Attac FranceDespués de las masacres de París: pavor, rebelión, acción


16 de noviembre por Attac France
Después de las masacres de París, como toda la sociedad francesa, los miembros y simpatizantes de ATTAC sienten horror y repulsa por el odio indiscriminado y asesino. ATTAC expresa su total solidaridad con las víctimas y sus familiares. Las personas asesinadas la noche del viernes se limitaban a ejercer su derecho a la buena convivencia, a la urbanidad, al arte, a una vida libre, a todas las cosas que estos asesinos quieren erradicar en nombre de una visión fanática de la religión.
A pesar de la emoción y la tristeza, nos negamos a ceder ante el terror, rechazamos la instalación del miedo en la sociedad, la estigmatización y la búsqueda de chivos expiatorios. Afirmamos nuestra determinación de seguir circulando, de trabajar, de divertirnos, de reunirnos y de luchar libremente.
«Francia está en guerra», nos dicen. Pero esta no es nuestra guerra: después del desastre de Estados Unidos en Irak y Afganistán, las actuales intervenciones francesas en Irak, Libia, Siria, Malí, Chad, Níger y República Centroafricana contribuyen a desestabilizar esas regiones, desencadenando la salida de migrantes que chocan contra el muro de la Europa Fortaleza y cuyos cuerpos son arrojados a nuestras playas. Desigualdades y depredación que desgarran las sociedades, y que las hacen enfrentarse unas contra otras.
Toda la fuerza inhumana de Al Qaeda o Daesh deriva de esas injusticias. Esta guerra no conduce a la paz porque no hay paz sin justicia. Para poner fin a esta guerra, nuestras sociedades tendrán que desintoxicarse de la embriaguez del poder, de las armas, del petróleo, de los metales raros, del uranio...
Más allá de una situación social y económica que nutre la desesperación y todos los actos sin sentido, permanece la «banalidad del mal», es decir, que la humanidad nunca estará exenta del retorno o de la instauración de la barbarie mientras algunos decidan prescindir del respeto al otro como ser humano.
Con lo que está a nuestro alcance, y más que nunca, debemos luchar contra el imperialismo, aunque sea «humanitario», contra el productivismo destructivo, por unas sociedades austeras, libres e iguales.
Rechazamos, de antemano, cualquier restricción del derecho a manifestarse, a luchar contra este mundo en descomposición, y por las alternativas que construyen tanto los pueblos del Sur como los del Norte. Del 29 noviembre a 12 diciembre, con motivo de la COP 21, las movilizaciones ciudadanas demostrarán que otro Mundo es Posible, Necesario y Urgente.

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