchos creían que con la Unión Soviética fuera de juego, Washington podría proyectar ahora su poder en su propio “patio trasero” a través de medios más suaves como acuerdos comerciales internacionales y otras formas de apalancamiento económico. Pero entonces se produjo el 11-S.

¡Cielo Santo!

A finales de noviembre de 2002, precisamente cuando en el resto del mundo iba tomando forma el guión de los programas de detenciones secretas y entregas extraordinarias de la CIA, el Secretario de Defensa Donald Rumsfeld voló 8.000 kilómetros hasta Santiago, en Chile, para asistir a una reunión hemisférica de ministros de defensa. “Ni que decir tiene”, dijo no obstante Rumsfeld, “que no habría hecho toda esta distancia si no pensara que la reunión era extremadamente importante”. En efecto, lo era.

Esto tuvo lugar tras la invasión de Afganistán pero antes de la invasión de Iraq y Rumsfeld volaba alto, dejando caer también la frase “11 de septiembre” cada vez que tenía ocasión. Quizá desconocía el significado especial que la fecha tenía en Latinoamérica, pero 29 años antes, en el primer 11-S, un golpe del General Pinochet y su ejército, con el apoyo de la CIA, acabó con la vida del presidente de Chile Salvador Allende, un presidente elegido democráticamente. ¿O acaso sabía en realidad lo que significaba? ¿Qué objetivo perseguía? Después de todo, una nueva lucha global por la libertad, una proclamada Guerra Global contra el Terror, estaba ya en marcha y Rumsfeld había llegado para alistar reclutas.

Allí, en Santiago, en la ciudad a partir de la cual Pinochet había llevado a cabo la Operación Cóndor, Rumsfeld y otros funcionarios del Pentágono intentaron vender lo que ahora denominaban “integración” de “diversas habilidades especializadas a fin de conseguir capacidades regionales más amplias”, una forma insípida de describir el secuestro, la tortura y asesinato que ya habían puesto en marcha en otros lugares. “Los acontecimientos por todo el mundo antes y después del 11-S nos han hecho ver las ventajas”, decía Rumsfeld, “de que las naciones trabajen juntas para enfrentar la amenaza terrorista”.

“¡Cielo Santo!”, dijo Rumsfeld a un periodista chileno, “el tipo de amenazas a que nos enfrentamos es global”. Latinoamérica estaba en paz, admitió, pero tenía que hacer una advertencia a sus dirigentes: no deberían dormirse y creer que el continente estaba a salvo de los nubarrones que se concentraban por doquier. Los peligros existen: “antiguas amenazas, como las drogas, el crimen organizado, el tráfico ilegal de armas, la toma de rehenes, la piratería y el blanqueo de dinero; nuevas amenazas, como el delito informático; y otras amenazas, que desconocemos y que pueden aparecer sin previo aviso”.

“Esas nuevas amenazas”, añadió de forma inquietante, “deben contrarrestarse con nuevas capacidades”. Gracias al informe de Open Society, podemos captar muy bien qué quería decir exactamente Rumsfeld con lo de las “nuevas capacidades”.

Por ejemplo, pocas semanas antes de la llegada de Rumsfeld a Santiago, EEUU se puso en marcha partir de la información falsa proporcionada por la Real Policía Montada del Canadá y detuvo a Maher Arar, que ostenta doble ciudadanía, siria y canadiense, en el aeropuerto John F. Kennedy de Nueva York y después se lo entregó a una “Unidad Especial de Traslado”. Primero le hicieron volar a Jordania, donde le estuvieron golpeando, después a Siria, un país con una zona horaria cinco horas por delante de Chile, donde lo transfirieron a los torturadores locales. El 18 de noviembre, cuando Rumsfeld estaba dando su discurso en Santiago, daban las cinco de la tarde en la celda “estilo tumba” de una prisión siria donde iba pasar el siguiente año sometido a torturas.

Ghairat Baheer fue capturado en Pakistán unas tres semanas antes del viaje a Chile de Rumsfeld, para arrojarle a una prisión controlada por la CIA en Afganistán llamada Salt Pit [Hoyo Salado]. Mientras el secretario de defensa alababa el retorno de Latinoamérica al imperio de la ley tras los oscuros días de la Guerra Fría, pudiera ser que Baheer estuviera siendo sometido a una de sus sesiones de tortura “colgado desnudo durante horas y horas”.

Un mes antes de la visita de Rumsfeld a Santiago, el nacional saudí Abd al Rahim al Nashiri fue transportado a Salt Pit, después de haber pasado “por otro sitio negro en Bangkok, Tailandia, donde fue sometido a simulacros de ahogamiento”. Después le hicieron pasar por Polonia, Marruecos, Guantánamo, Rumanía y de vuelta a Guantánamo, donde permanece ahora. Durante el camino, los interrogadores estadounidenses le sometieron a un “simulacro de ejecución con una taladradora mientras le mantenían desnudo y encapuchado”; también le atormentaron “pegando a su cabeza un revólver semiautomático mientras le mantenían sentado y con grilletes delante de ellos”. Sus interrogadores “le amenazaron también con traer a su madre y abusar sexualmente de ella frente a él”.

De forma similar, un mes antes de la reunión de Santiago, trasladaban en un vuelo al yemení Bashi Nasir Ali Al Marwalah al Campo Rayos-X en Cuba, donde permanece hasta el momento.

Menos de dos semanas después de que Rumsfeld jurara que EEUU y Latinoamérica compartían “valores comunes”, el Mullah afgano Habibullah murió “tras los graves malos tratos” a que le sometieron bajo custodia de la CIA en algún lugar denominado “Punto de Recogida de Bagram”. Una investigación militar estadounidense “concluyó que la utilización de posiciones de estrés y privación de sueño, combinada con otros malos tratos… causaron, o contribuyeron de forma directa, a su muerte”.

Dos días después del discurso del secretario de defensa en Santiago, el agente encargado del caso en Salt Pit había desnudado a Gul Rahma y le había dejado encadenado al suelo de hormigón sin mantas. Rahma murió congelado.

Y el informe de Open Society continúa… con más y más casos parecidos.

Territorio Libre

Rumsfeld abandonó Santiago sin haber conseguido compromisos firmes. Algunos de los ejércitos de la región se vieron tentados por las supuestas oportunidades ofrecidas por la visión del Secretario de fusionar la lucha contra el crimen con una campaña ideológica contra el Islam radical, una guerra unificada en la que todo quedaba subordinado al mando estadounidense. Como ha señalado el politólogo Brian Loveman, más o menos en el momento de la visita de Rumsfeld a Santiago, la cúpula del ejército argentino recogía la última serie de planteamientos de Washington, insistiendo en que “había que tratar la defensa de forma integral”, sin falsas divisiones que separasen la seguridad interna de la externa.

Pero la historia no se puso del lado de Rumsfeld. Su viaje a Santiago coincidió con el épico torbellino financiero de Argentina, de los peores que se recuerdan de la historia. Supuso el enorme colapso del modelo económico –considerado como reaganismo a lo bestia- que Washington había estado promoviendo en Latinoamérica desde los últimos años de la Guerra Fría. Pronto llegaría al poder en gran parte del continente una nueva generación de izquierdistas comprometidos con la idea de la soberanía nacional y de limitar la influencia de Washington en la región, con una visión muy distinta a la de sus predecesores.

Hugo Chávez era ya el presidente de Venezuela. Tan sólo un mes antes del viaje de Rumsfeld a Santiago, Luiz Inácio Lula da Silva ganó la presidencia de Brasil. Pocos meses después, a principios de 2003, en Argentina elegían a Néstor Kirchner, quien poco después puso fin a los ejercicios militares conjuntos de su país con EEUU. En los años siguientes, EEUU fue experimentando un revés tras otro. Por ejemplo, en 2008, Ecuador desalojó al ejército estadounidense de la Base Aérea de Manta.

En ese mismo período, la administración Bush corría a invadir Iraq, un acto al que se oponían la mayor parte de los países latinoamericanos y que ayudó a liquidar lo que quedaba de benevolencia estadounidense hacia la región tras el 11-S. Iraq pareció confirmar las peores sospechas de los nuevos dirigentes del continente: que lo que Rumsfeld estaba intentando vender como fuerza internacional “de pacificación” era poco más que el intento de utilizar a los soldados latinoamericanos como gurkas en una unilateral y renovada guerra imperial.

La “cortina de humo” de Brasil

Los cables diplomáticos publicados por WikiLeaks muestran el nivel de rechazo de Brasil ante los esfuerzos de Washington para pintar la región de rojo en su nuevo mapa global de gulags.

Por ejemplo, un cable de mayo de 2005 del Departamento de Estado revela que el gobierno de Lula rechazó “múltiples peticiones” de Washington para que admitiera a los prisioneros liberados de Guantánamo, especialmente un grupo de unos quince uigures que EEUU retenía desde 2002 y que no podía enviar de vuelta a China.

“La posición de Brasil respecto a este tema no ha cambiado desde 2003 y no es probable que cambie en el predecible futuro”, decía el cable. Seguía diciendo que el gobierno de Lula consideraba todo el sistema que Washington había levantado en Guantánamo (y por todo el mundo) como una burla del derecho internacional. “Todos los intentos de discutir esta cuestión con las autoridades brasileñas”, concluía el cable, “fueron rotundamente rechazadas o aceptadas de mala gana”.

Además, Brasil se negó a cooperar con los esfuerzos de la administración Bush para crear una versión del Acta Patriótica en el Hemisferio Occidental. Por ejemplo, se negaron a revisar su código legal de forma que se rebajaran los niveles de pruebas necesarias para demostrar una conspiración, a la vez que trataban de ampliar la definición de lo que una conspiración criminal suponía.

Lula estuvo mareando la perdiz durante años, pero parece que el Departamento de Estado no se daba cuenta de lo que estaba haciendo hasta abril de 2008, cuando uno de sus diplomáticos escribió un memorando tildando de “cortina de humo” el supuesto interés de Brasil en reformar su código legal para ajustarse a los deseos de Washington. El gobierno brasileño, se quejaba en otro de los cables revelados por WikiLeaks, tenía miedo de que una definición más amplia de terrorismo pudiera utilizarse para ir contra los “integrantes de lo que consideran legítimos movimientos sociales en lucha por una sociedad más justa”. Al parecer, no era posible “redactar una legislación antiterrorista que excluyera las acciones” de la base social de izquierdas de Lula.

Un diplomático estadounidense se lamentaba de que esta “mentalidad” –es decir, una mentalidad que respetaba realmente las libertades civiles- “supone serios desafíos a nuestros esfuerzos para reforzar la cooperación en contraterrorismo o promover la aprobación de legislación antiterrorista”. Además, al gobierno brasileño le preocupaba que la legislación fuera a utilizarse contra los árabes-brasileños, de los que hay muchos en el país. Uno puede imaginar que si Brasil y el resto de Latinoamérica se hubieran apuntado para participar en el programa de entregas extraordinarias de Washington, la Open Society habría tenido que añadir a su lista muchos más nombres de resonancias árabes.

Finalmente, cable tras cable, WikiLeaks reveló que Brasil ninguneaba los esfuerzos de Washington para aislar a Hugo Chávez de Venezuela, lo que habría sido un paso necesario si EEUU hubiera arrastrado a Sudamérica hacia su panda contraterrorista.

Por ejemplo, en febrero de 2008, el embajador de EEUU ante Brasil Clifford Sobell se reunión con el Ministro de Defensa de Lula, Nelson Jobim, para quejarse de Chávez. Jobim le dijo a Sobell que Brasil compartía “su preocupación ante la posibilidad de que Venezuela exportara inestabilidad”, Jobim le indicó, en cambio, que su gobierno “apoya la creación de un ‘Consejo de Defensa de Sudamérica’ para integrar a Chávez en la corriente mayoritaria”.

Hay sólo un truco ahí: ¡que el Consejo de Defensa de Sudamérica había sido idea de Chávez! Era parte de sus esfuerzos, en asociación con Lula, para crear instituciones independientes paralelas a las que Washington controlaba. El memorando concluía con el embajador estadounidense señalando lo curioso que era que Brasil utilizara la “idea de Chávez para cooperar en defensa” como parte de una “supuesta estrategia de contención de Chávez”.

Poniéndole la zancadilla a la maquinaria perfecta de la guerra perpetua

Incapaz de poner en marcha su estrategia contraterrorista post-11/S en toda Latinoamérica, la administración Bush tuvo que retroceder. A cambio, intentó construir una “maquinaria perfecta de guerra perpetua” en un corredor que iba desde Colombia a través de Centroamérica hasta México. El proceso de militarización en esa región más limitada, a menudo con el pretexto de combatir “las drogas”, ha ido en todo caso incrementándose durante los años de Obama. Centroamérica ha sido, de hecho, el único lugar donde el SOUTHCOM –el mando del Pentágono que cubre Centroamérica y Sudamérica- puede actuar más o menos a voluntad. Una mirada a ese otro mapa, reunido por el Fellowship of Reconciliation, hace que la región parezca una inmensa pista de aterrizaje de aviones no tripulados y vuelos para contener el narcotráfico.

Washington sigue presionando y sondeando más hacia el sur, intentando establecer de nuevo un bastión militar más fuerte en la región y tendiendo el lazo en lo que ahora es una cruzada menos ideológica y más tecnocrática pero que sigue teniendo aspiraciones globales. Por ejemplo, a los estrategas militares estadounidenses les gustaría muchísimo tener una pista de aterrizaje en la Guyana francesa o en la parte de Brasil que sobresale por el Atlántico. El Pentágono la utilizaría como trampolín para su cada vez mayor presencia en África, para coordinar el trabajo del SOUTHCOM con el último mando global, el AFRICOM.

Pero, por ahora, Sudamérica le ha puesto la zancadilla a la maquinaria. Volviendo a lo del mapa del Washington Post, merece la pena celebrar el simple hecho de que en una parte del mundo, en este siglo al menos, el sol no se levanta nunca sobre la tortura coreografiada por Estados Unidos.

Greg Grandin es un colaborador habitual de TomDispatch y autor de “Fordlandia: The Rise and Fall of Henry Ford’s Lost Jungle City”, finalista del Premio Pulitzer. Próximamente publicará “Empire of Necessity: Slavery, Freedom and Deception in the New World”, en Metropolitan Books.

Marcos Roitman Rosenman:¿Son reversibles los procesos revolucionarios en AL?


La Jornada 24 febrero 2013

Los triunfos electorales de la izquierda son el sello de identidad de los nuevos procesos revolucionarios en América Latina. El único proyecto socialista cuya legitimidad se asienta en la vía insurreccional es Cuba. Cumple medio siglo de existencia y su andadura ha estado sometida a procesos desestabilizadores. Nacida en el contexto de la guerra fría, sufre aún sus consecuencias. Un bloqueo económico, político y comercial, decretado en 1962 por la administración Kennedy, continúa, obstinadamente, siendo el buque insignia de la política exterior de Estados Unidos hacia la isla. El objetivo: aislar, ahogar y hundir la revolución. Los hechos demuestran que ha fracasado. Pero sus consecuencias han sido devastadoras. Igualmente, se trató de poner fin a la revolución enviando mercenarios. La invasión de bahía de Cochinos, en 1961, acabó en derrota. En medio, el sabotaje, el boicot internacional, los intentos de asesinato a dirigentes y una feroz campaña de mentiras. Campaña anticomunista, en la cual participan gobiernos, organismos internacionales, partidos políticos, comunicadores sociales, ideólogos, ensayistas y periodistas. La lista es larga. Se ataca por todos los flancos. Pero ahí sigue. Digna y gozando de buena salud. Desde luego no todo es color de rosa. Existen contradicciones. La revolución cubana está llena de errores, pero también de aciertos. Es lo que tiene construir un proyecto sin recetario. Los cubanos saben perfectamente cuales han sido sus virtudes y sus defectos. No hace falta darles consejos desde la barrera sobre qué hacer, cómo caminar y hacia dónde ir. Son mayores de edad y soberanos. Concluida la guerra fría, se le auguró su fin. De ello ha pasado un cuarto de siglo y sigue. ¿Algo tendrá para los cubanos, que la hace perdurar en el tiempo?

 En el siglo XXI han surgido otros procesos políticos cuyo horizonte se enmarca en la revolución democrática, socialista y anticapitalista. Comparten haber nacido en los extramuros de la política institucional y ser resultado de una profunda crisis de representatividad de los partidos políticos tradicionales, sumidos en la corrupción y el descrédito. Son los casos de Venezuela, Ecuador y Bolivia.

 Si hacemos historia, en Venezuela Carlos Andrés Pérez, adalid de la socialdemocracia venezolana y latinoamericana, acabó imputado por malversación de fondos. Para evitar el bochorno carcelario acabó exiliándose en Estados Unidos. En Bolivia, el ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada siguió el mismo camino, junto con algunos ministros. Hoy radica en Estados Unidos. En Ecuador sucedió otro tanto. Democracia cristiana y socialdemocracia entraron en crisis. Entre 1996 y 2007, triunfo de Rafael Correa, presidentes corruptos, exiliados y golpistas, como Abdalá Bucaram, Jamil Mahuad, Lucio Gutiérrez, Alfredo Palacios o Gustavo Noboa.

 Los tres países nadan contracorriente, en medio de una marea neoliberal de capitalismo depredador y excluyente. Son la excepción que confirma la regla. Han ganado elecciones, sabotaje, intentos de golpes de Estado, sufrido la ira de las trasnacionales y el capital financiero y el acoso de los medios de comunicación social de medio mundo. Una campaña destinada a desprestigiar, caricaturizar a sus dirigentes y desconocer los logros sociales de sus revoluciones. Sólo tienen ojos, oídos y voz para manipular y distorsionar, y señalar el carácter populista de sus medidas. Son ejemplo de cómo desestabilizar países.

 Sin embargo, su estabilidad está sujeta al mantenimiento del apoyo popular y las políticas sociales redistributivas, así como a la inversión pública en salud, educación o vivienda. También del grado de organización y movilización política. Sin dichas condiciones los proyectos se verán sometidos a un lento y progresivo desgaste, siendo víctimas de una futura derrota electoral. En ello confía la oposición de derechas para desmantelarlos y acariciar nuevamente el poder político.

 Seguramente nadie pude garantizar el destino de los tres gobiernos, menos si su legitimidad está ligada a la confianza ciudadana, el cumplimiento de sus programas y ganar elecciones de forma recurrente. Por ahora han logrado vencer los obstáculos y las resistencias. Pero las derechas se rearman, aprenden, adquieren experiencia en la retaguardia. Pero también disputan la vanguardia. No esperan pacientemente su turno. Salen a la calle, organizan y utilizan estrategias antes patrimonio de la izquierda. Movilizan y construyen plataformas en todos los espacios de la sociedad civil. Asociaciones juveniles, de género, étnicas, culturales, gremiales, ecologistas, antiabortistas, religiosas o empresariales. Se vuelven protagónicas. No se conforman con negociar en la trastienda. Allí obtenían los réditos políticos. Concertaban con las dirigencias políticas y las élites del resto de partidos los cambios y las concesiones a derecha e izquierda. Pactos de caballeros.

 Los gobiernos de izquierda venezolano, ecuatoriano y boliviano no han caído en esta dinámica. No han traicionado sus programas, lo cual no descarta estas prácticas políticas ancestrales. Pero dichas costumbres no deben hipotecar el futuro en la nocturnidad de pactos espurios. Es por ello que su fuerza se convierte en su gran debilidad. En cualquier momento las mayorías sociales pueden cambiar de opinión. Sobre todos si son acosadas, hostigadas y llevadas al agotamiento de la paciencia política. Es decir, desabastecimiento, boicot, mercado negro, etcétera. Eso tiene ganar elecciones, que también se pueden perder. Sin embargo, no es lo mismo una derrota cuando está en juego un proyecto democrático, socialista y de justicia social. Las derivas son múltiples. Entre ellas, la involución política y pérdida de derechos ciudadanos, étnicos, económicos y culturales. Volver al pasado no es opción, pero sí una posibilidad para la derecha.

 La involución y la reversibilidad son factor de riesgo que debe contemplarse si queremos que los actuales procesos de liberación anticapitalista, soberanía y democracia no sean un espejismo que se disuelva como un azucarillo en el agua. La pregunta es pertinente: ¿se podrán seguir ganando elecciones indefinidamente?

#23F, disturbios y enfrentamientos con los antidisturbios después de la ...

España, Represión marcha ayer


MADRID,#23F, disturbios y enfrentamientos con los antidisturbios después de la ...


España, masivas protestas populares

El País
23 febrero 2013

Médicos, profesores, bomberos, mineros, afectados por las preferentes e hipotecas abusivas, miembros del 15-M, representantes de partidos políticos como Izquierda Unida o Equo, jóvenes, pensionistas… Miles de personas salieron a la calle este sábado en 16 ciudades españolas para manifestarse contra un mismo enemigo, el Gobierno, y con un lema común: Contra los recortes y por una verdadera democracia. La llamada Marea Ciudadana Unida, aglutinadora de más de 300 colectivos y convocante de la protesta, eligió la fecha del 23-F, 32 aniversario del fallido golpe de Estado, porque considera que el origen de los recortes es otro golpe, este de los mercados.

“El 23 de febrero de 1981 yo pasé mucho miedo porque pensé que venían de nuevo los franquistas. Ahora tengo miedo de que la situación siga empeorando y de que mis hijos no vuelvan a encontrar trabajo”, explicaba en Madrid Manuel, de 66 años. “Aquel fue un golpe militar y este es un golpe social y económico”, añadía Felipe Ruiz, de 72 años. “Este Gobierno ha barrido todo lo que hemos conseguido en democracia. Vamos a sufrir mucho, por eso tenemos que salir a la calle y protestar todos juntos contra los recortes y contra la corrupción y ese nombre que ahora el PP es incapaz de pronunciar: Bár-ce-nas”.


Tanto Manuel como Felipe declaraban orgullosos haber asistido a más de una decena de manifestaciones en el último año. En Madrid, en 2012, hubo diez de media al día, un 74% más que el año anterior. En la de ayer, como en las anteriores, había multitud de batas blancas (las de los médicos que protestan contra la precarización de la sanidad), de camisetas verdes (de los profesores contra la privatización) o negras (empleados públicos), pero en el paisaje de la protesta se impuso una novedad: compitiendo con la omnipresente tijera en alusión a los recortes, los manifestantes portaban cientos de sobres con gaviotas a modo de matasellos e idéntico remite: Luis Bárcenas.

Alejandro, de 30 años, estudiante de un máster de agrobiotecnología, incluso acudió a la protesta de Madrid desde Salamanca vestido de sobre. Muchos le habían imitado y a veces, entre los hombres-sobre, se cruzaban otros que portaban ristras de chorizos en alusión a los protagonistas de los últimos escándalos de corrupción.

“Yo ya sé que cuando termine de estudiar me toca irme de España, por eso me he apuntado a un curso de inglés”, explicaba Alejandro embutido en un sobre de tela, que, según decía, le estaba sirviendo además para combatir el frío que ayer hacía en la capital. “Vengo a todas las manifestaciones. Hay gente que cree que no sirven para nada, y es verdad que mañana Rajoy seguirá en su sitio, pero cuantos más seamos y más protestemos, más le va a costar ignorarnos”.

“¡Tus sobres, mis recortes!”, “¡Tijeretazo, tejerazo!”, “Dimitir no es un nombre ruso”, “Mariano, imita al Papa” y “¡Sí se puede!” fueron algunos de los lemas más coreados. Las banderas republicanas y las pancartas contra Urdangarin y el Rey también eran ayer, día en que el duque de Palma declaró ante el juez del caso Nóos, más numerosas que en anteriores manifestaciones.

Los asistentes protestaron gritando, cantando y guardando un minuto de silencio con las manos en alto. Representantes de las distintas mareas que confluyeron en la plaza de Neptuno, la más cercana al Congreso de los Diputados, leyeron varios manifiestos y finalmente uno común contra “la presión de los mercados financieros”, “las brutales políticas de ajuste” y “la corrupción y la pérdida de legitimidad de las instituciones”.

Un fuerte dispositivo policial, 1.400 agentes antidisturbios, controló la manifestación en Madrid, donde no se produjeron incidentes de gravedad, aunque al cierre de la protesta algunos asistentes lanzaron contra los policías varias piedras que traspasaron la valla que separaba a los manifestantes del Congreso.

En Barcelona también fueron miles de personas las que salieron a la calle al grito de “¡Fem-los fora!” (Echémoslos). Muchas de las pancartas se solidarizaban con Esther Quintana, la mujer que perdió un ojo por el impacto de una pelota de goma lanzada por los Mossos d’Esquadra en una manifestación anterior. En San Sebastián, pese a la intensa nevada, varios cientos de personas recorrieron el centro de la ciudad detrás de una gran pancarta con el lema No a los recortes. En Valencia, los manifestantes llevaron la protesta a la casa del expresidente de la Generalitat Francisco Camps.

La protesta pacífica se vio ensombrecida por los disturbios que se produjeron a última hora en las inmediaciones de la estación de Atocha en Madrid. La Policía detuvo a un total de 40 personas tras los incidentes, después de cargar contra un grupo de varios jóvenes encapuchados, entre la Glorieta CarlosV y la Calle Atocha. Según la Jefatura Superior de Policía de Madrid, se prevén más detenciones por estos altercados.

Los efectivos de la Policía empezaron a cargar después de que los jóvenes encapuchados les empezaran a increpar. Las cargas han sido puntuales y han llegado hasta la zona del Museo Reina Sofía.

Con información de Álvaro de Cózar, Lluís Pellicer, Javier Rivas, Miguel Ángel Medina y Ferran Bono.

CRISIS POLITICA o TERREMOTO en TUNEZ
“Soy de la raza de los guerreros. Pueden matarme pero jamás callarme. Prefiere morir por mis ideas antes que por cansancio o vejez”
–Chokri Belaid, mártir, 6 febrero 2013

Vivimos en Túnez un momento culminante de una crisis política crónica luego de las elecciones del 23 de octubre 2011, primeras elecciones desde la independencia formal de 1956 con cierto grado de transparencia y participación espontanea aunque fuera cortado a mitad el número de electores. Hoy, la crisis se intensifica al máximo a raíz del martirio del Compañero Choukri Belaid: su lucha heroica se extendió aún después de su asesinato. El es de la raza de patriota con dignidad e integridad personal, vive y vivirá siempre por la fortaleza encarnada de sus ideas. Sabía que su vida estaba en peligro, recibió varias amenazas. Sin embargo dijo él mismo poco antes de la tragedia: “Pueden matarme pero jamás callarme”.  Veamos ahora en qué medida la crisis política continua se basa en una desviación y engaño de la intención política de la mayoría de los votantes.
El objetivo esencial y declarado de aquellas elecciones era poner en pie una asamblea constituyente la cual debía nombrar un gobierno provisional mientras esté redactando en el plazo máximo de un año la nueva constitución y preparar las elecciones para la segunda república.  Esto significaba administrar un gobierno provisional a la vez mantener la unidad nacional surgida a raíz de la insurrección del 14 de enero 2011 con sus objetivos fundamentales de: “Trabajo, libertad y dignidad nacional”. Sin embargo, a los pocos días de la fiesta electoral, con la sorpresa y la indignación general, el movimiento islamista Enahdha –ganador de una fuerte minoría y no mayoritario- irrumpió brutalmente en la escena nacional con odio y violencia encargando sus milicias salafistas para dividir al pueblo tunecino entre “buenos” musulmanes, otros “malos” por reeducar con la “charia” y laicos por liquidar! Su contraparte de la Hermandad Musulmana están realizando los mismos crímenes en Egipto.

A la vez, en Túnez, país con antigua tradición de tolerancia y convivencia, abierto al conocimiento, el intercambio cultural y los idiomas, urbano en gran parte, se oyeron gritos indecentes y hasta criminales por parte de esas milicias salafistas denigrando a “los judíos”, nuestros compatriotas y parte de nuestro pueblo originario, a los “no-creyentes” y “laicos”, hasta tal punto que nos preguntamos “¿de dónde sale ésta turba?” con sus largas barbas y su ridícula ropa colgando al estilo seudo afgano, modalidades ajenas por completo a nuestra cultura y tradiciones. A la vez, estos misóginas se lanzaron primero y con impunidad contra las mujeres para tapar su cuerpo con velo, incluso a las niñas! Estas agresiones brutales y tempranas a poco tiempo de las elecciones han sorprendido y casi traumatizado la población, la cual reaccionó en varias ocasiones con protestas masivas en las calles y marchas a menudo atacadas también por esas milicias.
En ausencia de fuerzas populares organizadas --producto de varias décadas de represión férrea por décadas de dictadura con desapariciones, encarcelamiento por varios años de la resistencia en filas de la izquierda, destierro de miles de militantes, siendo entonces esa dictadura apoyada por gobiernos occidentales--, el movimiento islamista Enahdha (inicialmente fomentado por la propio dictadura como escudo contra la izquierda) había infiltrado sus células clandestinas en medio de las capas populares pobres y más aún luego de la insurrección, con apoyo masivo técnico-financiero de las fuerzas imperiales (USA/OTAN) así como autocracias del Medio Oriente (Qatar, Saudita). Este movimiento religioso conservador travestido recientemente en “político moderado”, ha abusado de una supuesta imagen de gente religiosa y “limpia” en contraste con los desprestigiados y corruptos agentes de los dos regímenes anteriores, para atraer el voto de un 20% (1 de cada 5) del electorado, siendo la mitad del electorado ausente por no haber sido inscrito a tiempo.  En definitiva, los votantes a favor de Enahdha provienen en una mínima parte de algunos empresarios y burócratas oportunistas pero en su mayoría de las capas más pobres en periferias urbanas y regiones abandonadas (entre convencidos y otros traídos en camiones y buses, con soborno de dinero y promesas milagrosas). Hoy muchos de ellos perdieron sus ilusiones. Entre estos votantes, los marginalizados por regímenes anteriores viven en un país donde precisamente uno de cada cinco ciudadanos es analfabeto. Por eso, la base de Enahdha se ha extendido en esa población marginalizada, analfabeta. Enahdha no ha hecho esfuerzo alguno para alfabetizar a estos seguidores ciegos, precisamente para seguir aprovechándose de su ceguera. Enahdha ha sido incapaz de aglutinar fuerzas sociales de los trabajadores organizados, de la inmensa mayoría del estudiantado, de las mujeres y la juventud despiertas y de la clase media capitalina y regional. Este voto relativo sin embargo permitió a  Enahdha ganar 89 de los 217 escaños en la asamblea constituyente (AC). Luego, con el apoyo de dos menores formaciones políticas oportunistas “socialdemócratas”, Enahdha pretendió dominar el juego político con una mayoría ficticia parlamentaria. Esta burda falsificación de la intención del voto popular, hoy se paga con un desprestigio de Enahdha. De hecho, repetimos, éste pueblo no había entregado un mandato en delegación para un juego de tipo parlamentario europeo con la relación de fuerza entre una mayoría islamista dominante en la AC, encargada del gobierno y una minoría opositora sin dientes. Esta maniobra partidista y politiquera barata está a la raíz de la crisis política continua en Túnez. Es así también como la población se ha cansado del espectáculo lamentable de la AC y de los partidos en general. Cansada pero no desmovilizada, diría más bien está todavía más politizada aún. Más preocupada todavía por el destino de la Patria. Hoy, como ayer en argentina, se oye de nuevo un lema de la insurrección:
Que se vayan todos!
Partiendo de una posición de fuerza con sus apoyos occidentales y orientales, Enahdha pretendió recuperar y apropiarse de los frutos de una insurrección popular pacifica y victoriosa sin haber participado en ningún momento a la misma. De hecho Enahdha ha secuestrado el poder y declara con arrogancia que no dejará el poder. En un año y medio en el gobierno provisional sin límite de tiempo para su mandato, algo totalmente inusitado en regímenes parlamentarios, sus ministros han fallado, demostrando una obvia incompetencia y una ausencia del sentido del Estado. Los bloqueos en la AC en estériles discusiones parlamentaristas sin fin, provocados por el bloque islamista y sus aliados, al demorar adrede la redacción de la nueva constitución, le estaba dando tiempo a Enahdha para infiltrarse desde arriba hacia abajo del aparato del Estado y las empresas estatales a través de todo el país.
 Mientras tanto, sus brazos armados salafistas y una nueva agrupación de delincuentes autonombrados  abusivamente “Liga de defensa de la revolución”, a los cuales se le ha otorgado una licencia oficial de ¡ONG! no han dejado de crear disturbios, agresiones físicas contra mujeres, periodistas, intelectuales, artistas, universitarios, estudiantes, oficinas y sitios de la UGTT y sus miembros, personalidades públicas democráticas, manifestantes hombres y mujeres en marchas multitudinarias en las ciudades. A la vez, se han lanzado en destruir mausoleos de gran respeto del pueblo (zaouya), vandalizando más de 80 antiguas tumbas de personas venerables de gran dignidad entre el pueblo, algo así como santos –al igual que las hordas de Al Qaeda en Mali. Estas acciones a diario a través del país benefician de impunidad por parte del gobierno islamista, la policía y por supuesto van escalando. Sirven para desviar la atención del pueblo de las evidentes carencias del gobierno provisional, creando artificiales “eventos” diarios que tienden en difundir miedo e inseguridad, malos sociales de los cuales el pueblo se había liberado con el triunfo de la insurrección cuando perdimos el miedo. Era como reactivar el terror del pasado régimen. En las mezquitas, líderes religiosos salafistas llaman con total impunidad a matar gente, con nombre y apellido, entre los cuales el nombre de nuestro compañero y hoy mártir, Choukri Belaid.
Subiendo la escala del crimen, las milicias fascistas, brazo armado de Enahdha, pasaron al capítulo desconocido hasta ahora en Túnez: el asesinato político. Publican en Facebook listas de personas por asesinar, indicando su dirección y teléfono. Este fenómeno no se conocía en Túnez ni siquiera en tiempos de dictadura. Sólo hubo en 1954 antes de la independencia el horrible asesinato del muy querido Farhat Hached, fundador del sindicato UGTT y luchador patriota a favor de la independencia. Fue vil y cobardemente asesinado por una milicia fascista de la policía colonial francesa, “La main rouge”. Era en Túnez pero sangre tunecina derramada por fuerzas coloniales extranjeras. Aquello quedó como un profundo trauma en la memoria y la conciencia nacional. Hace pocos meses, en la ciudad sureña de Tataouine, las milicias de la “liga” han linchado públicamente y mataron a golpe un dirigente político de una nueva agrupación, ‘Nidâ Túnez”, de centro-derecha. Fue la primera baja. Contrariamente al informe de los médicos legistas declarando la causa de muerte por instrumentos contundentes, el ministro del interior declaró que ese militante murió por un infarto cardiaco!
Recién, nos enteramos con mayor inquietud aún de la presencia de una célula secreta en el seno del ministerio del interior organizada por un conocido antiguo jefe terrorista islamista, célula al mando directo desde afuera del ministerio del jefe de Enahdha, Ghanouchi. Existen fuertes presunciones y testimonios fidedignos de que ésta célula terrorista estaría involucrada entre mandantes y ejecutores del vil asesinato de nuestro compañero Choukri Belaid, dirigente de un partido marxista y co-fundador del frente unido de la izquierda, el Frente Popular. Luego de casi dos semanas, el ministerio del interior no ha hecho aún declaración inicial alguna en relación con la investigación conjunta en curso de la justicia y la policía, lo cual acrecenta el resentimiento popular y la sospecha de borrar huellas. Hay más información acerca de elementos con nombre propio y pasado terrorista de Enahdha infiltrados en varios ministerios. La última noticia indica una verdadera desagregación del ministerio del interior entre al menos tres partes en conflicto abierto: los del régimen derrocado, los nuevos leales a Enahdha y su ministro y los “independientes” aglomerados en un nuevo sindicato a favor de la creación de una verdadera policía republicana que obedece a la legalidad y no al dedillo del gobierno de turno.
Del mismo modo, la tragedia del martirio de Choukri está provocando un terremoto con serias sacudidas repetidas dentro de partidos políticos de derecha y del centro con deserciones, incluyendo una fractura en el seno de Enahdha y sus raquíticos aliados socialdemócratas.
La fecha del 6 de febrero último, día del vil asesinato, sigue viva en la conciencia diaria del pueblo, a la vez persigue cual un terrible fantasma a los enemigos de la Patria. Un millón y medio de ciudadan@s de todas edades participaron en el sepelio en la capital, además de otros millones a través del país ocupando las calles, simbólicamente, y otros tantos televidentes en su casa, siendo un día frio y lluvioso. En la misma tarde de ese fatídico día 6, estando el país en duelo nacional, el Primer Ministro Hamadi Jbalí, anunció con tono dramático su decisión para reorganizar en profundidad su gobierno en base a elementos independientes de todo partido político, lo que llamó un gobierno de tecnócratas. Dijo que decidió solo sin consultar su partido Enahdha, el cual desencadenó públicamente una fuerte reprobación en contra de Jbali. Desde entonces, Enahdha por boca de su jefe Ghanouchi no ha dejado de oponerse a Jbali, siendo éste ultimo secretario general de Enahdha, atacándolo en discursos, en nombre de una “legitimidad” de los islamistas a través de las urnas –obviando el hecho de que había caducado el mandato de un año del pueblo desde el 23 de octubre pasado, sin que se haya producido la nueva constitución y tampoco se han preparado las elecciones.
Todavía fuerte de una mayoría relativa en la AC, Enahdha ha tratado de mantener la iniciativa del juego político, lo que en otros términos evidencia su responsabilidad en la parálisis política, la crisis continua y por ende el secuestro del país.  De hecho, la decisión de Jbali lo sitúa como elemento moderado dentro de su partido sino incluso marginal o hasta como jugador político independiente al darse una misión de “salvador” del país.  En realidad, nos encontramos con un país más dividido aún, con una polarización de fuerzas por una parte entre una extrema derecha islamista sin futuro, en plena bancarrota y con desprendimiento de su ala moderada; por otra parte una fuerza al centro que está aglutinando cada día más seguidores con afán de salir de la crisis y volver a ver el país con su imagen tradicional, tolerante y pacifica buscando la línea mediana para sobrevivir y superar la tormenta. A la izquierda, se sitúa desde hace poco el conjunto de pequeñas fuerzas duramente reprimidas en el pasado bajo la dictadura y que han sido unificadas en el Frente Popular, gran parte gracias a los valerosos esfuerzos del Compañero Choukri Belaid.  Con todo, el grueso de las fuerzas populares está buscando el “centro” como refugio contra Enahdha y su caos. Con las perspectivas electorales, lo mejor que pudiera hacer el Frente Popular seria entrar en alianza electoral con el centro.  Esto sería una comprobación más de la división del tiempo histórico entre antes y después del 6 de febrero. De esta forma, se esclarece el paisaje político más aún con un polo patriótico versus Enahdha y su quimera de califato.
Perspectivas
Aparentemente, Jbali también fue sacudido por el vil asesinato político de Belaid y se distanció de inmediato de Enahdha acusada como mandante sino incluso ejecutora del crimen. Nada será igual después del 6 de febrero. El país entero está profundamente traumatizado y hasta en cierta ruptura con la clase política en su conjunto. Sin embargo, el Frente Popular ha ganado más afiliados y simpatizantes; a la vez, mujeres y jóvenes activos protagonistas de la insurrección popular están en plena faena para organizarse en el seno de nuevos movimientos sociales. Son verdaderamente el amanecer y la esperanza de un futuro político alternativo.
Fuera de las tactaciones politiqueras actuales para formar un nuevo gobierno provisional “mixto” (políticos y tecnócratas), con o sin Jbali a la cabeza, volvemos al punto de partida con las tareas prioritarias que siguen siendo las mismas desde las elecciones del 23 de octubre 2011, las cuales constituyen un objetivo continuamente defendido por el Frente Popular y ahora con el consenso general, menos del lado islamista:
  • Foro nacional inclusivo de todos los partidos y mayores organizaciones sociales para con urgencia y en pocos días alcanzar un denominador común en vista de una hoja de ruta (programa mínimo de prioridades para la salvación nacional) y un nuevo gobierno provisional de crisis. Esta idea había sido ya elaborada hace pocos meses por la Central de Trabajadores (UGTT) pero fue saboteada por Enahdha.
  • 12 mayores puntos socioeconómicos y políticos de la hoja de ruta:
* 1- Determinar por la justicia quienes fueron ejecutores y mandantes del asesinato del patriota Choukri Belaid. * 2- Luchar con eficiencia y transparencia contra la violencia política, disolver la célula terrorista del Ministerio del Interior, las milicias fascistas (Liga & Salafistas), controlar los lideres islamistas en las mezquitas (predicadores de la violencia).  * 3- Darle atención médica gratuita y apoyo social a los heridos por balas durante la insurrección (abandonados desde hace dos años ya). * 4-Aportar soluciones en cierta medida con urgencia al 20% de desempleados (un tercio de los cuales jóvenes con altos grados académicos). * 5- Renegociar (al modo ecuatoriano) la deuda externa con un moratorio. * 6- Luchar contra el alza abusiva de los precios de la canasta básica, el desabastecimiento producto del acaparamiento y también de la exportación ilegal hacia la frontera. * 7- Facilitar a los campesinos pequeños créditos bancarios y abono (con precio casi inalcanzable en un país mayor productor de fosfato de alta calidad!). * 8- Acelerar la redacción de la nueva constitución con fecha precisa de entrega final para votación de los ¾ de l@s asambleístas y/o vía referéndum popular. * 9- Restablecer la Comisión Nacional Electoral (abusivamente disuelta por los islamistas!), la cual ésta vez debe facilitar la inscripción a tiempo de todos los electores y decidir de la fecha para las nuevas elecciones. * 10- Revisar los nombramientos abusivos e impopulares de más de mil cuadros unos afilados otros simpatizantes de Enahdha impuestos en las empresas y ramificaciones del aparato del Estado. * 11-  Revisar las entregas solapadas de bienes nacionales (empresas, tierras) a El Qatar y otros socios internacionales de Enahdha. * 12- Organizar en un plazo no mayor de 15 días un nuevo gobierno provisional de crisis que beneficia del consenso nacional, en el cual los cargos de ministerios del interior, defensa, justicia, exterior y asuntos religiosos no estén en manos de los islamistas de Enahdha sino personalidades competentes independientes.
La UGTT, el empresariado nacional y el conjunto de las fuerzas patrióticas con sus diferentes tendencias políticas están a favor de esta hoja mínima de ruta. Enahdha se opone. Todo deja pensar que los islamistas más conservadores (en abrumadora mayoría dentro de Enahdha) harán el máximo para no perder la iniciativa y para imponer sus intereses por encima a los del país. Está más que demostrado que Enahdha por su rigidez, su arrogancia fortalecida por sus apoyos extranjeros y su tendencia al extremo suicidaría, por su pasado violento de terrorismo reactivado hoy, más aún cuando la mayoría del pueblo se está distanciando de ella, todo indica que el movimiento de Enahdha ha fallado a la vez como dirigente de gobierno, gerente administrativo y fuerza política. La divisa de Enahdha es “Nosotros o el caos”. Una divisa suicidaría. Han elegido el caos para con el terror y la violencia social y política pretenden aferrarse en el poder cueste lo que cueste, con el sueño muy quimérico de un día crear su “califato” en el seno de un amplio Gran Medio Oriente –obviando o a despecho del hecho de que Túnez es un país africano! Y como es de conocimiento general, ese Gran Medio Oriente es precisamente el plan imperial.
Esto nos lleva a la conclusión también de que a la luz de los últimos sucesos en Túnez, la cobarde agresión de la OTAN contra el pueblo libio, el reciente ataque contra Argelia, la doble agresión contra Mali, por integristas fascistas y tropas neocoloniales francesas, nuestros pueblos africanos en lucha están decididos a derrumbar este plan imperial que pretende imponernos un seudo “islam político moderado” gerente y garante de sus intereses en el país y en la región.
Rashid SHERIF
Patriota Tunecino
Militante Internacionalista
www.shaahidun.wordpress.com

  La nación-pueblo en la transnacionalización neoliberal  Gilberto López y Rivas    

 La Haine,

Es importante conocer a fondo el sistema al que nos enfrentamos, pero es también fundamental confiar en la capacidad de los pueblos para desarrollar estrategias de lucha
  

En primer lugar, saludar la pertinencia de esta reunión de quienes firmamos la Proclama por el Rescate de la Nación, ante la situación de emergencia nacional que vive nuestra patria, partiendo del artículo 39 constitucional que otorga la soberanía al pueblo, y con base en un sentimiento patriótico expresado sintética y poéticamente por José Martí:

“El amor madre, a la patria/ no es el amor ridículo a la tierra / ni a las yerbas que pisan nuestras plantas / Es el odio invencible a quien la oprime / es el rencor eterno a quien la ataca…La patria es dicha, dolor y cielo de todos y no feudo ni capellanía de nadie…Patria es humanidad.”

Independientemente de la naturaleza especifica de nuestras luchas y de los espacios en los que damos la batalla cotidiana contra este sistema, es necesario analizar las formas, los mecanismos y las características del actual modelo de explotación y dominación, para a partir de este diagnóstico, sea posible vislumbrar centralidades, caminos comunes, convergencias y consensos, que articulen nacional e internacionalmente nuestras resistencias, todo ello, como sostienen los zapatistas, sin pretender hegemonismos y respetando la autonomía de cada proceso o esfuerzo organizativo.

El movimiento popular-nacional debe pasar de las meras denuncias, a una etapa de construcción de alternativas que otorguen direccionalidad a nuestros esfuerzos. Es importante reconocer la incapacidad de la izquierda social, hasta ahora, para encontrar formas organizativas que trasciendan los estrechos márgenes de un activismo defensivo y reactivo, sin perspectivas estratégicas, a la saga de las luchas espontaneas y sin la suficiente fuerza para contener agresiones directas, como la reforma laboral.

Es imprescindible e inaplazable reflexionar sobre las características de la coyuntura que vivimos en sus articulaciones globales, regionales y nacionales, con objeto de elaborar juntos una estrategia de resistencia contra el capitalismo, que vaya más allá de las alternancias electorales que permite la democracia acotada o tutelada que la globalización neoliberal impone.

Analistas, como Pilar Calveiro, sostienen que estamos ante una “reorganización hegemónica a nivel planetario”, que intensifica, masifica y globaliza las violencias de Estado a partir de la guerra anti-terrorista y la guerra contra el crimen como medios de control social y criminalización de las oposiciones. Esta autora mantiene que las guerras sucias del siglo XX, prefiguran ciertos modos represivos del mundo global actual, con Estados Unidos a la cabeza, y con la imposición de un estado de excepción que articula una red represiva legal con otra ilegal, y en la que se va conformando un Estado criminal.

“Ganar la guerra sucia –afirma Calveiro-- fue una precondición para tener alguna posibilidad en la nueva fase de acumulación. Así fue como se invirtieron todos los recursos necesarios para asegurar la derrota de cualquier proyecto alternativo en América, una derrota que fue no sólo militar sino también política. Se selló entonces el triunfo de una nueva forma de organización nacional, acorde con la reorganización hegemónica global, que supuso: el vaciamiento de las economías mediante la imposición del modelo neoliberal, el vaciamiento de la política con la implantación primero de dictaduras de shock, pero enseguida de democracias formales e incluso autoritarias, producto de la eliminación de todas las formas de organización y liderazgo alternativos, y por último el vaciamiento del sentido mismo de la nación y de la identidad Latinoamericana con la incrustación de nuevas coordenadas de sentido individualistas, mercantiles y apolíticas.”1

En esa dirección, he insistido en que las ideas en torno al desmantelamiento del Estado-nación, así como las referentes a los Estados “fallidos”, son parcialmente ciertas. Es verdad que todas sus obligaciones sociales (salud, educación, seguridad pública, pensiones, vivienda, etcétera) --y por ende, las instituciones a ellas relacionadas-- se deterioran o privatizan al desaparecer los elementos constitutivos del Estado Benefactor. Sin embargo, con el neoliberalismo se fortifican sus tareas represivas y de control social (sobre todo los aparatos mediáticos masivos) y, en consecuencia, toman preminencia política las fuerzas armadas, policiales y de inteligencia, locales y globales. Esto es, la violencia y el autoritarismo --intrínsecos del sistema estatal capitalista-- asumen un papel preponderante. Los Estados nacionales se trasforman lisa y llanamente en guardianes del orden y la reproducción del sistema mundial de explotación al trasnacionalizarse sus clases dominantes. Así, mientras el Estado “desmantela” algunos de sus aparatos, da fuerza a otros.

Particularmente después de los atentados del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos y como resultado de la llamada “lucha contra el terrorismo”, y ahora, “contra el narcotráfico” y la derivación de ambas, contra el “narcoterrorismo” --que se han continuado con redoblado vigor durante las presidencias de Obama--, se globalizan las condiciones de excepción a partir de las cuales los derechos civiles son virtualmente suspendidos para dar pie a procesos de militarización, control de fronteras, aeropuertos, persecución de población emigrante con y sin documentos, sobre vigilancia de la ciudadanía, detención de personas sin órdenes de arresto, criminalización de las luchas sociales, utilización masiva y “legitimada” de la tortura, secuestro de ciudadanos en cualquier parte del mundo y traslado a prisiones clandestinas, cambios en los marcos jurídicos para introducir el delito de “terrorismo” y otros derivados, que en la práctica pueden ser aplicados a un amplio rango de opositores y luchadores sociales.

Se instala lo que he denominado terrorismo global de Estado en el que el marco jurídico internacional deja de tener vigencia para dar paso a una extraterritorialidad de reformas jurídicas, programas operativos y prácticas administrativas que facilitan las tareas de los aparatos de inteligencia, militares y paramilitares. En los hechos, se da una especie de internacionalización de la represión y el control de las oposiciones anticapitalistas, democráticas, nacionalistas o de cualquier otro signo que se manifieste contra Estados Unidos y contra los gobiernos proclives a este nuevo orden mundial.

Pablo González Casanova asienta en esta dirección que toda crisis implica una agudización de luchas y reacomodos; una concentración de contradicciones nacionales y de clase, y éstas se manifiestan en la política y la economía, la ideología y la represión. Los gobiernos de Estados Unidos, y quienes los apoyan y se apoyan en ellos en América Latina, tienen por lo menos la política de la democracia limitada que imponen los poderes fácticos y la política de la represión selectiva y masiva, encubierta y abierta, con fuerzas y ejércitos especiales y convencionales. La represión encubierta corresponde al llamado terrorismo de Estado en sus distintas versiones2.

Por ello, es vital entender el doble espacio de las luchas sociales de nuestro tiempo (en los ámbitos nacionales y mundiales), las transformaciones y crisis de los Estados nacionales (que no su desmantelamiento o desaparición) y el nuevo papel que esos Estados asumen en la lucha de clases contemporánea y, sobre todo, es ineludible identificar el carácter rector que adquiere el imperialismo estadounidense (y sus aliados europeos e Israel) como permanentes interventores y participantes activos en favor de sus intereses, y de los de esas burguesías trasnacionalizadas. Lejos de la desaparición de los ejércitos nacionales, para el caso de América Latina, lo que tenemos es su modernización en todos los órdenes, fortalecimiento de su capacidad de fuego, mayor tecnificación, entrenamiento intensivo en tareas contrainsurgentes, cambio en sus misiones para transformarse en fuerzas de ocupación interna de los pueblos con la justificación ideológica, como se ha dado en el ámbito global y, en particular, en México y Colombia, de “la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo”.

Por otra parte, autores como Leopoldo Mármora3 y Ana María Rivadeo,4 han insistido en la naturaleza contradictoria inherente al capitalismo. Rivadeo lo plantea de esta manera:

“Así, pues, ya en el concepto simple de capital anida una determinación doble y contradictoria: la tendencia a la universalización y la homogeneización de la vida social en todos sus aspectos, y la tendencia, contrapuesta y simultánea, a la desarticulación y la particularización. De modo tal que la primera se realiza por medio de la segunda: la matriz espacial presupuesta –producida y reproducida—por las relaciones de producción y la división social del trabajo capitalista, enhebra en su seno dos dimensiones: está hecha de cortes, de segmentaciones en serie. De límites y de fronteras; pero, al mismo tiempo, no tiene fin…Así, el espacio moderno es un espacio en el que es posible desplazarse indefinidamente, pero a condición de atravesar separaciones…De ahí que el imperialismo no pueda ser más que inter-nacional, o más exactamente, tras-nacional, y por ende consustancial a la nación…Esta contradicción del capitalismo entre su carácter social-universal, a la vez que privado-individual, condiciona la necesidad del estado nacional burgués.” (Pp. 84-91)

Teniendo un sustrato económico que abre las fronteras nacionales al capital transnacional y corporativa, para garantizarle condiciones óptimas de rentabilidad, la mundialización capitalista neoliberal se manifiesta en todos los espacios políticos, ideológicos y culturales de nuestras sociedades nacionales por medio de la intervención permanente y decisiva del Estado.

En este contexto, se da una doble determinación, por un lado, la explotación y la expoliación capitalistas se desarrollan sobre un horizonte mundial, y por el otro, los Estados nacionales controlan localmente los conflictos y las contradicciones de la fuerza de trabajo y de los grupos subalternos en general. Así, las condiciones de la dominación en cada país mantienen sus peculiaridades nacionales, la correlación de agrupamientos políticos, las alternancias, las formas de la resistencia y la lucha de clases. De ahí la necesidad de conocer a fondo nuestra realidad nacional.

También, el llamado “estado de derecho” en el capitalismo neoliberal ha sido quebrantado por la red represiva global en la que participan más de 80 países como cómplices de Estados Unidos y su entramado de prisiones clandestinas, donde sistemáticamente se practican la tortura y la desaparición forzada. Se encuentra también crecientemente determinado por los intereses generales del poder político-económico, en el contexto de la especificidad histórica del agravamiento de la lucha de clases y la exacerbación de las contradicciones entre ese carácter mundial de la acumulación y la forma nacional de la dominación burguesa, que siempre han sido inmanentes al capitalismo. 5

A mayor conciencia y conflicto sociales, correlacionados con un mayor grado de expoliación de la fuerza de trabajo, mayor violación de los derechos humanos y deterioro del estado de derecho. La desestructuración permanente del derecho público, privado, civil y penal, y sobre todo del derecho constitucional, proviene fundamentalmente de los poderosos que pueden operar las leyes, tienen el control real del aparato judicial, orientan la actuación del “constituyente permanente” (los congresos o parlamentos) y detentan el monopolio de la violencia considerada legal. En la actual etapa neoliberal, destaca el quebranto por parte de los propios estados de los marcos jurídicos vigentes, tanto en el ámbito nacional como internacional. Por ello, el movimiento patriótico se convierte en garante de la Constitución y la soberanía del pueblo que emana del artículo 39 de la misma.

La violación al estado de derecho tiene un efecto hacia abajo y asume características corporativas y clientelares. Al ser el Estado, la clase política y empresarial en general, y los llamados poderes fácticos, los primeros en violar el estado de derecho, ciudadanos, grupos gremiales, sindicatos, instituciones, asumen con frecuencia una práctica de violación de la ley: ocupan espacios públicos para provecho propio, incumplen las disposiciones administrativas elementales para la convivencia citadina y rural, corrompen y son corrompidos.

La supremacía de los intereses privados por sobre los colectivos ocupa el lugar de la responsabilidad civil y el empoderamiento colectivo; se construye una cultura popular de la corrupción en la que honestidad es sinónimo de estupidez. Esta realidad inducida por el poder no tiene una intencionalidad moral sino política. Se trata de combatir a las resistencias a través no sólo de la represión sino también de la cooptación. Esta doble política busca que los movimientos populares anti neoliberales se atemoricen o se vuelvan cómplices y aliados menores en la ocupación de nuestros países. De ahí la necesidad de hacer de la ética, el principio básico de la lucha social.

Esta globalización neoliberal ha provocado también una degradación profunda de la política y un vaciamiento de la democracia representativa, reduciéndola a sus aspectos procedimentales, con la correspondiente crisis y descrédito de los procesos electorales mismos, las instituciones y los partidos políticos, incluyendo a los de la llamada “izquierda institucionalizada”, que devienen útiles y funcionales al poder capitalista; pierden toda capacidad contestataria y trasformadora, son incapaces de sustraerse a su lógica, y asumen finalmente un papel de legitimación del sistema político imperante, como se ha demostrado recientemente con la firma por parte del PRD del Pacto por México.6 Esta democracia se encuentra acotada y bien podría ser calificada como democracia tutelada por los poderes fácticos, las corporaciones, los monopolios mediáticos e, incluso, cada vez mayor grado, por el narcotráfico y la delincuencia organizada.

Ana María Rivadeo plantea de esta manera la problemática de la democracia en la globalización neoliberal:

“El estado nacional actual se encuentra estructuralmente atravesado y dominado por la transnacionalización del capital, así como por la desarticulación, la exclusión y la violencia. Y en esta situación, el universalismo que se impone no es el de la democracia, sino el del capital que se globaliza.”7

En esa dirección, el Grupo Paz con Democracia en su Llamamiento a la nación mexicana, señalaba:

“A contracorriente de la propaganda neoliberal, la nación sigue siendo el espacio de nuestras luchas de resistencia, y la base estratégica de nuestra articulación con las resistencias de las naciones y los pueblos del mundo entero al capitalismo. La disputa por la nación pasa por la defensa de sus recursos naturales y estratégicos, por la lucha contra la ocupación neoliberal de nuestros países. La resistencia patriótica es fundamento de las transformaciones democráticas y sociales de largo aliento, que nuestro país requiere urgentemente”.8

Conclusiones

El capitalismo, desde su nacimiento y a lo largo de estos siglos, se ha constituido y desarrollado en dos dimensiones inseparables e interrelacionadas, indisolubles y contrapuestas: a).- Como estructura de clases dentro de los estados nacionales, dentro de la cual se establece un sistema de hegemonía y tienen lugar la dominación y la resistencia de las clases subalternas; y b).- Como sistema mundial entre naciones que da curso a las distintas estructuras de explotación colonial, neocolonial e imperialista.

De esta manera, si la acumulación de capital es universal, la forma nacional de dominación le da su particularidad histórica y su geografía; esto es, su matriz espacio temporal. Como Leopoldo Mármora expresó:

“El capital sólo puede existir en forma de muchos capitales individuales que sólo realizan su determinación interna cuando se encuentran y relacionan entre sí en el mercado libre. Esa contradicción entre el carácter universal de la temporalidad capitalista, por un lado, y la necesaria existencia del capital en forma de muchos capitales individuales, en relación de reciproca competencia y por lo tanto refractarios y hostiles entre sí, por el otro lado, condiciona la necesidad del estado nacional burgués. Solo en él y a través de él se logra la unificación y universalización definitiva de la temporalidad capitalista.” (p. 107).

En esta relación contradictoria y complementaria encontramos las tendencias universalistas, integracionistas, globalizadoras o mundialistas versus las tendencias particularistas, diferencialistas o segregacionistas del capitalismo que se expresan también al interior de las propias fronteras nacionales.

Los estados nacionales son el anclaje del capitalismo; la mediación entre estas dos tendencias contradictorias y complementarias. De aquí surgen, reitero, las contradicciones entre el carácter mundial de la acumulación y la forma nacional de la dominación. La forma de superar estas contradicciones, desde el capitalismo, son el colonialismo, el expansionismo militar, el imperialismo, las guerras sociales contra los pueblos y el terror de Estado, mientras que las clases subalternas asumen el conjunto de las rebeldías y transformaciones a partir de lo que Boaventura de Sousa Santos denomina una epistemología del sur, que se propone la construcción de Estados plurinacionales e interculturales contra hegemónicos que “significa la apropiación creativa por parte de las clases populares” de los aparatos de Estado “con el fin de hacer avanzar sus agendas políticas más allá del marco político-económico del Estado liberal y de la economía capitalista”, y añadiría, más allá del extractivismo depredador, y a partir de la puesta en marcha de procesos autonómicos de los pueblos indígenas y otros actores sociales.9

En la época actual, caracterizada por una profundización de las tendencias universalistas del capital, nos encontramos, paradójicamente, en el tránsito de una concepción nueva que logre disolver el vínculo entre nación y burguesía y que tome en cuenta el fracaso del socialismo real.

Los distintos agrupamientos políticos democráticos requieren plantearse los términos posibles de la existencia de una nación de nuevo tipo: una nación popular, pluralista y democrática. D esde el surgimiento de las sociedades nacionales, se configura un sujeto sociopolítico integrado por las clases explotadas y desposeídas, obreros, campesinos, sectores de la intelectualidad, las entidades socio étnicas subordinadas. Este conjunto de clases y grupos sociales subalternos, que forman el pueblo , va integrándose a los procesos de conformación de la nación en una permanente lucha por sobrevivir y desarrollarse, por romper con los esquemas de dominación y explotación capitalistas 10 He utilizado la categoría “nación-pueblo” para referirme al proceso de construcción de una nación alternativa a la hegemónicamente existente y en el cual pueden participar potencialmente todos aquellos sujetos socio-políticos que de una u otra forma están siendo explotados, marginados, excluidos o negados por el Estado globalizado.

***

Es importante conocer a fondo el sistema al que nos enfrentamos, pero es también fundamental confiar en la capacidad y voluntad de los pueblos para desarrollar estrategias de lucha que combinen creatividad con eficiencia, centralidad con autonomía, principios éticos con construcción de alternativas.

La izquierda actual, después de las experiencias traumáticas de la burocratización del socialismo real, se define en función de que tanto es capaz de mantener una posición de congruencia ética y coadyuvar a construir poder popular en formas de democracia participativa que impidan la utilización de aparatos políticos para el encumbramiento y ascenso social de unos pocos.

Nuestros enemigos son poderosos pero no invencibles. Está en juego la sobrevivencia misma de la especie humana; las fuerzas de la vida y el valor de la dignidad prevalecerán por sobre la maquinaria capitalista de muerte y destrucción.

Notas:

1 Pilar Calveiro. Violencias de estado, la guerra antiterrorista y la guerra contra el crimen como medios de control global- México: Siglo XXI Editores, 2012, pp.45 y 46.

2 Pablo González Casanova, “La crisis del Estado y la lucha por la democracia en América Latina: problemas y perspectivas”. De la sociología del poder a la sociología de la explotación. Pensar América Latina en el siglo XXI. Antología e introducción por Marcos Roitmann. CLACSO Coediciones-Siglo del Hombre Editores. Bogotá, 2009.

3 El concepto socialista de nación. México: Cuadernos de Pasado y Presente, 1986 El concepto socialista de nación. México: Cuadernos de Pasado y Presente, 1986.

4 Lesa Patria. Nación y globalización. México: UNAM, 2003

5 Ver: Ana María Rivadeo. Lesa Patria, Nación y Globalización. Ob. Cit.

6 Ver: Gilberto López y Rivas. “Los límites de la democracia neoliberal”. Rebelión. 17-06-2006 y “Democracia tutelada versus Democracia Autonomista” en Rebelión. 28-03-2006.

7 Ana María Rivadeo. Ob. Cit., p. 37.

8 La Jornada, 16 de noviembre del 2007 

9 Boaventura de Sousa Santos. Refundación del Estado en América Latina. Perspectivas desde una epistemología del sur. México: Siglo XXI Editores - Universidad de los Andes, 2010, p. 68.

10 Gilberto López y Rivas, Nación y pueblos indios en el neoliberalismo, México, 2ª. Edición, Plaza y Valdés y Universidad Iberoamericana, 1996, p. xvi

La Haine