Piedad Córdova Ruiz, Carta abierta: A un año de las conversaciones en la La Habana



Al Gobierno, la insurgencia y la sociedad colombiana
Carta abierta: A un año de las conversaciones en La Habana


 Al presidente Juan Manuel Santos 

 Al Secretariado de las FARC EP 

 Al Comando Central del ELN 

 A las Colombianas y los Colombianos 


 Reciban un respetuoso saludo. 

 Nos alegran los logros del proceso de conversaciones del gobierno del presidente Juan Manuel Santos con la guerrilla de las FARC EP, un año después de su inicio. 

 A pesar de las crisis que hemos conocido por los medios de información, de la continuidad de hechos de la guerra interna, que son dolorosos, y de manifestaciones de saboteo al proceso, ninguna de las partes ha suspendido ese escenario de diálogo. 

 Hoy, un año después se está demostrando que el diálogo es el camino más cierto para lograr una solución al conflicto armado, el camino más adecuado para resolver nuestras diferencias y contradicciones y para lograr una sociedad humanizada. 

 A pesar de que conocemos públicamente que existen aún asuntos no resueltos y que en el congelador se encuentran temas por resolver, los aspectos que hemos conocido de concordancia entre las partes, en los puntos 1 y 2 de la agenda, son sustanciales para cimentar las bases de un proceso hacia la paz con justicia social. 

 Reiteramos nuestra petición al gobierno del presidente Santos de iniciar conversaciones con la guerrilla del ELN. Sabemos que el presidente Santos es consciente que sin el concurso del conjunto del movimiento alzado en armas será imposible una solución integral al conflicto armado. Invitamos respetuosamente al presidente Santos iniciar estas conversaciones para que el ambiente de paz acompañe el espíritu de las semanas de navidad y año nuevo que se avecinan. 

 Consolidada una solución al conflicto armado en el mediano plazo, se iniciará un proceso de democratización fundante de la paz con justicia social, con ampliación y garantías democráticas para todas y todos, un país de derechos donde las víctimas, sin excepción y sin exclusión alguna, serán protagonistas para el reconocimiento de sus derechos. 

 Una transición democrática es más que la justicia penal. Si la transición es auténtica, nos involucrará a todas y todos sin excepción alguna, incluyendo, desde la verdad a militares y paramilitares, exparamilitares, guerrillas, empresarios, directores de medios, iglesias, empresas, habitantes rurales y urbanos, partidos políticos, movimientos sociales de todo tipo para cimentar un nuevo Pacto Político, Social y Ambiental.. 

 Independientemente del proceso electoral que ya se viene adelantando y de las diferencias ideo políticas que tenemos con el presidente Santos, es un deber ético y constitucional continuar apoyando el proceso que se realiza en La Habana y el que esperamos se inicie con el ELN. 

 Nada es perfecto, es perfectible. Con nuestros aportes podremos apoyar la solución al conflicto armado. Por eso invitamos a los sectores sociales, políticos, económicos, religiosos, ambientalistas, periodísticos a que continuemos desde los canales establecidos y de acuerdo con nuestras identidades a aportar para que estas conversaciones lleguen a feliz puerto. 

 Sin la participación ciudadana activa, permanente y solida no será posible alcanzar la paz que las colombianas y los colombianos nos merecemos. 

 Por eso saludamos y nos sumamos a la Movilización La Paz y la Democracia con las Mujeres, Si va! convocada para este 22 de Noviembre, la Gran Cumbre Social en diciembre y la Conferencia Internacional por la Paz en 2014, así como, la reactivación de un Consejo Nacional de Paz. 

 Estas iniciativas, al lado de decenas que realizan comunidades y organizaciones en Colombia y el mundo, generan un ambiente importante para avanzar en una democracia profunda, cimiento de la paz con justicia social y ambiental. 

 Sabemos que “nada está acordado, hasta que todo esté acordado”, y que las conversaciones continuarán en medio de las hostilidades. Sin embargo, terca y respetuosamente solicitamos al Presidente Santos, a las FARC y al ELN en llegar a un Acuerdo Especial sobre las hostilidades como lo contempla el Derecho Internacional Humanitario 

 Este Acuerdo Especial ha sido exitoso en otras partes del mundo, no será un distractor ni un medio para sacar ventajas militares o políticas. 

 Es una decisión para evitar nuevos daños irreparables a la vida de civiles, de militares y de guerrilleros y brindar garantías para la libre expresión y el desarrollo electoral. 

 El Acuerdo Especial sería por un tiempo regulado desde el próximo 16 de diciembre hasta junio de 2014, mientras se desarrolla todo el proceso electoral y con verificación (podrían ser los países acompañantes o UNASUR) con cese de hostilidades unilaterales o bilaterales. 

 Este cese de hostilidades significa el uso del fuego si hay operaciones armadas en contra por alguna de las partes contendientes y no significa despeje de la presencia militar en ninguna parte del país. 

 El Acuerdo Especial allanará un tiempo valioso para gestos humanitarios, la documentación y recolección de pruebas sobre responsabilidades fácticas o no sobre los retenidos, los secuestrados, los privados de la libertad en razón de su participación en el conflicto en las cárceles y sobre las víctimas de la desaparición forzada. 

 Si este Acuerdo Especial se logra con puntos muy concretos como los planteados, las y los colombianos podremos experimentar el desarrollo de un debate de ideas con mayor tranquilidad y con garantías propias de democracias modernas que han transitado de la guerra a la paz. 

 Nos alegramos por lo logrado en este año, esperamos nuevo dinamismo en las conversaciones que se realizan en La Habana; esperamos el inicio de las conversaciones con el ELN, y que tanto el gobierno del presidente Santos, como las guerrillas de las FARC y del ELN estudien la factibilidad del Acuerdo Especial. 

 Nos sumamos a todas las iniciativas ciudadanas que apuestan por la paz con justicia social y ambiental. La paz será posible con una sociedad democrática, pluralista fortalecida. 

 De toda consideración, 



 Piedad Córdoba Ruíz 
 Vocera de Colombianas y Colombianos por la Paz

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