James Petras: Chávez no está a favor de la reconciliación con el gran capital  

Audición de James Petras por CX36, Radio Centenario desde Montevideo (Uruguay) www.radio36.com.uy 

Efraín Chury Iribarne: Buenos días James Petras, bienvenido.

James Petras: Buenos días. Estamos muy contentos por los resultados de las elecciones en Venezuela y por cómo las estimaciones que hemos hecho son exactamente igual que el resultado. La victoria de Hugo Chávez por una diferencia de 10 puntos porcentuales, fue lo que anunciamos el lunes pasado en estos micrófonos, porque entendemos la dinámica del proceso.

EChI: Exactamente. Y como habías adelantado el lunes pasado, buena parte de este contacto sería para analizar esos resultados, así que te escuchamos.

JP: Según las primeras noticias, la votación alcanzó el 80 y pico por ciento, lo que significa una enorme expresión de cultura cívica y de los intereses en juego. En los barrios populares el voto fue el factor detonante para la victoria, y con esa lealtad y solidaridad popular, no era difícil imaginar que Chávez podía ganar con tanta mayoría.

En otro orden, está también la desconfianza del pueblo hacia la propaganda de la derecha, ya que nadie creía que Capriles iba a apoyar los programas sociales de Chávez, por esa razón la gente no aceptaba su programa.

También debemos decir que el efecto del voto tiene dos interpretaciones. La burguesía decía que podían ganar, o por lo menos hacer una campaña que los lleve a un resultado muy apretado con Chávez y en eso se equivocaron. Ahora bien, desde la izquierda en algunos casos se pensaba que podían ganar por un margen mayor, de un 15 o un 20%, sin tomar en cuenta algunos problemas con los gobernantes locales, que con su ineficiencia, incapacidad o corrupción, tuvieron un efecto negativo.

Entonces, el 10% de margen, es una victoria contundente y toma en cuenta los alcances de Chávez y también las limitaciones que provocan en el proceso esos dirigentes y cuadros intermedios.

Sobre esta victoria, podemos decir en primera instancia que el gobierno puede tomar en cuenta las presiones populares y avanzar hacia una mayor socialización, particularmente en el sector financiero que es clave. El hecho es que solo el 20% del sector financiero está en manos del gobierno y la derecha todavía controla el 80%, pasa lo mismo en los sectores del agro ya la industria. Por eso esperamos que el gobierno apunte a un mayor control social y público sobre estos sectores.

Junto con eso, el gobierno debe lanzar un revolución de eficiencia en el funcionamiento de los servicios básicos, como la electricidad, el agua y la seguridad. La lucha contra la delincuencia debe ser prioridad para que en las próximas elecciones legislativas que son en diciembre, el presidente Chávez pueda conseguir mayoría. Esa instancia va a ser muy peleada, porque Chávez tiene un apoyo de casi un 10% más que su partido y que sus candidatos. Lo que indica que realmente las elecciones parlamentarias van a ser muy peleadas porque el funcionamiento de gobernadores y algunos legisladores, fue menos correcto de lo que debe ser. Por eso el gobierno debe cambiar el sistema de selección de candidatos. En vez de ser la cúpula partidaria, debe abrir un proceso de nominación y selección desde abajo, desde el pueblo, para seleccionar candidatos en forma más justa, identificados con los intereses populares. Y desechar a los dirigentes flojos, corruptos o que no han cumplido sus tareas.

Asimismo, Washington está ahora en la tarea de canalizar dinero para las elecciones parlamentarias, buscando explotar alguna brecha entre el Presidente y los candidatos al Congreso; mientras que el gran tema para la oposición es mantener la unidad entre los treinta gatos peleados en la bolsa de la oposición. En esta elección la derecha recibió mucho dinero y a partir de eso pudieron exigir que distintos partidos se unifiquen atrás de un candidato. Pero en las elecciones legislativas y de gobernadores, cada grupúsculo, cada secta quiere tener su candidato. Va a ser una bolsa de gatos luchando entre ellos para imponer una u otra preferencia. Y eso va a debilitar la organización de la derecha.

En todo caso, el hecho de que Hugo Chávez haya ganado fortalece la lucha de los pueblos que buscan cambios sociales. Es un gran aporte a la integración americana y contra la dependencia de los Estados Unidos. No hay ninguna duda ahora de que Venezuela va a seguir con las relaciones de cooperación y ayuda a los países del Caribe, de Centroamérica, con las subvenciones a la venta de petróleo, apoyando a Cuba con el intercambio de médicos para Venezuela y petróleo para Cuba, y otras cosas más a lo largo y ancho del mundo.

El hecho de que Chávez haya ganado se ve como una gran derrota no sólo para la derecha venezolana, sino y sobre todo, para los Estados Unidos. A pesar de que Washington mandó sus felicitaciones sobre el proceso electoral, lo hizo en forma muy ambigua, felicitó por las elecciones pacíficas pero no mencionan el éxito de Chávez, porque el programa social de Chávez es una alternativa real a las políticas neoliberales, a los recortes en Europa.

Por tanto tiene enormes consecuencias internacionales muy favorables a la lucha de los pueblos para sus propias reivindicaciones contra el contraataque de la derecha.

En otro orden, queremos resaltar que la izquierda tiene la capacidad de proyectar un programa social y es un hecho determinante. La izquierda conciliadora, la izquierda de centro izquierda neoliberal, no tiene esa capacidad y cuando están en crisis pierden, como lo hemos visto en Europa del sur, en España, Portugal, Grecia y ahora Francia con Hollande que está perdiendo apoyo. Y podríamos decir que la izquierda o la pseudo izquierda, que busca conciliar con el Fondo Monetario siempre pierde; mientras que Chávez manteniendo la independencia, con una política de recuperación económica, manteniendo los programas sociales, rechazando los recortes sociales, muestra cuál es el camino para conservar el poder y avanzar en los intereses del pueblo.

Chávez no está a favor de la reconciliación con el gran capital y esa fue la forma de ganar su cuarto período de gobierno.

EChI: Si te parece podemos analizar las elecciones para alcaldes y concejales realizadas en Brasil este domingo también.

JP: Si, tenemos dos elecciones importantes que destacan del resto. En Río de Janeiro el candidato oficialista de centro derecha apoyado por el PT, Eduardo Paes, fue reelecto y consiguió una mayoría absoluta con un 65%, pero debemos anotar una cosa importante: el Partido Socialismo y Libertad (PSOL) obtuvo casi un tercio de los votos con el 28%. Es la primera vez que este partido de centro izquierda, un partido socializante, pudo avanzar en esta forma sin ser la alternativa.

Ahora, Río de Janeiro tiene sus particularidades que tenemos que tomar en cuenta pero parece que hay un resurgimiento electoral entre algunos sectores de izquierda, aunque no es un fenómeno generalizado.

En San Pablo habrá que ir a segunda vuelta, porque el candidato de la derecha dura, José Serra (del Partido de la Social Democracia Brasileña), sólo consiguió el 31% y va a la segunda vuelta con Fernando Haddad (del PT), que consiguió el 29%.

Ahora, entre los dos candidatos no hay grandes diferencias, son sólo diferencias al margen. Haddad tiene el apoyo de Lula, está más a favor de políticas sociales en algún sentido, como contra la pobreza, pero frente a los grandes intereses financieros y los grandes intereses del capital extranjero, ambos candidatos tienen sus propios acercamientos con las cúpulas. Pero no está garantizado que la derecha gane con Serra, creo que hay tanto descontento con el gobierno del PT como con la oposición, por lo que puede terminar siendo una elección muy apretada.

En el resto de Brasil no vemos ningún gran cambio. Los escándalos políticos, la corrupción, parece que no afectarán tanto al electorado como los acontecimientos y temas locales, estatales y municipales. La gente vota según la correlación de fuerzas local. Incluso en Amazonas, un colombiano naturalizado, un capitalista, pudo introducir suficiente dinero como para ganar la gobernación (Carlos Amastha ganó los comicios en Palmas, ciudad amazónica capital del estado de Tocantins).

En este sentido, el dinero sigue siendo el factor determinante en muchos Estados de Brasil y la izquierda sigue siendo muy débil electoralmente y encima esta dividida en dos o tres fracciones.

Las luchas tienen como meta en este contexto mantenerse a partir de los movimientos sociales. Las elecciones municipales son indicadores, un barómetro, sobre como la gente va a votar; pero no son instrumentos para mejorar las condiciones de vida del pueblo. Desafortunadamente el PT ha hecho un viraje a la derecha y ha dejado sin representación a los grandes sectores populares y sindicales.

EChI: En España hay un gran tembladeral, no sólo económico sino político.

JP: Si, la situación en España es dramática. Hemos visto fotos de gente que ha perdido casas, familias sin empleo, han aumentado los sin casa y los jóvenes no pueden salir de la casa de sus padres. La tasa de desocupación es de 25% en general y alcanza el 51% en el caso de los jóvenes. Los salarios han bajado, la inseguridad del empleado público ha crecido, no hay ningún trabajo fijo ahora, cualquier funcionario puede perder su trabajo y de hecho hay miles que perdieron su fuente de trabajo que mantenían incluso hace 30 años o más. Hay personas de 50 y 60 años, casi a punto de jubilarse, que quedaron en la calle. Las pensiones están bajando, los pensionistas sufren y –según me dicen- los que tienen más suerte pueden comprar un pollo por semana. En tanto, los desocupados están desesperados, porque van tres años de crisis económica, y cualquier joven con algún nivel de calificación sale de España hacia Argentina, Uruguay, hacia Perú, Venezuela, cualquier parte que puedan; los que hablan inglés o francés salen a otras partes, donde puedan conseguir trabajo; no ven la posibilidad de mejorar.

El gobierno de Rajoy está en proceso de desintegración, no digo que va a caer mañana, pero ha perdido a la clase media que era su base sólida y ya ha perdido en Madrid un gran sector de clase media y pequeños comerciantes que están en bancarrota. El problema clave es que la gente no sabe que opción política tiene, a donde ir, entonces sale a la calle. Los socialistas precipitaron la crisis y ofrecieron más palos que soluciones; los poscomunistas siguen al margen; solo queda la huelga general para expresar la frustración y la desesperación.

Los dirigentes sindicales hablan de una huelga general para el 15 de noviembre pero las cosas están avanzando, el país arde, creo que cualquier cosa puede pasar entre ahora y el 15 de noviembre, la gente no aguanta más porque los recortes cada vez eliminan más posibilidades de tener una vida decente.

EChI: Por último Petras, ¿cómo puede terminar la tensión entre Turquía y Siria?

JP: Ya están en una guerra de baja intensidad. Los turcos están tratando por todas las maneras de provocar una guerra, lanzando misiles a diario contra Siria, anunciando que están preparados para una guerra, exigiendo que Washington y la OTAN organicen un territorio controlado para ellos en Siria.

Es una situación muy dramática, Turquía está actuando contra Siria de la misma manera que Israel actúa contra Palestina. Es una agresión insólita. Ahora, el pueblo turco está muy dividido, las últimas encuestas indican que el 60 y pico por ciento de los turcos está en contra de una guerra con Siria. Entonces a pesar de que Erdogan –el primer ministro turco- está buscando una confrontación militar, tiene que enfrentar una fuerte oposición interna, incluso hay mucho descontento en el Ejército y en la interna del propio gobierno. En ese sentido, Washington esta preocupado porque Turquía podría entrar en crisis y precipitar otro frente de conflictos violentos.

Por lo que podríamos decir que Erdogan está más aventurero que Obama en este momento, pese a que ambos quieren tumbar al gobierno sirio. La agresividad de Erdogan supera la capacidad de la OTAN en este momento de entrar en guerra con Siria, prefieren utilizar los terroristas extranjeros -de la Yihad, de Al Qaeda-, prefieren utilizar mercenarios como intermediarios y no meterse directamente en el conflicto.

Extractado por La Haine

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