Declaración sobre la Biodiversidad para el Sustento



Minga Informativa de Movimientos Sociales
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 Declaración sobre la Biodiversidad para el Sustento:
 ¡Debemos detener ya la destrucción de las bases de nuestra subsistencia!

 Alianza por la Soberanía Alimentaria


 Nosotros, campesinas y campesinos, pescadoras y pescadores artesanales,  pastoras y pastores, recolectoras y recolectores, indígenas, mujeres y  jóvenes y otras organizaciones de la sociedad civil de todo América  Latina y el Caribe denunciamos la apropiación de nuestros sistemas  alimentarios y de subsistencia por parte de un sistema corporativo, que  con la complicidad de gobiernos y organismos internacionales, busca  convertir los alimentos en mercancías y especular con ellos, para  obtener cuantiosas ganancias.

 Los sistemas industriales de producción agrícola, ganaderos y pesqueros,  junto con el avance de mega proyectos extractivos, de infraestructura y  turísticos, están llevando a la humanidad a un callejón sin salida, que  se caracteriza por la destrucción de los ecosistemas naturales, de los  conocimientos tradicionales, la forma de vida campesina y la biodiversidad.

 Esta situación requiere de una acción urgente de parte de gobiernos y  organismos internacionales, que vaya más allá de tibias declaraciones y  aborde los problemas de fondo y las causas centrales. Requiere además  que las comunidades tomen en sus manos la defensa irrestricta de sus  sistemas de producción autónoma y soberana.

 Se trata de una guerra contra los pueblos que desde el comienzo de los  tiempos han subsistido y alimentado a la humanidad, para apropiarse de  sus territorios, sus semillas, sus conocimientos y su biodiversidad que  ya ha demostrado sus nefastas consecuencias.

 A lo largo del Siglo XX y lo que va del Siglo XXI se ha producido la  mayor destrucción de la biodiversidad agrícola construida a lo largo de  12 mil años de agricultura, con una pérdida del 75% de ella. La  agricultura industrial es la principal responsable, según las cifras de la FAO. Desde los comienzos de la agricultura se han cultivado o  recogido más de 7.000 especies de plantas para la obtención de  alimentos, muchas de ellas, con miles de variedades, que han sido  recreadas en el diálogo de los seres humanos con la naturaleza.

 En la actualidad únicamente 30 cultivos proporcionan el 95% de los  alimentos del ser humano, y tan sólo cuatro de ellos – el arroz, el  trigo, el maíz y las patatas – suministran más del 60 %.

 La ganadería campesina y familiar ha realizado una contribución de más o  menos 4.500 razas a partir de 40 o más especies animales y desarrolladas  durante los últimos 12.000 años. Seis razas de animales por mes están  desapareciendo. Estas razas representan al conjunto remanente de  diversidad genética animal, que debería suplir las demandas alimentarias  futuras. Informaciones recientes sugieren que el 30% de las razas del  mundo están en peligro de extinción. La causa principal es el avance  brutal de sistemas de producción industrial que se basa en apenas tres  especies (vacas, cerdos, gallinas) y que ocupan territorios, contaminan 
 el ambiente, generan nuevas enfermedades, amenazan a razas criollas y a  los seres humanos.

 La inmensa diversidad acuática en mares y ríos, es el principal sustento  para la pesca artesanal. Por miles de años está produciendo alimentos  para los pueblos de manera sustentable, y se encuentra seriamente 
 amenazada por el avance de sistemas industriales de pesca que han  arrasado con la diversidad acuática. Hoy el panorama nos muestra que más  del 50 % de las poblaciones marinas mundiales están completamente  explotadas, un 17 % sobreexplotadas y un 8% agotadas debido al uso  abusivo. La producción de las pesquerías de aguas continentales se ve a  menudo afectada por la pesca intensiva pero también, y es más  importante, por el efecto de la degradación ambiental y la modificación  de las cuencas fluviales, que afectan a la capacidad de la producción  pesquera y a la biodiversidad.

 Finalmente los bosques, ríos, selvas, montes, praderas y otros ecosistemas naturales - que dan sustento a miles de comunidades de  pueblos indígenas, recolectores y campesinos en el mundo - están  sufriendo un severo ataque por el avance del modelo descrito. Cada año  se pierden 13 millones de hectáreas de bosques, principalmente por su  conversión a otros usos de la tierra.

 Toda esta destrucción se haya profundamente vinculada y está relacionada  con un sistema productivo que ha perdido el rumbo.

 Este sistema se caracteriza por:

 - La mercantilización de los bienes naturales, la expansión de los  monocultivos, el uso de semillas híbridas y transgénicas y la aplicación consiguiente de agrotóxicos.

 - Una concentración corporativa sin precedentes que hace que en la  actualidad la mayor parte de los diferentes nichos de mercado esté  controlado por un puñado de corporaciones.

 - La utilización de tecnologías peligrosas como el uso de agrotóxicos,  de semillas transgénicas, y de la agricultura de precisión, que tienen  como objetivo el control corporativo del sistema agroalimentario. A ello 
 se suma el peligro de adopción de nuevas tecnologías como las semillas  Terminator, los nuevos cultivos transgénicos resistentes a herbicidas  altamente peligrosos, la biología sintética y otras.

 - La aplicación de los derechos de propiedad intelectual sobre la vida (patentes, derechos de obtentor y otros) y las normas que obligan a  registrar y certificar semillas y la producción agroecológica, como  mecanismos para la monopolización de la agricultura, las semillas, y la  vida en general. En este terreno el impulso de Leyes de Semillas a  partir de UPOV 91, ha adquirido en estos últimos años una virulencia  inusitada en todo el Continente.

 - El impulso de mecanismos de mercado como la “Economía Verde” se están  imponiendo desde las esferas internacionales y nacionales, que  propagandizan falsas soluciones a la crisis alimentaria.

 - La homogeinización de la producción como paradigma productivo, social  y cultural. Esta homogeinización privilegia el consumo de bienes  materiales uniformes a nivel global y está llevando adelante una 
 profunda destrucción de la diversidad de culturas que la humanidad ha  desarrollado por miles de años.

 - La contaminación producida por los sistemas productivos agroindustriales e industriales, que no asumen ninguna responsabilidad  sobre los impactos que provocan.

 - La deslocalización de los sistemas productivos y de las comunidades  como mecanismo para el control empresarial.

 - La apropiación de conocimientos, territorios, culturas para su  mercantilización y comercialización.

 - El desplazamiento de millones de personas en todo el mundo hacia las  grandes urbes para convertirlas en meras consumidoras pasivos y sin raíces.

 - La acumulación por despojo para ocupar, por cualquier medio, los territorios de los pueblos y convertirlos en espacios de saqueo.

 - La especulación financiera como mecanismo para colocar a todos los  bienes en el mercado y maximizar ganancias corporativas.

 - La utilización de las crisis climática, energética, de biodiversidad,  alimenticia y ambiental, para la creación de nuevos negocios y nuevos  mecanismos de despojo.

 -Desvalorización e invisibilización de los modos de producción de los conocimientos a nivel de las comunidades.

 Nosotros decimos ¡BASTA! y exigimos que se ponga fin a este proceso de exterminio de la naturaleza y de nuestros sistemas de vida. 
Exigimos  incorporar a los diagnósticos técnicos, un análisis político que ponga  nombre y apellido a los responsables de este crimen y que se establezcan  los pasos a seguir para juzgar a los responsables, detener su accionar y restablecer sistemas productivos sustentables, que estén en manos de las comunidades.

 Como mínimo un plan de acción para la Diversidad para el Sustento  debería contener los siguientes aspectos:

 - Desmantelar el poder corporativo que sustenta a los sistemas  productivos industriales, que están destruyendo nuestros sistemas de  vida, como única posibilidad de supervivencia de la humanidad.

 - La eliminación completa de todos los mecanismos de derechos de  propiedad intelectual y de las leyes de semillas “Monsanto” que se están  impulsando en casi todos los países de la región para avanzar con el  proceso de apropiación de la vida y de los conocimientos de los pueblos, liquidar la agricultura campesina y expandir la agricultura industrial.

 - La prohibición de todos los desarrollos tecnológicos que amenazan a  los sistemas naturales, agrícolas y acuáticos y a la producción soberana  de alimentos.

 - La declaración de América Latina como un Territorio Libre de Transgénicos, la restauración integral de los ecosistemas ya afectados por estas tecnologías, la identificación de los responsables de su  adopción y la puesta en marcha de las medidas necesarias para concretar  esta decisión.

 -La prohibición y retiro del mercado de los agrotóxicos, comenzando por  los plaguicidas extremadamente peligrosos, para caminar hacia una transición agroecológica.

 - El desmantelamiento de todos los mecanismos de especulación financiera  con los alimentos, en aplicación del Derecho Humano a la Alimentación  como un Derecho Humano Básico, que no puede estar sujeto a mecanismos de  mercado.

 - El establecimiento de políticas públicas basadas en la Soberanía Alimentaria a partir de la participación de las comunidades locales y el respeto a la diversidad cultural, social y ecológica.

 - La puesta en marcha de una profunda Reforma Agraria Integral y Popular  que devuelva la tierra a quienes producen alimentos, así como el  reconocimiento del derecho al agua como un derecho humano fundamental.

 - El reconocimiento del derecho de los pueblos de pescadores artesanales  y recolectores a los territorios acuáticos, su cultura y la diversidad  acuáticas como base para la continuidad de su sustento.

 -La implementación de políticas públicas de apoyo de la producción  agroecológica incluyendo el establecimiento y fortalecimiento de  mercados locales.

 - La defensa de las Semillas como Patrimonio de los Pueblos al Servicio  de la Humanidad y de toda la diversidad animal y acuática como base  fundamental del sustento de nuestras futuras generaciones.

 Al mismo tiempo nosotros, las organizaciones aquí presentes, nos  comprometemos a seguir produciendo alimentos para la humanidad como los  hemos venido haciendo desde los comienzos de la historia y como lo  seguimos haciendo hoy, cuando con apenas un 24 % de las tierra,  producimos el 70% de los alimentos que alimentan a toda la humanidad.

 5-5-2014

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