Ali Abu Shahl: Palestina: El año 2013

Sin Permiso


 El dirigente de Fatah Dr, Nabil Shaath, que es conocido por su defensa del proceso de paz en la región y la reconciliación con Hamas, afirmó después de una visita a Gaza la semana pasada que el nuevo 2013 será un año de victorias, tanto local como internacionalmente. Sin embargo, subrayó que Palestina avanzaría después de la resolución de las Naciones Unidas [admitiendo a Palestina como estado observador] bien mediante lucha contra la ocupación o a través de negociaciones, pero sin confrontación militar con Israel. Y añadió que el nuevo año será testigo de un aumento del boicot a los productos israelíes y, posiblemente, de la desobediencia civil en Cisjordania.

Shaath dijo también que los palestinos no buscan ningún problema con Estados Unidos, sino que, por el contrario, se espera que el gobierno de EE UU pase de presionar a la Autoridad Palestina a impulsar la paz en la región. Se espera que ejerza más presión sobre Israel después de las elecciones israelíes el 22 de enero de 2013, para detener la construcción de asentamientos en el territorio palestino ocupado en 1967 (especialmente en el área E1), además de la presión europea sobre Israel para mantener viva la solución de los dos Estados.

En el frente económico, Shaath espera durante el próximo año más apoyo de los países árabes a la economía palestina, sobre todo de Arabia Saudí y Qatar, especialmente ante las sanciones económicas israelíes a la Autoridad Palestina.

Creo que lo que está sucediendo en la vida política palestina, con el mantenimiento de la división y la creación de pretextos por ambas partes del conflicto palestino (Hamas y Fatah), no recoge el cambio positivo operado tanto por los árabes como por Occidente. Aún existen diferencias entre Fatah y Hamas sobre el sitio en el que Hamas considera oportuno permitir a Fatah celebrar el 47 aniversario de su implantación en Gaza. Y Hamas se niega a actualizar el censo electoral en la Franja de Gaza y a hablar de elecciones, al mismo tiempo que exige la formación de un gobierno de unidad nacional o un gobierno tecnocrático que sea quién convoque las próximas elecciones. También rechaza en principio negociaciones con Israel y ha vuelto, después de la reciente guerra en Gaza, a llamar a la lucha armada hasta la liberación de toda Palestina.

No hay duda de que la popularidad de Hamás ha aumentado después de la guerra en Gaza (la popularidad de Hamas crece con cada batalla contra Israel), después de haber caído considerablemente antes de la guerra en Gaza. Creo que fue ello lo que determinó la decisión de Hamas de detener el proceso de actualización del censo. Y después de la guerra en Gaza muchas delegaciones de países occidentales viajaron a Gaza para estudiar sobre el terreno la creciente popularidad de Hamas y sus consecuencias en el proceso de reconciliación palestina y las perspectivas de paz en la región. Hay que recalcar que las delegaciones de algunos de estos países (ya en secreto o abiertamente) se reunieron con funcionarios de Hamas. Merece la pena destacar también que por primera vez Estados Unidos intervino en la negociación del acuerdo de alto el fuego entre Hamas e Israel, con la ayuda de Egipto a raíz de la reciente guerra israelí en Gaza (13-21/11 / 2012).

El aumento de la popularidad de Hamas entre los palestinos en el país y en la diáspora preocupa incluso a los líderes del movimiento, ya que consideran que este aumento de su popularidad puede llevarles a ganar las futuras elecciones, convirtiendo a Hamas en el objetivo prioritario de la ocupación  israelí, especialmente en Cisjordania, donde Israel no permitirá a Hamas gobernar hasta que reconozca al Estado de Israel.

Para ello, Hamas está tratando de reconstruir la Organización para la Liberación de Palestina (OLP) y compartir el poder en los territorios palestinos con todas las facciones que pueden conseguir un mínimo de votos, lo que significa que la fuerza con el mayor número de los votos no ostentará el poder absoluto. Esto permitiría a Hamas a participar en el gobierno (sin mayoría) y dejar a otras fuerzas que participen en cualquier futuro gobierno palestino después de las elecciones las negociaciones con Israel sin que Hamas tenga que reconocer al Estado de Israel.

Una de las razones más importantes para este crecimiento de la popularidad de Hamas, es el continuo crecimiento de asentamientos israelíes en Cisjordania y en Jerusalén, sobre todo después de la inutilidad de casi 20 años de negociaciones entre la Autoridad Palestina y los sucesivos gobiernos israelíes (de derecha e izquierda) sin ningún tipo de progreso en el proceso de paz. Ello ha llevado a los ciudadanos palestinos en la Franja de Gaza y Cisjordania, así como en el extranjero a dejar de creer en las negociaciones de paz con Israel, y a apoyar a Hamas, que defiende la resistencia armada contra la ocupación, sobre todo después de la convicción de muchos palestinos y árabes que Hamas y la resistencia armada ganaron la reciente guerra con Israel.

Al mismo tiempo, la falta de pago de los  salarios de los funcionarios de la Autoridad Palestina en Gaza y Cisjordania, como resultado de la confiscación israelí del dinero que recauda en aduanas e impuestos sobre los bienes palestinos importados a través de los puertos israelíes, hará muy difícil que estos funcionarios y sus familias apoyen las propuestas del Presidente Abbas para reiniciar las negociaciones de paz con Israel. Todo ello puede forzar al Presidente Abbas a tomar medidas radicales en una escalada contra la construcción de asentamientos, especialmente en la región E1 que divide Cisjordania e impide la creación de un Estado palestino contiguo. Entre estas medidas, una podría ser la presentación una demanda contra Israel en la Corte Penal Internacional y otras similares que podrían conducir a interrumpir la coordinación en materia de seguridad entre Palestina e Israel, e incluso, tal vez,  a la disolución de la propia Autoridad Palestina.

No hay duda de que Estados Unidos, los países europeos y todos los pueblos amantes de la paz en el mundo están preocupados por las actuales políticas de Israel. Casi todos los analistas políticos creen que el actual primer ministro, Netanyahu será capaz de volver al poder una vez más gracias a un giro a la derecha de la población de Israel, a pesar de una reciente encuesta en el país según la cual el 53% de los israelíes apoyan negociaciones pacíficas para resolver el conflicto con los palestinos, aunque el 61% de la población israelí es contraria al establecimiento de un estado palestino.

La continuación de la política de asentamientos israelíes en Jerusalén y Cisjordania, así como la confiscación de los impuestos palestinos y la recaudación de las aduanas, (que Netanhayu decidió como un castigo a la Autoridad Palestina tras el  voto positivo de 138 países en la Asamblea General de Naciones Unidas a favor del nuevo estatuto de Estado observador no miembro de las Naciones Unidas para Palestina), podría llevar a una destrucción de la Iniciativa de Paz Árabe, que se basa en la solución de dos Estados, con el apoyo de Estados Unidos, Europa, el mundo árabe e islámico. Lo que significaría simplemente la continuación del conflicto entre los países árabes e islámicos con Israel durante generaciones.

No creo que le interese a Israel, que sería responsable de alrededor de 5,5 millones de palestinos que viven actualmente en Gaza, Cisjordania e Israel. Ello socavaría la idea del Estado judío defendida por la derecha israelí, convirtiendo así al Estado de Israel en un estado bi-nacional. Por lo tanto, Israel se convertiría en un Estado racista en el que pueblo judío gobernaría dominando y discriminando al pueblo árabe palestino en el mismo territorio. Hace unos dos años Henry Siegman, de la Universidad de Stanford en Estados Unidos publicó un artículo que defendía que Israel es el único estado democrático en Oriente Medio (fue antes de las revoluciones de la llamada “Primavera árabe”): ¡ahora se convertirá en el único estado racista con apartheid de Occidente!

¿Vamos a ser testigos, después de las elecciones israelíes y la formación del nuevo gobierno de derechas israelí a principios de la próxima primavera, de una renovada y continua presión internacional sobre Israel y del éxito de los países occidentales a la hora de persuadir a Israel que ponga fin a los asentamiento y retome las negociaciones con los palestinos? ¿O Israel continuará su política de asentamientos en territorio palestino, haciendo imposible la creación de un estado palestino en el territorio palestino ocupado por Israel en 1967, lo que provocaría un aumento de la radicalización palestina, árabe e islámica, al fin de la cooperación en materia de seguridad palestino-israelí, e incluso a la disolución de la Autoridad Palestina, que – desde mi punto de vista - puede dar lugar a nuevos cambios en el mapa político de la región? Lo que sin duda afectaría negativamente a las relaciones de Israel con sus vecinos, tanto Egipto como Jordania, países en los que las fuerzas islámicas apoyan a los palestinos.

¿O vamos a ver la ruptura del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamas, lo que a su vez provocaría continua inestabilidad en el enfoque de la derecha israelí, que aboga por la necesidad de eliminar a Hamas?

Ali AbuShahla es presidente de la empresa AA Consulting Engineers de Gaza, Vicepresidente de la Universidad de Al-Aqsa y vicepresidente del Centro para el Desarrollo Democrático y Comunitario (CDCD)

Traducción para www.sinpermiso.info: Enrique García

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