Wim Dierkxsens Estamos en plena transición hacia Un nuevo sistema monetario internacional


Lo que sucedió cuando Janet Yellen dejó la Reserva Federal el 3 de febrero de 2018 fue que los compradores (grandes bancos globalistas y con ello inversionistas institucionales como los Fondos de Pensiones, etc.) dejaron de comprar en el mercado de valores. ¿Y qué sucede cuando se retiran casi todos los compradores institucionales del mercado de valores? En tal caso la caída libre no puede encontrar un fondo. Bueno es a partir del momento de la caída bursátil que el gobierno federal interviene e ingresa su Equipo de Protección contra Colapsos (Plunge Protection Team o PPT en inglés). Contrario a las expectativas globalistas, ampliamente divulgadas por sus grandes medios, la bolsa se recuperó en menos de una semana cuando la Fed (bajo su nuevo mando) inyectó 11 billones de dólares de QE en el sistema bancario. Lo anterior revela claramente los actores en guerra detrás de las mal llamadas ´fuerzas del mercado´. Es una batalla entre globalistas y no globalistas en el seno del ´Estado Profundo´ de EUA.
Con Jerome Powell en la presidencia de la Reserve Federal podemos estar seguros que lucharán por una economía sin recesión al menos en el primer año de su mandato. Sin embargo, una vez que esté bien instalado en su cargo las prioridades de la Fed cambiarán drásticamente y el enfoque de Powell estará dirigido a equilibrar las balanzas financieras. No cabe duda que la Reserva Federal bajo el mando de Powell buscará pronto introducir el ´FedCoin´ basado en blockchain u otra cripto-moneda bajo control de la actual Reserva Federal.




Estamos en plena transición hacia
Un nuevo sistema monetario internacional

Wim Dierckxsens y Walter Formento
Introducción
El imperio del dólar se está acabando. El dólar ha de dar un importante paso hacia atrás. Ya a principios de los años setenta el dólar dejó de estar anclado en el oro y con un acuerdo realizado por el ex secretario de Estado de EUA Henry Kissinger y la Casa de los Saud nació el petrodólar. Pactaron que el dólar fuese la única moneda utilizada en el comercio del petróleo, generando una necesidad de cada país contar con (petro)dólares para poder comprar energía. La creación de moneda nueva en los EUA es un trámite bastante oscuro donde una entidad privada, el Banco de la Reserva Federal (FED), recibe una promesa de pago por parte del Tesoro y el primero procede a crear esa cantidad solicitada en la promesa de pago, por lo que la creación del dólar desarrolla deuda. Técnicamente el petrodólar es una herramienta de extorsión para obligar a todos los países a cambiar trabajo real por una moneda creada a pura deuda.
Hoy existen cada vez más países que ven la hegemonía del dólar como un obstáculo para su soberanía y su buen desenvolvimiento dentro de la economía global. En el pasado reciente países relativamente pequeños como Irak y Libia fueron invadidos al negociar el petróleo fuera del ámbito del dólar, y hoy existe una real amenaza de una invasión sobre Venezuela al negociar su petróleo fuera del ámbito del dólar. Es preciso saber que en esta misma coyuntura los países BRICS con China a la cabeza, el eje con mayor crecimiento económico en los años recientes, plantean lanzar el Petro-Yuan-Oro. Con este fuerte rival por primera vez se podrá hablar con propiedad de un próximo desplazamiento del dólar. El Petro-Yuan-Oro es un esquema de moneda mundial que no solo se respalda en la materia prima más importante, el Petróleo, sino también anclado en el oro. Su ventaja no solo radica en ser el esquema de economías más dinámicas, sino en que además son grandes productores y compradores de oro y han conformado unas gigantescas reservas para respaldar al Yuan en esta movida, que por sí sólo no podría avanzar e imponerse.
El 26 de marzo de 2018, después de haberlo pospuesto unas veces, China finalmente tomó la decisión de lanzaren la Bolsa Internacional de Energía el esquema de cambio petro-yuan-oro, hecho que cambiará el sistema monetario internacional a fondo. Todos los exportadores de petróleo a China tendrán que aceptar en primer lugar la moneda china, el Yuan respaldado en oro, a cambio de petróleo. Como incentivo, los chinos ofrecen cambiar los Yuanes recibidos en oro, contra entrega de petróleo. La Bolsa de Valores de Hong Kong emitirá también contratos a futuro en yuanes en materia de petróleo que serán igualmente convertibles en oro. Los exportadores de petróleo incluso podrán retirar dichos certificados de oro fuera de China, es decir, el ´petro-yuan’ estará disponible para pagarse hasta en los llamados “Bullion Banks”ii en Londres. La introducción del petro-yuan podamos considerar la mayor provocación directa para el dólar, hasta hoy la moneda dominante a nivel mundial en los contratos de petróleo.

La estrategia de China será no atacar frontalmente al sistema del petro-dólar, sino minarlo progresivamente para hacer que el yuan y otras monedas como el Euro, el Yen, etc. lleguen a ser tan imprescindibles como el dólar, es decir, construyendo el Mundo Multipolar de monedas. Hay acuerdos entre el Banco Central de China (PBoC) y el Banco Central de la Unión Europea (BCE) para permitir intercambios directos entre el yuan y el euro. Han firmado estos acuerdos para hacer posible que, finalmente, ambas monedas se fortalezcan mutuamente de manera autónoma y fomentando la interpenetración de los sistemas financieros de ambas regiones. Lo anterior es clara señal que la Unión Europea mantiene la puerta abierta para integrarse al Mundo Multipolar.
No solamente hay una amenaza externa para el dólar, el mayor peligro, en nuestra opinión, se encuentra al interior de los EUA. El capital financiero globalista está haciendo todo lo posible para generar un colapso bursátil atribuido a las ´fuerzas del mercado´, a como mal nos informan los grandes medios, ya que dichas ´fuerzas del mercado´ conllevará a una gran crisis económica-financiera no vista desde los años treinta del siglo pasado. Es la crisis de la gran burbuja armada desde tiempos de Alan Greespan, crisis que se intentaría atribuir por todos los medios a la “mala” administración y a la “locura” (del gobierno) de Trump.
El partido demócrata de EUA, representante político del establishment de poder del capital financiero globalizado, encontraría ahí el momento oportuno para pedir el ´impeachment´ del presidente Trump. Así el globalismo financiero no solo podría sacar fuera de juego a Trump y a los diferentes funcionarios que expresan el interés del continentalismo financiero norteamericano y de aquellos capitales nacionales marginados por los globalistas, sino que retomaría el control del gobierno en EUA, para imponer una moneda global a su disposición desde el Banco de Basilea, el banco central de todos los bancos centrales del mundo bajo pleno control del capital financiero globalizado y más en concreto bajo hegemonía del imperio Rothschild.

La amenaza para el dólar desde el Mundo Multipolar 
Los BRICS, China y Rusia revelaron que van a usar entre si un nuevo esquema de moneda: Petróleo/Yuan/Oro. Para hacer que el contrato en yuanes resulte más atractivo, China tenía previsto hacer que el yuan sea totalmente convertible en oro antes del fin de año de 2017, pero lo pospusieron para después del Año Nuevo en China. El 26 de marzo de 2018 la Bolsa Internacional de Energía de Shanghái finalmente lanza un contrato de petróleo a futuro denominado en yuanes chinos (CNY), convertibles en oro. Este contrato permite pagar en oro o en yuanes convertibles en oro, a las empresas petroleras extranjeras que venden petróleo a China. Es una movida con importantes consecuencias geopolíticas y financieras. La fijación de los precios del petróleo en yuanes –junto con el plan de la Bolsa de Valores de Hong Kong para vender contratos de oro físico valorados en yuanes– creará un sistema por medio del cual el país podrá eludir el sistema bancario estadounidense y no solo el sistema Swift sino incluso todo el sistema de Bretton Woods.

Cuando el Yuan en manos de los exportadores de petróleo se ofrezca a los ´Bullion Banks´ en Londres, dichos bancos sin lugar a dudas cambiarán los yuanes primero en dólares. Como China es el principal poseedor de bonos del Tesoro de EUA, el proveedor más seguro de estos dólares será el Banco de China, pues, al vender los bonos del Tesoro de Estados Unidos China recibe a cambio dólares que los utilizará para comprar sus propios yuanes respaldados en oro. Los ´Bullion Banks´ ofrecerán a los exportadores de petróleo contratos a futuro en dólares (oro en papel).
El retorno de bonos del Tesoro en dólares a EUA será cada vez más masivo conforme se generalice la venta de petróleo a cambio de yuanes y el dólar sufrirá una clara devaluación en términos del oro. Es decir, el precio de oro físico se disparará en términos de dólares. En caso que no solo el petróleo y el gas entren en esta nueva situación mundial, sino incluso las materias primas en general, se puede esperar que China se deshaga de manera más acelerada de los bonos del tesoro a cambio de dólares y vendiendo a su vez estos dólares por yuanes, una situación que no esperamos a corto plazo ya que China sin duda quiere mantener el oro suficiente para evitar lo que sucedió al dólar a principios de los años setenta que tuvieron que abandonar el patrón oro.
El haber sido reconocido el Yuan como moneda internacional por el FMI en octubre de 2016, el haber desarrollado todo un sistema de instituciones financieras en la City de Londres que le permite plantear no solo al yuan como moneda, al petróleo y al oro como respaldo sino usar al dólar como pieza en el camino para viabilizar y echar a andar el mecanismo que le facilita además, utilizar sus reservas de dólares en bonos del tesoro de EUA, por más de un billón de dólares, para aceitar el mecanismo y para debilitar jugadas de la Fed contra el nuevo esquema de moneda internacional.
El Yuan del BRICS multipolar esta ya conformado y respaldado por una canasta de monedas más una nueva arquitectura financiera (con su Fondo de fomento y desarrollo, su banco de financiamiento y su sistema de compensaciones alternativo al SWIFT) donde solo resta que EUA y Japón se sumen. A todo esto se suma también la nueva arquitectura productiva-comercial de la nueva ruta de la seda (OBOR) y su iniciativa de inversiones por 500bn lanzada el 14 de mayo de 2017.

No solo China tiene proyectos grandes para dejar fuera al dólar en su quehacer económico. El 20 de setiembre de 2017 el presidente ruso Vladimir Putin dio instrucciones que a finales de ese año el dólar deje de ser la moneda de pago en todos los puertos del país. El 14 de febrero de 2018 Arkady Dvorkovich, Primer Ministro Suplente anunció que las instituciones financieras rusas están preparadas para funcionar sin acceso a SWIFT (The Society for Worldwide Interbank Financial Telecommunication) – la red global de pagos interbancarios basada en dólares, un mecanismo por excelencia para bloquear pagos bancarios afectando países o personas ´non gratas´. Esta decisión rusa se deriva de las sanciones impuestas a la economía rusa que de esta forma procura evitar.
En la misma fecha de setiembre, no es por coincidencia que el presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, anunció que su país dejaría a un lado el dólar como moneda de pago en la compra de petróleo, esto como contramedida ante las sanciones impuestas por EUA a su país. La empresa venezolana de petróleo PDVSA ya cotiza su precio y mantiene sus cuentas por el momento en euros, dejando de lado al dólar. China ha favorecido a estos productores de petróleo, aceptando que vendan su energía en yuanes, por fuera del esquema petróleo-dólar. Las políticas de sanciones y boicot de EUA, no han logrado otra cosa en América Latina que orientar y empujar a los países hacia la opción en el multipolarismo. La administración Trump diseña la estrategia de una mayor militarización del continente latinoamericano y encontrar en Venezuela el centro de gravedad de la amenaza necesario de ser derribado, pues el país representa hoy el puente geopolítico más directo para la inserción de América Latina en el bloque emergente y multipolar que sustituirán el pétro-dólar por el petro-yuan-oro.
Gran parte de África se ha comprometido en la introducción del yuan como segunda moneda de reserva y de referencia. Rusia ha disminuido las importaciones del petróleo saudita al igual que EUA. Perder en esta coyuntura al cliente chino, significaría para Arabia Saudita quedarse con un gigantesco excedente de producción, lo que provocaría que los ingresos del país se desplomaran. No sería extraño señalar, que estamos muy cerca de un escenario donde se acuerde un fondo de inversiones chino-saudí y/o la adquisición por parte de China de una participación en la empresa petrolera Saudi Aramco.
El dólar, en otras palabras, está en repliegue ante el claro avance del “petro-yuan-oro”. En realidad, no se trata de una nueva petro-moneda, se trata de otro esquema de moneda dominante mundial: el petro-gas-oro-monedaiv. Estos hechos y su impacto componen el escenario del fin del dólar y su desplazamiento ahora como moneda dominante de referencia internacional junto al conjunto de instituciones asociadas a la vieja arquitectura del oro-dólar primero (1944-1971) y el petro-dólar luego (1971-2017). Será asimismo un acto fundacional del mundo multipolar del siglo XXI, la unidad de medida de la magnitud de poder mundial del mismo modo en que ocurrió en los “acuerdos” de Breton Woods donde EUA impuso el patrón o esquema de moneda mundial de cambio dólar-oro, por lo que implica institucionalizar un esquema de moneda mundial de cambio y reserva que reemplace al Dólar y a los poderes financieros que acumulan valor/poder a partir del mismo.
El mundo que China desea inaugurar no es chino, sino multipolar. El sistema monetario internacional estabilizado que los chinos plantean es un sistema multi-monetario con la llegada del petro-yuan-oro, en el cual las diferentes monedas estarían vinculadas al oro y no más al dólar.
La transición al mundo multipolar podrá subsanar temporalmente la crisis con un keynesianismo de periferias o desarrollismo productivo a nivel mundial (La Ruta de Seda ampliada en diferentes continentes). Es un proceso sostenido a puro crédito, en cuyo proyecto participen eventualmente todos los grandes jugadores, pero aún está por verse si las grandes obras de infraestructura a las que apunten, constituirán un verdadero puente hacia otro ciclo de acumulación de capital, o que más bien revela su carácter improductivo desde la óptica del capital a nivel mundial, al no relanzar la tasa de ganancia por ningún medio en ningún lugar. Nosotros creemos, como ya señalamos en el capítulo 6 de nuestro libro anterior, que esto último es el escenario que se impone como el más probable, razón por lo cual las inmensas deudas caerían en default (cesación de pagos) y nos encontraremos no solo ante un cambio de paradigma sino ante la transición a otra civilización.
La amenaza para el dólar dentro de los propios EUA
No solamente hay una amenaza externa para el dólar, el mayor peligro se encuentra al interior de los EUA. El plan de los globalistas se orienta a acabar con el dólar como moneda internacional de referencia así como a todas las monedas de menor referencia (el Yuan, el Yen, el Euro, la Libra Esterlina, etc.). Este colapso limitaría fuertemente el peso del dólar en el mercado internacional. El valor del ´nuevo dólar´ ya no sería controlado por la Reserva Federal a su antojo y con casi seguridad tendría que ceder este rol al Fondo Monetario Internacional (FMI). El ´nuevo dólar´ perdería mucho de su actual poder adquisitivo, mediante procesos de devaluación e inflación. La pregunta que nos hacíamos en enero de 2017 era si los globalistas lograrían el colapso financiero en EUA con réplicas en el mundo entero, imputando la responsabilidad de Trump y sus políticas, para lograr construir un nuevo mundo financiero a su pleno beneficio.

Estaba claro que conforme la Fed aumentaba la tasa de interés subirá la cantidad de dólares destinados al servicio de la deuda estadounidense, que ya en el momento de asumir Trump al poder era de 14 billones de dólares. Los intereses serían la partida del presupuesto del Gobierno Federal que más rápidamente crecería con la triplicación de la tasa de interés desde que asumió Yanet Yellen la presidencia de la Fed, llegando de 0,50% antes de la alza en diciembre de 2016 para llegar a 1.50% en diciembre de 2017. Fue el plan obvio que los globalistas tenían en mente de debilitar a D.Trump y para que colapsara la economía norteamericana. Un plan de fuertes incrementos en las tasas de interés crearía todo el clima necesario para provocar un colapso bursátil y los halcones harían lo imposible a través de las principales corporaciones-mediáticas bajo su dominio de anunciarlo y responsabilizar a Trump y sus apoyos económicos y políticos.
El 20 de setiembre de 2017 la Fed anunció, el comienzo del programa para vender sus bonos del Tesoro “adquiridos” durante el período del 2008 al 2014. Lo anunció para contrarrestar la esperada venta masiva de bonos del Tesoro por China al introducir el petro-yuan-oro. Sin embargo, vale destacar que China pospuso la fecha de su introducción hacia marzo de 2018. La Fed había proyectado retirar la liquidez en dólares del sistema financiero que la venta de bonos por China hubiese generado a partir de la introducción del petro-yuan-oro. De haberse dado su introducción, para el último trimestre del 2017 la Fed proyectaba que el volumen de las reducciones de dólares hubiese alcanzado 500 mil millones. El presidente de la Reserva federal de Nueva York había planteado que la balanza negativa de la Fed se reduciría así en un monto de entre $1 a $2 billones de dólares entre 2017 y fines de 2020. En octubre de 2017, la Fed supuestamente comenzó a recortar su programa de compra de bonos al reducir el monto de sus bonos en vencimiento que, sin embargo, simplemente se convirtieron en nuevas emisiones de bonos.
Al ser desplazado el dólar por el yuan a un segundo plano, provocará que la demanda del dólar baje de manera considerable. Una retirada neta y acelerada de dólares del mercado de dinero, entonces, es necesaria para evitar una fuerte devaluación del dólar que de todas formas no se podrá evitar. Precisa entonces que la Fed retire dólares del mercado de dinero a un determinado ritmo para evitar una fuerte devaluación y si no lo hace podría sufrir las consecuencias de una contracción fuerte de dinero y si esto pasase afectaría en primer lugar el mercado bursátil. China, como principal poseedor de bonos del tesoro es el actor económico capaz de determinar dicho ritmo y al gigante chino le interesa ir de manera pausada para no devaluar en exceso el poder adquisitivo de la deuda a cobrar a EUA. Con lo anterior queda claro también que Trump más que enfrentarse a los chinos más le vale preocuparse por el juego de los globalistas. En la práctica no tendrá de otra que quedar de hecho de buenos amigos con China aunque a nivel de discurso sea lo contrario.
La combinación de la normalización de la hoja de balance de la FED, junto con las alzas en las tasas de interés, significaría una política monetaria restrictiva contraria a las políticas de expansión económica que Trump necesita y propone. La política de las fuerzas globalistas es provocar la política de contracción monetaria a fin de encaminar a una eventual caída de las bolsas de valores que sin duda será atribuida por los grandes medios a la “inoperancia” de Trump aunque este realmente no tiene mayor cosa que ver. Fue la preparación de una batalla confrontal del neoliberalismo financiero globalizado con el continentalismo financiero neoconservador y el nacionalismo industrialista norteamericano. Si los globalistas quisieran causar un colapso financiero para debilitar a D.Trump, lo tendrán que realizar a más tardar a principios de 2018, cuando terminaba el periodo de Janet Yellen en la Fed.
La triangulación de fuerzas alrededor del dólar
Ni el capital financiero globalizado ni el capital financiero continentalista como el de la Unión Europea, ni tampoco los capitales industriales nacionales ´soberanos´ pueden permitirse que se les escape el control sobre su moneda, porque en su moneda está el instrumento por medio del cual se ejerce, delimita e impone la soberanía sobre un territorio social que produce riqueza social. Aunque, a la vez está muy claro que hay intereses no coincidentes y por ello está en marcha una gran guerra de monedas. Mientras esté la administración Trump, los globalistas se sienten amenazados de perder la guerra frente al petro-yuan-oro.
Los continentalistas en EUA representados en buena medida por el partido republicano al igual que la administración Trump procuran salvar hasta donde les sea posible el dólar, que los globalistas más bien buscan sustituir por una moneda fuera de todo alcance de gobiernos nacionales o continentales. Los BRICS con China en la delantera quieren obtener un mayor espacio para el Yuan como moneda de referencia internacional sin declarar una guerra directa al dólar. En este sentido la sobrevivencia del dólar tiene más de temer de las fuerzas globalistas que de los BRICS. Está claro en todo caso que el dólar no podrá mantener su lugar privilegiado como única moneda internacional de referencia.
La guerra de monedas adquiere una nueva dimensión especial con la introducción de las cripto-monedas en la geopolítica. Con la llegada de la cripto-monedas como Bitcoin, el sistema monetario se ha ampliado de manera notoria. Las cripto-monedas se sustentan en la tecnología blockchain, semejante a un gran libro digital contable, público y distribuido, en el que queda registrada la historia de todas las transacciones, y es difícilmente falsificable. Una cripto-moneda funciona mientras otros la acepten. Bitcoin es una forma de dinero fiduciario más, es decir, no tiene respaldo en la economía real. La fluctuación de su precio de mercado depende de una oferta limitada ante una demanda oscilante y con ello está sujeto también a fuertes movidas de especulación.
Toda forma de dinero es una construcción social y con ello también expresión de valores e intereses económico-sociales y de poder. Lo que hace que las cripto-monedas sean potencialmente tan diferentes como moneda es el hecho de que están permitiendo que sus usuarios expresen su independencia del sistema monetario actual dominado por el dólar, el sistema SWIFT, etc.. Lo anterior se expresa hoy en día en América Latina con la introducción del Petro en Venezuela luego de las sanciones económicas impuestas al país por haber negociado la venta de petróleo fuera del ámbito del dólar. A raíz de ello Washington cerró las posibilidades de crédito buscando la asfixia financiera. La compra de bonos por China y la reestructuración de la deuda con Rusia fueron paliativos. Hay visos de alivio con la introducción de la cripto-moneda el Petro frente a la soga que Washington le colocó al cuello del país. Desde el 20 de febrero se vende el Petro en Venezuela anclado en petróleo entre otros recursos naturales. Con una emisión de cien millones de Petro y un valor actual del barril de sesenta dólares, el gobierno espera obtener seis mil millones de dólares.
La cripto-moneda es una innovación que tiene el potencial de cambiar por completo el sistema financiero global y con ello las relaciones de poder. Crear e imponer una nueva construcción social, una nueva mediación en las relaciones sociales de producción de poder, a partir de cripto-monedas que permiten liberarse de los poderes económicos, políticos y sociales anteriores a este, no podría desarrollarse sin una gran batalla con y entre los diferentes poderes existentes, entre los que ascienden ganando posiciones de poder y los que declinan cediendo posiciones de poder económico, político y estratégico.
Los globalistas hacen su entrada a las cripto-monedas al emitir contratos a futuro de bitcoin a partir del 17 de diciembre de 2017 cuando el Chicago Mercantile Exchange (CME), el mercado de contratos a futuro más grande del mundo, ha puesto en marcha el comercio de futuros en bitcoins. Con ello se abrió el camino para manipular los precios de las cripto-monedas. Las empresas anotadas en Wall Street compran y venden en Chicago derivados en bitcoins y con ello este ´activo digital´ hace su entrada en el gran mundo de las finanzas. Bancos y comerciantes institucionales (como fondos de pensiones, entre otros) pueden comprar y vender contratos a futuro en bitcoins, pero solo unos pocos entre ellos podrán tener cripto-monedas en stock y comercializar con bitcoins reales. Lo anterior, alude, se hace por motivos regulatorios, o dicho de otra forma para mantener el poder sobre el mercado.
La élite financiera unipolar y global, y sus CEO´s en los directorios bancos centrales y el Banco de los bancos centrales en Basilea (BIS), controlado por la familia Rothschild, lanzaron en setiembre de 2017 el proyecto de imponer una cripto-moneda global. El proyecto se denomina ‘Utility Settlement Coin’ (USC) que fue impulsado por entidades financieras como Barclays, HSBC, BNY Mellon, Santander, Credit Suisse, Deutsche Bank, entre otros. El objetivo del proyecto es preparar el camino para que los bancos centrales tengan cripto-divisas en el futuro, facilitando a las entidades mundiales realizar una amplia variedad de transacciones entre sí mediante la utilización de activos garantizados en una cadena de bloques. Con ello el capital financiero globalizado inaugura una fase decisiva de la guerra de (las cripto)-monedas. Las cripto-monedas de los bancos centrales se transformarían simplemente una extensión del sistema mundial actual basado en la deuda, pero no más a partir del dólar.
Las cripto-monedas en manos de los bancos centrales se transformarían en tal caso en una extensión del sistema mundial actual basado en la deuda, pero no más a partir del dólar. El planteo de las fuerzas globalistas es que un país ya no necesitaría estar preocupado por la deflación o caída de precios en tiempos de recesión. Pues con una sola operación del banco central se podría inyectar mil dólares en la ´billetera´ de cada persona e inmediatamente se daría un alza de los precios. Una inflación acelerada causaría un colapso en la bolsa. Quién maneja el poder sobre la cripto-moneda, se vuelve, en otras palabras un tema netamente geopolítico al interior de EUA y entre las fuerzas globalistas y las fuerzas multipolares bajo hegemonía de China y los BRICS.
China comenzó la cruzada contra las cripto-divisas también en el mes de setiembre de 2017. Beijín no estaba en contra del uso de las mismas pero el Banco Central de China desea emitir su propia moneda digital de manera pública y soberana. Se buscaba garantizar, además, un sistema seguro de registración y transferencia contra la evasión tributaria y el lavado de dinero. Finalizando 2016, China ya realizó su primer ensayo, siendo ésta la primera cripto-moneda respaldada por un Banco Central en todo el mundo. El carácter geopolítico del dinero digital chino como medio de intercambio en la nueva Ruta de la Seda es que reemplazaría al dólar pero más importante aún, cortaría a la vez el paso de los globalistas para introducir su moneda global. En este aspecto los globalistas estarían en confrontación con los intereses continentalistas norteamericanos, con los intereses del gobierno de Trump así como con el proyecto de China y los BRICS por un mundo y moneda multipolar. China no atacará frontalmente al dólar a como lo podrían desear los globalistas y esto hace que los verdaderos agresivos en la guerra de monedas serán los globalistas, aunque los grandes medios lo presentaran de otra manera.

¿Cuándo estallará la madre de todas las burbujas en 2018?
El mecanismo para resolver los problemas económicos, creando billones de dinero de la nada, pareciera desde la crisis financiera de 2008 una máquina de movimiento perpetuo y sin límites a la cantidad de dinero nuevo que puede crearse con un interés cercano a cero o incluso menos de cero en términos reales, ya que hasta los pagos de intereses pueden financiarse con ese dinero ficticio, emitido sin respaldo. Es más aún, la Reserva Federal (Fed) compró en 2017 incluso bonos del Tesoro y con los ingresos que ese “dinero de la nada” genera devuelven dinero al Tesoro para volver a emitir más bonos, poniendo así en marcha una máquina de creación de dinero en movimiento aparentemente perpetuo. La política de crear Billones de la nada para comprar Billones en activos, ha inflado una ´burbuja madre´ en todas las clases de activos respaldadas o compradas por los bancos centrales y sus representantes.
Una pregunta que nos hacemos es ¿cuánto tiempo más puede continuar la valoración fraudulenta de las acciones y otros activos en los mercados de valores en general y de Wall Street en particular? ¿Podría explotar la ´madre´ de todas las burbujas o más bien ya no habrá más crisis bursátiles? Era difícil creer que el fraude de la expansión cuantitativa pudiera perpetrarse durante tanto tiempo. Autores como Paul Craig Roberts y Dave Kranzler estiman que puede continuar hasta que el dólar como moneda de reserva sea atacado.
Charles H. Smith y con él muchos predicadores del colapso a través de los grandes medios anuncian que está por explotar la ´madre´ de todas las burbujas financieras creadas y que es inevitable de posponerlo más. No tenemos dudas que un eventual colapso financiero debía darse tarde o temprano pero el momento en que se da no se puede atribuir a las ´llamadas fuerzas del mercado´, sino solo se podrá atribuir a las élites en pugna. Para nosotros las élites financieras unipolares globalistas desde que Janet Yellen dejó la FED están provocando dicho colapso. Hicieron el trabajo preparativo alzando tasas de interés y provocando una contracción monetaria justo antes de que asumiera el nuevo presidente de la Reserva Federal de EUA cuando aún tuvieron pleno control sobre la FED, es decir hasta el 3 de febrero de 2018.
Janet Yellen, pudo haber pronunciado discursos en 2017 sobre cómo la Fed “normalizaría su balance general a partir de octubre de ese año pero a partir del cambio de planes de China de posponer su introducción del petro-yuan-oro hacia marzo de 2018, la anunciada contracción monetaria fue un proceso cosmético comprando bonos viejos del Tesoro y volver a emitir bonos nuevos, hasta que hubo una reducción sustancial la última semana antes de terminar su mandato el 3 de febrero de 2018. Inmediatamente después del día que se instaló su sucesor, Jerome Powell, los globalistas habían perdido el control (mayoría de votos) sobre la Fed y hasta su presidencia.
Janet Yellen contaba aún con 4 de 7 votos en la Fed hasta el 3 de febrero de 2018. La Junta de gobernadores de la Reserva Federal consta de siete asientos. Dos de ellos quedaron vacantes desde 2014, cuando Obama nombró dos gobernadores nuevos que fueron rechazados en el Senado dominado por los republicanos. Trump pudo nombrarlos. El período de la presidenta, Janet Yellen terminó el 3 de febrero de 2018 y el Vicepresidente Stanley Fisher renunció antes que venciera su período por motivos personales en octubre de 2017.
No fue ningún milagro entonces que en ese momento se dio el ataque con una caída histórica en la Bolsa de Valores de Nueva York con un efecto negativo en los mercados financieros del mundo entero. Fue a principios de febrero de 2018 que la bolsa de valores mostró señales de un colapso financiero al caer el Dow Jones de Nueva York un 10% en dos días. Las alarmas sonaban en Wall Street y los grandes medios globalistas anunciaron una evidente crisis del tipo 2008 pero que la burbuja actual sería varias veces más grande (hasta de 15 a 20 veces afirmaban) que la de 2008 aludiendo que los jugadores unipolares financieros a la defensiva del dólar serían hoy varias veces más frágiles que en 2008.
La pregunta para los globalistas fue si el recién instalado sucesor de Janet Yellen estaría en condiciones de cambiar la política de un momento a otro.
A partir del 4 febrero de 2018, según programado anteriormente por la Fed previo a su ascenso, le tocaría a Jerome Powell retirar del balance de la FED 2.5 billones de dólares en bonos del Tesoro y 1.8 billones en bonos hipotecarios, heredados en la crisis financiera de 2008. Esta contracción cuantitativa tendría un efecto muy negativo en la bolsa de valores contraria a una expansión cuantitativa, es decir, se apunta forzar la bolsa de valores a la baja. Cuanto más fuerte resulte dicha contracción, más impactante también su efecto negativo sobre la bolsa de valores. Esto hubiese significado el detonante que haría estallar la ´madre de todas las burbujas´, anunciado en nuestro artículo de octubre de 2017.

Yanet Yellen dejó el mando de la Reserva Federal a su sucesor nombrado por Trump al final de la primera semana de febrero y justo antes tuvo lugar la primera contracción cuantitativa para mejorar la balanza dela Fed. La semana anterior a su renuncia la Fed había reducido su cuenta de QE (cuenta SOMA por sus siglas en inglés) en 21 billones de dólares, es decir, la última jugada de Janet Yellen. Retirar liquidez del sistema de dinero reduce el acceso al crédito fácil, resultado que también se hubiese obtenido elevando las tasas de interés. Esta reducción en el dinero creado de la nada, en la última semana antes de terminar su mandato el 3 de febrero de 2018, fue la señal para los mercados (es decir para las fuerzas globalistas) de iniciar la guerra. A principios de la semana siguiente el índice industrial Dow Jones perdió ´por milagro´ el 10% en solo dos días. Los grandes medios la anunciaban como la caída máxima en toda su historia, que tiene 122 años. Mientras tanto, el colapso en el mercado bursátil estadounidense provocó una reacción en cadena en los mercados mundiales. Las bolsas de Asia y Europa también se encontraron en la zona roja.
Recordemos que la Fed de Janet Yellen desplegó una política que comenzó con alzas en las tasas de interés, lo que encareció el precio del dinero a crédito, es decir, el servicio a la deuda norteamericana. Fue una política que se contraponía totalmente con los planes del gobierno de Trump. Aunque Powell alguna vez tuvo ciertas reservas acerca de votar por la flexibilización cuantitativa (QE) de la Fed, el mismo se manifestó desde su primer día ser amigable con la creación de dinero de la nada (más QE en otras palabras). Cualquier signo de un posible colapso bursátil provocado, demandaría para ser neutralizado una inyección de más dinero sin respaldo en el mercado, como efectivamente se observó en la segunda semana de febrero de 2018.
Lo que sucedió es que apenas Janet Yellen dejó la Reserva Federal los compradores (grandes bancos globalistas y con ello inversionistas institucionales como los Fondos de Pensiones, etc.) dejaron de comprar en el mercado de valores. ¿Y qué sucede cuando se retiran casi todos los compradores institucionales del mercado de valores? En tal caso la caída libre no puede encontrar un fondo. Bueno es a partir del momento de la caída bursátil que el gobierno federal interviene e ingresa su Equipo de Protección contra Colapsos (Plunge Protection Team o PPT en inglés). Contrario a las expectativas globalistas, ampliamente divulgadas por sus grandes medios, la bolsa se recuperó en menos de una semana cuando la Fed (bajo su nuevo mando) inyectó 11 billones de dólares de QE en el sistema bancario. Lo anterior revela claramente los actores en guerra detrás de las mal llamadas ´fuerzas del mercado´. Es una batalla entre globalistas y no globalistas en el seno del ´Estado Profundo´ de EUA.
El PPT fue creado en respuesta a la crisis bursátil en 1987 para manipular los mercados cuando estos no se comportan a cómo debería ser en los ojos del gobierno federal. PPT es un comprador con acceso ilimitado a nuevos fondos y un comprador despreocupado por el afán de lucro. El PPT es el apodo otorgado al Grupo de Trabajo sobre Mercados Financieros por el Washington Post en 1997. El equipo está compuesto por el Secretario del Tesoro, el Presidente de la Junta de Gobernadores de la Reserva Federal, el Presidente de la SEC y el Presidente de la Comisión de comercio de futuros de productos básicos y en este momento bajo control del gobierno de Trump.
Ya habíamos anunciado en enero de 2017 que al menos durante el primer año de su mandato, Powell retrasaría la por Janet Yellen anunciada reducción de los libros de la Fed (la contracción cuantitativa). En cambio, un nuevo flujo de dinero sin respaldo (la expansión cuantitativa) repuntaría los mercados de acciones y bonos cada vez que las cosas se ponen difíciles. Powell inyectó una cantidad de once mil millones de dólares de la Reserva Federal para ingresar al mercado que pueden ser apalancados 10 veces por los bancos (al tener que mantener el 10% en la banca como reservas). Este dinero se infiltra en la economía y sobre todo en la compra de acciones, frenando la caída de la bolsa de valores.
A mediados de febrero de 2018 ya ha quedado claro que Jerome Powell como nuevo mando de la Reserva Federal seguirá la política monetaria que consiste en mantener las tasas de interés relativamente bajas para poder aplicar, de ser necesario, una política de expansión monetaria para apoyar la estrategia del gobierno de Trump de reactivar la economía y reequilibrar la balanza de pagos a través de una política de dólar débil que promueva las exportaciones y reduciría las importaciones, o sea, bajando el déficit comercial. El mayor control de la Casa Blanca no permite imaginar otro escenario. El dólar necesita debilitarse a un nivel que atraiga compradores nuevamente a Estados Unidos y lo lograra si puede hacer que dejen de ser grandes compradores en China y Japón.
Ahora los grandes medios anuncian que no hay como que no explote la ´madre de todas las burbujas´. Existe el escenario difícil pero no imposible que no haya colapso del dólar, sino una evolución controlada y gradual a la baja, particularmente en relación con el euro, el yen y seguramente el yuan. La devaluación del dólar significaría un proceso inflacionario en EUA, pero a la vez una devaluación de la deuda y con ello una rebaja en el servicio a la misma. Los apoyos de la China Multipolar de ir despacio con la introducción del petro-yuan-oro podrán neutralizar la jugada globalista de hacer estallar la madre de todas las burbujas y con ello la caída de Trump y con ello quedaría claro que los globalistas son el enemigo principal del dólar.
Con Jerome Powell en la presidencia de la Reserve Federal podemos estar seguros que lucharán por una economía sin recesión al menos en el primer año de su mandato. Sin embargo, una vez que esté bien instalado en su cargo las prioridades de la Fed cambiarán drásticamente y el enfoque de Powell estará dirigido a equilibrar las balanzas financieras. No cabe duda que la Reserva Federal bajo el mando de Powell buscará pronto introducir el ´FedCoin´ basado en blockchain u otra cripto-moneda bajo control de la actual Reserva Federal.
A partir de ese momento estaremos viendo que los globalistas, representados por el partido Demócrata en EUA, van por la ‘opción nuclear’, demandando una expansión monetaria (QE), es decir, crear dinero de la nada por la Fed para inyectarlo directamente en ´Main Street´ a través del Fedcoin, en beneficio de la población en general. Con la introducción de dinero nuevo “creado de la nada” en la economía real, aumentaría rápidamente la demanda de productos de consumo y servicios sin generar una correspondiente oferta nueva de productos y servicios. Se crearán así las condiciones para un rápido proceso inflacionario y con ello un aumento en las tasas de interés. De esta forma se provocaría la crisis bursátil. En otras palabras, esta ´guerra interna´ en EUA no ha terminado y por lo pronto es de mayor riesgo para el mundo que el avance del Yuan chino.
                

Jorge Forero Monedas virtuales y crisis orgánica del sistema del capital


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Foto: vivus.es
El surgimiento de monedas virtuales, se produce en el marco de profundas e intensas convulsiones en el sistema-mundo. En la presente reflexión se analizarán dichas convulsiones, entendidas como expresiones concretas de la crisis orgánica del sistema del capital, como dimensiones de esas crisis y como factores desencadenantes de la ruptura del sistema financiero internacional vigente en la actualidad, así como de la transición –desigual y multilineal- de un nuevo orden económico global.

Cabe subrayar que cada factor es indisoluble de la totalidad en virtud de las relaciones de interdependencia existentes entre los mismos, por tal motivo, su división en elementos discriminados se realiza con fines analíticos, pues se comprende que no son elementos aislados, sino que responden a la lógica estructural del sistema del capital.

A continuación se enumeran y se caracterizan de manera breve los factores que se consideran esenciales en el presente análisis para el desarrollo de monedas virtuales en el mercado mundial:

1. Financierización de la economía:

La inestabilidad del sistema financiero global –explícita y acentuada ante la gran recesión económica dada entre finales de 2017 y principios de 2018-, es la variable fundamental para concebir la existencia en la actualidad de las denominadas monedas virtuales.

La incertidumbre ante procesos especulativos, así como el deterioro sistemático de la confianza en las grandes corporaciones bancarias, determinaron la necesidad de crear nuevas formas de intercambio y de reserva de valor, ajenas al espectro del sistema monetario dominado por el dólar y por ende, con autonomía respecto a las imposiciones del Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Reserva Federal de los Estados Unidos.

La gran recesión económica referida anteriormente, precipitada por el colapso de los mercados hipotecarios –la denominada burbuja inmobiliaria- entre finales de 2007 y principios de 2008, puso en evidencia el signo especulativo e inestable del sistema financiero internacional y significó una mutación de la arquitectura de las finanzas globales ante la quiebra de poderosas corporaciones bancarias de los Estados Unidos y de la Unión Europea.

La fractura de dichas corporaciones motivó la intervención de los Estados nacionales metropolitanos (en particular los de Occidente), a través de la ejecución de rescates financieros –con la inversión de sumas astronómicas- para evitar el colapso económico del sistema. Tal situación además de develar los mitos neoliberales –respecto a la capacidad de autorregulación de los mercados- demostró la vulnerabilidad del sistema financiero, el cual durante las últimas cuatro décadas, se sostuvo mediante procesos de especulación y de creación de valor artificial, sobre la base del endeudamiento hasta niveles insostenibles.

Pero el estallido de la burbuja inmobiliaria y la prolongación de sus efectos hasta la actualidad, constituye apenas un síntoma de la crisis orgánica del sistema del capital, en la medida en que se manifiesta como una continuidad de la crisis de 1971, la cual determinó la ruptura de los acuerdos de Bretton Woods y significó la imposición de un nuevo orden económico-financiero global, signado por la financierización de la economía mundial, sobre la base del endeudamiento a escalas astronómicas mediante la emisión de hipotecas sobre hipotecas, bonos de deuda y dinero inorgánico, lo que derivó en el ascenso vertiginoso de procesos de acumulación de capital ficticio.

El economista argentino Jorge Beinstein (2016) ha caracterizado ese fenómeno como una distorsión orgánica del sistema, en la medida en que el capital financiero y sus derivados especulativos superaron y reprodujeron el volumen de la producción global de bienes y servicios (hasta en once veces en el año 2008), con lo cual se crearon las condiciones para el derrumbe de ese orden económico, dichas condiciones determinaron que en 2014 se produjera el desinfle de los productos derivados financieros como mecanismo para la reproducción ampliada de capital.

Ese desinfle financiero representó la desaparición de 220 billones de dólares americanos del mercado de valores, entre diciembre de 2013 y diciembre de 2015, con lo cual se socializaron las pérdidas a gran escala, se acentuaron los síntomas de fragilidad e inestabilidad de la arquitectura financiera y se profundizaron las alertas ante una posible implosión de la economía global.

El descenso vertiginoso de la economía mundial ha afectado indicadores sustantivos, cuya contracción demuestra que el orden vigente –instaurado desde el final de la II Guerra Mundial-, está al borde del colapso, el desplome del Producto Bruto Global (PBG), la contracción absoluta y relativa de las exportaciones y por ende del mercado mundial (CEPAL, 2015). La crisis no se puede comprender, sin valorar el impacto de la caída tendencial de la tasa de ganancia (fenómeno advertido por Marx en el III Tomo de El Capital), pues el déficit de plusvalía es el origen de las convulsiones más profundas del sistema.

Sin embargo y en coherencia con la lógica de relaciones del sistema del capital, la contracción económica no ha afectado la esencia de reproducción de desigualdades inherente al metabolismo del sistema capitalista. Los procesos de acumulación de renta de las grandes corporaciones globales se han tornado más voraces, sobre la base de la intervención sobre el valor del capital variable, es decir sobre el valor de la fuerza de trabajo y las materias primas.

En sintonía con las tendencias advertidas por Lenin en 1916 (en su obra El imperialismo fase superior del capitalismo), el imperialismo ha implantado un régimen en el cual se han profundizado la concentración de capitales, el intercambio desigual mediante una división internacional del trabajo cada vez más sólida y sofisticada, mediante la cual se reproduce la lógica estructural del capital de acumulación por desposesión (Harvey, 2007), así como la supresión de conquistas históricas del proletariado y demás clases subalternas, han intensificado la estructuración de monopolios y la concentración de capitales.

La burguesía mundial ha creado las condiciones, con base en la mundialización del neoliberalismo (a sangre y fuego en los casos en los que la coerción ha sido insuficiente), para que las economías periféricas y las clases sociales oprimidas produzcan la plusvalía que requiere el sistema para su reproducción. Sin embargo y precisamente por el carácter sistémico de las contradicciones que se desarrollan, el orden mundial actual es frágil y susceptible de cambios en su metabolismo para prevalecer (Mészáros, 2009).

Sin embargo, además de sus mecanismos de defensa –el sistema inmunológico para regular los flujos y reflujos de su metabolismo económico-, el capitalismo en su concreción actual se sostiene en lo que Jorge Beinstein (2016), denomina Hipertrofia Militar, entendida como dependencia exagerada del sistema de la industria de la guerra (para reavivar sus fuerzas productivas y mejorar las tasas de plusvalía mediante acciones de fuerza); y de las capacidades operativas-logísticas de la OTAN para imponer un control sobre la base de la coerción, el avasallamiento, la intimidación y la intervención directa y explícita en los procesos políticos que atentan contra la hegemonía del orden mundial dominante desde la caída del mundo bipolar de la guerra fría.

El contexto en el que surgen las monedas virtuales, signadas por la concentración de poder económico, político, cultural y militar por parte de la burguesía mundial, permiten inferir que las tensiones internas del sistema derivarán en una nueva arquitectura económico-financiera y en una nueva lógica de funcionamiento de los procesos de circulación, acumulación y reproducción del capital.

Por supuesto esos cambios no estarán exentos de contradicciones de clase. Además las condiciones estructurales que dominan el orden mundial, de desposesión para formaciones económico-sociales periféricas (reprimarizadas en sus economías) y la superexplotación de la fuerza de trabajo producirán nuevas tensiones sociales y pondrán sobre el tapete la necesidad y la posibilidad de llevar a cabo una transformación revolucionaria de la sociedad.

ii) Crisis de hegemonía:

La creación de nuevas estructuras e instrumentos financieros, estuvo determinada por condiciones histórico-sociales particulares, se trata del desarrollo de tensiones geopolíticas de alta escala que derivaron en una crisis de hegemonía sobre el sistema-mundo, mediante la cual, el complejo militar-industrial concentrado en los Estados Unidos de América ha perdido su dominio global.

El socavamiento de la hegemonía geopolítica norteamericana durante las últimas dos décadas, así como del dominio del Dólar Americano -en su versión post crisis de financierización reconocida como Petro-Dólar- en el sistema financiero internacional, son hechos sistémicos que representan variables fundamentales para comprender el surgimiento de las monedas digitales.

Sin la pérdida del dominio material y simbólico de los Estados Unidos sobre el espectro de las relaciones económicas globales, sería impensable el desarrollo de alternativas de medios de intercambio y reservas de valor autónomas del sistema financiero internacional vigente.

Las contradicciones dadas ante el vertiginoso ascenso de China como potencia en disputa por la hegemonía global, así como el crecimiento de su influencia en todas las regiones del mundo sobre la base de un sistema heterogéneo de alianzas, ha fracturado el orden mundial unipolar instaurado después del derrumbe del denominado bloque socialista a finales del siglo XX.

El avance sostenido de la estrategia de China de crear un Nuevo Sistema Monetario Internacional (Dierckxsens y Formento, 2017), cimentadas en alianzas regionales enmarcadas en una estrategia que combinó un proceso de acumulación de fuerzas y el control paulatino de posiciones clave del mercado internacional, ha cuestionado el dominio absoluto del petro-dólar, con lo cual ha resultado factible el desarrollo de monedas digitales.

iii) Revolución técnico-científica-informacional:

El dominio del capital financiero en el espectro económico mundial, derivó en la necesidad de potenciar los flujos de capital, mediante sistemas informáticos que permiten establecer circuitos con alta capacidad de almacenamiento y procesamiento de datos y con un funcionamiento que permite el uso de rangos de altas escalas en las operaciones financieras; así como el proceso de mundialización del sistema del capital –acentuado ante la caída de la Unión Soviética-, fueron los elementos que determinaron el desarrollo e instauración a escala planetaria de la denominada revolución técnico-científico-informacional, la cual ha producido una nueva racionalidad del espacio geográfico y nuevas funcionalidades para las corporaciones, los Estados nacionales (Santos, 2000).

Los sistemas informáticos, derivaron en cambios multidimensionales que alteraron de manera notable las relaciones sociales de producción durante los últimos 30 años, primordialmente sobre la base de la creación de nuevas formas –intangibles y de alta capacidad para el procesamiento de información- en factores de capital variable como la fuerza de trabajo y los métodos de estimación-certificación de materias primas; y en procesos sustantivos para la reproducción ampliada de capital, tales como el intercambio económico mediante canales virtuales, transacciones monetarias en grandes escalas, y el fortalecimiento de sectores como los servicios, la banca, los seguros, las sociedades de corretaje y bolsas de valores a través de sistemas informáticos.

El siglo XXI llegó con una nueva racionalidad, condicionada en gran medida por lo sistemas informáticos, los cuales facilitaron la interconexión de todas las formaciones económico-sociales del mundo, a una nueva lógica de mercado, en la cual han sido permeadas e incorporadas (especialmente en los centros urbanos) la totalidad de las relaciones sociales. Las transacciones electrónicas en la banca, los software contables para el procesamiento de ingentes movimientos financieros en tiempo real (tal y como sucede en las casas de bolsa), el pago de bienes y servicios mediante tarjetas de débito, crédito y a través de medios biológico-electrónicos, así como el desarrollo de inteligencia artificial para los complejos sistemas que controlan el sistema financiero, son expresiones de esa revolución.

Según Bonilla (2017), estamos en presencia de un cambio cualitativo y cuantitativo de enormes proporciones e implicaciones. El autor referido, en sintonía con lo vislumbrado por Milton Santos para este momento histórico, caracteriza el fenómeno como la transición hacia la Cuarta Revolución Industrial, con toda la carga material y simbólica que esto conlleva sobre las relaciones sociales, los modos de vida y la civilización humana.

Precisamente en esa transición –proceso y producto de la crisis orgánica del sistema del capital-, han surgido y se han desarrollado las monedas virtuales. Este tipo de instrumento financiero ha ganado terreno durante los últimos años, al punto que Estados metropolitanos (como Japón, Rusia, China, Gran Bretaña e incluso sectores muy influyentes de los EE.UU.); y periféricos (entre los que sobresale la propuesta de moneda virtual venezolana denominada el Petro), están creando las condiciones para instaurar monedas virtuales nacionales, con lo cual se configura un nuevo escenario y probablemente se generan condiciones para un sistema financiero internacional híbrido, cuyas tensiones y contradicciones tenderán a la estructuración de una nueva arquitectura en el sistema financiero global.

Perspectivas de las monedas virtuales

La existencia de contradicciones y de una crisis orgánica no significa necesariamente el colapso del régimen del capital. Lo que si se advierte en este contexto de incertidumbre, es una mutación del sistema que permita la estructuración de una nueva arquitectura para la apropiación de la plusvalía. En ese orden de ideas y en contradicción con las apologías a las monedas virtuales como instrumentos financieros autónomos respecto a las grandes corporaciones, las monedas virtuales se vislumbran como un instrumento para el desarrollo de nuevas formas de circulación, acumulación y reproducción de capital.

Los grandes bancos centrales del mundo de países metropolitanos, tienen en sus planes la implementación de este tipo de instrumento. En todo caso los cambios producidos por la implementación de las monedas virtuales en grandes escalas y en aparatos oficiales (lo que significa desplazar a las monedas fiduciarias y un nuevo sistema de banca adaptado a las nuevas condiciones), no serán estructurales, en la medida en que no atentan contra el régimen de producción y apropiación de riqueza , contra la división internacional del trabajo vigente, y sus procesos de acumulación de capital que le son inherentes, mucho menos contra la composición de las clases sociales o las relaciones sociales de producción.

De igual manera, las monedas virtuales en su lógica de funcionamiento actual, reproduce un conjunto de limitaciones que deben ser superadas para desplazar a las monedas fiduciarias (y que además contradicen las hipótesis que les postulan como instrumentos no capitalistas), entre las que se subrayan las siguientes:

  • Su metabolismo está condicionado por la especulación financiera.

  • Su movimiento está condicionado por el capital monopólico transnacional.

  • No presentan funciones esenciales de las monedas fiduciarias modernas, tales como: medida de valor; medio de intercambio; reserva de valor; medio de pago.

  • Existe la necesidad de aumentar la oferta y la velocidad de circulación, para responder a las demandas de un mercado en expansión.

  • Al igual que el sistema financiero actual, es vulnerable a operaciones de legitimación de capitales.

  • Se reproduce la tendencia a la concentración (el 95% de Bitcoin es propiedad de solo el 4% de los titulares. La mitad de la riqueza total en forma de Bitcoin pertenece a solo el 1% de todos los usuarios de Bitcoin).

No obstante, lo que si se avizora es el fortalecimiento y consolidación de la economía intangible, así como la instauración de un nuevo orden mundial, multipolar e inestable –una fractura del mundo unipolar dominado por los Estados Unidos-, un aumento de tensiones geopolíticas y un permanente reposicionamiento de fuerzas de los centros de poder con tendencia imperialista, aspecto que representa un riesgo latente el desarrollo de conflictos de intereses que pueden escalar desde la baja, la mediana, hasta alta intensidad entre las potencias nucleares del planeta.

El cambio sistémico de la sociedad –necesario ante la profundización de la injusticia y de las desigualdades, así como ante el colapso de nuestra civilización como efecto del cambio climático-, no se producirá por la implementación de un nuevo instrumento financiero, sino por la subversión de las relaciones sociales mediante una revolución social de escala global.

Referencias



  • CEPAL (2015): El nuevo estilo de desarrollo: la agenda 2030 para el desarrollo sostenible. CEPAL, Santiago.


  • Harvey, David (2007): El nuevo imperialismo. Akal, Madrid.

  • Lenin, Vladimir (2009): El imperialismo, fase superior del capitalismo. Ediciones en lenguas extranjeras, Pekín.

  • Mészáros, István (2009): La crisis estructural del capital. Ministerio del Poder Popular para la Comunicación y la Información, Caracas.

  • Santos, Milton (2000): La naturaleza del espacio. Ariel, Madrid.


Jorge Forero
Investigador del Centro Internacional Miranda